Monday 17 Jun 2024 | Actualizado a 05:38 AM

Luces, pasado y sombras de los candidatos

A una semana de las elecciones, cada aspirante perfila una imagen correspondiente a su expectativa electoral. Si bien todos ahondan en su discurso, les es inevitable actuar también en función de las encuestas. 

/ 5 de octubre de 2014 / 04:07

Las elecciones generales del 12 de octubre si bien tienen a cinco contendientes, claramente distinguen entre uno mayoritario, el presidente Evo Morales, y cuatro adversarios, en diverso grado de oposición política e ideológica.

Según todas las encuestas, Morales va adelante por sobre el 50% de la votación: desde julio, no ha bajado del 59% de la preferencia electoral; lo peculiar es la distancia que —siempre según las encuestas— mantiene con respecto a sus seguidores; el más “cercano” se encuentra a casi 40 puntos porcentuales abajo.

En la consulta efectuada por la encuestadora Ipsos se evidencia que  los cambios más bien se han dado entre Samuel Doria Medina, de Unidad Demócrata (UD), Jorge Quiroga Ramírez, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y Juan del Granado, del Movimiento Sin Miedo (MSM); como si el electorado solo fluctuase en la oposición.

Ante este panorama cada postulante perfila una peculiar actuación. El “candidato Presidente”, como con un tono de acusación le llaman los opositores, se niega a cualquier debate con el resto; “por miedo” le responden sus adversarios, “porque él no tiene nada que debatir con los neoliberales o privatizadores”, retruca el discurso oficialista.

El segundo, Doria Medina, se distingue más bien por la propuesta muy de la experiencia empresarial de este aspirante, por años presidente de la cementera más grande del país. El ahora tercero, Quiroga Ramírez, por su lado apuesta a ser el candidato de la polarización, el que se distancia lo más posible del arco de influencia del actual proceso de cambio; al parecer le surte efecto: duplicó la preferencia. El cuarto, Del Granado, apela más bien a mostrar la gestión de gobierno municipal de La Paz como ejemplo. Finalmente, Vargas, de los Verdes, interpela más a la conciencia ecológica del votante.

Movimiento Al Socialismo (MAS)

Juan Evo Morales Ayma nació el 26 de octubre de 1959, tiene 55 años; de ganar la elección del domingo 12, al término de su mandato, en 2019, habrá completado 14 años en el poder; con ello será el Mandatario con la más larga gestión presidencial continua.

Los ejes de su discurso hasta ahora han sido: Bolivia, centro energético de Sudamérica; la nacionalización cambió la historia del país desde 2006 a la fecha; la idea de “Líder de las Américas” difundida por el Gobierno; supo plantear la denominada Agenda Patriótica 2025 del Bicentenario de la república como una “política de Estado” que —insiste— debe cumplir quien llegue al poder.

En las elecciones de 1997 Morales logró la diputación por Cochabamba, con el 70% de votación. La actual es su cuarta candidatura a la presidencia; se trata de un ascenso inédito: en 2002 logró el segundo lugar, con el 20,94% de la votación, frente al primero, Gonzalo Sánchez de Lozada, que obtuvo el 22,46%; en 2005, luego de la crisis estatal de 2002-2003, alcanzó el inédito 53,74% de los votos; y en 2009, sin duda la cúspide, batió todo récord con 64,22%, aquella vez 2,9 millones de bolivianos.

En cuanto a la intención de voto con que Morales llega a la elección del 12 de octubre, en todas las encuestas va primero, y de lejos: entre julio y septiembre, según Ipsos, se mantuvo en un invariable 59% de la intención de voto. Eso sí, este porcentaje está lejos del 74% que el gobernante había previsto alcanzar al inicio de la campaña.

Un hecho significativo, que sin duda dará la medida del crecimiento del MAS, es lo que anuncia la última encuesta de Ipsos: que Evo Morales ganará en el departamento insignia de la oposición, Santa Cruz, donde a días de la elección tiene el 50% de la intención del voto.

Morales es el candidato ausente del debate político: negó toda polémica bajo el argumento de que él (y luego todo el MAS) no debaten con los neoliberales, o sea, todo el resto. Debate permanentemente, señala el Presidente, con las organizaciones sociales y, básicamente, cómo avanzar el actual proceso de cambio.

Álvaro García

Álvaro Marcelo García Linera nació el 19 de octubre de 1962, tiene 52 años. Matemático, en los 90 fue militante del Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK) y se dedicó especialmente a la producción intelectual; escribía bajo el seudónimo de Qhananchiri (el que alumbra, en aymara); estuvo en prisión durante cinco años acusado de terrorismo, el Estado no pudo sustentar el proceso contra él; reivindica la unidad ideológica entre el marxismo y el indigenismo, una de cuyas expresiones es el llamado “socialismo comunitario”. En 2005 fue invitado por el MAS para acompañar a Morales.

Unidad Demócrata (UD)

Samuel Jorge Doria Medina Auza nació el 4 de diciembre de 1958, tiene 56 años. Economista, empresario del cemento (afirma que luego de ser su presidente por años, ahora solo es accionista de Soboce, la mayor cementera del país). Fue parte del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR); en 1992 ejerció como ministro de Planeamiento del entonces presidente Jaime Paz Zamora. En 2003 fundó Unidad Nacional (UN) y con esta sigla fue electo a la Asamblea Constituyente.

Doria Medina fue candidato a la presidencia en 2005 y 2009; en ambas ocasiones fue tercero, con 7,8% en la primera elección, y 5,65% en la segunda. Su máximo potencial electoral fue de 258.971 votantes en 2009.

En el actual proceso, Doria Medina proviene de la peculiar elección “primaria” que llevó adelante el Frente Amplio (cuyo centro era Unidad Nacional) a principios de año: la designación del candidato a la presidencia a través de una encuesta, la que le dio una gran mayoría.

La constante de su discurso es la unidad de la oposición, que es posible ganar al MAS cuando sus opositores se agrupan en torno a un solo liderazgo, pone como ejemplo las elecciones para la Alcaldía de Sucre y, ante todo, los comicios para elegir gobernador en Beni, donde la candidatura promovida por él obtuvo el primer lugar.

Unidad Nacional se ubica en la oposición al MAS dentro del Estado Plurinacional: como dijera su postulante a la vicepresidencia, Ernesto Suárez, este frente sobre todo está para enmendar lo que hizo o está haciendo mal el gobierno de Morales, reconociendo su lado bueno (la nacionalización de los hidrocarburos y de otros sectores estratégicos de la economía).

En la economía, su insignia son los Centros de Innovación Tecnológica (Cites), espacios de capacitación rápida para generar empresas. A tiempo de reconocer lo beneficioso de los bonos que otorga el actual Gobierno, insiste en que el gran complemento de los bonos son los Cites: que la gente invierta en un emprendimientos económico bajo este su modelo. En las encuestas, partió con el 18% en julio, bajó a 17% en agosto y llega a septiembre con el 13%.

Ernesto Suárez

Ernesto Suárez Sattori nació en Trinidad (Beni) el 31 de marzo de 1966, tiene 48 años. Es un líder regional. Fue concejal municipal de Trinidad por ADN en 1993; prefecto durante el gobierno de Hugo Banzer. En 2002 salió electo diputado por el Beni; en 2005, bajo el auspicio de Podemos, postuló a las primeras elecciones de prefectos, ganando el cargo en Beni; ejerció de enero de 2006 a abril de 2010, cuando se vio obligado a renunciar por una acusación en su contra. Es candidato a la vicepresidencia como parte de la corriente liderada por el gobernador cruceño, Rubén Costas.

Partido Demócrata Cristiano (PDC)

Jorge Fernando Tuto Quiroga Ramírez nació el 5 de mayo de 1960, tiene 54 años. Ingeniero industrial, ingresó a la vida política en 1989 a través de Acción Democrática Nacionalista (ADN), de Hugo Banzer Suárez; en 1992 fue designado ministro de Finanzas durante el gobierno de Jaime Paz Zamora. Subjefe de ADN desde 1995, como vicepresidente de Banzer, ganó las elecciones de 1997, y ocupó este cargo de 1997 a 2001; debido a que Banzer tuvo que renunciar por padecer cáncer, Quiroga fue presidente entre 2001 y 2002.
Alejándose de ADN, en 2005 creó Poder Democrático y Social (Podemos); en la elección que enfrentó a Evo Morales (2005) fue segundo en la preferencia electoral, con el 28,59% (alrededor de 821.000 votos). 

En el proceso electoral de hoy, Quiroga sin duda apuesta a la polarización: “Somos la verdadera oposición”; los demás aspirantes son funcionales al MAS; no se mide en aclarar que efectivamente es el postulante de la mayor distancia de Evo Morales. Aunque algunas respuestas suyas no dejan de sorprender: promete acabar con la cocaína en cinco años “nacionalizando el mercado de la coca”, “no queremos que vuelva la DEA, sino que se vayan los narcos”; sobre la tercera postulación de Evo Morales, no se anda con rodeos “¿Naciones Unidas? ¿La que calló cuando denuncié la re-reelección?”.

Tanto en la elección de 2005 como ahora, Quiroga Ramírez le disputa el segundo lugar a Samuel Doria Medina; con un vuelco, sin embargo: si en 2005 Tuto era rival de Evo Morales hasta con cerca de un tercio de la votación (28,59%), ahora el candidato cementero es ese mismo rival con apenas 13%, según la última encuesta de Ipsos.  Pese a todo, el postulante tuvo un interesante crecimiento, pues del 4% del que partió en julio, se mantuvo en ese margen en agosto y en septiembre duplicó la preferencia electoral a su favor, llegando al 8%.

Tomasa Yarhui

Tomasa Yarhui Jacomé nació en la comunidad Manca Jallpa del departamento de Chuquisaca el 7 de marzo de 1968, tiene 46 años. Fue dirigente en su organización campesina desde los  17 años, siendo conocida en ese tiempo como la líder más joven de la Federación Sindical Única de Campesinos de Chuquisaca. Formando parte del Movimiento Bolivia Libre (MBL) fue electa concejala municipal; en 2006 se recibió de abogada de la Universidad San Francisco Xavier. Durante el gobierno de Jorge Quiroga Ramírez (2001-2002) fue designada ministra de Asuntos Campesinos.

Movimiento Sin Miedo (MSM)

Juan Fernando del Granado Cosío nació el 26 de marzo de 1953, tiene 61 años. Abogado de profesión, nació a la vida política con el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), liderado por Jaime Paz Zamora; producto de una escisión luego estuvo en el MIR Masas; el Movimiento Bolivia Libre (MBL), y finalmente el Movimiento Sin Miedo (MSM).

Esta es la primera vez que Juan del Granado postula a la presidencia; y acaso la última: en una entrevista con Animal Político en 2013 adelantó que si no gana en la elección de 2014, dará paso a nuevos líderes de su partido.

La principal carta de presentación del jefe emesemista sin duda son los diez años que estuvo al frente de la Alcaldía de La Paz, además de la continuidad de su predominio como partido a través de la actual gestión edil de Luis Revilla. Su mayor logro, con todo, siempre fue el juicio que llevó adelante contra el exdictador Luis García Meza, la sentencia de 30 años sin indulto. Entre sus ideas insignia están: “ni con el pasado neoliberal ni con el presente estancado”, se propone como la continuidad del proceso de cambio, pero en su verdadero cauce o significado.

Le critican no haber superado el liderazgo local, urbano y de occidente; sin embargo,  hay que recordar que en las elecciones municipales de 2010, el MSM fue la segunda fuerza nacional, aunque lejos del MAS, que ganó en 228 municipios de los 337 de entonces; los Sin Miedo habían logrado la victoria en 22 alcaldías.

Partícipe en alianza con el MAS en la elección de 2009, obtuvo tres diputaciones uninominales en La Paz; ahora, solo, las elecciones del 12, como Juan del Granado mismo lo dijera, serán la verdadera prueba de este partido. Según Ipsos, Del Granado no logra superar el 4% de la preferencia electoral: empezó con el 4% en julio, bajó al 3% en agosto, y en septiembre mantiene este porcentaje.

Adriana Gil

Adriana Gil Moreno nació en Santa Cruz de la Sierra el 22 de mayo de 1982, tiene 32 años. Fue diputada por Convergencia Nacional; también formó parte del partido Fuerza Social Demócrata (FSD); en 2005 colaboró con el Movimiento Al Socialismo (MAS) en el departamento de Santa Cruz. Rompió con Evo Morales en 2006. En 2008, junto al también disidente del MAS Román Loayza, crea el partido Fuerza Demócrata, FD; luego, en 2009 formó una alianza con Manfred Reyes Villa, quien siendo candidato presidencial en la elección de ese año, perdió la misma.

Partido Verde de Bolivia (PVB)

Fernando Vargas Mosua nació el 2 de abril de 1964; tiene 50 años. Es indígena mojeño nacido en la comunidad El Paraíso, en el hoy emblemático Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

Como presidente de la Subcentral TIPNIS, Vargas fue uno de los líderes de la VIII y IX marchas de los indígenas de las tierras bajas, aquellas que parcialmente impidieron la construcción de la carretera por el medio del Parque.

El Partido Verde de Bolivia por el que ahora candidatea fue fundado por la socióloga Margot Soria; en la alianza que establecieron con Vargas, es llamativo el añadido que le hicieron a PVB: “Instrumento de la Ecología Política (IEP)”. Así, la perspectiva de Vargas es la ecológica, como un elemento transversal: “el país no puede seguir viviendo de los hidrocarburos y de minería, por eso noso-tros decimos que tenemos que llegar a una política de gestión ambiental”, destaca el aspirante.

Desde el principio, se le vio como la “candidatura simbólica” de los indígenas disidentes del MAS. Aquí, de entrada Vargas Mosua aclara que si bien puede provenir del sector indígena, no pretende quedarse atrapado en la lógica corporativa (que representa solo a su sector), sino   que busca el liderazgo nacional: “Soy mojeño-trinitario, represento a los pueblos indígenas, pero en mi candidatura no represento únicamente a los indígenas, represento a todos los bolivianos; lo que busco es la unidad del pueblo boliviano”.

Contra lo que se puede creer, en cuanto a caudal de votación el postulante está más esperanzado en la clase media urbana, aquella que recibió a los marchistas del TIPNIS, por ejemplo, en la ciudad de La Paz en 2011.  Según la encuesta de Ipsos, es al que peor le va: en septiembre alcanzó solo el 1%.

Margot Soria

Mary Margot Soria Saravia nació el 3 de abril de 1950, tiene 64 años. Es doctora en Sociología y enseña en la carrera de Trabajo Social de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). En realidad fue ella quien en julio de 2007 fundó el Partido Verde de Bolivia. Se define de izquierda y tuvo una activa militancia contra las dictaduras de los 70-80 en el país; perdió a sus dos hijos enfrentando a la represión en la dictadura de Banzer ; la relación política con el candidato Fernando Vargas empezó desde la octava y novena marchas por el TIPNIS. El enfoque del partido verde es la visión ecologista.

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La consolidación de las derechas extremas en Europa

Las recientes elecciones parlamentarias significaron un remezón político en Europa. El mundo está cambiando y las viejas certidumbres se van alejando.

Por Pablo Deheza

/ 16 de junio de 2024 / 06:57

El Punto sobre la i

El fin de semana pasado se realizaron las elecciones parlamentarias europeas, donde los partidos de la denominada extrema derecha obtuvieron importantes resultados a su favor. La presencia de estas fuerzas políticas y la tendencia que las sustenta no es nueva, ya vienen gravitando y creciendo desde la primera década del presente siglo. Lo que se ha registrado es su consolidación como actores de primer orden y que disputan con potencia el sentido común dominante.

Tal fue el remezón ocasionado por el avance de estas derechas, que inmediatamente renunció el primer ministro de Bélgica, Alexander de Croo, y el presidente francés, Emmanuel Macron, disolvió el congreso de su país para llamar a elecciones adelantadas en el Legislativo.

También hubo reveses para los partidos centristas en Alemania. El canciller Olaf Scholz vio cómo su Partido Socialdemócrata se vio obligado a ocupar el tercer lugar detrás de Alternativa para Alemania (AfD). En total, los partidos de derecha en Alemania obtuvieron más del 45% de los votos, dejando también las cosas bastante agitadas por esos cielos.

En el panorama más grande, los partidos de extrema derecha consolidaron y ampliaron su influencia en el Parlamento Europeo, aunque no tanto como temían inicialmente los centristas en el poder. Obtuvieron un tercio de los escaños en total, aunque los partidos centristas mantuvieron la mayoría.

Estas derechas no están organizadas en un frente sólido y así, no cohesionadas, su poder se diluye. Muchos de sus representantes, incluidos miembros de AfD)y el partido Fidesz del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, no están hasta ahora afiliados a ninguna de las agrupaciones políticas más amplias en el Parlamento Europeo.

Con todo, si bien el centrismo político todavía se mantiene y resiste en Europa, la pregunta más importante en la coyuntura es si el Partido Popular Europeo (PPE), de centroderecha, el grupo más grande, eventualmente estará dispuesto a abrirse a las derechas más extremas en busca de apoyo político o eventualmente como socios de coalición. Esto es algo que los partidos centristas han rechazado anteriormente, aunque esta dinámica ya es visible en lugares como los Países Bajos. Hacer esto necesariamente implicará conciliar agendas.

DERECHAS

Así las cosas, ¿de qué se tratan estas derechas extremas? Lo primero a tener en cuenta es que estas fuerzas vienen evolucionando desde lo que fueron décadas atrás. “Los partidos de extrema derecha se han vuelto más moderados a lo largo de los años, mientras que los votantes se han radicalizado más.

En sus temas centrales, como la inmigración y la política antisistema, los partidos de extrema derecha son tan radicales como siempre y, según investigaciones, los votantes no confían menos en sus políticos y parlamentos que hace tres décadas, ni están menos satisfechos con el funcionamiento de la democracia y sus actitudes hacia la inmigración se han mantenido relativamente sin cambios. Lo que ha cambiado no son sus ideologías, sino que los partidos y los votantes se han visto empujados a abrazarse unos a otros”, explica Matthijs Rooduijn, politólogo y académico de la universidad de Amsterdam.

Prosigue señalando que “el efecto bola de nieve es una metáfora útil para comprender el creciente éxito de la extrema derecha. Es el resultado de una multitud de acontecimientos políticos, sociales, económicos y culturales que juntos han creado su impulso”.

“La globalización contribuyó al ‘realineamiento’ (nuevos posicionamientos entre votantes y partidos). Aquellos que se beneficiaron de las fronteras abiertas de Europa –los ‘ganadores de la globalización’ altamente educados– contrastaron marcadamente con aquellos que se sintieron amenazados económica y culturalmente por estos cambios. La inmigración se convirtió en un tema clave en las campañas electorales y los debates públicos, atrayendo más atención hacia los partidos de extrema derecha”.

En el fondo, hay una querella económica bastante similar a la que interpreta Donald Trump en Estados Unidos. El planteamiento de estas derechas gira en torno a que, mientras las grandes compañías se han beneficiado y se siguen beneficiando de la globalización, esto se ha producido a costa del debilitamiento de las condiciones económicas y de trabajo en los países de la eurozona.

De esto se desprenden dos elementos fundamentales. Primero, que estas derechas son nacionalistas y apelan a las masas empobrecidas para prosperar políticamente. Segundo, estos nacionalismos son críticos con la forma en que Bruselas está conduciendo las políticas de la Unión Europea. Debido a esto, estas fuerzas son también denominadas euroescépticas.

Más aun, las voces que hablan desde estos grupos, ven la guerra en Ucrania con una mirada distinta a la de los medios dominantes. Critican, por ejemplo, que luego del sabotaje en el gasoducto Nord Stream, el combustible ruso haya dejado de fluir a Europa, afectando negativamente la producción industrial, principalmente en países como Alemania.

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Esto contrasta con la posición de los denominados centristas, a quienes critican por apoyar las narrativas y decisiones que llegan desde Washington, más que a priorizar sus respectivas economías.

Éstos constituyen el gran otro político para las derechas nacionalistas y a los que se refieren como “otanistas”, entre otras cosas.

Cabe aquí recordar que el mensaje central de Trump, de hacer otra vez grande a Estados Unidos, estaba también acompañada de la posición de alejar a su país de guerras al otro lado del mundo. Claramente el expresidente no estaba interesado en una política de expandir la OTAN en Europa del Este, una iniciativa que retomó Joe Biden. Lo que tienen en común el trumpismo con las derechas europeas en cuestión es su apelación a repotenciar las economías locales, más que a ir en una cruzada mundial a favor de una determinada forma de entender la democracia. Es por esto que diversos analistas también se refieren a estas corrientes como iliberales.

No es casual entonces que a los liderazgos más belicistas y orientados a seguir los dictados de Washington les haya ido mal en estas últimas elecciones. Macron ilustra cabalmente el punto.

Entonces, si bien hay mucho de extremo y también de neonazismo en estas derechas, hay además otras cosas y otros elementos que las hacen atractivas para el electorado.

CAMBIOS

Volviendo con el politólogo Rooduijn, él observa que “en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, los partidos de extrema derecha todavía estaban fuertemente asociados con el fascismo y el nazismo. Para volverse aceptables, estos partidos tenían que ganar legitimidad democrática. Lo hicieron adoptando el populismo como parte clave de su discurso. El populismo afirma que la voluntad del pueblo debe guiar las decisiones democráticas y que las elites corrompen este proceso. Centrarse en el populismo en lugar del fascismo proporcionó a los partidos de extrema derecha una reputación democrática y les ayudó a ganar legitimidad”.

“Los partidos de extrema derecha también intentaron modernizar su imagen rompiendo vínculos con elementos más extremos. Por ejemplo, en 2011, Marine Le Pen se embarcó en una estrategia de desdemonización para desintoxicar la reputación extremista de su partido. Expulsó a políticos extremistas, denunció el fascismo y el antisemitismo e incluso expulsó del partido a su padre, más extremista. En 2018, el partido Frente Nacional pasó a llamarse Rassemblement National. El objetivo era atraer a más votantes enfatizando que el partido se había convertido en una versión más moderada de sí mismo”.

Pero, ¿realmente se volvieron más moderados estos partidos de derecha? La respuesta no es unívoca. El periodista italiano, Federico Fubini precisa que “algunos de estos partidos apenas han disfrazado agendas racistas, mientras que otros han logrado establecerse una reputación conservadora respetable. Meloni ha sido más favorable a Occidente en su política exterior y aparentemente pragmática en sus asuntos internos del día a día. Su estrategia de moderación ha tenido tanto éxito que Le Pen, en Francia, ahora la está emulando abiertamente. El AfD, por el contrario, ha redoblado su apuesta por el extremismo”.

Si bien es cierto que el declive económico de Europa es el gran contexto para entender la emergencia de estos nacionalismos de derecha, no necesariamente lo explican del todo. La participación europea en el Producto Interno Bruto mundial en 1980 era del 28,6%, incluso por encima de Estados unidos (25,4%). En 2024 la cifra es del 17,3%.

Para peor, hoy hay concflictos bélicos, lo que acelera los cambios y modifica sustancialmente el escenario. “Con la guerra en Ucrania, la agitación en Oriente Medio y la perspectiva del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, se están debilitando los pilares de la estabilidad europea. Al sentir un cambio radical, los votantes están recurriendo a partidos que tradicionalmente no se identifican con el sistema. El temor a que el orden posterior a 1989 se esté desmoronando ha llevado a los votantes a preguntarse ‘¿estamos realmente en el lado correcto de la historia, como nos dijeron? ¿Nos mintieron?’”, reflexiona Fubini.

Añade que “los cambios geopolíticos recientes han erosionado la legitimidad percibida del sistema. El ataque de Rusia a Ucrania dejó en claro que Europa es sólo parcialmente soberana”.

Puestas las cosas en esas coordenadas, se puede entender que estas derechas nacionalistas buscan, de algún modo, volver a imaginar el rol de sus países en un mundo cambiante y crecientemente multipolar; en una suerte de tránsito entre los fantasmas del pasado y las incertidumbres del futuro. Por su lado, el centrismo europeo deriva en la apuesta conservadora por mantenerse en un status quo cada vez más diluido y ajeno. En la defensa del viejo orden de cosas, los liderazgos más tradicionales acaban defendiendo la hegemonía estadounidense, lo que remata justamente a favor de la querella de los nacionalismos de derecha, que hoy pululan y toman asiento en la mesa central del salón europeo.

 (*)Pablo Deheza es editor de Animal Político

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Usando a Ucrania por 80 años

El autor sostiene que Estados Unidos ha colaborado con extremistas ucranianos desde la Segunda Guerra Mundial para socavar a Rusia, incrementando la inestabilidad en la región.

El conflicto en Ucrania generó una reconfiguración en el comercio mundial.

/ 16 de junio de 2024 / 06:40

Dibujo Libre

Estados Unidos ha llevado a cabo operaciones con extremistas de Ucrania para socavar a Rusia durante casi ocho décadas. Nos ha llevado a las puertas de la aniquilación nuclear. Durante casi 80 años, Estados Unidos ha visto a Ucrania como el escenario de su guerra, alguna vez encubierta y cada vez más abierta, con Rusia.

Después de años de advertencias y de conversaciones desde 2008 sobre la posibilidad de que Ucrania se uniera a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Rusia contraatacó hace dos años. Sin que ninguna de las partes dé marcha atrás, Ucrania se está convirtiendo cada vez más en un punto de inflamación que podría conducir a una guerra nuclear.

Occidente cree que Rusia está mintiendo, pero su doctrina establece que si Rusia siente que su existencia está amenazada podría recurrir a las armas nucleares. En lugar de tomar en serio estas advertencias, la OTAN está abriendo imprudentemente corredores para una guerra terrestre contra Rusia en Ucrania; Francia dice que está formando una coalición de naciones para entrar en la guerra, a pesar de que Rusia dice que Francia o cualquier otra fuerza de la OTAN sería presa fácil.

El otro día, en París, Joe Biden dijo que Rusia quiere conquistar toda Europa pero que ni siquiera puede tomar Kharkiv. Es este tipo de disparates incendiarios, combinados con permitir que Ucrania dispare armas de la OTAN contra territorio ruso, es lo que nos está poniendo en peligro a todos.

El peligro empezó a aumentar hace muchos años, pero ahora está alcanzando su punto culminante.

La relación de Estados Unidos con Ucrania y sus extremistas para socavar a Rusia comenzó después de la Segunda Guerra Mundial. Durante la guerra, unidades de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN-B) participaron en el Holocausto, matando al menos a 100.000 judíos y polacos.

Mykola Lebed, un alto asesor de Stepan Bandera, líder del fascista OUN-B, fue reclutado por la CIA después de la guerra, según un estudio de 2010 de los Archivos Nacionales de Estados Unidos.

Lebed fue el “ministro de Relaciones Exteriores” de un gobierno banderista en el exilio, pero luego rompió con Bandera por actuar como dictador. El Cuerpo de Contrainteligencia del Ejército de Estados Unidos calificó a Bandera de “extremadamente peligroso”, pero dijo que era “considerado el héroe espiritual y nacional de todos los ucranianos…”.

En lugar de Bandera, la CIA estaba interesada en Lebed, a pesar de sus antecedentes fascistas. Lo instalaron en una oficina en la ciudad de Nueva York desde donde dirigió operaciones de sabotaje y propaganda en nombre de la agencia dentro de Ucrania contra la Unión Soviética.

El estudio del gobierno de Estados Unidos dice: “Las operaciones de la CIA con estos ucranianos comenzaron en 1948 bajo el criptónimo CARTEL, que pronto cambió a AERODYNAMIC”.

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Lebed se mudó a Nueva York y adquirió el estatus de residente permanente y luego la ciudadanía estadounidense. Esto lo mantuvo a salvo del asesinato, le permitió hablar con grupos de emigrados ucranianos y regresar a Estados Unidos después de viajes operativos a Europa.

Una vez en Estados Unidos, Lebed fue el principal contacto de la CIA para AERODYNAMIC. Los encargados de la CIA señalaron su “carácter astuto”, sus “relaciones con la Gestapo y el entrenamiento de la Gestapo”, además del hecho de que era “un operador muy despiadado”.

La CIA trabajó con Lebed en operaciones de sabotaje y propaganda nacionalista pro ucraniana dentro de Ucrania hasta la independencia de Ucrania en 1991.

“La relación de Mykola Lebed con la CIA duró toda la Guerra Fría”, dice el estudio. «Si bien la mayoría de las operaciones de la CIA que involucraron a perpetradores de tiempos de guerra fracasaron, las operaciones de Lebed aumentaron la inestabilidad fundamental de la Unión Soviética».

De este modo, Estados Unidos mantuvo vivas encubiertamente las ideas fascistas ucranianas dentro de Ucrania hasta que al menos se lograra la independencia de Ucrania.

Mykola Lebed, jefe de Bandera en tiempos de guerra en Ucrania, murió en 1998.

Está enterrado en Nueva Jersey y sus documentos se encuentran en el Instituto de Investigación Ucraniano de la Universidad de Harvard, según el estudio de los Archivos Nacionales de Estados Unidos.

Sin embargo, la organización sucesora de la OUN-B en Estados Unidos no murió con él. Según IBT, pasó a llamarse Comité del Congreso Ucraniano de América (UCCA).

“A mediados de la década de 1980, el gobierno de Ronald Reagan estaba plagado de miembros de la UCCA. Reagan dio personalmente la bienvenida a Yaroslav Stetsko, el líder banderista que supervisó la masacre de 7.000 judíos en Lviv, en la Casa Blanca en 1983”, informó IBT. “Tras la desaparición del régimen de Viktor Yanukovich (en 2014), la UCCA ayudó a organizar manifestaciones en ciudades de todo Estados Unidos en apoyo de las protestas del EuroMaidan”, informó.

Se trata de un vínculo directo entre el golpe de Maidan de 2014, respaldado por Estados Unidos, contra un gobierno ucraniano elegido democráticamente y el fascismo ucraniano de la era de la Segunda Guerra Mundial.

Desde 2014, Estados Unidos presionó para que se atacara a los rusoparlantes del este de Ucrania que habían rechazado el golpe, y la OTAN comenzó a entrenar y equipar a tropas ucranianas. Combinado con los rumores desde 2008 de que Ucrania se uniría a la OTAN, Rusia reaccionó después de años de advertencias.

Más de dos años después de la intervención de Rusia, con Ucrania claramente perdiendo la guerra, los líderes occidentales harán casi cualquier cosa para salvar su pellejo político, ya que han apostado demasiado por ganar en Ucrania. No los escuches. Necesitan un Occidente que niegue los peligros que enfrentamos.

Como dijo el presidente John F. Kennedy en su discurso de 1963 en la American University: “Sobre todo, al tiempo que defendemos nuestros propios intereses vitales, las potencias nucleares deben evitar esas confrontaciones que llevan al adversario a elegir entre una retirada humillante o una guerra nuclear. Adoptar ese tipo de rumbo en la era nuclear sólo sería prueba de la quiebra de nuestra política, o de un deseo colectivo de muerte para el mundo”.

El mundo puede despertar cuando sea demasiado tarde, cuando los misiles nucleares ya hayan comenzado a volar.

(*)Joe Lauria es periodista estadounidense

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Paraguay y Bolivia, entre desafíos y oportunidades

Una reflexión sobre la necesidad de mirar al futuro para construir mejores días en beneficio de ambos países.

Los presidentes Luis Arce y Santiago Peña

/ 16 de junio de 2024 / 06:33

Dibujo Libre

En el complejo entramado de la geopolítica sudamericana, la relación entre Bolivia y Paraguay emerge como un nodo estratégico con potencialidades significativas, pero también con desafíos cruciales que requieren atención inmediata. Ambos países comparten una larga historia de interacción y cooperación, marcada tanto por alianzas como por disputas que han influido en su desarrollo económico y político.

Desde la asunción del presidente Santiago Peña en Paraguay, el panorama político interno se ha estabilizado, respaldado por una mayoría legislativa sólida y un apoyo popular estable. Este primer año ha estado marcado por políticas económicas orientadas hacia la exportación y la atracción de inversión extranjera, con énfasis en la modernización y la apertura al mercado global. Sin embargo, persisten profundas desigualdades sociales y retos estructurales que limitan el desarrollo inclusivo tan deseado. Es crucial para el actual gobierno que estas políticas aborden las necesidades de las poblaciones más vulnerables para asegurar un respaldo popular sostenible para su gobierno

Uno de los pilares de esta nueva dirección es la proyección internacional de Paraguay, buscando consolidar lazos estratégicos con potencias económicas y políticas clave. Los esfuerzos diplomáticos hacia Estados Unidos, Europa y Asia, así como las relaciones cercanas con países como Taiwán e Israel, destacan como movimientos audaces para fortalecer la posición del vecino país en el escenario global. Estas alianzas no solo la mejorarán en términos de comercio e inversión, sino que también incrementan su influencia diplomática en el ámbito internacional.

En el contexto regional, la relación con Bolivia adquiere una relevancia particular. El libre tránsito en la hidrovía Paraguay-Paraná, junto con temas sensibles como el comercio energético y la seguridad fronteriza, plantean desafíos significativos. Esta vía fluvial es una arteria vital para el comercio de la región con salida al Atlántico, facilitando la exportación de productos y recursos esenciales.

Sobre el tema energético, la reciente alianza entre Javier Milei y Santiago Peña representa un riesgo para Bolivia, ya que busca reconfigurar el mapa gasífero sudamericano, desplazándola como líder en la integración energética. Paraguay avanza en la construcción de un gasoducto que conectará Argentina, Brasil y Paraguay, alimentado por las reservas de Vaca Muerta, lo que amenaza directamente los intereses de Bolivia cuya producción de gas ha disminuido.

Esta alianza no solo representa una amenaza económica, sino una estrategia que podría marginar a Bolivia del flujo principal de gas en Sudamérica, por lo que debe replantear urgentemente su estrategia energética y diplomática, fortalecer convergencias y explorar nuevas colaboraciones para mantener su relevancia en el sector.

La posibilidad de que el gas argentino llegue a Brasil a través del Chaco paraguayo deja a Bolivia en una posición vulnerable. Además, la agenda de integración energética boliviana-paraguaya está paralizada por cambios geopolíticos y la reducción de reservas de gas, lo que evidencia su fragilidad.

El Corredor Ferroviario Bioceánico de Integración, otro punto de interés compartido, se perfila como una oportunidad para potenciar la conectividad y el comercio, aunque su desarrollo enfrenta obstáculos políticos y financieros que requieren un compromiso firme de ambas naciones. Este proyecto podría transformar la infraestructura regional, facilitando el comercio entre el Atlántico y el Pacífico y fomentando el desarrollo económico a lo largo de su ruta.

En el frente económico, el déficit comercial y la dependencia energética exigen estrategias de cooperación y acuerdos bilaterales que promuevan un equilibrio más sostenible en la relación comercial. La creación de marcos legales y acuerdos comerciales claros y justos es crucial para asegurar una relación beneficiosa para ambos países.

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Por otra parte, no podemos obviar los retos. La agenda pública frecuentemente se ve ensombrecida por problemas de seguridad y crimen organizado en la zona fronteriza, así como por desacuerdos puntuales que afectan la estabilidad y la confianza mutua.

La situación del exministro de Defensa de Bolivia, Luis Fernando López, quien ha obtenido el estatus de refugiado en Paraguay y cuyo proceso de extradición está suspendido, plantea serias preguntas sobre la justicia y la protección internacional.

Por otro lado, el informe de la Fiscalía de Paraguay sobre Sebastián Marset, que indica ganancias de $us 433 millones provenientes del narcotráfico con droga de Bolivia, es un golpe a la lucha contra el narcotráfico, requiriendo una respuesta coordinada y decidida.

En este contexto, es esencial que Bolivia y Paraguay fortalezcan sus lazos diplomáticos y económicos, enfocándose en un diálogo constructivo que priorice la cooperación sobre los conflictos. La gestión responsable de los recursos compartidos y la búsqueda de soluciones inclusivas para los desafíos comunes definirán el futuro de esta relación estratégica en la región.

En conclusión, la relación bilateral entre Bolivia y Paraguay está en un punto crucial. Las decisiones tomadas en los próximos años no solo afectarán a ambos países, sino también resonarán en el equilibrio geopolítico de Sudamérica. Es hora de mirar hacia adelante con visión estratégica y determinación compartida para construir un futuro más próspero y seguro para nuestras naciones y la región en su conjunto.

(*)Óscar Capriles Quintanilla es comunicador social

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Desdolarización y multipolaridad

Llegan nuevos tiempos para la economía mundial que se expresan en el desafío a la hegemonía del dólar estadounidense como moneda de reserva.

Por Hugo Siles Núñez del Prado

/ 16 de junio de 2024 / 06:12

Dibujo Libre

Los cambios, la transición y la reconfiguración histórica del sistema internacional, se manifiestan, como una crisis estructural del capitalismo y una crisis del orden geopolítico internacional. Los cambios en las relaciones de poder en el sistema internacional, nos permiten ver un orden internacional post hegemónico. El entorno internacional unipolar llegó a su fin, constituyéndose en su lugar un mundo de configuración multipolar que permite una mayor gravitación e influjos de los países en vías de desarrollo.

Luego de que muchos creyeron que la globalización podría ser gobernada de manera unilateral y sin reglas -abandonada a las fuerzas del mercado-, la crisis económica, la crisis del cambio climático, la crisis energética, de seguridad alimentaria, y la crisis post pandemia del Covid-19, y la guerra en Europa del Este, aceleran la emergencia de un nuevo orden económico internacional. Es así que el grupo de economías emergentes conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS) ampliado, más Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irán y Etiopia, captaron la atención del mundo cuando anunciaron la creación de un sistema económico alternativo que incluye una nueva moneda de reserva.

La atención se volcó sobre este anuncio porque se trata de los países más grandes del mundo, tanto en superficie como en población. Que en conjunto, representan al menos un 32% del PIB mundial. Además, del PIB del grupo estadocentrico BRICS, sus monedas nacionales, representan la mayor amenaza, hasta el momento, para el dominio del dólar estadounidense. Y es que efectivamente, estos países ya superaron a las naciones del G7 (Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Inglaterra, Italia y Canadá) en PIB. Y por ello, el impulso de la desdolarización mundial ha alcanzado su punto máximo en la medida en que varios países, ya se han rebelado contra el dólar.

Por un lado, China y Rusia firmaron un acuerdo comercial que se desmarca del dólar y se centra en el yuan RMB chino como la principal moneda para el comercio de distintos rubros. A partir de ello, cada vez más países, se embarcan en planes o implementan programas para alcanzar su desdolarización parcial o total. Por ejemplo, Bolivia contempla en la agenda bilateral con China, bajo la iniciativa de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, ratificado por la Ley 1170 en nuestro país, como estrategia de integración internacional en el ámbito de la tecnología, la conectividad, la motorización del comercio, el intercambio financiero, y el uso de monedas nacionales, para realizar transacciones comerciales trasfronterizas soberanas. Desde el 2023 ya se realizaron gestiones del Banco Central de Bolivia, con el Banco Popular de China, para fomentar el uso del yuan RMB en la economía boliviana, la apertura de cuentas entre Bancos de ambos países, y finalmente un swap de divisas que otorgue China próximamente, para efectuar operaciones de intercambio de monedas entre países. Lo que permitirá, que, en un futuro, todas las operaciones de intercambio comercial, créditos, inversiones, etc., entre Bolivia y China, se realizaran en yuan RMB y bolivianos.

En este contexto China, impulsa, cada vez más, al yuan RMB, como moneda para los negocios petroleros, como una alternativa al dólar en los mercados de materias primas y debilitando la hegemonía estadounidense. Al respecto, Estados Unidos se auto afectó, cuando impuso sanciones a Rusia, aislando a sus bancos de la Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT) y cortando efectivamente su acceso al sistema financiero internacional.

Con esa acción el gobierno de Estados Unidos envió el mensaje, de que el dólar y la economía estadounidense ya no son tan seguros para los intereses de los países en el mundo.

A partir de este suceso, existe un aumento del comercio internacional con otras monedas. Por ejemplo, India y Rusia ahora pueden comerciar en rupias a través de los bancos de Dubái.

Así que, mientras Estados Unidos esparce temor con más sanciones y pone en riesgo el dominio del dólar, China sigue estableciendo líneas de intercambio comerciales con muchos países e impulsando sus transacciones directas basadas en yuanes, sin necesidad de intermediación en dólares estadounidenses. China también promueve el uso de sus propios sistemas de pago alternativos, como el Interbancario Transfronterizo (CIPS), con el objetivo de proporcionar una alternativa viable al SWIFT para transacciones internacionales.

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Hoy, la realidad de la economía boliviana es que resiste los embates del contexto internacional, convirtiéndose en un ejemplo de estabilidad, que ha puesto la atención del mundo sobre su modelo económico, en un momento en el que Estados Unidos y Europa presentan inflaciones crecientes. Bolivia registró una inflación acumulada del 1,31%, la segunda más baja de la región y una de las más bajas del mundo. Esto permitió que se mantengan los precios de la canasta familiar y que se tenga una economía creciente que supero incluso las proyecciones más optimistas de organismos internacionales, como el Banco Mundial, la CEPAL y el Fondo Monetario Internacional. Por ello, ¿se constituye imprescindible la divisa estadounidense para las finanzas bolivianas y la economía diaria de la población? Por ejemplo, en el sistema financiero boliviano, la “bolivianización” alcanza el 89,9% en depósitos y al 99,3% en créditos. A ello se agrega que la población realiza la compra- venta de productos en moneda nacional. Por lo que el tema del dólar es y ha sido utilizado, para posicionar que existe crisis en Bolivia, pues en economías que no son dolarizadas como la boliviana, no puede existir, ni determinar, una crisis de dólares, en lo absoluto.

La población boliviana no requiere de dólares para vivir, porque literalmente en los mercados y en los comercios, todas las transacciones se realizan en moneda nacional. La sensación de falta de dólares fue instalada por intereses políticos. Y aun para entender la supuesta escasez de dólares, en cualquier país, se explica por el encarecimiento de la divisa estadounidense en el mundo debido a la subida de las tasas de interés, lo que genera una alerta en los Estados que tienen deudas porque tienen que pagar sus acreencias a un mayor costo. Lo que pone en evidencia que, en Bolivia, está en marcha una desestabilización a través del bloqueo de carreteras y otras medidas que ocasionan pérdidas millonarias al país, con muchos interesados interna y externamente, que buscan generar en la consciencia colectiva de la población boliviana la sensación de crisis.

Aun así, el Modelo Económico Social Comunitario Productivo, que lidera el Gobierno del presidente Luis Arce, sigue sorteando la crisis mundial y otorgando estabilidad económica a la población. Así lo reflejo recientemente el primer mandatario, en la histórica visita al presidente Vladimir Putin en Rusia y en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo. El Modelo boliviano demuestra que la divisa estadounidense no es crucial para las transacciones financieras, pudiendo por ello utilizar otras monedas para importar productos del mercado internacional. Por tal motivo, en un mundo multipolar, el sistema monetario internacional de equilibrio debería ser multidivisa.

Finalmente, con más países buscando alternativas al dólar, la moneda estadounidense está perdiendo su estatus de reserva a un ritmo más rápido. El dólar ahora representa alrededor del 58% de las reservas oficiales globales totales, frente al 73% que tenía en 2001 cuando era la reserva hegemónica indiscutible. Por ello la base indiscutible para la construcción de un mundo multipolar, está en la profundización del uso de nuestras propias monedas como medios de pago, para transacciones internacionales y que ya no se permita que un solo país se convierta en un banco central del mundo y que defina la política monetaria mundial. Es así, que el emergente mundo multipolar, se constituye en el escenario fundamental para la puesta en marcha de la desdolarización de las economías.

 (*)Hugo Siles Nuñez del Prado es embajador de Bolivia en China

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Sheinbaum y Morena se imponen en mëxico

La contundente victoria del oficialismo en México significa la continuidad de las transformaciones impulsadas por Andrés Manuel López Obrador. Un diálogo con el antropólogo y analista político Sergio Pascual.

Claudia Sheinbaum, la presidenta electa de México. Foto: AFP

/ 9 de junio de 2024 / 06:57

El Punto sobre la i

La contundente victoria electoral de Claudia Sheinbaum en México, el pasado domingo, refleja el respaldo popular a las reformas y mejoras económicas impulsadas durante el último sexenio presidido por Andrés Manuel López Obrador. Los resultados en la votación ratifican que el actual partido de gobierno goza de un amplio respaldo y marca un antes y un después respecto a las fuerzas políticas tradicionales.

Sheinbaum fue elegida como presidenta con el arrasador apoyo del 59,75% de los votos emitidos. Esto más que dobla la votación favorable a su inmediata seguidora, Xóchitl Gálvez, quien obtuvo un 27,45%. El tercero en carrera, Jorge Álvarez, alcanzó un 10,32%.

Detrás de esta votación hay una larga y riquísima historia. Descomunal, como el propio México. Sheinbaum fue la candidata presentada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), fundado en octubre de 2011 al impulso de López Obrador.

Gálvez fue la representante de Fuerza y Corazón por México, una coalición electoral formada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD). Los orígenes de estas organizaciones políticas se remontan a 1929, 1939 y 1989, respectivamente. Nunca va a estar demás recordar el protagonismo y la impronta que dejaron estas fuerzas en la historia mexicana. Con luces, sí, pero a la postre también con enormes sombras. El PRI gobernó por 70 años seguidos, desde 1930 al 2000. En ese tiempo antagonizó con el PAN.

Álvarez se presentó por Movimiento Ciudadano (MC), un partido que se conformó en 1999.

La emergencia de Morena, de un modo u otro, redibujó el campo político mexicano. En 2018, López Obrador llegó a la presidencia con esta sigla y el apoyo del 63,42% de los votos. Claudia Sheinbaum es, a todas luces, un liderazgo propio del partido de gobierno y heredera de la acumulación lograda por el actual presidente.

Para una mayor comprensión del proceso político en el país azteca, por qué pasa lo que está pasando y no otra cosa, conversamos con Sergio Pascual. Él es analista político, acucioso observador, antropólogo, exdiputado en España, miembro del Consejo Ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) y conocedor de la realidad mexicana.

Claudia Sheinbaum celebra tras los resultados de las elecciones generales

¿Cómo llega México a estos últimos resultados electorales y la victoria contundente de Claudia Sheinbaum?

Creo que, en primer lugar, hay que entender que el pueblo mexicano tiene una raigambre republicana muy acentuada en América Latina, más acentuada que la de quizá cualquier otro en la región. Es el único pueblo que hizo una revolución exitosa, como fue la Revolución Mexicana de 1910. Hubo otras experiencias de intentos revolucionarios, pero que han sido frustrados por las élites dominantes, en Perú, en Ecuador, etcétera.

Este pueblo, insisto, venía de alguna manera acumulando unos deseos de cambio desde hace varias décadas. Pensemos que Luis Fernando Colosio estuvo a punto de ser presidente y fue asesinado, frustrándonos el deseo popular de la mayoría mexicana. Hubo un fraude electoral que dejó fuera de juego a Cuauhtémoc Cárdenas, otro de los personajes que se postulaba como un transformador en favor de los pobres. Finalmente, López Obrador emerge como el siguiente personaje que pudiera abanderar ese cambio, esa transformación de México. Además, cuando se habían acentuado los problemas de desigualdad extremos del país tras el periodo neoliberal. Con él pasa también algo parecido a lo que le ocurrió con Cuauhtémoc Cárdenas, donde le roban unas elecciones. Esto provoca es la iniciativa de recorrer el país y acumular esa fuerza social que pedía cambio en una expresión política nueva, que primero fue el PRD y rápidamente se convirtió en Morena, uniendo todas esas demandas populares, toda esa sociedad civil organizada que acumulaba décadas de reclamos, de insatisfacción con gobiernos claramente antipopulares e impopulares, las dos cosas.

Esa es la razón por la cual López de Obrador logra la victoria de 2018, que es una victoria muy amplia, que le permite iniciar unas importantes reformas y transformaciones en México. Aunque no todas las que hubiera querido, porque no logra el dos tercios de las cámaras del Senado y del Congreso. Pero, aun así, fue capaz de emprender un proceso que multiplica las becas escolares, la posibilidad de acceder a la educación universitaria de los mexicanos más pobres, aumenta las pensiones de vejez para la mayoría de los mexicanos, dignifica el trabajo suprimiendo la subcontratación, mantiene los precios de la electricidad cuando en el resto del mundo se estaban disparando. Es decir, una serie de mejoras para la vida de los mexicanos y las mexicanas que claramente han sido refrendadas con la elección del pasado domingo. Ese acumulado y, luego, ese buen hacer de López Obrador durante este sexenio, son los que explican no solamente que se haya revalidado el proceso de la cuarta transformación, sino que se haya ampliado la ventaja que tenía sobre sus opositores.

En 2018, cuando llega López Obrador al poder, el Producto Interno Bruto (PIB) del país era de $us 1,26 billones y en 2023 cierra con $us 1,78 billones. Es un incremento de más del 40%. ¿Qué tanto importan estos resultados en la economía?

López Obrador ha demostrado algo que se viene demostrando en otros países también y que el dogma neoliberal se empeña en refutar sin éxito. Y es que, cuando la clase trabajadora tiene acceso a recursos, incrementa su poder de compra. Algo tan sencillo y tan lógico, que aumenta la demanda interna y eso permite que florezca la economía mexicana. Así que básicamente lo que ha conseguido López Obrador es incorporar al mercado de compra y por lo tanto a la capacidad de demanda, a millones de mexicanos que estaban excluidos de esa posibilidad y que por lo tanto no podían inyectar recursos a la propia economía mexicana. Además, esto se acompaña de un momento en el que, por la geopolítica global, se mira con mejores ojos a América Latina, porque hay un conflicto importante entre Estados Unidos y China. Esto está facilitando lo que se conoce como el nearshoring, que es el retorno de algunas de las empresas norteamericanas que tenían sus cadenas de producción en China a lugares más cercanos al gigante norteamericano, como México y otros lugares de Centroamérica.

Esos dos factores, pero le pongo más peso al primero, han posibilitado este espectacular aumento del PIB. Además, se ha hecho sin aumentar el endeudamiento mexicano, con una lógica que se ha venido a llamar la austeridad republicana, que no se parece en absoluto a la austeridad de los neoliberales. La austeridad de los neoliberales venía de la mano de recortar en sanidad, en educación, en ayudas sociales. La austeridad de López Obrador consiste en recortar en privilegios de los que más tienen. Ese ahorro también ha permitido inyectar más recursos a la economía para emprender obras que hacías décadas que no se emprendían y que han servido para estimular la economía. Obras como el Tren Maya o las refinerías. Esta es el tercer pilar que explica esta bonanza económica.

Varios analistas refieren que el empoderamiento de Morena ha significado también un proceso de polarización. ¿Es así?

Creo que es una trampa esta idea de la polarización. ¿Quieren decir, quiénes hablan de polarización hoy, que no había polarización en México cuando los índices de desigualdad eran extremos? A lo mejor los medios de comunicación no querían señalar ese tipo de polarización, que es el que haya extrema pobreza en un rincón y extrema riqueza en el otro, extrema desigualdad en México. Hoy día en México hay más igualdad que antes y por lo tanto hay menos polarización real y efectiva. ¿Cuál es la polarización a la que ellos se refieren? Bueno, básicamente es a las voces en alza de los sectores que sienten que de alguna manera pudieran estar perdiendo privilegios.

Y es curioso, porque en México realmente no están perdiendo grandes privilegios, dado que no ha habido una reforma fiscal que les haya aumentado los impuestos a los más ricos. Buena parte de los sectores más potentados están ganando más plata que la que ganaban antes. Es una cuestión prácticamente del deseo de ser ellos los que gobiernan, de patrimonialización del Estado. Esas clases poderosas mexicanas no soportan que no sea uno de ellos el que gobierna.

¿Cómo queda la oposición después de una derrota tan profunda?

La oposición tiene varios problemas. El primero está en la propia unidad de partidos que históricamente, al menos, han teatralizado una diferencia como insuperable entre ellos. ¿Cómo es posible, se preguntaban muchos mexicanos, que los del PRI, que se estaban lanzando trastos a la cabeza con los del PAN y viceversa, ahora se junten? ¿Se juntan por qué? Porque en realidad se juntan sólo para intentar alcanzar el poder. No se juntan en favor de los mexicanos. Esa es la primera disonancia cognitiva que les llega a los mexicanos.

La segunda es que tienen una historia absolutamente lamentable de gestión en México. El PRI fue el artífice de los primeros pasos de la neoliberalización en el país. El PAN fue el que lo remató, dando lugar a momentos críticos en términos sociales. Tan críticos, que provocaron revueltas como la de los zapatistas, que casi quiebran el propio Estado mexicano, tal y como lo conocemos. Y han sido partidos extremadamente corruptos, pensemos que están huidos del país, por unas razones o por otras, con más argumentos jurídicos o menos, Felipe Calderón o Enrique Peña Nieto, que andan en España, a buen recaudo para que no caer al alcance de la justicia mexicana.

Esto es algo plenamente reconocido por los mexicanos, que no quieren volver a ese pasado del latrocinio, de gestión en favor de unos pocos. Si además los juntas, es como doblar las tapas. Los peores gobiernos de México se juntan y eso ha amplificado y multiplicado el efecto de rechazo de la gente. Porque piensa que los panistas odiaban a los priistas, y los priistas odiaban a los panistas, y tú le pides a los votantes del PAN que voten por algo donde está el PRI, y a los votantes del PRI que voten por algo donde está el PAN, y a los que ya no eran ni del PRI ni del PAN, pues imagínate, juntos son el doble de malos. Esto ha hundido claramente a la oposición mexicana.

La oposición no le han trasladado a los mexicanos nada más que no les gusta lo que está haciendo Morena, lo cual choca con el hecho de que la mayoría de la gente le gusta lo que está haciendo Morena. Con esto, tienen muchas dificultades para poder salir adelante. En tanto y en cuanto la derecha mexicana, representada por el PRI, por el PAN y por el PRD también, no se regeneren, no encuentren un nuevo horizonte que proponerles a los mexicanos, mientras no incorporen también lo que ha sucedido durante este sexenio y lo que va a suceder en el siguiente, va a ser muy difícil que puedan presentarle cara a Morena honradamente.

¿Cómo se ve el panorama hacia adelante para Claudia Sheinbaum?

Hay un pilar, que es el de la continuidad, que está encima de la mesa. Es la idea de primero los pobres, que enuncia López Obrador. Ahora esto requiere ser ampliado, porque este último sexenio ha servido para dar carta casi de ciudadanía a una buena parte de los mexicanos que estaban excluidos socialmente por la situación de extrema pobreza. Lo que habría que hacer es dar el siguiente salto adelante y mejorar las condiciones laborales muy duras en las que viven muchos de estos mexicanos y mexicanas. Es decir, ahora sí que tendrían que venir las grandes reformas, que sin duda requieren tocar códigos laborales y probablemente reformas fiscales, para que los mexicanos que más tienen aporten más a las arcas públicas y puedan éstas ayudar a redistribuir mejor la riqueza en el país. Esas serían digamos las dos grandes líneas, sobre las cuales ya ha apuntado algunas cosas Claudia Sheinbaum. Es posible que camine en esa en esa dirección, que nos deja de ser de continuidad y profundización de la cuarta transformación.

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Luego hay algunas otras cuestiones que son relativas a el propio modelo de Estado mexicano, en el que se externalizan muchas de las funciones básicas de un Estado, como por ejemplo el suministro eléctrico o el control de un sector de producción vital como es el petrolero. La posibilidad que tiene ahora Sheinbaum con la mayoría de dos tercios en el Congreso y prácticamente con los dos tercios del Senado, le faltan solamente dos senadores para tener la mayoría, que podría negociar con alguno de los partidos más dúctiles de la oposición como es el PRB o el propio MC. Con esas mayorías podría hacer reformas constitucionales que le permitieran ampliar el control estatal sobre el sector eléctrico, sobre Pemex, sanear Pemex.

Además, le permitirían reformar estructuras que se han quedado claramente anquilosadas y burocratizadas, como el sistema de justicia mexicano o el propio Instituto Nacional Electoral.

¿Cómo se interpreta esta elección en el contexto internacional más grande?

Estoy convencido de que América Latina de nuevo está lanzando un soplo de aire fresco al planeta, mientras que en el resto del mundo lo que tenemos son involuciones autoritarias. Las cosas apuntan a que pueda ganar Donald Trump en Estados Unidos, que es claramente un personaje autoritario. En Europa, el auge de la extrema derecha, lo vamos a ver este domingo, que hay elecciones europeas. Van a tener un avance rotundo. Qué decir del autoritarismo en Rusia o en China, con distintas modalidades, pero también, en definitiva, autoritarismo. Frente a todo eso nos encontramos con que los dos grandes gigantes latinoamericanos, Brasil y México, optan por gobiernos de izquierda y por profundizar en sus democracias y hacerlas más populares, si cabe; más amplias, si cabe. Así, creo que en ese contexto hay que leer la victoria de Sheinbaum en México como un soplo de aire fresco que va a animar a muchos en Latinoamérica y a escala global también, porque México no es un país menor, sino que es uno clave en el concierto internacional, por sus recursos, por su centralidad manufacturera, por su irradiación en lo político, etcétera. Así que me parece que es un hito absolutamente clave, junto con la victoria de Lula en Brasil.

No quiero dejar de mencionar al tercer país en dimensiones de América Latina, que es Colombia, que también tiene un gobierno progresista, el de Gustavo Petro. Justo cuando en el resto del planeta pareciera que todo el mundo va en dirección contraria, en dirección involucionista.

 (*)Pablo Deheza es editor de Animal Político

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