La crisis del CAR
Introducción: las filas para entrar en el Estadio Municipal de El Alto son interminables minutos antes de las tres de la tarde. Me hace recuerdo a los primeros partidos de Always Ready en Villa Ingenio. Hoy es 6 de marzo, día de la ciudad más joven y pujante de Bolivia. Los jugadores saltan al césped con una pancarta que felicita el cumpleaños y dice: “El Alto de pie, nunca de rodillas, cuna de luchadores”. Es también el debut de Eduardo Villegas en su segundo ciclo al frente del CAR.
Nudo: Villegas no ha tenido tiempo para cambiar nada. La única noticia es el juvenil Medina en el lateral derecho. De inicio se ve otra actitud lo que confirma (otra vez) que los futbolistas juegan cuando quieren. A los quince minutos, merced a esa intensidad recuperada de repente, llega el gol fantasma que todos vemos menos el “referee”. Con el VAR esto no pasará. El mejor ejemplo de las nuevas ganas es un renacido Sergio “Gamuza” Adrián que se multiplica en funciones de contención y ataque. El hándicap que aún no pueden superar los “millonarios” es la la pólvora mojada.
Desenlace: Villegas hace el cambio cantado, retira a Medina y mete al central Rambal para que Enoumbá juegue donde más daño hace, de lateral trepador. Incluso aparece un recurso que hay que explotar más: el tiro de larga distancia (otrora marca de la casa de Saucedo). En el último tercio del “match”, el equipo se cae físicamente. Para refrescar entran Chumacero y Ribera por un decepcionante Cristaldo y un agotado Blanco. El CAR debe aprovechar el receso por eliminatorias para hacer la pretemporada que nunca hizo, para volver a asfixiar a los rivales sobre el final. En el “aviador” cuando Miguel Ponce mete a Serginho por Raúl Castro, tiene más la pelota pero carece de ambición para ir por los tres puntos. La exigente hinchada alteña corea “fuera Riquelme”. En la desesperación, Villegas saca al “Pelao”, mete al central venezolano Adrián Martínez y Nelson Cabrera acaba jugando de centro delantero. Es el símbolo de la desesperación.
Post-scriptum: el CAR posee un plantel desequilibrado, carece de atacantes goleadores y tiene puestos donde falta jerarquía. Es un equipo de nombres (algunos en una crisis de juego alarmante). Villegas tiene la tarea de conformar un equipo de hombres (con una idea). A día de hoy, Always está fuera de los cuatro puestos que clasifican y queda un mes para la Copa Libertadores.