Hay señales de un buen cambio
Hubo tramos en que la Verde manejó el juego de tal manera que aquietó el ímpetu con que Ecuador había comenzado y le fue cerrando espacios hasta casi no dejarle ninguno.
El 3 a 0 es exagerado, por eso duele un poco. No era para tanto porque Ecuador no fue tan superior como lo muestra el marcador y porque Bolivia mereció otra cosa, como que hizo figura al arquero ecuatoriano.
Hace rato que —más allá de la derrota— no se veía a una selección nacional con esa actitud, jugando de tú a tú como visitante, nada timorata ni defensiva, más bien atrevida y yendo al frente; por eso quizás lo único que le faltó fue el gol.
En lo futbolístico hay que valorar lo que hizo este equipo de César Farías, demostró que tiene con qué y dando razones para creer que se puede. En cambio, donde tiene que mejorar sí o sí es en lo físico, pues ahí Ecuador sacó ventaja con su potencia y se notó más en el segundo tiempo, en el que —por las flaquezas nacionales— llegaron todos los goles.
Hubo otras señales positivas de que esta Bolivia es diferente a las anteriores. La primera fue la tenencia de la pelota en la primera parte, su protagonismo, porque a pesar de ser visitante la manejó más que Ecuador, así aminoró los peligros en su área y buscó con más asiduidad la contraria.
Entonces hubo tramos en que la Verde manejó el juego de tal manera que aquietó el ímpetu con que Ecuador había comenzado y le fue cerrando espacios hasta casi no dejarle ninguno. Y fue a buscarla.
Lo otro, la idea de no preocuparse solo por defender y más bien de ir también al frente. Se notó desde el arranque, cuando a los 2 minutos ya le habían cometido una falta a Juan Carlos Arce y Bolivia disponía de su primera ocasión, un tiro libre de Jhasmani Campos que asustó mandando la pelota apenas alta.
De ahí para adelante se hizo un partido de ida y vuelta. Ecuador fue peligroso con sus pelotazos y con sus incursiones por las bandas, entonces la defensa y el golero nacional Daniel Vaca tuvieron trabajo y respondieron de buena manera.
Pero en líneas generales, contando las opciones que hubo, la Verde llegó más: un zurdazo de Campos que hizo rebotar la pelota en el pecho del golero, un disparo de Castro a ras del piso, una muy buena habilitación de Juan Carlos Arce a Alejandro Chumacero, aunque el del Puebla no supo aclarar la jugada, y otro tiro libre de Campos tratando de sorprender. Bolivia jugó mucho en territorio contrario.
Sobre el final del periodo, lo más peligroso de Ecuador fue un disparo de Junior Sornoza, de pelota quieta, que se fue apenas desviado.
El primer gol en el comienzo del segundo tiempo, a los 4 minutos, cambió la historia: empezó en un saque lateral, Bolivia no logró quitar en el medio y Ecuador hizo una jugada perfecta, que Michael Estrada culminó cabeceando en el segundo palo ante una débil marca de Leonel Justiniano.
Cinco minutos después, el empate estuvo a tiro, pero el cabezazo de Marvin Bejarano, tras un centro de Campos, fue desviado por una notable estirada del golero Johan Padilla.
Luego la Verde tuvo un par de ocasiones más buscando la igualdad antes de que el árbitro se inventara un penal, porque Daniel Vaca no cometió ninguna falta, sino que cubrió el ángulo, y Gonzalo Plata, con impulso, lo fue a chocar. Como consecuencia de ese error referil, a los 27 Sornoza puso el 2 a 0 con un tiro inatajable.
Bolivia no se conformó y esta vez Padilla le tapó de modo increíble a Paul Arano, como lo hizo también cerca del final ante un disparo de Carrasco.
Entre una y otra jugada, Plata definió para el 3 a 0, a los 40’, cuando las fuerzas ya no le alcanzaban a Bolivia para retroceder y otra vez con Justiniano sin poder rechazar.
Incluso sobre el final, Bolivia siguió atacando, pero ni con el cabezazo de Carlos Saucedo la pelota entró.
La Verde jugó diferente, bien. El resultado puede que sea más de lo mismo, pero la actitud es otra.
(11/09/2019)