Brasil y España van hacia la final
Las semifinales de la Copa serán Brasil contra Uruguay y España contra Italia
Los pentacampeones y los últimos campeones del mundo van en busca de la final a jugarse el próximo domingo 30 de junio por la Copa Confederaciones. Mientras los brasileños van perfeccionando el equipo base de la Copa del Mundo 2014, los españoles se han dado una licencia recreativa goleando a Tahití, lo que les ha permitido dosificar energías para lo que será su tercer partido a disputarse frente a Nigeria. Entre tanto, con el ojo en tinta por el 0-4 soportado frente a los españoles en la final de la última Eurocopa, los italianos han ganado sus dos primeros partidos y pretenderán, primero, arruinarles la zamba a los dueños de casa y buscar la revancha frente a los ibéricos.
A riesgo de pegarle en el palo, consciente de mi falta de dotes para la futurología, y nada más que apoyado en lo que se ha jugado hasta la segunda fecha de la Copa Confederaciones, el Brasil que ya es de Neymar —gracias orishas por quitarle el protagonismo a Scolari— y la España de unos virtuosos que juegan al toque sudamericano de mejores tiempos, se perfilan como finalistas de este ensayo general de quince días, a un año de la Copa del Mundo en un convulsionado Brasil donde el dinero del mundo irrreal de la industria futbolera, contrasta fuertemente con las carencias de los ciudadanos que protestan con vehemencia en las calles por el alza del costo de vida, comenzando por las tarifas del transporte, reclamando menos fútbol y más salud y educación.
El marcador central De Luis y el atacante Hulk se sumaron a la multitud y el propio Neymar ha declarado que se solidariza con los indignados porque “el fútbol es del pueblo”, pero como el balón debe seguir rodando luego de esos fugaces gestos de solidaridad, los verde amarillos piensan en el juego contra Italia con la tranquilidad que dan dos victorias, cinco goles a favor, portería invicta y encontrando progresivamente, como quería Felipao, el sistema de funcionamiento que conduzca al scratch a contar con una maquinaria bien engrasada y flexible para cuando toque el puntapié inicial del torneo grande, con el que Brasil pretenderá expulsar después de 63 años a los espectros del Maracanazo.
Dos goles de gran factura y una genialidad, metiéndose entre dos defensas mexicanos en el área, para ceder el balón a Jó que selló el segundo triunfo con un inapelable 2-0 ya han catapultado a Neymar como figura rutilante de esta copa, mientras que desde la óptica de la armonía colectiva, España les saca ventaja a los anfitriones si se mira lo hecho en el 2-1 contra Uruguay porque la decena propinada a Tahití pertenece al territorio de lo atípico, con un solo titular, Sergio Ramos, y un representante de Oceanía que en lugar de llegar a disfrutar del país de la playa y el sol, debe sentirse en el matadero debido a que su representatividad continental no hace más que poner en claro que la salida de Australia para jugar eliminatorias con equipos de Asia ha dejado a estos pequeños países en estado de absoluta indefensión con 16 goles soportados en dos partidos por su risueño y bien intencionado representante.
España tiene, por tanto, un partido de descanso como ventaja, ya que su primer equipo se lo ha tomado y les ha permitido a sus valores, habitualmente sentados en el banco, conseguir la goleada más escandalosa de la que se tenga registro en torneos FIFA (10-0), ejecutando un entrenamiento en el que las diferencias entre rojos y tahitianos se hicieron gigantescas a partir del minuto 30 en que los campeones mundiales anotaron el segundo gol.
Peldaños más abajo se encuentra Italia que batió a México en el debut y sudó la gota gorda para imponerse a un Japón que le puso muchos litros de combustible emotivo a un partido en el que los asiáticos hicieron un alocado segundo período con dominio territorial, generación de varias opciones en ataque, pero con un candor indisimulable, sorprendidos en su buena fe por los propietarios intelectuales de jugar a esperar y contraatacar que pusieron el 4-3 casi al final, volviendo a las andadas luego de una Eurocopa en la que Cesare Prandelli quiso una Italia más prepositiva, pero que fiel a su larga historia de eficacia y de generación de resultados inexplicables para los que creen que en el fútbol existe la justicia/injusticia, se sometió a la iniciativa y al gasto del entusiasta equipo de Kagawa, para terminar ganando luego de entretenidas incidencias que también sitúa a los azules en la casilla de dos triunfos y la chance intacta para buscar aguarle la fiesta al dueño de casa al que enfrenta mañana en Salvador de Bahía.
Luego de ser borrado del campo por los españoles, pero con ese nervio tan distintivamente charrúa exhibido por la precisión de Luis Suárez sometiendo con pelota parada a Iker Casillas para conseguir un honroso 1-2, el triunfo conseguido por Uruguay por el mismo marcador frente a Nigeria, pone al último campeón de América a las puertas de las semifinales considerando que su último rival es Tahití. Al igual que Italia, los dirigidos por Tavárez han exhibido un rendimiento intermitente, con el que parece suficiente para quedar entre los cuatro clasificados.
Como casi siempre sucede con la canarinha, ésta recorre los grandes torneos de menos a más, y ciertamente, dentro su grupo, los italianos aparecen como su rival más complicado a vencer, mientras que los españoles, por las características de los adversarios a los que le ha tocado enfrentarse, van a llegar algo más relajados porque es muy improbable que Nigeria exponga algo más que lo hecho frente a Uruguay contra el que prácticamente se ha despedido del torneo.
Digo que las semifinales serán Brasil contra Uruguay, y España contra Italia, que podrían considerarse dos finales adelantadas, dados los antecedentes de los históricos partidos que han protagonizado estas selecciones en torneos continentales y mundiales y si como intuyo, se cumple una final entre brasileños y españoles, podemos contar con un revelador preámbulo de lo que será el Mundial 2014.