Las republiquetas de The Strongest
Llevaba cinco partidos sin ver al Tigre y nada ha cambiado. El gualdinegro sigue siendo la sombra de lo que fue. El rendimiento colectivo e individual es preocupante. La punta no refleja el paupérrimo nivel de un equipo que camina sobre la cancha. El club navega por las peligrosas aguas de la incertidumbre, a punto de naufragar. Las republiquetas y la guerra de guerrillas –todos contra todos- son el pan nuestro de cada día. Y el liderazgo acaso refleja la mediocridad de nuestro triste balompié. Para ver al Tigre jugarse la punta pagaron apenas su entrada medio millar de hinchas. Y nadie hace nada.
The Strongest es un flan atrás (Real Potosí amagó con empatar y solo Vaca dijo que no) y arriba sus recursos se reducen a los disparos y los pelotazos al área chica. Cuando Reinoso hizo el primero de lindo testarazo en el minuto uno se terminó el “match”. El único jugador que marcaba la diferencia juega ahora en el colero de la liga belga. ¿Qué fue de Wayar, de Castro, de Barbosa? A pesar de los pesares, el gualdinegro va a pelear otra vez el torneo hasta el final; ganará no el mejor sino el menos malo. El tedio ha expulsado a los fanáticos de los estadios. Y todos estamos felices.
La comatosa situación del plantel y el club no es más que el pálido reflejo de la institución. Todavía no hay fecha para las elecciones. Por no haber no hay ni candidatos. Se habla de cinco postulantes: de un dubitativo Kurt (al que muchos temen), de Téllez (y de su posible sociedad con Mauricio González), de la hija de doña Inés, de Montes, del retorno de Asbún… Y alguien dice que hay un tapado. Kurt quiere fichar a un gran entrenador sudamericano y a un goleador extranjero de selección, amén de repatriar al “Chumita”. E incluso se habla de Pablo Escobar (apoyado por Farías S.A.) preparando el terreno para a medio plazo llegar a la presidencia.
Las internas dentro del plantel tampoco han desaparecido tras lograr el despido de Florentín. En el intervalo se dilapidaron una docena de puntos de ventaja. El grupo de los veteranos, el combo de los extranjeros y la banda de los changos hacen la guerra por su cuenta. ¿Te imaginas que lindo sería que todos los stronguistas –jugadores, candidatos e hinchada también dividida- estuviésemos unidos? Ese día volverá a brillar el sol y el cielo será gualdinegro. Mientras tanto, elige nomás en que republiqueta militar.