A 30 años de la hazaña: la clasificación que unió a Bolivia
Imagen: El salto al futuro
Todos los jugadores y cuerpo técnico en el estadio de The Strongest
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El 19 de septiembre de 1993, Bolivia se instaló en el mapa mundial del fútbol. Logró una clasificación por mérito que la colocó entre las 24 del mundo
Ni la tricolor nacional, ni el Himno a Bolivia, ni la kantuta, el patujú o la centenaria demanda marítima unió y articuló tanto los sentimientos de los bolivianos como esa clasificación de 1993 a una cita mundialista. El 19 de septiembre de ese año, Bolivia fue una sola en todos los sentidos, gracias a la selección de fútbol.
Ni regiones, ni estratos sociales, ni géneros, profesiones u otras diferencias importaron. Todos fueron uno solo en ese proceso de partidos de la Verde que dirigió Xabier Azkargorta.
Un primer factor a favor que se tuvo en esa campaña fue que la selección nacional contó con una generación de futbolistas talentosos, oro puro en gran parte de ellos, desde Marco Antonio Etcheverry que fue el símbolo de ese seleccionado —hace poco reconocido como El Uno de la historia del fútbol boliviano por La Razón— y muchísimos otros destacados futbolistas.
Entre ellos Julio César Baldivieso, Ramiro Castillo, Erwin Sánchez, Luis Cristaldo, Vladimir Soria, Milton Melgar, Carlos Borja y Jhonny Villarroel, todos virtuosos con el balón.
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Clasificación
Ese 1993 se alinearon los planetas para el posterior éxito de la selección boliviana, pese a la parte negativa de no tener campeonato local, debido a un paro que duró 8 meses, a causa de una pulseta dirigencial y gremio de jugadores, que permitió el trabajo exclusivo de la Verde, como si fuera un club.
La sapiencia de entonces de Guido Loayza, presidente de la Federación Boliviana de Fútbol, determinó que la verde se entrene a tiempo completo, se concentre durante meses exclusivamente para el proceso eliminatorio.
El equipo de entonces no solo lo hizo en el país, sino tuvo una grandísima experiencia de entrenamiento y concentración cerrada en el CAR de San Cougat del Valles, en Barcelona, España, donde tuvieron una preparación exigente y al máximo.
Y los planetas siguieron alineados con el equipo de todos, porque a la Verde le tocó un rol de partidos del que supo sacar provecho, porque comenzó de visitante con la selección más débil del grupo, a quien sacó un grandísimo resultado, luego jugó sus cuatro partidos restantes de local, que le permitió alcanzar el puntaje ideal y dieron el boleto al éxito.
Hazaña
Ganó los cuatro partidos en La Paz de manera consecutiva y con esa base de puntos importantes salió a jugar afuera en busca del punto definitivo.
A todos se sumó el contar con un entrenador carismático, talentoso y un excelente motivador para convencer al grupo de que puede jugar de tu a tu con campeones mundiales como Brasil y Uruguay, ese técnico fue Xabier Francisco Azkargorta Uriarte. Quien pasó de ser el cuestionado ‘Te la comiste Vasco’ a el apreciado y querido ‘Bigotón’, que incluso recibió el ‘Cóndor de Los Andes’
“Sí, Uruguay fue campeón del mundo dos veces, pero lo fue en 1930 y en 1950, hace 40 años, ahora somos nosotros contra otros jugadores de ese país”, les dijo el Bigotón a sus dirigidos para convencerlos de que siempre es posible vencer.
Contó con un asistente como Antonio López, quien le apoyó en el trabajo táctico y futbolístico.
Lo evidente es que Bolivia vibró desde ese triunfo impactante de 7-1 a Venezuela en el Polideportivo de Cachamay, en Puerto Ordaz, hasta el empate logrado en el puerto de Guayaquil donde se logró el boleto final.
No hubo nada fácil, hubo problemas, pero gran parte de los factores aportaron para lograr la hazaña.
(18/09/2023)