Cuba celebra el Día de los Niños con cultura, deporte y ocio
La celebración de Cuba a los niños, en la que participan instituciones de todo tipo, se realiza en pleno periodo vacacional después del cierre del curso escolar y constituye un momento esperado por las familias durante el receso estival.
Niños de un colegio de Cuba, terminan clases para iniciar el festival
Cuba celebra hoy domingo el Día de los Niños, una festividad que tiene lugar cada tercer domingo de julio desde 1974, con múltiples actividades culturales, deportivas y recreativas a lo largo y ancho de la isla.
La celebración de Cuba a los niños, en la que participan instituciones de todo tipo, se realiza en pleno periodo vacacional después del cierre del curso escolar y constituye un momento esperado por las familias durante el receso estival.
En teatros y campos deportivos, así como en espacios públicos, los padres concurren con sus hijos para presenciar o participar en espectáculos dirigidos a los más pequeños de la familia.
«Siempre aprovechamos este día para llevar a los niños a algún espectáculo», dijo a Xinhua Arsenio Lluc, quien asistía a una función de la compañía teatral La Colmenita; acompañado por su esposa Lisandra y sus hijos Lázaro y Michael.
Los dos pequeños, de ocho y cinco años, bailaron y corearon los estribillos de varias canciones interpretadas por los niños actores de esa singular compañía teatral infantil que se presentó en la Casa del ALBA, una institución cultural del céntrico barrio habanero del Vedado.
Cuba celebra a los niños
Adriana Valdés, una joven madre, llevó a su hijo Adrián a la Quinta de los Molinos, un centenario parque habanero que constituye un verdadero remanso verde en medio de la capital cubana.
«Me gusta mucho venir aquí, no solo por el verdor del lugar; sino porque Adrián puede aprender mientras se divierte», dijo a la salida del Mariposario, que atrae la atención de muchos visitantes.
Más tradicional, la familia de los García, se fue a la cercana playa de Santa María, a unos 25 kilómetros al este de La Habana, donde los niños disfrutaron de las cálidas aguas tropicales.
Sandra, Camila y Eduardito, los infantes de los García, chapotearon libres en el agua sin sentir los efectos del duro sol estival, mientras se sumergían y hacían cabriolas en la orilla.
«Verlos así, felices, no tiene precio y justifica cualquier sacrificio familiar», aseguró Eduardo, el padre.
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