Los mejores o los peores Juegos
Infraestructura, organización, equipamiento de escenarios, participación del equipo Bolivia, publicidad —que por su tupida aparición en radios y canales televisivos a días de la inauguración del evento, el próximo 26 de este mes, no es un ítem menor—. ¿Cuánto le costará al país los Juegos Suramericanos Cochabamba 2018?
Infraestructura, organización, equipamiento de escenarios, participación del equipo Bolivia, publicidad —que por su tupida aparición en radios y canales televisivos a días de la inauguración del evento, el próximo 26 de este mes, no es un ítem menor—. ¿Cuánto le costará al país los Juegos Suramericanos Cochabamba 2018?
De momento parece imposible conocer un dato exacto. Se manejan cifras millonarias. Las que se llegan a saber emergen como cuentagotas. Para colmo, no faltan las denuncias sobre supuestos malos manejos que ojalá merezcan una atención adecuada. En medio de esa vorágine de números, ya llegará el momento para conocer un informe fidedigno.
Lo que sí está claro es que de tanto dinero invertido —o gastado—, a los deportistas nacionales les ha caído migajas para su preparación, si es que recibieron algo. En realidad, la desatención en ese orden ha sido tal que probablemente Bolivia se luzca con sus escenarios nuevos y sus actos protocolares, pero —salvo esfuerzos particulares— difícilmente podrá hacerlo en el ámbito competitivo.
Por eso llama la atención la declaración —el viernes, según la estatal ABI— del viceministro de Deportes, Alberto Daza, quien instó a los deportistas bolivianos a no conformarse con participar en los Juegos sino “ir a ganar”.
Sus palabras: “Nosotros como bolivianos tenemos el deber de apoyar a nuestros deportistas, a ellos tenemos que decirles que en este torneo sudamericano, ellos tienen sobre sus espaldas la gran responsabilidad de demostrar pundonor deportivo, sacrificio e interés, y una recomendación muy clara, no solamente tienen que ir a participar, señoritas y jóvenes tienen que ir a ganar”.
Efectivamente, es deber, sobre todo del Gobierno, apoyar a sus deportistas. Éste no es el caso. Por ello, Bolivia se arriesga, como país anfitrión, a protagonizar una de sus peores participaciones en una cita multidisciplinaria regional y, si finalmente ocurriera eso, no habrá que buscar responsables entre los propios deportistas, serán otros los que tengan que dar la cara.