Tití fue abandonado en un basural de Sucre, hoy se recupera de una neumonía
El mono fue víctima de traficantes de animales silvestres, y vendido a una familia. Una mujer lo rescató y lo llevó hasta Puerto Suárez.
El pequeño Tití se recupera de una neumonía. Foto: Jerjes Suárez
Fue arrancado de su hábitat pocos meses después de nacido. Tití es un mono que fue botado en un basural por su deteriorado estado de salud. Fue diagnosticado con neumonía.
El simio fue víctima de traficantes de animales silvestres, fue vendido y llevado a la ciudad de Sucre. Así, el mono fue privado de su libertad para ser sometido a maltratos y descuido de su nueva familia.
Las bajas temperaturas de esa ciudad chuquisaqueña le afectaron a sus pulmones y cada día su estado de salud empeoraba. Ante esa situación “su familia humana” decidió deshacerse del animal y lo abandonó en un basurero.
“Una profesora que estaba de visita en Sucre vio al animal en un basural y no dudó en recogerlo y lo trajo hasta Puerto Suárez. El monito estaba mal, tenía los ganglios linfáticos torácicos inflamados, fue diagnosticado con neumonía”, contó a La Razón el activista y veterinario Jerjes Suárez.
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Tití fue mascotizado
Tití tiene apenas seis meses de nacido. En su rostro y sus ojos se reflejan tristeza y también temor que lo demuestra cuando una persona desconocida se acerca a él, “parece que las personas que lo botaron al basurero lo maltrataban, por eso se ve temor e inseguridad”, dijo el veterinario.
Tras un tratamiento médico, Tití recupera de forma favorable. El mono ya silva y canta; también juega con los otros animales que están en el albergue que instaló el veterinario Suárez en Roboré.
“Le encanta la papaya, la chirimoya. Debido a que fue mascotizado también sabe manejar muy bien las cucharas para tomar sus alimentos y sus medicamentos”, contó Suárez.
En Bolivia la tendencia de animales silvestres es un delito y está penado por la Ley de Medio Ambiente 1333, que en su artículo 111 indica: «El que incite, promueva, capture y/o comercialice el producto de la cacería, tenencia, acopio, transporte de especies animales y vegetales, o de sus derivados sin autorización o que estén declaradas en veda o reserva, poniendo en riesgo de extinción a las mismas, sufrirá la pena de privación de libertad de hasta dos años perdiendo las especies, las que serán devueltas a su hábitat natural, si fuere aconsejable, más la multa equivalente al cien por ciento del valor de éstas”.
Sin embargo, esta norma es pasada por alto por los traficantes que se dan modos para capturar a los animales para ofrecerlos a la venta.