La piedra de Crespo se ha roto
El ídolo stronguista Sergio Óscar Luna la tiene clara: esta asamblea es el partido más importante del club The Strongest. La asamblea me hace recuerdo aquella que se vivió en julio de 1932 cuando el club del oro y negro decidió retirarse del campeonato y marchar como un solo cuerpo (jugadores, dirigentes e hinchas, 1.600) hacia las trincheras del Chaco Boreal.
Son las cuatro de la tarde. Los petardos se escuchan en todo el Prado. Al interior del coliseo don Bosco, 600 personas escuchan el partido del Tigre por la megafonía (la sintonía radial es de Radio Deporte de los Echavarría); cada gol en Sucre es coreado con entusiasmo. Llega, entre aclamaciones, el ex presidente Kurt Reintsch. También concurren ex dirigentes como Freddy Téllez y Ricardo Llano. Pasadas las cinco de la tarde, arranca la asamblea, siempre magna. La comadre Inés Quispe no va a llegar pues está en la fiesta patronal de Taraco. Los carteles amarillos levantados por la hinchada dicen: “Fuera Crespo y Peñafiel, ladrones, contabilidad chuta”.
Los primeros aplausos se los lleva el hincha que ha recogido las firmas para convocar la reunión; Nicolás Sánchez Acosta. Los abogados presentes (especialmente Gabriel Justiniano y Verónica Moya) recuerdan que las decisiones serán vinculantes. El colega Manuel Rigoberto Paredes Encinas, con 80 años, la tiene clara: “en toda mi larga vida, nunca había presenciado tanto caos, el club The Strongest no puede morir, debemos retomar el sendero luminoso de la gloria, no debemos olvidar jamás nuestro lema sagrado que nos transmite fuerza y coraje”.
Media docena de hinchas piden la nulidad de las elecciones: “no somos perfiles falsos”. Kurt toma la palabra y pide a Téllez que diga si tiene o no deudas pendientes. Téllez y Kurt no se hablan hace ocho años; Crespo ha logrado unir a enemigos íntimos; el “diablo” los ha juntado. No son los únicos.
Los seis puntos son aprobados por unanimidad: revocatorio del poder de la comisión electoral de la Federación y nulidad de las elecciones; nombramiento de una comisión fiscalizadora de los estados financieros; convocatoria a un consejo de ex presidentes para el nombramiento de un nuevo representante ante la Federación; declinación de los dos candidatos actuales; apoyo a Palma; renuncia de Crespo.
Han pasado dos horas y el pueblo stronguista se desparrama por el Prado, otra vez vestido de gualdinegro. Las últimas palabras que se escuchan -pronunciadas por el hincha “Charly” Conde de la Garra Central- son aquellas que se gritaron por primera vez en Sucre en mayo de 1931: “stronguistas, warikasaya, k’alatakaya”. La piedra de Crespo se ha roto, ha temblado la vicuña.