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Pedro Susz: Hemos renunciado a la búsqueda autónoma de visiones disímiles

El cine y la comunicación, dos de las pasiones de Susz, son la sustancia de sus nuevas obras.

/ 15 de agosto de 2018 / 11:00

Vasto es el legado de Pedro Susz como crítico de cine e igual de importante y fértil es su aporte como académico e intelectual. En esta entrevista conversa acerca de dos de sus más recientes obras editadas por Plural Editores este 2018: la quinta entrega de Papeles de cine y Para una filosofía de la insubordinación 2, en la que explica la vorágine de mensajes y formas de consumo mediáticas a las que se expone el individuo y la acción para liberarse. Ambas publicaciones —además de Historia del cine boliviano 1897-2017, escrita por Susz junto con Alfonso Gumucio, Santiago Espinosa y Andrés Laguna— están disponibles en la Feria del Libro, que cierra esta jornada.

— Es la quinta entrega de Papeles de cine, que recolecta sus cavilaciones sobre el cine en sus múltiples facetas. La primera parte está dedicada al cine boliviano, donde aparte de las críticas destacan los detalles sobre La campaña del Chaco. ¿Cómo marca a la producción boliviana el fin del cine silente?

Para una producción como la nuestra, enfrentada a una escasez de recursos de producción, a la ausencia de políticas estatales de fomento y al reducido tamaño del mercado interno —en aquella época mínimo—, el cambio de las condiciones técnicas de rodaje y exhibición supuso desde luego un escollo mayúsculo. Adicionalmente, no conviene perder de vista que tales cambios, generados en la industria entonces en pleno proceso de penetración hegemónica en el mercado mundial —a la producción de Hollywood me refiero, claro—, respondían justamente a dicha estrategia para copar los mercados del mundo entero cuando las grandes corrientes migratorias, del campo a las ciudades y de un continente al otro, habían consolidado un público urbano con un lenguaje compartido y en creciente medida alfabetizado, lo cual permitió que el subtitulado se convirtiera en una práctica habitual. Si el cine se había mantenido hasta entonces, la segunda década del siglo pasado, silente —que no mudo, pues siempre tuvo algún tipo de acompañamiento sonoro— no fue por limitaciones técnicas, puesto que mucho antes ya se contaba con los dispositivos necesarios para sonorizar las películas. Si no se los utilizó fue por un cálculo comercial, en atención a las características prevalecientes del espectador medio (en gran medida analfabeto o desconocedor de la lengua del país de adopción), ya que las clases acomodadas despreciaban al biógrafo considerándolo un entretenimiento menor. Volviendo empero a nuestra realidad, la escasa producción silente local, se vio aún más rezagada e impedida de competir frente a las películas extranjeras con sonido incorporado. De allí que pasaron un par de décadas antes de los primeros ensayos de cine sonoro boliviano recién en la segunda mitad de la década de los 40.

— ¿Cómo aborda la crítica de una película boliviana? ¿Hay concesiones en relación a un producto de Hollywood?

Siempre he intentado contextualizar las películas bolivianas de cara a las severas limitaciones que en materia de recursos, y a la persistente ausencia de políticas estatales de fomento, conspiraban, y en muchos casos todavía limitan una producción más sostenida. Lo cual no supone, empero, una excusa para aquellos trabajos lastrados por deficiencias de guión, realización o mero desconocimiento de las reglas básicas de la narración cinematográfica. He intentado, y sigo intentando, en suma equilibrar el juicio poniendo en la balanza ambos aspectos, sin que ello entrañe una concesión, lo cual sería hacerle un flaco favor al cine local.

— “El crepúsculo” está dedicado a los más recientes trabajos de directores consagrados ¿Con qué considera que tiene que ver este decaimiento en la obra de estos realizadores?

El cine mainstream enfrenta una severa crisis de creatividad enmascarada por la abundancia de recursos técnicos y efectos con la cual se intenta maquillar la falta de creatividad para seguir haciendo de las películas una ventana al mundo, un instrumento de indagación en la realidad, en los problemas de individuos y colectivos, de aproximación a formas de ver el contexto alejadas de los patrones impuestos por el consumismo y la banalidad. Esto ha relegado a los verdaderos autores a un lugar aún más secundario que en épocas no tan lejanas y ha lastrado el surgimiento de nuevos autores en condiciones de tomar el relevo de aquellos que ya se encuentran próximos al retiro o cuya obra ya muestra inocultables signos de fatiga, que transitan en suma una instancia crepuscular de su filmografía.

— Al leer sus críticas, algo que destaca mucho es el humor con el que aborda muchos de los textos; demoledores pero deliciosos de repasar. ¿Qué función cumple el humor en su escritura?

El humor, se sabe, posee un filo crítico muy especial. Por lo demás solo tomándose con buen humor buena parte de las paquidérmicas, y vacías, producciones del grueso de aquello que llega a las pantallas es dable soportarlas. En todo caso siempre he creído que la crítica no posee el carácter de verdad revelada, es apenas una opinión informada, y que su función consiste en incentivar la propia distancia crítica del espectador-consumidor, tarea de desentumecimiento de la pasividad consumista a la cual el humor puede contribuir lo suyo aportando un criterio que enriquezca el del espectador luego de ver la película, que es cuando deberían leerse las críticas.

— En la segunda publicación, el ensayo Para una filosofía de la insubordinación 2, expone el laberinto mediático ante el que el individuo se halla y habla de la acción para lograr liberarse como sujeto. ¿Por qué es necesario pensar no solo el poder, sino la insubordinación en este momento?

Este segundo volumen de Para una filosofía de la insubordinación tienta a pensar el poder desde y, al mismo tiempo, frente al laberinto mediático, completando un ejercicio de pensarnos hoy que en el primer volumen abordaba la libertad, la cual no puede interrogarse sin considerar en paralelo cuáles son los instrumentos utilizados ahora por el poder para asegurar su reproducción y su penetración en todos los resquicios de la vida en sociedad a partir de la mundialización del capitalismo informático. Y son justamente dicha expansión, aunada al consumismo, a la transformación de la intimidad de cada quién en una mercancía, al manejo del miedo a quedar desconectado, al imperio del espectáculo como forma de vaciamiento ideológico, los rasgos que configuran el desafío a recobrar el sentido analítico y la capacidad autónoma del sujeto y de los colectivos para imaginar un futuro distinto, posible empero únicamente a partir de la puesta en acto del pensamiento reflexivo y de la disponibilidad a barruntar otras realidades factibles.

— El entretenimiento como herramienta del poder se hace evidente desde el nombramiento de “actos” en lugar de “capítulos” en su obra. ¿Cuál es su funcionamiento?

La realidad real es objeto de una sustitución creciente por una realidad virtual moldeada por el entretenimiento, por la espectacularización de cuanto acontece y por el reemplazo de la información por la “infoxicación” aluvional que nos faculta tener en pantalla, de manera absolutamente superficial, pasajera, las novedades que dejarán de serlo al instante siguiente en medio de una promiscuidad donde aparece entremezclado el reciente escándalo sentimental de las estrellas del mundo del espectáculo o del deporte, con los horrores de los inmigrantes africanos y las primicias del flamante desodorante puesto en el mercado. Vemos todo, pero no nos enteramos de nada. Utilizamos programas de búsqueda que terminan encerrándonos en una burbuja que retroalimenta aquello que gustamos, creemos o pensamos, sin dejar alternativa a una búsqueda autónoma que nos encare a visiones u opiniones disímiles, opuestas, que nos obliguen a la interrogación permanente que es el nutriente de cualquier libertad legítima.

— Ante este panorama, ¿qué características debiera tener esta insubordinación?

Lo dicho. Se trata de desmitificar las maravillas de la digitalización de la realidad, de tomar distancia de la tecnología como profecía autocumplida, para sobreponerse a la fascinación alelada frente al sucedáneo de la comunicación real y recobrar el sentido de la realidad como tejido consciente y cotidiano de un tramado social en condiciones de responder a los desafíos irresueltos de la construcción de una sociedad verdaderamente incluyente, soberana, donde el sujeto deje de serlo de la retórica del espectáculo, de la banalización, del escándalo, del reemplazo del debate ideológico por la estupidez de los memes y otras coartadas para encubrir la subordinación global a los designios de la antes aludida mundialización del capitalismo informático.

— ¿Qué es lo que se entiende como “laberinto mediático”?

Es el tramado digitalizado de la mitificación tecnológica que nos trasmuta en objetos, en datos, vendibles por los administradores de las redes y plataformas, asociadas a los otros medios, tradicionales digamos, en particular la televisión y el cine, que nos encierran en un laberinto virtual sin salida, donde las nuevas generaciones en particular resultan reducidas a la condición de “huérfanos digitales” o acaban atrapados por la digitodependencia, patología —ya reconocida como tal por la Organización Mundial de la Salud—, que va cobrando carácter de pandemia universal. Ello sin mencionar los daños cerebrales, científicamente probados, en los niños a consecuencia de la atolondrada incorporación de tablets y ordenadores al aula escolar sin la menor distancia reflexiva y respondiendo a los intereses comerciales de los fabricantes de tales adminículos.

— La tecnología ofrece grilletes, imperceptibles, a la libertad. ¿Cuál es su impacto en un medio como el boliviano? ¿Se ofrece en el país resistencia al estado de las cosas?

La sola observación fáctica, puesto que no existen estudios serios, permite constatar la creciente dependencia del grueso de la población, adolescente sobre todo, a los referidos adminículos. A ello es pertinente añadir la atontada adopción de los flamantes métodos de registro de identificación personal que acaban siendo el modo de renuncia “voluntaria” a la intimidad y facilitando el espionaje personal por los administradores hegemónicos de redes y plataformas, del poder en suma, así como la referida “modernización” del sistema educativo mediante la dotación de equipos informáticos a las escuelas sin la debida preparación de los docentes para un manejo responsable de los mismos. Estamos en suma muy lejos de ofrecer una resistencia crítica, insisto en el concepto, al estado de cosas, adicionalmente ausente casi por entero del empobrecido debate político actual.

Perfil

Nombre: Pedro Roberto Susz Kohl

Nació en: La Paz, 1948

Comunicador

El actual presidente del Concejo Municipal de La Paz se declara agnóstico, stronguista y amante del jazz clásico. Está casado y sus hobbies son caminar, escribir, leer, ver cine. Escribe regularmente sobre cine, política, filosofía y eventualmente sobre fútbol.

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‘Hotel Hazbin’: entre pecados, música y redención

Vivienne ‘VivziePop’ Medrano ofrece una serie que deconstruye las ideas del infierno

Por Miguel Vargas

/ 7 de abril de 2024 / 06:47

Eso de que un pecador arderá en el fuego eterno y le rechinarán los dientes por los tiempos de los tiempos no va más: Hay sobrepoblación en el Infierno, motivo por el que un ejército de ángeles hace cada año una depuración, exterminando demonios para que entren nuevos caídos. Ese es el planteamiento de Hotel Hazbin (Amazon Prime), serie animada musical que deconstruye los conceptos del bien y el mal, del pecado y la redención.

Con una paleta donde predominan las formas punteagudas y el contraste entre el negro, el rojo y el blanco, la serie creada por la artista estadounidense Vivienne ‘VivziePop’ Medrano, inspirada en creencias judeocristianas y en la demonología, presenta a la cándida Charlie Morningstar, hija de Lucifer y Lilith. Como princesa del infierno, la rubia joven se ha propuesto combatir la sobrepoblación de su reino rehabilitando a pecadores y demonios mediante una insospechada estratregia: la redención hacia la bondad en su Hotel Hazbin.

El programa recurre a estas figuras mitológicas para replantear y explorar los orígenes de lo que consideramos malo y se lo contextualiza en la sociedad actual. Cada personaje representa el lado humano de la virtud y el pecado. Así se presenta a un Adán vanidoso, por tratarse del primer ser humano, sediento de sangre de demonio, a pesar de ser un ángel, y se plantea a Lucifer como alguien que confió en que el ser humano tome buenas decisiones en el momento de tener libre albedrío.

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Hotel-Hazbin

La música —creada en un estilo que navega entre la tradición de Disney y la ópera rock de Broadway— y la animación son la pieza clave para navegar por las aguas pantanosas de los dogmas de fe y cuestionarlos: ¿un ángel que no quiere salvar la vida de un niño demonio debe ser desterrado? ¿Quien es víctima de un proxeneta es un pecador? ¿Obedecer la ley aunque implique una injustica es lo más importante?

En un programa lleno de colores y de notas musicales, los grises se van imponiendo poco a pocoen una primera temprada sin pierde. Y es que más que respuestas, como hace todo buen arte, siembra preguntas que uno mismo debe responder.

Texto: Miguel Vargas

Foto: Internet

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Silvia Cuello saca a la luz el abismo

A través de ilustraciones, la artista visual recorre en un libro y en una exposición en el Museo Nacional de Arte su proceso contra la depresión

Por Miguel Vargas

/ 25 de febrero de 2024 / 06:49

No son frecuentes las valiosas oportunidades en que podemos encontrarnos con una narración tan bien ilustrada y elocuente de algo que resulta ser muy profundamente subjetivo: las vivencias de experiencias y emociones de la depresión, descritas por una persona que nada más y nada menos es una de sus protagonistas”, escribe la doctora Elizabeth Patiño Durán, presidente de la Sociedad Boliviana de Psiquiatría, en el prólogo del libro El abismo ilustrado, obra que con motivo de la exposición de igual nombre que la artista Silvia Cuello presenta en la sala Diez de Medina el Museo Nacional de Arte (Comercio y Socabaya) se plasmó en un tiraje inicial de 50 ejemplares. “Mi objetivo es lograr apoyos para realizar una tirada grande y que el libro pueda distribuirse en escuelas y centros psiquiátricos y sanitarios”, visiona la artista española radicada en Bolivia.

“En un despliegue de genialidad, Silvia nos muestra con una impresionante sutileza, en los trazos diáfanos, precisos y hermosos de sus pinceles y de su pluma, las diferentes manifestaciones del cúmulo de vivencias y emociones tormentosas, que caracterizan este trastorno”, continúa la especialista que trató a la artista, quien fue diagnosticadahace varios años con depresión crónica.

“En medio de todo ello, la motivación y el eje central que movió a Silvia nos muestra su gran capacidad de resiliencia, sobreponiéndose a la adversidad y presentándonos esta obra de arte que además se constituye en una innovadora guía, para ayudar a quienes atraviesan cualquiera de las formas de depresión, a sentirse menos solas y menos ‘locas’, y brindar valiosas pautas de empatía a las personas que las rodean, para entender, comprender, acompañar e impulsar a buscar ayuda a tiempo”, finaliza Patiño Durán, presentando la serie de 26 ilustraciones que conforman la exposición.

“La depresión es una enfermedad que despierta poca empatía. Apenas se habla de su existencia y muchas personas la padecen en silencio, o incluso sin saberlo.  Aunque es una idea extendida, la depresión no equivale a estar triste, sino que se trata de un trastorno mental complejo y difícil de describir, que en los casos agudos impide desenvolverse en la vida cotidiana”, introduce Cuello sobre la temática que explora El abismo ilustrado.

La artista nació en 1980 en Barcelona, España, es licenciada en Bellas Artes y se dedica a la pintura y a la docencia. Llegó a Bolivia como voluntaria a Cochabamba, y se quedó explorando distintos lenguajes, como el collage. Para esta muestra, el vehículo fue la ilustración.

“La depresión no es algo a tomar a la ligera, es la principal causa de suicidio a nivel mundial. Mirar hacia otro lado, tanto si el problema lo padece uno mismo, como si lo sufre alguna persona de nuestro entorno, agrava la situación. En la mayoría de los casos la depresión se puede curar, pero solo si se trata a tiempo con ayuda profesional”, acota la creadora.

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“Cada persona sufre de manera distinta la depresión pero, aunque los síntomas sean diversos, lo que siempre está presente es un padecimiento mental atroz, muy activo y difícil de describir. Es por ello que, en un intento de darle una forma visual a ese sufrimiento, he querido hacer este libro, cuyos principales propósitos son tres: En primer lugar, tratar de que las personas con depresión se sientan un poco menos solas en su lucha, al mostrarles que lo que están sintiendo no es algo raro. En segundo, enfrentar el tabú y dar a conocer mejor la enfermedad, para que personas que tal vez la padezcan sin saberlo, tomen conciencia de ello y busquen tratamiento.Y en tercer lugar, hacer la depresión un poco más entendible al resto, para que los familiares y amigos de los afectados sean más capaces de empatizar con ellos y poder ayudarles”.

Y así como fue una poderosa catarsis, la exposición tomó también la forma de un impreso y continúa hoy su propio camino. “Culminar este libro ha sido un objetivo personal que me ha dado sentido y dirección durante lo dos últimos años. El proceso creativo ha sido duro, ha habido varios momentos de desmotivación y amarga autocrítica. Así que estoy muy orgullosa de haber seguido adelante, hasta el final”.

Es duro ilustrar la propia vulnerabilidad, “pero pienso que como artista tengo la posibilidad y en cierto modo el deber de usar mi don para ‘tocar’ a los demás de algún modo. —concluye la autora— Con esta obra he querido transmitir el mensaje de que no es fácil vivir con depresión, pero que se puede salir, y que vale la pena el esfuerzo. Personalmente estoy agradecida por las lecciones valiosas que he aprendido en este camino”.

Texto: Miguel Vargas

Imágenes: Silvia Cuello

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Un singani de Villa Abecia guarda el alma de un teatrista

¿Es posible que un actor pueda concentrar su esencia en una bebida espirituosa? Así lo prueba Kike Gorena

Por Miguel Vargas

/ 18 de febrero de 2024 / 06:42

Que un perfume lleve el nombre de un actor famoso es cosa de todos los días en Hollywood, pero que un destilado —un singani, y de Villa Abecia, además— lleve el nombre —y el alma— de un teatrista boliviano es menos común. El actor, director y dramaturgo potosino (1978) Kike Gorena es el hombre en cuestión. Y él mismo va a relatar este su paseo por los élixires de la uva moscatel de los Cintis.

— Cómo surge la idea de lanzar tu propia marca?

— Como alguien diría, “me han obligado” los amigos que han sido mis primeros clientes cuando vendía este embotellado como singani de Villa Abecia. Como buen embajador cinteño me tocó propiciar varias degustaciones donde pude ver cómo este singani, literal, les acariciaba el alma… aunque una amiga por molestar decía que también le acariciaba el hígado. Estos degustadores muy entusiastas siempre alimentaron entre broma y broma la fantasía de que el Tonelito algún día será un singani top, súper famoso y reconocido. Así nació la idea de bautizarle como ya le llamaban de cariño: Tonelito de Gorena.

El segundo paso fue hacerle una etiqueta. Todo entra por los ojos y un producto artesanal sin nombre y sin etiqueta no te entusiasma mucho, salvo que ya lo hayas probado. Así fue que, jugueteando con mis primos y primas, hicimos la fotito que después sería nuestra primera etiqueta, que se basó en el Dios de Miguel Ángel, quien alcanza una copa de singani a un mortal. Como reza en nuestra actual etiqueta “Un día el maestro singanero, cual fresco de Sixtina, alcanzóme su bebida, sostenido por querubines, que cantaban hasta los confines.”

Archivo Tonelito

En nuestro caso el maestro singanero es mi tío Ramiro Ibañez, todo el honor y gratitud al mago de la uva que convierte el fruto divino en ese singani exquisito, al que de cariño todos en el pueblo le conocen como Calacho.

— Esta bebida evoca además imágenes: ¿Qué ha significado en tu vida el singani?

— Yo me crié viendo cómo mi papá preparaba sus cocteles y chuflays con el singani que le llegaba de Villa Abecia, de donde él era. Nosotros vivíamos en Potosí y todos los fines de semana, antes del almuerzo, era de rigor tomar unos aperitivos. Ni siquiera a los niños se nos mezquinaba el vino ni el singani; por supuesto sorbitos, no van a creer que me daban en mi mamadera.

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Así fue que me contagié del entusiasmo de mi viejito para preparar sus finos cocteles. Se notaba que le causaba orgullo convidar el traguito de su tierra, y qué mejor si era con limones de Villa Abecia, si de chuflays se trataba. El singani para mí es un vínculo directo con la tierra cinteña, donde pasé mis mejores vacaciones. Es el verdadero cable a tierra donde realmente se ejerce la libertad. Supongo que por eso me da por romantizar sobre ese líquido que tiene contenido el esfuerzo del viñatero, el talento del destilador, el trabajo de la naturaleza para producir esa uvita y lo más increíble es que todo eso se logra sentir cuando tomas un sorbo del Tonelito. Algo mágico pasa ahí, no es así nomás. Por eso la misión que tengo como El Duque del Singani es lograr que más personas tengan la posibilidad de tomarse y conocer un Tonelito de Gorena.

— ¿Cómo describes la personalidad de tu marca, que se evidencia en la publicidad que sueles hacer al singani?

— Su personalidad está en el atribuirse poderes y títulos que dice que te otorgan cuando tomas Tonelito. Sin admitir que se trate de publicidad engañosa, más bien, tiene que ver con jugar con lo que no está del todo descartado. Porque Tonelito sí te puede mostrar las estrellas, o te ayuda a conectarte con tus raíces y te hace hablar en lenguas. También te puede dar glamour, aunque flotando en un estanque sobre una cama de botellas pet. O te puede dar la inmortalidad de un vampiro. O te ayuda a conquistar a tus suegros. Quizá te ayude a cruzar a pie el salar de Uyuni.

Revisando en el “Face” las primeras publicaciones que hacía, ya estaban en esa línea de afirmaciones marketeras y osadas, como una que decía que “Tonelito de Gorena no te abandona ni en el auto de buen Gobierno #pedidosInbox”. Más allá de tratarse de algo serio o en juego, creo que hay un limbo de lo indefinido donde siempre me ha gustado jugar, incluso desde el teatro.

Si solo ofrezco el mejor singani de Villa Abecia no es suficiente, por muy verdadera que sea esta afirmación. Hace falta propuestas publicitarias más arriesgadas para salir del molde y sobresalir del resto. Alejarse de la pretensión de ofrecer, clase, distinción, exclusividad, status… valores que están lejos de la mayoría de la población. Sería más lindo querernos tal cual somos y apreciarnos también con nuestras imperfecciones. Recuerdo que cuando sondeaba el impacto de mis publicidades con los compañeros de mi promoción, la sensación era parecida. Me pedían que se muestre personas más elegantes, vasos mas finos, como si el encanto del singani no estuviese también en sus alegres borrachitos. Otras amigas se fijaban si las uñas de la actriz estaban bien pintadas. Detalles a los que conscientemente me rehusé porque quiero que quede la sensación de que el singani no es ni para algunos ni para todos; es para cualquiera, como el teatro, según Javier Daulte, gran director y dramaturgo.

— ¿Cómo se funde el singani con tu trabajo en el teatro?

— Tengo que admitir y agradecer que la mística de mi singani está construida también por quienes me acompañan de buena voluntad a hacer las publicidades, donde participan desde la técnica o desde la actuación. Son grandes valores como Coco Toro, Mizkicho Valverde, Pedro Grossman, Diego Massi, Javier Badani, Ale Molina, Eric Calancha, Nicole Terrazas, Francia Oblitas, Ale Viviani, Carlos Guzman y Alejandra Sanzetenea, todos ellos del teatro o el cine. Este apoyo es una evidencia de que el teatro y el singani tienen que ver y pueden conversar saludablemente a través de nosotros, que somos honestamente felices con las cosas sencillas.

La publicidad de Tonelito de Gorna apela a la vida bohemia, a la fantasía y al arte.

— ¿Cuál ha sido la recepción en La Paz?

— Creo que la gente aprecia mi singani por las demostraciones de cariño que hacen al comentar su experiencia, muchas veces con palabra llenas de poesía y auténticos deseos de que me vaya bien. Una vez, por ejemplo, en el comprobante de una transferencia pusieron como referencia: “pago de trago rico”. También me mostraron los lugares donde guardan sus botellas, los tragos que  preparan o sus maneras de consumirlo, como el estilacho sublingual de Luis Bredow o el sorbo a sorbo sostenido de Fernando Figueroa.

Como es un singani artesanal, la venta es de tú a tú. Se puede pedir por la página en Facebook e Instagram o al WhatsApp 72141212. En Rayuela, El Bestiario o Casa de Piedra en La Paz, les pueden hacer con Tonelito de Gorena un rico traguito.

Texto: Miguel Vargas

Fotos: Archivo Tonelito

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Diseños desde Oruro para el mundo

Pinky Arias combina la arquitectura con la moda para crear sus propuestas para grupos folklóricos

/ 4 de febrero de 2024 / 07:07

La arquitectura se unió al diseño de modas en la vida de Pinky Arias gracias al Carnaval. Durante sus estudios universitarios, ella comprendió que su carrera es madre del diseño. “En ella se estudia la antropometría y la sensibilidad del ser humano, siendo estas las bases para diseñar un singular vestuario, ya que es un ser humano quien habitará cada una de las prendas”, recuerda Pinky Arias, que este año vuelve a llevar la imaginación y sus conceptos desde su atelier en Oruro a las calles de su ciudad para la celebración del Carnaval.

Pinky Arias nació el 20 de septiembre de 1978. Arquitecta de profesión y diseñadora de modas para ambos sexos, ha bebido desde niña de la influencia folklórica de la fiesta que en 2008 fue inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. “El minimalismo, donde “o menos es más, y la riqueza cultural histórica es la fuente de inspiración para mis diseños”, expone la creadora.

El Carnaval en Oruro se siente en el aire, y en estos días previos a la fiesta, el trabajo para Pinky es desafiante. Creció junto a sus nueve hermanos, siete mujeres y dos varones, fruto de padres orureños, artistas y artesanos.

En diciembre de 2008 fue que abrió su atelier Pinky Moda y Arte, donde hace diseño de decoración interior y mobiliario. Su imagen corporativa causó impacto y su popularidad fue inmediata, naciendo así una de las casas de moda más significativas de la ciudad de Oruro.

Otoño-Invierno Primero lo nuestro (mayo, 2009) y Primavera-verano De rosa a fcsia y punto (septiembre, 2009) fueron las primeras colecciones. Para enero de 2011 creó su Calendario del Carnaval de Oruro, en formato de lujo, con siete fotografías de trajes de antaño y trajes actuales elaborados en su taller.

En noviembre de 2012, ya en pasarela, presentó la colección Tridimensión de colores y le siguieron Obras a mano alzada (2013), 7 placeres (2015), Kiswara (2016) y Foklor art (2018), entre muchas otras presentaciones en Oruro, Cochabamba, Sucre, Potosí, Beni, Santa Cruz y en Chicago, Estados Unidos.

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Si bien el atelier diseña y confecciona durante todo el año vestidos de gala, de novia, de quinceañeras, trajes dos piezas, abrigos, vestuario para niñas y organiza sus colecciones, se ha especializado en la creación de vestuario para las figuras y ñaupas de la morenada, trajes de china supay de la diablada y trajes de caporal.

El tiempo apremia. El nerviosismo por la llegada del Carnaval empezó en octubre de 2023, cuando se concentró en elaborar la prendas que lucirán los danzarines de diferentes conjuntos este año. “Nuestro atelier en esta época maravillosa en la ciudad de Oruro respira Carnaval”, dice.

Algunos de los trabajos del atelier de

La orureña Pinky Arias es arquitecta y diseñadora de modas.

“Ostentosas corsetería de china morena, tentadoras polleras de la china supay, el encanto de la blusa de la Negra María Antonieta, las capas dimensionales de los Siete pecados capitales que brillan en pedrería y swarovski, el encuentro de mostacilla-lentejuela/canutillo-perla de los tocados para las tobas, al son de cascabeles y dragones en oro milan, posando en un entallado enterizo de macho caporal y una elegante coqueta charretera de kullawada en cuentas rojo, amarillo y verde componen un nuevo cuadro de tendencia tridimensional que, puntada a puntada, y hecho con amor a mano, medida y personalizado; brillarán en esta Obra Maestra del Patrimonio Oral e intangible de la Humanidad”, describe con orgullo.

Texto: Miguel Vargas

Fotos: Pinky Arias moda y arte

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Barbie andina y un Milei ‘coquette’, en La Razón de Alasita

El periodiquito, con todas las secciones, circula este sábado. Su precio es de Bs 4

Portadas de La Razón y sus suplementos de Alasita

/ 20 de enero de 2024 / 07:23

Bolivia compra el Banco Central de Argentina, Del Castillo crea un equipo militar de élite con influencers, yatiris tomarán las decisiones judiciales… Unas veces descabelladas, otras demasiado cercanas a la realidad: así son las noticias de Alasita.

El tradicional periodiquito de La Razón rebosa de humor, ironía, picardía e identidad. Este “ejemplarcito” reúne en sus páginas los titulares más sonados del año.

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Alasita

La definición de la jefatura del MAS en un realitity show, la “guerra santa” de Camacho por el control de Santa Cruz, la inclusión de las vacunas en el desayuno escolar o la creación del dólar plurinacional son algunas de las principales noticias.

Escape contará el rodaje de la película de Eva “Barbie” Copa y cómo los animales de los parque nacionales han decidido vengarse y quemar las ciudades. El Financiero relatará los acuerdos del presidente Arce con el Banco de la Fortuna, mientas Energías y Negocios anunciará el cambio de rubro del Tío de la Mina: buscará oro.  

La pobreza anunciada del club Bolívar y el premio en canchitas de Messi estarán en Marcas.

Ocho “cuerpitos” son los que ofrece este periodiquito por Bs 4. ¡A reír!

(20/01/2024)

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