Arturo Murillo está en Estados Unidos desde el 12 de noviembre
El fiscal General, Juan Lanchipa, dijo que esta es información oficial de autoridades estadounidenses.

Imagen: APG
El fiscal General del Estado, Juan Lanchipa, confirmó este martes que el exministro de Gobierno Arturo Murillo ingresó a Estados Unidos el 12 de noviembre de 2020.
Lanchipa informó que oficialmente se sabe del ingreso al país del norte sólo de Murillo, y que no se tiene información aún de los demás requeridos por la Fiscalía, los exministros de Defensa Fernando López y de Hidrocarburos Víctor Hugo Zamora.
El Fiscal General destacó que aún se espera respuesta al reclamo a la Policía Internacional (Interpol) acerca del Sello Azul que el país pidió para Murillo y López, luego de que la entidad rechazara dicha calificación, porque considera que el proceso que se sigue a ambos exministros es «político».
Mientras Murillo y López son requeridos por el Ministerio Público por estar implicados en la compra irregular de gases lacrimógenos durante la presidencia transitoria de Jeanine Añez, Zamora es buscado por irregularidades en la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
El 9 de noviembre, La Razón informó que el periodista brasileño Daniel Oiticica confirmó que Murillo cruzó la frontera el 5 de noviembre, de Puerto Suárez (Bolivia) a Corumbá (Brasil) y que la mañana de ese lunes (9 de noviembre) había abordado un vuelo hacia Panamá.
Murillo es considerado el «hombre fuerte» del gobierno transitorio de Jeanine Añez, y el que mayor influencia tuvo en dicho régimen. (05/01/2021)
Descolonización denunciará a 26 funcionarios policiales por agravio a la wiphala
El viceministro Pelagio Condori presentará una demanda ante la Fiscalía Policial, en el marco de la Ley 101 de Régimen Disciplinario Policial.
Una imagen del motín policial de 2019 que se extendió en el país: Foto: La Razón-archivo
El viceministro de Descolonización, Pelagio Condori Yana, anunció que este lunes presentará una denuncia contra 26 “funcionarios policiales” que en noviembre de 2019 agraviaron la wiphala, símbolo patrio oficial inscrito en la nueva Constitución.
En conferencia de prensa, el funcionario informó que se tienen plenamente identificados los policías que entre el 10 y 11 de noviembre de 2019 cortaron de su uniforme la wiphala.
En diversidad de videos caseros difundidos en esos días se ve cómo, bajo la consigna de “¡Ahora es cuando, la república de Bolivia vuelve a tomar el mando!”, policías separan con tijeras la pequeña wiphala que en su uniforme estaba adherida junto a la bandera tricolor.
La ofensa a la wiphala (que también consistió en retirarla violentamente de varios edificios públicos) provocó el 12 de noviembre, sobre todo en la ciudad de El Alto, la airada reacción de pobladores contra las unidades policiales.
El 13 de noviembre de 2019 la comandancia de la Policía tuvo que llevar adelante un acto de desagravio del símbolo patrio. “En nombre de los más de 38.000 policías, hacemos respetar los símbolos patrios de nuestra nación», dijo el comandante policial de entonces, Yuri Calderón.
El viceministro Condori adelantó que la denuncia se la hará ante la Fiscalía Policial, en el marco de la Ley 101 de Régimen Disciplinario de la Policía, por faltas disciplinarias graves.
La denuncia se la efectuará, dijo la autoridad, “adjuntando pruebas fehacientes, consistentes en fotografías y videos que claramente denotan que estas personas han cometido faltas disciplinarias”.
Entre las faltas cometidas están: haber actuado en actos públicos en que se deshonró los símbolos nacionales que lleva la institución policial y en el uniforme de sus efectivos, haberse manifestado públicamente contra la ley e ir contra el reglamento disciplinario policial, haber hecho pública su militancia política estando en servicio activo y con uniforme; también se les acusa de haber instigado a la protesta y al motín estando en servicio activo. Además se los encausará por cometer agresiones físicas por motivos racistas y discriminatorios.
Remarcó que la demanda no es contra la institución policial, de la dijo que merece el respeto debido, sino que se procesará a los uniformados que cometieron las referidas transgresiones.
Atomizada Oposición Subnacional
Los opositores regionales al MAS se tienden a fragmentar más que en 2015
Acto de sufragio en las elecciones de autoridades políticas departamentales, regionales y municipales de 2015
Imagen: Archivo
Con la inscripción de candidatos y candidatas a las gobernaciones se aclaró más el panorama de lo que se viene en cuanto a tendencias de la votación. De primera, comparando con las elecciones subnacionales de 2015, es evidente una práctica “explosión” de candidaturas en buena parte de los departamentos. En efecto, mientras en La Paz en 2015 había 7 candidatos a la Gobernación, en las elecciones del 7 de marzo próximo habrá nada menos que el doble, 14. En Chuquisaca, si en 2015 había solo 4 candidaturas (que al final fueron 3, pues una fue anulada por la renuncia de su candidato), ahora habrá 9. Y si para la Gobernación de Cochabamba en 2015 pugnaron 5 postulantes, en 2021 terciarán 9 fuerzas políticas. Por otro lado, cuando en Oruro en las elecciones subnacionales de 2015 hubo 6 candidatos, en 2021 habrá 9. También Beni se puede considerar “explosivo” en candidaturas para la Gobernación, pues de solo tres que tuvo en las elecciones de 2015, para los comicios de marzo se presentaron hasta 6 postulantes.
Entre los departamento que se pueden considerar de incremento moderado está Potosí, que si en 2015 llegó a tener 5 candidatos, en las justas de 2021 tendrá a 7.
El departamento que mantendrá el número de candidatos es Santa Cruz, que en 2015 tenía 6 candidatos a la Gobernación, y este año repetirá el mismo número.
En tanto que solo dos departamentos habrán bajado de número de candidatos: Pando, que en las elecciones de 2015 tuvo 4 candidatos, en las justas del 7 de marzo solo pugnarán 3 postulaciones; y, Tarija, que de 6 candidaturas en 2015 ahora solo tendrá 4 contendientes por el gobierno departamental.
En todo caso, tal como se puede observar en los gráficos adjuntos, en la mayoría de los departamentos el rasgo común es que sea cual fuere la cantidad de candidatos, la votación tiende a concentrarse en los dos primeros, y con elevado porcentaje.
Así, en Chuquisaca el voto concentrado en el primero más el segundo suma 91% de la preferencia electoral, 81% en el caso de La Paz, 85% en Cochabamba, 72% en Oruro, 83% en Potosí, 92% en el departamento de Santa Cruz, 94% en Pando.
Solo en los comicios de Tarija y Beni se observa una votación más equitativamente distribuida: en Tarija la mayor parte de la votación se la llevan los tres primeros, 95% de los votos; en tanto que en Beni, las tres fuerzas de algún modo se equiparan: 41-31-28 por ciento.
Un dato no menor también es que en todos los departamentos el Movimiento Al Socialismo (MAS) está entre los dos primeros; de hecho ganó seis de las nueve gobernaciones departamentales; aunque perdió precisamente en los dos mayores conglomerados de votantes del país: La Paz (a manos de Sol.Bo) y Santa Cruz, donde le venció, y por casi el doble, Demócratas, el partido del gobernador Rubén Costas.
Tampoco se debe dejar de anotar la derrota del MAS en Tarija, donde al no lograr el primero (UD-A) una victoria por mayoría absoluta (50% más 1) ni haber superado 40% de los votos con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo (el MAS) se fue a segunda vuelta, y allí, UD-A (que postulaba al actual gobernador Adrián Olivia) derrotó al MAS nada menos que por 61% a 39%.
Por la misma razón en 2015 hubo segunda vuelta en Beni; pero esta vez la votación se polarizó mucho más: el MAS ganó con apenas 50,23% frente a la agrupación política Nacer, que obtuvo un desafiante 49,77%, un práctico empate técnico.
Ahora, si bien siempre se advierte que las elecciones nacionales no reflejan la preferencia electoral de la población en las subnacionales, no se puede dejar pasar ciertas tendencias similares de las elecciones de 2015 y las generales de 2020.
Siempre con la prevención de que se trata de distintas elecciones, sobre todo por los liderazgos en juego, es llamativo (como se puede observar en los gráficos adjuntos) que en seis de los nueve departamentos (Chuquisaca, La Paz, Cochabamba, Oruro, Potosí y Tarija), lo mismo que en las subnacionales de 2015 el voto tiende a concentrarse en el primero y segundo de los contendientes.
Y si bien las nuevas presencias significativas en el espectro político de Santa Cruz, Beni y Pando son Creemos (del excívico Luis Fernando Camacho) y Comunidad Ciudadana (CC) (que postulaba al expresidente Carlos Mesa), no es para dejar de lado la otra vez fuerte presencia del MAS, esta vez entre los tres primeros.
Una de las mayores certezas en cuanto a las elecciones subnacionales es que buena parte de la preferencia electoral gira en torno al liderazgo local, regional o departamental.
Así, por ejemplo, es llamativo que en el departamento de La Paz, habiendo ganado el MAS en las elecciones generales de octubre de 2014 con nada menos que 69% de la votación, al año siguiente, apenas cinco meses después, en marzo de 2015, haya bajado su votación (por gobernadora, siendo candidata Felipa Huanca) a menos de la mitad, 30,68%, y el significativo triunfo lo haya obtenido el partido recién creado Sol.Bo, con el sociólogo y exministro de Educación Félix Patzi como su candidato.
Es el mismo caso el de Tarija, donde si en la elección nacional de 2014 el MAS también ganó en el departamento con 52%, cinco meses después el electorado mayoritariamente decidió el triunfo del partido regional Unidad Departamental Autonomista (UD-A), que postuló a Adrián Oliva, que si bien ganó en primera vuelta por un porcentaje (45,44%) que obligaba a ir a una segunda ronda, en esta obtuvo nada menos que 61% de la preferencia electoral.
En el departamento de Santa Cruz se impuso la misma lógica: mientras el MAS en las elecciones de 2014 ganó allí con 49%, en las subnacionales de 2015 su caudal electoral se redujo a 31,80%; y es que la reivindicación cruceña la capitalizó el ya para ese entonces reelecto gobernador Rubén Costas, de Demócratas.
En todo caso, como se aprecia en los gráficos, las elecciones subnacionales de 2015 de alguna manera son la continuidad de la tendencia marcada en los comicios generales de 2014. Todos los gobernadores electos por el MAS en 2015, Víctor Hugo Vásquez en Oruro, Juan Carlos Sejas en Potosí, Esteban Urquizo en Chuquisaca, Iván Canelas en Cochabamba, Alex Ferrier en Beni y Luis Adolfo Flores en Pando, eran, o son, militantes masistas; cierto, casi todos ellos, excepto Luis Adolfo Flores, renunciaron a su cargo a causa de la crisis política de octubre-noviembre de 2019, pero eso no quita que hayan sido electos como masistas en pleno ascenso del MAS: en la elección de 2014 el partido azul se mantenía sobre el 60% de la preferencia nacional.
Para la elección del 7 de marzo, el presidente del MAS, Evo Morales, oficializó a los nueve candidatos del partido: Humberto Sánchez en Cochabamba, Mario Cronenbold en Santa Cruz, Franklin Flores en La Paz, Juan Carlos León en Chuquisaca, Jhonny Mamani en Potosí, Álvaro Ruiz en Tarija, Alex Ferrier en Beni, Miguel Becerra en Pando y Jhonny Vedia en Oruro. Es precisamente en la elección de algunos de estos candidatos que ocurrieron las mayores tensiones en el partido: en Santa Cruz, se trató de una concesión de la dirección nacional del MAS, pues hasta hace solo una semana se tenía como candidato seguro al comunicador social Pedro García, quien incluso había sido designado candidato en un ampliado del MAS en Lauca Ñ, en el Trópico cochabambino; en Chuquisaca, Potosí y Pando se impuso el candidato que tenía el aval de la dirección nacional del MAS, pues en los tres casos hubo una cerrada oposición a los designados; la queja común fue que mientras las organizaciones sociales optaron por un candidato, se impuso el “dedazo” de la dirigencia nacional.
En el caso de la oposición regional más fuerte, sin duda destaca el exdirigente cívico, excandidato presidencial por Creemos, Luis Fernando Camacho, por el que la primera fuerza política cruceña, Demócratas, incluso sacrificó a dos de sus más influyentes militantes (Óscar Ortiz y Vladimir Peña) en pos de unificar la candidatura; fue una mutua concesión; como dijo Camacho: él como candidato único a la Gobernación, Roly Aguilera, militante de Demócratas, como único candidato por ambos frentes a la Alcaldía cruceña.
Si hay una cosa que distingue a Camacho de los anteriores líderes cruceños es su declarado federalismo, que las autonomías hay que llevarlas al extremo con el fin de proyectar luego un país federal.
En el lado masista, la pauta de la oferta electoral de sus candidatos la dio el de La Paz, Franklin Flores, cuando en esta semana señaló que uno de los pilares de su plan de gobierno es “crear un complejo industrial y posicionar al departamento de La Paz como líder económico del país”; un “complejo maquilero, de ensamble, como por ejemplo de vehículo Hyundai como en Chile que ensamblan estos vehículos”.
(*) Iván Bustillos es periodista de La Razón