Voto nulo
¿Será que todos los postulantes son afines al partido oficialista del MAS?
En efecto, desde que se inició el proceso de elección de autoridades para los tribunales Supremo de Justicia, Constitucional y Agroambiental, además del Consejo de la Magistratura, la oposición política esgrimió toda clase de argumentos para deslegitimar el proceso, llegando, en no pocos casos, a sugerir que es mejor que la justicia se quede tal como está.
Para el efecto, además de las habitualmente temerarias declaraciones de sus representantes en el Órgano Legislativo, contaron con oficiosos analistas cuya mayor virtud es hacer interpretaciones basadas en el prejuicio y la mala fe, y hasta de periodistas convertidos en exégetas de la Constitución Política del Estado.
En su más reciente actuación, los legisladores de la oposición decidieron aplicar el voto nulo en el proceso de selección de postulantes que se convertirán en candidatos. En lo discursivo, esta actitud les permitirá afirmar que quienes sean seleccionados como candidatas y candidatos han sido ‘impuestos’ por el gobernante MAS. Pero también significa que fueron incapaces de plantear alternativas siquiera viables, pues de haber existido candidatos de su preferencia debieron apoyarlos en la votación parlamentaria.
Y es esto lo que más cuesta comprender: ¿por qué no impulsaron candidaturas afines a su línea ideológica? Lo que además conduce a preguntarse: ¿será que todos los postulantes son afines al oficialismo masista? Una respuesta afirmativa significaría que no existen en el país juristas independientes, cosa difícil de creer.
Asimismo, esta falta de propuestas alternativas es probablemente la causa de la poca adhesión que obtienen en los hechos, al margen del acceso y cobertura que tienen en los medios de comunicación, habitualmente más interesados en la estridencia de sus declaraciones que en analizar el fondo del asunto que se discute.
Por su parte, las autoridades del Gobierno han reiterado varias veces que si su intención fuese ‘copar’ el Órgano Judicial, les hubiese bastado con designar autoridades judiciales de modo directo, gracias a sus dos tercios en la Asamblea Legislativa Plurinacional, en vez de someterse al desgastante proceso de organización y ejecución del inédito proceso eleccionario.
Es evidente, pues, que algo malo está pasando con el debate parlamentario, y no por culpa del oficialismo, que no hace sino usar eficazmente sus dos tercios (condición para la democracia, según la oposición el 2007), sino de esos opositores que, a falta de ideas y propuestas, depauperan la acción política.