Juegos de la Juventud
Los primeros Juegos Sudamericanos de la Juventud, realizados en Lima, Perú, han dejado como saldo positivo para el equipo boliviano 11 medallas obtenidas, cuatro de ellas de oro...
Los primeros Juegos Sudamericanos de la Juventud, realizados en Lima, Perú, han dejado como saldo positivo para el equipo boliviano 11 medallas obtenidas, cuatro de ellas de oro. A partir de ahí, pareciera que algunas cosas —de la pobre imagen del deporte boliviano— son posibles de cambiar para revertir esta imagen.
El torneo, con un tope de 17 años de edad para los participantes, tiene la finalidad de ofrecer a los jóvenes deportistas la posibilidad de dar sus primeros pasos en la competición internacional, y que comiencen a consustanciarse con lo que son esta clase de juegos (Bolivarianos, Odesur, Panamericanos, Olímpicos), adonde sueñan con llegar.
Con una inversión de unos 50.000 dólares, el Comité Olímpico Boliviano (COB) propició la presencia, en esa inédita cita, de 52 deportistas, y para la mayoría fue su primera experiencia. Los menos, en cambio, ya tuvieron algún roce en sus disciplinas, pero igual de provechosa habrá sido su participación para todos.
La nadadora María José Ribera fue la primera en conseguir oro para Bolivia. Es una deportista que, a pesar de su juventud, está dando pasos importantes y parece ir por el camino correcto a pesar de las limitaciones propias de nuestro deporte.
El marchista Pablo Rodríguez, el equipo nacional de judo y los relevos multinacionales se encargaron de traer las otras preseas doradas, igual de importantes que las de plata y las de bronce.
En ese marco de lo positivo, apegado al esfuerzo y la dedicación de los deportistas para defender su bandera, el hecho ingrato fue protagonizado por el tenista Murkel Dellien, clasificado junto con una brasileña a una final de dobles mixtos, que finalmente no jugó porque el boliviano —con la venia de la dirigencia— decidió abandonar la delegación y volver al país para enfrentar torneos exclusivos de su disciplina.
La Ley del Deporte (artículo 111, inciso C) indica que entre las obligaciones de los deportistas está “acudir obligatoriamente a los llamados para integrar la selección nacional de su deporte y comprometerse a defender y representar dignamente a Bolivia”.
Dellien y quienes permitieron esta deserción deportiva, han ido claramente en contra no sólo de la ley, sino de los principios básicos que debería tener un deportista.