Bolívar le puso el ají
El cotejo era un plato soso que Bolívar transformó en noticia con su levantada en el segundo tiempo: Sao Paulo (como el juez Roldán) tomó el partido con soda después del tres a cero, y creyó que todo estaba resuelto. El Siles ha recibido críticas de todo calibre, pero (y esto lo saben muchos equipos extranjeros) hay algo cierto: los visitantes no deben dormirse en sus laureles, ni con tres de ventaja… Especialmente si hay un dueño de casa que entiende que el fútbol es algo más que correr mucho.
Sin embargo, Bolívar no tuvo tiempo ni de mostrar sus ganas: en el primer minuto comenzó una jugada de Sao Paulo que derivó en córner; lo efectuó Jasson y Luis Fabiano, de cabeza, inauguró la cuenta. Los celestes no estaban dispuestos a rendirse y se fueron sumando las incursiones (porque no eran ataques con ojos abiertos) del local: casi todas finalizaron con centros apurados, remates desviados o atajados por Rogerio.
Hasta que a los 15, en uno de los tantos contragolpes de los tricolores, Jadson puso el segundo, con pierna zurda. Allá por la media hora, Lorgio Álvarez sacó uno de sus conocidos y muchas veces perfectos remates, y el poste rechazó la esperanza del local. Una ilusión de conseguir algo que sufrió otro balde de agua fría con el tiqui-tiqui de los visitantes y el tanto de Osvaldo (34).
Ferreira (premio para él, luchador de verdad) descontó a los 37 pero la historia seguía siendo brasileña. Hasta que los académicos despertaron y cambiaron el marcador y el tono del encuentro. El resultado final fue inservible (a efectos de una clasificación), pero los tres goles de la segunda parte y el triunfo celeste le quitaron algo de dolor a la caída en el Morumbí.
Cardozo y Yecerotte entraron bien; Álvarez se transformó en una especie de patrón que conectaba defensa y medio campo; y el paraguayo Nelson Cabrera (dos goles) empezó a justificar su contratación. Toda la cancha fue de Bolívar; todo el desaliento de Sao Paulo, que anoche habrá tomado nota para cuando vuelva a Miraflores.
Lorenzo Carri es periodista y estadístico.