Un póquer de garra
Introducción: el Tigre solo ha ganado un partido en casa y enfrenta a un líder inesperado, Atlético Palmaflor. Díaz coloca un 4-4-2 con Torres y Esparza de laterales (sin comentarios); Castillo y Demiquel de centrales; Wayar y Saucedo al medio; con Ursino por izquierda y “Pollo” Flores por derecha; arriba un doble nueve con Prost y Triverio. Daniel Camacho y Jeyson Chura no entran ni en la convocatoria. Rodrigo Amaral y Henry Vaca siguen lesionados. En las “fieras” de Cochabamba aparecen dos ex atigrados: Pablo Pedraza y “Bambino” Abastoflor. Los árbitros posan con un cartel que dice: “No a la violencia” después del robo/agresión en el “Tahuichi”. Hace frío y apenas hay tres mil hinchas stronguistas en el Siles, los más fieles.
Nudo: la primera parte de The Strongest es un despropósito absoluto. El Tigre no tiene fútbol (ni armador), luce predecible, sin sorpresa. Apela exclusivamente a los pelotazos frontales a la cabeza de los dos centros delanteros ante un buen arquero rival de 1.90. Torres es pitado por la recta de general, un rato sí y el otro, también. Una pérdida de Ursino trae un golazo de Abastoflor a la escuadra derecha de Viscarra. Palmaflor tiene más posesión y control del “match”; se juega como quiere su técnico Humberto Viviani ante un Tigre manso y lento. La dupla Torres-Flores apenas conecta por derecha; por izquierda, el desierto, acaso otro ollazo del “Tucu” Esparza. Cuando los “players” se van al vestuario con 0-1, Demiquel se pelea con los hinchas de la Preferencia.
Desenlace: Díaz mete dos cambios (un entonado Sotomayor por izquierda y Arrascaita, por derecha, ocupan el lugar de Flores y Torres) mientras Wayar vuelve al lateral, el dolor de cabeza del técnico. El Tigre mejora en actitud e intensidad, más no en juego. En los últimos 20 minutos va a anotar un póker de goles: dos a balón detenido, uno a la contra y el tanto emotivo de la noche gélida de Jair Reinoso (el primero de su cuenta en todo el torneo). La estrella se llama Prost que hace dos. Antes, con el 3-1, Díaz mete cambios defensivos para no perder la costumbre: saltan Richet Gómez y Aponte.
Post-scriptum: el Tigre juega feo, no se ven alternativas de ataque y gana/saca los partidos a base de compromiso; apelando a la garra de toda la vida; demostrando una gran unidad dentro de un plantel conjurado para suplir las carencias de la dupla Díaz/Ramondino con puro coraje.