Lo que queda después del cabildo
Imagen: @luchoxbolivia
La cita en el alto marcó un antes y un después, intensificando la pugna interna dentro del partido de gobierno.
Imagen: @luchoxbolivia
Armando Ortuño, César Navarro y Manuel Morales comparten su análisis luego de la masiva cita en la ciudad de El Alto el pasado martes.
El punto sobre la i
El pasado miércoles, en el programa Piedra, papel y Tinta, de LA RAZÓN Plus, de nuestra casa editora, tres analistas dieron sus perspectivas sobre la situación del MAS-IPSP, luego del cabildo que tuvo lugar en la ciudad de El Alto, el último martes. El exministro de Minería, César Navarro, el comunicador, Manuel Mercado, y el economista, Armando Ortuño, compartieron sus valoraciones con la directora de este medio, Claudia Benavente.
La ocasión para el análisis resulta ser oportuna y relevante porque el partido de gobierno viene de una medición de fuerzas que se dio en dos tiempos. Un primer momento fue el congreso celebrado en la localidad de Lauca Ñ, en el trópico cochabambino, entre el 3 y 4 de octubre. El segundo episodio fue el cabildo en El Alto.
Como es usual en este tipo de acontecimientos, no sólo cuenta lo que se vio en el teatro de los hechos, sino que también es relevante lo que, en ambos casos, queda por fuera. Los autodenominados evistas o radicales mostraron lo suyo en el congreso. Los autotitulados arcistas o renovadores hicieron lo propio en la ciudad alteña.
“Hasta aquí llegó el MAS, tal como lo conocimos. Lo que sigue ahora forma parte de un antes y un después, me da la sensación”, dijo Benavente al iniciar el diálogo. La semana estuvo repleta de frases literalmente aguerridas desde ambos frentes y la beligerancia no hace otra cosa que intensificarse, confirmando que la sumatoria de hechos durante la semana se constituye en un parteaguas.
“Estamos viviendo un momento en la consolidación política de una corriente, de un bloque, que interpreta un sentir que ya se venía acumulando dentro del MAS desde antes del referéndum, desde antes de 2016. Lo que se ha ido nucleando alrededor de la candidatura y posteriormente la presidencia de Luis Arce, es en realidad una expresión de muchos sectores, regiones, grupos que se han sentido desplazados o que han sido subestimados. Son términos sobre los que hay que volver repetidas veces para analizar lo que está sucediendo hoy en la política, especialmente dentro del MAS. Simplemente no han compartido posiciones y visiones y no han sido adecuadamente escuchados”, afirma el comunicador Manuel Mercado.
Señala que tuvo lugar un “proceso de acumulación. Evo tiene un estilo de tomar decisiones, de administrar el poder, no de repartirlo necesariamente, sino de administrarlo. Creo que eso es lo que se ha ido acumulando. Hubo momentos en los cuales, por ejemplo, no era bien visto el tener una voz disonante al interior del MAS. Mucha gente podía señalarte como libre pensante y eso era terrible. El libre pensamiento se oponía al modelo, en este caso, de centralismo democrático. Entonces lo que veíamos ahí era una falta de capacidad para procesar otras opciones, otras visiones al interior del MAS. No concuerdo con la visión que señala al expresidente Evo Morales como autoritario, porque eso sería un exceso definitivamente. Pero no había un metabolismo interno que podía procesar otras voces, otras visiones y otras alternativas”.
Rememorando, el comunicador sostiene que “lo que hemos visto que se ha empezado a consolidar, en realidad el 2020, ha sido un espacio en el cual el Pacto de Unidad y la Central Obrera Boliviana (COB) empiezan a jugar un rol mucho más importante. Son ellos los que convocan al paro nacional de julio de 2020. Ahí estaba también Felipe Quispe, el Mallku, ahí estaban diferentes organizaciones, que son los que finalmente logran establecer la fecha de las elecciones del 2020. Ese fue un hito muy importante. Entonces, ese bloque, que no tenía un control tan férreo de parte del equipo más cercano al expresidente Morales, es el que empieza a generar nuevas condiciones políticas. Obviamente, de manera ya mucho más explícita, lo vemos en el cabildo. O sea, cuando se saca un manifiesto que establece no solamente una nueva relación entre ese bloque con el Estado, porque le da una serie de encargos al presidente en su calidad de presidente, sino también le da una serie de encargos al instrumento político. Sí, entonces estamos en un momento en el cual se está reconfigurando no solamente el MAS, no solamente el instrumento político, sino el bloque nacional popular que ha acompañado durante todos estos años el proceso de cambio”.
El exministro de Minería, César Navarro, viene de una larga tradición como militante del MAS y atestiguó muchos momentos fundamentales en la historia del actual partido de gobierno. Parte de esa base para formular su reflexión. “Muchas veces se cree que el hecho político de lo nacional popular se inventó o se descubrió en 2020. Muchas veces se cree que aparentemente la crisis que estamos viviendo hoy en día tiene como referencia el referéndum del 2016. Yo creo que esa es una visión hiper cortoplacista, porque es no entender y no comprender cuál es la forma constitutiva de la política en nuestro país. He escuchado reiterativamente hablar que el instrumento político es hijo de las organizaciones sociales en plural, sin tomar en cuenta los momentos políticos de fundación del mismo y quiénes son los actores directos que determinan ese hecho”, señala.
También puede leer: El cabildo, un patrimonio
Navarro afirma que “hay dos momentos determinantes. Uno es marzo de 1995 y el otro es enero de 1997. En el primero se da el congreso del instrumento político en Santa Cruz, que fue convocad por la CSUTCB y con el visto bueno de la COB. Cerca del 90% de participantes del evento fueron campesinos de la Federación de Campesinos de Cochabamba y del trópico de Cochabamba. No participan aimaras, no participa el norte de Potosí, no participa el movimiento campesino de Potosí que estaba con Félix Santos y el Eje Pachakuti, ni siquiera los campesinos de la provincia Chayanta de Potosí que estaban con el MBL. Entonces, los actores constitutivos del instrumento político en 1995 son cocaleros y campesinos de Cochabamba. En 1997 se da el ampliado nacional, presidido por Román Loaiza, ya en su condición de Ejecutivo de la CSUTCB y ahí se decide lanzarse a las elecciones nacionales con la sigla de la Izquierda Unida y el primer candidato a presidente es Evo Morales y el vicepresidente es Alejo Veliz. En este evento participa Félix Santos, abandona el evento porque decide postularse a la diputación, con el candidato a presidente Ramiro Barrenechea. Entonces cuando hablamos del instrumento político como hijo de las organizaciones sociales yo creo que es importante identificar quiénes son los actores políticos que hacen posible la materialización del instrumento político”.
“La estrategia de poder que fue lanzada por las organizaciones campesinas y cocaleros desde 1999, cuando son las elecciones municipales donde participa por primera vez el MAS como sigla electoral. El MAS tiene una participación cerca del 30% en el territorio nacional. Pero, en las elecciones municipales del 2004 el MAS tiene presencia ya en casi el 80% del territorio nacional. Es decir, la estrategia política que plantean es tener una presencia territorial vía organización sindical en cerca de 300 municipios de todo el país. En aquel entonces había alrededor de 330 municipios. Por eso es que al enfrentar las elecciones del 2005, donde ganan Evo Morales y Álvaro García Linera con el 53,7%, tenía como antecedente ya una presencia territorial en todo el país. Entonces, esta es la estrategia política que ha permitido tener un alto nivel de estabilidad política y triunfos electorales en 2004, 2005, 2006, que son la elección de constituyentes, el 2008, el referéndum, el 2009, el 2010, el 2014 y la victoria de 2020”, sostiene el exministro.
“Por último, creo que en función de lo que ha pasado el congreso de Lauca Ñ y el cabildo, básicamente el actor político de la política es lo nacional popular. Es el actor político de la política”, asevera Navarro.
Por su parte, el economista y columnista de LA RAZÓN, Armando Ortuño, afirma que “si uno puede sacar algo de todos estos eventos, son algunas conclusiones. Una es que se ratifica, evidentemente, la fractura y el riesgo de división del MAS, con un enfrentamiento entre sus líderes, sus principales referentes, que es bastante fuerte y está llegando a un nivel que es un dato político que no se puede obviar. Un segundo elemento es que, tanto el congreso como el cabildo, confirman el problema que hay dentro del MAS y que éste no puede resolverlo: es la dificultad de ambos sectores de procesar la pluralidad, porque ambos reclaman la pluralidad, pero, ninguno es capaz de reconocer al otro. Es decir, ambas facciones se reclaman plurales, pero ninguno es capaz de reconocer a la otra para encontrar una solución instrumental para resolver sus diferencias. Esto nos lleva a la gran conclusión, que detrás de todo esto existen intereses personales, de grupo, etcétera, que parecen ser determinantes, más que la búsqueda de un mecanismo acordado entre todos”.
Ortuño refiere “una tercera conclusión concreta, que es que todos esperábamos algunas certezas después del congreso y luego del cabildo. Sucede que esta crisis del MAS tiene efectos sistémicos, tanto en la política como en la gobernabilidad del país. Todos estábamos esperando que estos eventos den cierta certidumbre sobre por dónde va este proceso. Aparte de que cada uno ha mostrado su fuerza, su músculo, bárbaro, todos salimos con la misma incertidumbre que hace cuatro meses. En concreto, no sabemos cómo el MAS va a resolver su problema interno que ahora se traslada al tema judicial, porque por mucha demostración de fuerza que hay, al final todo esto parece que acaba en estrados judiciales y en el Tribunal Supremo Electoral”.
Así las cosas, el economista no es muy optimista sobre el porvenir. “Yo veo de aquí a dos, tres, cuatro meses nuevos bloqueos o autobloqueos, para utilizar esa referencia. Y pueden seguirse autobloqueando no sé cuánto tiempo más, pero no nos resuelve el problema ni el congreso, ni el cabildo. Estamos esperando cierta certidumbre para saber si hay mayoría legislativa para gobernar este país. La respuesta hasta ahora es que no sabemos”, concluye.
(*)Pablo Deheza es editor de Animal Político