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Saturday 15 Jun 2024 | Actualizado a 01:11 AM

Amazonía en riesgo

La sola esperanza de la amnistía hizo repuntar la deforestación un 15% respecto a 2010

/ 12 de mayo de 2012 / 04:37

A sólo unas semanas de la Cumbre de la Tierra en Río, el Congreso brasileño aprobó el miércoles pasado una reforma que flexibiliza las leyes que regulan el uso de suelos en ese país. Entre otras medidas, la norma reduce de 80 a 50% las áreas de selva protegida en propiedades privadas y otorga una amnistía para los que talaron ilegalmente el bosque antes de 2008.

Le toca a la presidenta Dilma Rousseff vetar o aprobar la norma. Una decisión difícil de asumir, si se toma en cuenta el enorme peso del sector agroindustrial en la economía de Brasil, que representa el 37% del empleo nacional y el 27% del PIB, así como el 37% de las exportaciones brasileñas. Sector que además tiene mucha influencia entre diputados y senadores; prueba de ello es la aprobación por mayoría del nuevo Código Forestal en el Congreso.

Además, Rousseff sabe que sin la amnistía, miles de pequeños agricultores no tendrían posibilidad de pagar las multas por la tala ilegal, ni de dejar sus tierras que son la única fuente de renta de sus familias y que al mismo tiempo suponen una importante contribución a la producción de alimentos y ganado del país. En este sentido, voceros del sector agrícola señalan que, si no se aprueba la reforma, el 90% de los agricultores estaría en situación ilegal.

Por otro lado, los ecologistas y la oposición le piden que censure la ley pues la califican como una seria amenaza contra la ya deteriorada selva amazónica (considerada como el gran pulmón de la Tierra donde corre el 24% del agua potable del planeta), tanto más peligrosa por cuanto abrirá las puertas a una mayor deforestación. Por ejemplo, Greenpeace destaca que la sola esperanza de la amnistía ha hecho repuntar la deforestación un 15% respecto a 2010.

Tatiana Carvalho, representante de esa organización ambientalista, advierte que el gran trabajo que ha hecho Brasil en los últimos años en cuanto a la conservación de sus bosques (la superficie deforestada en la amazonía brasileña cayó de 300.000 ha en 1995 a solo 64.510 ha en 2010) quedaría en fojas cero con el nuevo código. “Con esta norma se podrán talar o quemar legalmente 22 millones de hectáreas, y se amnistiaría la deforestación de 30 millones de hectáreas”, advierte.

Preocupación compartida por otras organizaciones, como la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, que a través de un comunicado advirtió que el nuevo código “condena a regiones enteras del país a convivir con ríos agonizantes” y “especies en extinción”.

Por último, está en juego la credibilidad de Brasil en materia ambientalista en la cumbre de Río+20, a la que acudirán, entre el 20 y el 22 de junio próximos, jefes de Estado de todos los continentes para celebrar el 20 aniversario de la primera Cumbre de la Tierra, a fin de acordar políticas para preservar el planeta.

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Se busca ‘outsider’

/ 15 de junio de 2024 / 01:11

La coyuntura política se está electoralizando prematuramente, todos se están preparando para unos próximos comicios que se intuye que serán muy competitivos e inciertos. Ese sentimiento es particularmente fuerte entre los sectores opositores que ven, por primera vez, grandes posibilidades para derrotar en las urnas al MAS-IPSP y definir un nuevo rumbo para el país.

Sin embargo, esto se produce en un contexto de notable desaliento y malestar social que está afectando severamente la confianza en todas las dirigencias. Así pues, la ecuación electoral se está complicando por los dos lados, por la oferta, caracterizada por un gran desorden y fragmentación en los partidos y mucha dificultad para construir apoyo real, y por el lado de la demanda, con una ciudadanía descreída que navega entre la indiferencia y el reclamo por dirigentes renovados y diferentes.

La figura del outsider es algo que muchos anhelan, es decir la creencia en que hay posibilidades para la emergencia de un líder con gran capacidad electoral que venga por fuera de las estructuras políticas tradicionales. A priori, no es tan loco pues las encuestas muestran que hay cierto espacio para ese perfil, aunque no está muy claro si hay condiciones para su aparición.

Milei como el outsider a imitar se ha vuelto un lugar común en el mundillo mediático-político, en gran medida a partir de una lectura simplona del fenómeno. De ahí, la aparición de varios economistas que parecen creer que basta con un coctel de liberalismo radicalizado, presencia pintoresca en redes y narrativas altisonantes para transformarse en los nuevos salvadores de las derechas del país.

Junto a ellos, pululan personajes bizarros, expolicías, fiscales arrepentidos, analistas reciclados, intelectuales jubilados y un largo etcétera de aprendices de outsider, todos convencidos que en estos tiempos no es tan negativo haber sido un ilustre desconocido antes de aparecer en TikTok.

La verdad, es muy poco probable que de ahí surja el campeón que derrumbe al masismo, aunque los viejos cuadros políticos tampoco están en su mejor momento, empeñados nuevamente en lo que nunca funcionó: romerías a Washington para buscar bendiciones, intentos de alianzas y guiños entre centristas y extremistas por el bien de la patria o la enésima rasgada de vestidura por la unidad. No aprenden, 15 años andan así.

En suma, me parece que la mayor parte de ese mundillo opositor sigue incurriendo en los mismos errores conceptuales que los llevó a ser derrotados seriales desde 2006. Siendo el principal de ellos, su ya proverbial incapacidad para leer a la sociedad boliviana y su manía por creer que el mundo se resume a sus amigos y conocidos.

Les cuesta comprender, por ejemplo, que la alquimia de un outsider está en su capacidad de vender una personalidad o ideas diferentes pero que hagan sentido a las mayorías y sean una respuesta o reflejo plausible de sus malestares. No es un problema solo de oferta entonces, porque bastaría simplemente con ser diferente o venir de lejos para seducir a los ciudadanos, sino en que “esa diferencia” interprete y represente los sentimientos de la gente.

Por tanto, no hay realmente muchas novedades en el montón de aspirantes a outsider que repiten el mismo discurso polarizador de siempre y que ni siquiera hacen el esfuerzo de entender la nueva sociedad que emergió en estos 15 años. Su gran oferta es decir que todo está mal como lo venían anunciando desde hace más de un decenio. En resumen, caras nuevas con viejas ideas y prejuicios.

Armando Ortuño es investigador social

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Descomprimir la parálisis

No existe desgaste gratuito que se repare sin acciones traumáticas. Y tampoco existe erosión que se remedie de manera ordenada

Verónica Rocha Fuentes

/ 14 de junio de 2024 / 07:03

Lo ocurrido en la pasada sesión de la Asamblea Legislativa Plurinacional (no necesito decirle cuál, la única en los últimos meses), se constituye en un acto político con múltiples implicancias, que confirma una gran mayoría de los análisis sobre el estado de nuestra política y, lastimosamente, una buena parte de las preocupaciones en torno al grado de erosión de la democracia nuestra de cada día. Y, por supuesto, convoca —de manera irrefutable— a la toma de postura a favor del ejercicio de la representación política de nuestra sociedad que, guste más o menos, encarnan actualmente las y los legisladores nacionales y debe constituirse en el horizonte de recomposición de nuestra desacelerada institucionalidad democrática.

Vea: Elecciones de ayer, hoy y mañana

No se trata, al menos en este momento, de poner como justificativo el hecho de que los boicots al normal desarrollo de la labor legislativa son un fenómeno que desde tiempos de democracia pactada han estado a la orden del día y que, en tiempos del Estado Plurinacional, se han empezado a hacer presentes cuando el MAS-IPSP dejó de tener el control de la ALP, llegando hasta la absurda interpretación del funcionamiento de la sesión en que Áñez se proclamó Presidenta de Bolivia, que no llega al caso ni de boicot sino lo siguiente. Sí se trata de establecer una clara diferencia entre aquellas acciones que están más cercanas a la estrategia política de neutralizar políticamente al contrario antes que aquellas que buscan evitar físicamente la manifestación de la voluntad de una mayoría de representantes, que en una de sus expresiones se concreta en el funcionamiento de la ALP.

Es ahí donde la parálisis como forma de gobierno no puede ser permitida y requiere encontrar una manera de descomprimir lo que no puede constituirse en un estado permanente de salud de la democracia deliberativa. De ahí que la puesta en marcha del Legislativo se haya visto hecha “contra viento y marea” y que, a reserva del bochorno que implicó y al que lastimosamente ya nos vemos acostumbrados, se haya constituido en un acto político cuyo golpe de efecto desnudó al Vicepresidente en su voluntad de atasco del ejercicio deliberativo, legislativo pero, sobre todo, político. Esto en lo que respecta a las mal llamadas estrategias para impedir al contrario la consecución de sus objetivos.

Porque en lo que respecta a las —otra vez— mal llamadas estrategias para conseguir objetivos políticos propios, simultánea y nuevamente se ha desnudado al arcismo en su burda intentona de hacer política utilizando jueces. Algo que, en los meses de parálisis se ha vuelto moneda común y que ya no deja sospecha ni sorpresa a nadie.

En términos de síntoma de época, buena parte del mundo está así y, de alguna manera, Bolivia tiene su propia versión. Y es que cuando la antipolítica se empieza a volver una tendencia dominante en quienes la ejercen y genera adhesiones entre la población, los resultados se expresan en bloqueo, parálisis, boicot y atrincheramiento a título de ejercicio político. Por ello, la recuperación de las formas para el ejercicio político que restituye la institucionalidad como la conocemos, termina siendo a las patadas.

No existe desgaste gratuito que se repare sin acciones traumáticas. Y tampoco existe erosión que se remedie de manera ordenada. Pues a veces, la política se parece bastante a la física. Y la descomprensión de un escenario cargado hasta el desborde simplemente termina siendo explosivo. Y, en tiempos de bregar por la salud de la magullada institucionalidad democrática, huelga defender su restitución (por caótica que sea) porque ello ya es políticamente algo más que nada.

(*) Verónica Rocha Fuentes es comunicadora. Twitter: @verokamchatka

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K’ala Marka

Carlos Villagómez

/ 14 de junio de 2024 / 07:00

Con un logotipo inspirado en la imagen central de la Puerta del Sol de Tiwanaku, el Señor de los Báculos sosteniendo dos K en vez de los báculos sagrados, el grupo K’ala Marka comenzó su festejo por 40 años de trayectoria artística en un radiante concierto de más de dos horas de duración. Fue una fiesta boliviana con un despliegue poco visto de sonido, luces, enormes pantallas led, fuego en cascadas, cuerpo de baile, fuegos artificiales. Esa puesta en escena recibió a Hugo Gutiérrez Quisbert y Rodolfo Choque Quispe, el dúo de fundadores, creadores, y compositores, y a un grupo de notables músicos que fusionaron, con una maestría ya conocida, instrumentos nativos con electrónicos (lo que algunos llaman neofolklore contemporáneo).

Consulte: Plazas del Bicentenario

Según Wikipedia, “K’ala Marka explora diversas temáticas, tales como la vida en el altiplano, la protección del medioambiente, la protección de derechos indígenas, tradiciones y mitología prehispánica, entre otras”. Y, ese mensaje ideológico está proyectado y multiplicado por la potencia de la música folklórica boliviana que corean miles de fans de las clases medias y populares de Latinoamérica y el mundo donde K’ala Marka lleva nuestra cultura. La vibrante y festiva concurrencia, que llenó a tope el Teatro al Aire Libre, bailó y cantó los éxitos de siempre junto a los nuevos temas de este prolífico dúo de artistas que saliendo de provincias andinas llegaron a conquistar el planeta, instalándose en Francia y logrando difundir nuestro arte como muy pocos. Pienso que Gutiérrez y Choque deben tener una vida épica, plena de experiencias, como trepados en un interminable tobogán, una vida digna de una novela (el solo logro artístico de grabar y tocar junto a Francis Cabrel la célebre balada Je l’aime à mourir, un himno al amor de la Francia de los años 70, ya es mucho). K’ala Marka logró proyectar y triunfar en diversos medios sociales porque su arte es una expresión emocional que impulsa el disfrute estético y representa simbólicamente la batalla cultural e identitaria.

En el concierto, sintiendo la energía positiva de esa masa humana, me preguntaba ¿qué sería de esta sociedad pluricultural perdida en los Andes sin sus artistas? ¿Qué sería si no tuviéramos esa catarsis colectiva gracias a creadores como Hugo Gutiérrez y Rodolfo Choque? Esa noche nos olvidamos de los entuertos y sinrazones de nuestra clase política, y agradecimos que estos artistas, junto a otros miles en Bolivia, han construido una K’ala Marka estética, han levantado una ciudad de piedra como una eterna montaña andina, para mantener vivo el sentido común alrededor de lo más grande que tiene la sociedad boliviana: su arte. 

(*) Carlos Villagómez es arquitecto

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Historia

El registro más antiguo de tareas históricas proviene de la antigua Mesopotamia, específicamente de la civilización sumeria

Claudio Rossell Arce

/ 13 de junio de 2024 / 10:48

A inicios del siglo XX, un filósofo de nombre George Santayana escribió en su libro más conocido la frase “aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”. Desde entonces, memoriosas o no, muchas personas han repetido la frase en toda clase de circunstancias y con diversas transformaciones, que sin embargo no le quitan su sentido. Es, como muchas, una de las joyas del pensamiento moderno que enfatizan en la importancia de la historia como fuente de conocimiento y luz para el porvenir.

Lea: Guerra

La historia es la disciplina académica que se dedica al estudio de los acontecimientos pasados de la humanidad; no solo se centra en la narración de hechos, sino también en la interpretación y análisis de las causas, consecuencias y significados de dichos acontecimientos. Para lograrlo, se vale de infinidad de recursos, que incluyen fuentes vivas, (casi) tanto documentos en toda clase de soportes, incluyendo los monumentos. Tal vez por eso en tantos lugares de herencia colonial los mementos de personajes como Cristobal Colón son a la vez tan despreciados por unos como protegidos por otros.

El registro más antiguo de tareas históricas proviene de la antigua Mesopotamia, específicamente de la civilización sumeria. La obra más reconocida de esta época es la Lista Real Sumeria, documento que mezcla hechos históricos con mitología, y data de alrededor del año 2.100 antes de Cristo (a.C.) y habla de personajes que vivieron hasta 400 años antes de que esas tablillas con grabados cuneiformes se escribieran. En Oriente, el Rigveda, un texto sagrado de la antigua India, que data aproximadamente del 1500 a.C., es considerado como el más antiguo registro histórico, pues, aunque su principal propósito es religioso, contiene valiosa información sobre la vida, la sociedad y las prácticas de aquellas épocas.

En China, uno de los textos históricos más antiguos y significativos es el Shiji o Registros del Gran Historiador, escrito alrededor del siglo II a.C. Esta obra monumental abarca la historia de China desde los tiempos míticos hasta la dinastía Han, pero además es considerado uno de los textos historiográficos más antiguos que se conocen. En Occidente, se reconoce como el registro histórico e historiográfico más antiguo la Historia, de Heródoto, escrita en el siglo V a.C. La distinción no es menor: mientras la historia se encarga de los hechos del pasado y su interpretación, la historiografía es una reflexión crítica sobre la propia práctica de la historia.

Así, seguramente pertenece al dominio de esta última la frase “la historia la escriben los vencedores”, recordando que ni todo recuento es exhaustivo ni toda interpretación es imparcial. En tiempos de postverdad la cosa se pone más complicada: aunque el estudio de la historia es el antídoto contra la desinformación, la mentira generalizada dificulta la tarea de recoger relatos que ayuden a construir el mosaico del estudio histórico. Qué difícil se hará estudiar los registros de estos tiempos, llenos de distorsiones creadas ya no solo por “los vencedores”, y en todo caso fabricados con objetivos políticos e ideológicos.

También ayuda a preservar la historia el monumental y a menudo sorprendente trabajo contemporáneo del estudio, entre muchas otras, de la historia oral, la historia comparada, la historia de las emociones y la historia digital, que seguramente está apenas en el umbral de todo lo que habrá de sucederle a la humanidad en el ciberespacio. Las nuevas formas de aproximarse a los sucesos del pasado obligan a mirar de otra forma el contexto, de cuando ocurrió el hecho y de cuando se interpreta. De ahí surgen, también, las críticas al modo en que “los vencedores” han contado la historia, omitiendo no solo hechos, sino incuso a pueblos enteros. Hay reivindicación en estas miradas contemporáneas.

El inglés reconoce History (así, con mayúsculas) de story, siendo la primera la disciplina científica y académica y la segunda el modo de nombrar cualquier relato. En español existe tal distinción, pero se nombra con la misma palabra. Tal vez por eso es cada vez más común que haya jefes y líderes que creen que están haciendo historia, pero no hacen más que contarnos historias, que para colmo son poco edificantes.

(*) Claudio Rossell Arce es profesional de la comunicación

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Nuevos y reincorporados

Luis Callapino López

/ 13 de junio de 2024 / 10:44

Conforme al artículo 5 del Reglamento de Selección y Designación de Maestros y Personal Administrativo del Subsistema de Educación Regular, y de Educación Alternativa y Especial, aprobado mediante la Resolución Ministerial 0224/2024, el periodo de designación en las unidades educativas y centros educativos se procesará de enero a octubre de cada gestión.

No obstante, el Decreto Supremo 253, del 19 de agosto de 2009, en su artículo único dispone que la contratación de personal docente se procesará únicamente entre enero y mayo de cada año. Asimismo, determina que solo en caso de existir acefalías se contratará a los reemplazantes cuando éstas se produzcan.

Consulte: Las cinco fases de la evaluación

La normativa citada, al señalar la contratación de personal docente, hace mención a maestros en función, vale decir, quienes se encuentran en planillas del Sistema Educativo Plurinacional (SEP), que pueden participar solamente de enero a mayo de cada gestión de los procesos de selección y designación mediante compulsa de méritos a otros distritos, unidades educativas y centros educativos.

Posterior al plazo establecido, los procesos de selección y designación mediante compulsa de méritos a ítems en acefalía, de nueva creación y/o por reordenamiento, es de exclusividad para maestros nuevos y reincorporados, egresados (obviamente) de las Escuelas Superiores de Formación de Maestros (ESFM).

Los maestros nuevos son aquellos recién egresados de las ESFM o en su caso que todavía no ejercieron. En cambio, el personal docente reincorporado implica a quienes solicitaron licencia indefinida, refrendada mediante una resolución departamental, lo cual genera prioridad en los procesos de selección y designación por compulsa de méritos, posteriores a mayo de cada año.

En el caso de los maestros que ingresen a trabajar a unidades educativas y/o centros educativos bajo flexibilización, en sus vertientes de pertinencia académica y años en provincia, deberán ingresar en el plan de reordenamiento en enero de la siguiente gestión.

Ahora bien, es imperante resaltar que el Decreto Supremo 253 también aplica para las permutas, que es el intercambio del puesto de trabajo entre dos maestros o administrativos que ocupan similares cargos, y el procedimiento también es de enero a mayo de cada gestión.

En sujeción a todos estos antecedentes señalados y en pleno mes de junio, los maestros nuevos y reincorporados tendrán mayores posibilidades de optar a un cargo docente en unidades educativas y centros educativos fiscales y de convenio del Subsistema de Educación Regular, y de Educación Alternativa y Especial.

(*) Luis Callapino López es magister en Políticas de Formación Docente

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