Giammattei cumple primer año de gobierno sacudido por pandemia y protestas en Guatemala
El médico derechista asumió el mando el 14 de enero de 2020 para un periodo de cuatro años. Su manejo de la pandemia obtuvo un 83% de apoyo en abril, que luego cayó a un 36% en octubre, según la última medición hecha por la firma ProDatos.
Llegó al poder con la promesa de no ser «un hijo de puta más» en la historia de Guatemala y cumple un año en la presidencia asediado por pedidos de renuncia. El derechista Alejandro Giammattei enfrenta el reto de «recomponer» su gobierno.
«Empezó bien», considera Carlos Hernández, un mesero desempleado de 50 años, «pero no sé por qué al final se descontroló mucho. Ha sembrado mucha duda», se pregunta este elector de Giammattei, en el centro de la capital.
El médico derechista asumió el mando el 14 de enero de 2020 para un periodo de cuatro años. Su manejo de la pandemia obtuvo un 83% de apoyo en abril, que luego cayó a un 36% en octubre, según la última medición hecha por la firma ProDatos.
Para noviembre, las manifestaciones tomaron las calles y degeneraron incluso en un incendio en las oficinas del Parlamento, en rechazo a un polémico presupuesto para el año 2021 que había sido aprobado por la mayoría oficialista.
Hasta el propio vicepresidente, Guillermo Castillo, le pidió en ese momento que renunciaran juntos «por el bien del país». Aunque después tuvieron una aparente reconciliación.
«No tenemos antecedentes recientes de un presidente que llegue tan erosionado en su imagen en tan poco tiempo», afirmó a la AFP el analista político Ronaldo Robles.
«Tono autoritario»
Giammattei, político conservador y conocido por ser poco tolerante a la crítica, fue cuestionado por la elaboración de un presupuesto para este año que, según sus opositores, no atendía a las demandas sociales ni a cuestiones clave como la pobreza, que afecta a la mitad de los 17 millones de habitantes de Guatemala.
El proyecto fue anulado tras fuertes protestas, que incluyeron además el cierre de carreteras por parte de comunidades indígenas.
Los manifestantes se lanzaron a las calles para reclamar contra el colapso de hospitales, la falta de apoyo al personal sanitario o las deficiencias en los programas de asistencia para los afectados por los confinamientos, pese que el Congreso le había otorgado al presidente fondos millonarios de emergencia.
«Es un fracaso en el manejo de la pandemia, dejando abandonada a la población a su suerte», lamentó Robles. El país acumula 145.000 casos de covid-19 y más de 5.000 muertos, en momentos en que los contagios vuelven a dispararse. Para el congresista Bernardo Arévalo, del partido centroizquierdista Semilla, «el gobierno ha tenido resultados pobres, además del problema de un tono autoritario en la forma cómo se conduce la gestión pública».
Este estilo, afirma, se refleja en la cúpula del Congreso, encabezado por una alianza oficialista que actúa, según Arévalo, como una «aplanadora irreflexiva a partir de lo que se ordena desde el Ejecutivo».
(13/01/2021)