Ortuño, el gestor de grandes estrellas que brillaron con Bolívar
El paceño quedará en el recuerdo por su amor a la casaca bolivarista y su aporte para que el club se nutra de figuras que se consagraron en el fútbol boliviano vistiendo la divisa celeste.
Este martes dejó de existir Javier Ortuño, un notable dirigente del club Bolívar a lo largo de su historia, en su dilatada trayectoria en la institución celeste fue artífice para que arriben grandes figuras del balompié nacional al equipo académico y que dejaron escuela en el equipo más laureado del país.
El paceño gestionó la contratación de destacados jugadores que en su momento brillaron con luces propias en la Academia. Talentos como Erwin “Platini” Sánchez, Marco Antonio “El diablo” Etcheverry, Carlos Leonel Trucco, Julio César Baldivieso y Ramiro “Chocolatín” Castillo, entre otros, fueron algunos de los que llegaron a la casa celeste gracias a la tarea del extinto dirigente.
- Marco Antonio Etcheverry llegó a Bolívar en 1990 procedente de Destroyers, fue ídolo celeste. La dirigencia lo prestó en 1992 a Albacete de España y en 1993 lo vendió al chileno Colo Colo en una cuantiosa suma.
- Uno de los jugadores que estuvo poco tiempo, pero fue brillante es Erwin Sánchez. El volante cruceño arribó en 1989 y tras un gran año fue transferido al Benfica de Portugal, después hizo carrera en el balompié luso.
- Julio César Baldivieso enamoró a la hinchada, fue contratado en 1992 y aportó a la consecución de varios títulos. La Academia lo prestó a Newel’s de Argentina en 1996 y un año después se fue al fútbol japonés.
- En 1997 Ramiro Castillo pasó de la vereda atigrada a la celeste en una operación que generó polémica. El «Chocolatín» mostró su talento en su último club antes de fallecer ese mismo año.
- Arqueros como Carlos Trucco también destacaron en Bolívar. El argentino naturalizado boliviano militó en filas académicas de 1991 a 1994 luego pasó al pachuca de México.
- Óscar Sánchez fue una de las apuestas de Javier Ortuño. El defensor se transformó en caudillo tras su llegada en 2002, estuvo ligado al elenco de Tembladerani hasta el 2006.
Tenía la gran virtud de saber tratar con los futbolistas y convencerlos. Era el encargado de cerrar sus contratos e incluso de arrebatar a grandes estrellas de otros clubes para que trasciendan en el club de sus amores.
Una de las últimas contrataciones de peso que logró para Bolívar fue el recordado zaguero central Óscar Carmelo Sánchez. Ortuño recordó en una entrevista con La Razón que fue una apuesta difícil ya que el “Cabezón” no fue bien recibido en el conjunto celeste debido a su pasado atigrado, incluso el entonces presidente Mauro Cuéllar cuestionó su decisión, pero a la postre, y tal como ocurrió con otros, fue estampa para varios títulos que obtuvo Bolívar.
Ortuño quedará en el recuerdo por su amor a la casaca bolivarista y su aporte para que el club se nutra de «cracks» que se consagraron en el fútbol boliviano vistiendo la divisa celeste.
(29/01/2019)