Hilma af Klint, una artista sueca rescatada del olvido
Imagen: ViaPlay Studios y Hilma af Klint Foundation
Imagen: ViaPlay Studios y Hilma af Klint Foundation
La película sueca ‘Hilma’ retrata la historia de esta creadora que fue invisibilizada por la historia. El filme se proyectará el 6 de mayo en el MNA
Entre 1906 y 1915, la reservada y misteriosa artista sueca Hilma af Klint había pintado cerca de 200 cuadros —audaces y abstractos— como parte de una colección privada, prácticamente sin registro de que alguien haya visto o discutido el trabajo. No fue sino hasta 20 años después de su muerte que estas obras vieron la luz, de acuerdo a la petición realizada en su testamento, ya que consideraba que aquel momento el mundo no estaba listo para su arte. En 2018, su primera muestra individual batió récords en el Museo Guggenheim de Nueva York con 600.000 visitantes.
Cuando el heredero —el sobrino Erik af Klint—, cumplió con la cláusula de hibernación de su tía y develó los cuadros a finales de la década de 1960, las pinturas sorprendieron. Pero también lo hicieron las 26.000 páginas de las notas adjuntas de la pintora, muchas de las cuales detallan la creación de las obras a partir de 1906, dirigidas por un guía espiritual llamado Amaliel, quien contactó a Hilma durante las sesiones y no sólo “encargó” las pinturas, sino que al menos al principio, según ella, había dirigido su mano mientras pintaba.
Sin embargo, al pensar en el nacimiento del arte abstracto es probable que el primer nombre que venga a la mente sea otro. El pintor Vasili Kandinsky le escribió una carta en 1935 a su galerista en Nueva York, proclamándose como el autor del primer cuadro abstracto de la historia. Haciendo referencia a una acuarela pintada en 1910, el artista afirmó: “sin duda, es la primera pintura abstracta del mundo (…) Se trata, en otras palabras, de un cuadro histórico”.
Esta falta de reconocimiento suma a la larga deuda histórica del arte con las mujeres. La historia de Af Klint evoca la realidad de muchas artistas y su vida refleja la lucha entre el “arte aceptable” y el universo creativo de una mujer, que por demás rompió esquemas en su tiempo. Esta historia es contada por el aclamado director sueco Lasse Hallström en una de las películas más sensibles y emotivas de su carrera: Hilma, que será exhibida en el Ciclo de Cine Europeo “EUROCINE”, que se realizará en La Paz entre el 2 y 12 de mayo.
La cinta será proyectada el lunes 6 de mayo a las 18.00 en el Patio de Cristal del Museo Nacional de Arte. El público podrá disfrutar previamente de una visita a través de la exposición bienal Creadoras, mujeres artistas en Bolivia. El ingreso es gratuito y las personas interesadas podrán recabar su taquilla con anticipación el mismo día en el museo desde las 17.00.
“El compromiso desde la dirección del Museo Nacional de Arte es consolidar una exposición que sea lo más leal posible a la historia de la creación de las mujeres a lo largo de distintas épocas y su aporte a la historia nacional”, comenta la flamante directora Claribel Arandia. “Es por eso que nos alegra mucho poder ser la sede donde se exponga la vida de una artista tan relevantes a nivel mundial a través de la película que la Embajada de Suecia ha elegido este año”, añade.
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El espiritismo y Hilma af Klint
Hacia finales del siglo XIX no era raro que las personas buscaran respuestas más allá del mundo real, entendido como aquel capaz de ser percibido con los sentidos. La explicación radica en el hecho de que, por entonces, a través de nuevos avances científicos como los rayos X, los telégrafos y el psicoanálisis, la gente entendió que había un mundo “más allá”. Es así que muchos artistas, escritores e intelectuales también recurrieron al espiritismo.
Hilma af Klint nació en 1862 en el Palacio Karlberg de Estocolmo. De acuerdo a sus diarios, pasó mucho tiempo deambulando por el campo, dibujando y pintando flores, musgos, líquenes y la naturaleza. En 1879 estudió técnicas de retrato en Estocolmo, y de 1882 a 1887 asistió a la Real Academia de Bellas Artes de la misma ciudad, graduándose con honores. Las pinturas convencionales de Af Klint se convirtieron en su fuente de ingresos económicos, pero lo que ella llama el “gran trabajo” realizado durante su vida, siguió siendo una actividad separada.
En 1928, Hilma expuso algunas de sus obras abstractas en Londres, pero sin mucha respuesta. Comprendió entonces que las obras estaban muy adelantadas a su tiempo, como sus cuadernos indican, sentía que el mundo no estaba del todo preparado para el mensaje que pretendían comunicar. Entonces decidió que las obras no podrían mostrarse al público hasta al menos 20 años después de su muerte. Entonces las obras podrían posiblemente ser comprendidas y aceptadas.
Esta renuncia, una realidad muy conocida para las mujeres en el arte, dio lugar a que su puesto como pionera en este arte fuera desconocido. Los aportes al arte “anónimos” o bajo seudónimos, casi siempre escondían a una artista que prefería dejar el reconocimiento mientras su obra viera la luz. Af Klint renunció a ese reconocimiento en vida, pero heredó al mundo trazos, formas y colores que conmueven hoy a todos quienes pueden apreciar la complejidad de su obra.
‘Creadoras’: saldar la deuda
La muestra del Museo Nacional de Arte (MNA) Creadoras es una exposición que busca ser una fundamental palestra de visibilidad de la obra hecha por mujeres, la cual ha sido subterránea históricamente, ese es el hilo conductor entre la película sueca y la muestra boliviana en el MNA, la cual hace dialogar obras de su colección de artistas de renombre así como artistas actuales cuya obra es emergente.
El compromiso, desde la dirección del MNA y las dos unidades que la integran, la de Museo y Administración, es consolidar una exposición lo más leal posible a la historia de la creación de las mujeres a lo largo de distintas épocas y su aporte a la historia. Es un deber y una premisa dar el espacio que se merece a las creadoras en todas las especialidades, pintura, escultura, grabado, acuarela, tejidos, instalación, mural, grafiti, videoarte y más.
Texto: Estefanía Rada
Fotos: ViaPlay Studios y Hilma af Klint Foundation