El ampliado electoral de arranque del MAS
Ministerios involucrados, apertura hacia no militantes, deponer las ambiciones, son algunas de las líneas.
Ha sido el primer ampliado del año electoral, el que sienta las líneas prácticas del camino a seguir y en el que, además, el presidente Evo Morales puso la vara que hay que superar: nada menos que el 70% de la votación. Un ampliado extraordinario del Movimiento Al Socialismo (MAS) relámpago que, como adelantó por la mañana el Mandatario, debió trabajar “por tiempo y materia”, hasta cristalizar sus resoluciones. Allí también se recordó, como una suerte de ‘programa-norte’ la Agenda Patriótica 2025.
Primero se destaca como un “récord latinoamericano” el 45% de votación en las primarias del 27 de enero, aunque el vicepresidente Álvaro García el día del comicio había dicho que una participación por debajo del 50% era para preocuparse. Luego, es llamativo el marcado rol que da el ampliado a los ministerios: de no ser por los equipos técnicos ministeriales y de alcaldías “no se hubiera avanzado” en las primarias; en los ministerios se deben organizar debates sobre los temas nacionales; y los ministros deben informar y generar debate sobre el programa de gobierno. (Ver el listado adjunto)
El las tareas ideológicas, se dispone la difusión del SUS; además de visibilizar los avances del proceso. Hay dos específicas resoluciones alusivas a la juventud: que debatan en cada departamento, con vistas a un encuentro nacional el 21 de septiembre, y encargarse de la batalla digital.
PROGRAMA. En lo relativo al programa de gobierno, éste tiene distintas fuentes: debe ser debatido en cada departamento; debe invitarse a personalidades (profesionales, empresarios e intelectuales), aunque no sean del MAS; los ministerios deben generar el debate regional; y, el programa también podría nutrirse de los conversatorios de análisis en que estén, Morales, García y ministros.
También hay las “resoluciones administrativas”: inscribir a nuevos militantes; ampliar el mandato de la directiva; deponer la ambición dirigencial, con la expresa advertencia de que la forma de elegir a candidatos a las justas de octubre, será en ampliado, y que se debe “cuidar a los líderes emergentes”; y la llamativa tarea de hacer programas y eventos cortos, “para no cansar a la gente”.
Aunque no está en las resoluciones, también se formuló la idea de “recuperar a los disidentes”.
No es poco la alusión a los ministerios y ministros: ¿hablamos de los funcionarios del Estado o de los militantes del partido? Para el sociólogo Jorge Komadina Rimassa, “no es un hecho positivo, pues se confunde el Estado con el partido político. Debería estar lo más claro posible la diferencia entre ambos, porque el Estado no pertenece a un partido, es de todos los bolivianos, lo mismo sus recursos; es anómalo, pues no se pueden disponer estos recursos con fines de carácter partidario”.
Es más, es un hecho que al propio MAS le debería preocupar, destaca el analista: “Esto está demostrando una debilidad en la estructura interna y en la capacidad de movilización del MAS; tener que depender de las estructuras estatales, de sus recursos, sus informes, personal de apoyo”.
El exministro de Autonomías Hugo Siles Núñez del Prado, en cambio, apunta que cada funcionario público aparte de saber distinguir el tiempo de trabajo laboral del destinado a la actividad partidaria, al mismo tiempo está en la obligación de promover la opinión informada de la ciudadanía, lo que se hace difundiendo y generando debate precisamente de los temas de la agenda nacional.
POLÍTICAS. Las resoluciones “hacen hincapié en socializar las grandes políticas públicas que están en proceso, el gas, el litio, la urea; y para ello es un deber y una responsabilidad que las diferentes carteras de Estado puedan motivar, seguramente en fines de semana o en horarios no laborables; en muchos casos, harán mayor proselitismo, en otros, es parte de la gestión que los ministerios puedan facilitar y proyectar el debate de estos temas; es absolutamente sano, legítimo; finalmente es una necesidad que la cultura política, tanto dentro del MAS como en el propio sistema político boliviano aumente, es positivo: esto, por lo demás, cualifica la democracia: que esté informado, tanto el militante (del MAS) como un ciudadano que no lo es”.
Ahora, una resolución que se puede calificar de prudente es la séptima, coinciden ambos analistas, pues abre la posibilidad de que para discutir el programa de gobierno del MAS se pueda “convocar” a “profesionales, empresarios e intelectuales, aunque no sean del MAS-IPSP”.
Mientras para Komadina el hecho de invitar a gente con “otra visión puede oxigenar y refrescar un poco el debate interno, hacer posible renovar las propuestas, tanto a escala nacional como departamental”, para Siles es positivo porque permite contrarrestar ciertas resistencias de algunas dirigencias y permite recoger aportes de “simpatizantes del proceso de cambio” o de quienes no siéndolo, “tienen contribuciones que tengan que ver con el ajuste de ciertas políticas públicas, y que ahora tienen un espacio de apertura más visible”.
Aunque Komadina desconfía de esta “apertura”, “el MAS es un partido muy compacto, con capacidad de movilización, pero con muy pocos espacios democráticos de reflexión y de autocrítica; mientras esto no suceda, va a estar anclado en sus bases tradicionales, sobre todo las organizaciones sindicales campesinas. La construcción de una hegemonía requiere más que eso, requiere la formación de un bloque social que incluya a otros sectores, en este caso, a la clase media, un sector muy potente en términos numéricos y con gran capacidad de influencia en las redes sociales y en la opinión pública”.
En lo relativo a la advertencia contra las “actitudes ambiciosas” en la militancia (resolución 11) y la reiteración de que los candidatos a las elecciones generales serán designados en ampliados, Komadina insiste en que ésa precisamente no es la práctica del actual MAS, y que bien haría en recuperarla. En rigor, la referida designación en ampliado sucedió en 1995 y 2004, dice: “La característica del MAS era tener un fuerte vínculo orgánico entre el mundo social y el mundo político, pero creo que en el último tiempo ese vínculo se ha roto; más bien ha habido designaciones corporativas y nominaciones hechas desde la alta cúpula del MAS, en contra de la elección de los representantes. Yo creo que el MAS ganaría mucho si es que recupera esta práctica de respetar la decisión de los ampliados sindicales para elegir a sus distintos representantes”.
AMBICIONES. Si bien Siles reconoce la “pugna interna” por ambiciones personales, destaca como guía lo que dice Morales: “El cargo lo busca a uno, no uno busca el cargo”; eso, dice, “resume esto de cuidar a los dirigentes y evitar estas pugnas por ambiciones personales que existen y que en más de una década hemos visto conflictos que el propio Presidente ha tenido que solucionar con la reflexión y el acercamiento de las partes”.
Sobre las redes sociales, la eterna preocupación del MAS, que en las resoluciones del ampliado está en el punto 12, el investigador Komadina llama la atención de que aquí “lo importante es tener cosas que comunicar, argumentos, ideas, planes, programas; no hay que ver (a las redes sociales) como un mecanismo de contrapropaganda, de denigración del otro, sino más bien en un sentido positivo de generar contigüidades, redes, corrientes de opinión”. Siles, en cambio, es de la opinión de que ya no es tan desequilibrada la relación entre el MAS y sus adversarios, que “antes era de 8 a 2; hoy creo que la relación en términos de participación y uso de las redes está en 50 y 50”. Para el exministro, aquí no se necesita de mayor inversión, “no hay presupuesto para guerreros (digitales); la militancia del MAS puede asumir la condición de ciudadano cibernauta, como un derecho democrático de participar”.
Finalmente, mientras para Siles no es nada casual que una de las resoluciones (la 6) esté referida expresamente a la juventud, pues en todo el país existen estructuras juveniles masistas o cercanas al partido, para Komadina el reto mayor del MAS, y que solo se menciona de paso en las resoluciones, es la batalla por las clases medias. “Esa población es la que va a definir la próxima elección; es un grupo que ha crecido enormemente la última década, y que vive en las ciudades, tiene ciertos niveles de educación, hace uso de las redes sociales, y políticamente es muy flotante: puede participar en las concentraciones del 21F o haber apoyado al MAS en las anteriores elecciones. Yo creo que esta clase media está un poco desencantada con el proceso de cambio, y está orientándose hacia otros candidatos.
Entonces, esta es una de las batallas más importantes, y la que va a definir la elección. Y para interpelar a las clases medias hay que reconocer sus demandas, sus intereses, hay que formar un discurso que las incluya. Y creo que este es un talón de Aquiles de la última gestión gubernamental”.