Escenarios geopolíticos de largo plazo
Podemos comprar conocimiento y arrancar como país la ruta de un cambio de matriz productiva
Bolivia rentista; vive de la renta del gas, que es lo mismo que decir de la renta del petróleo (porque sus usos y sus precios están íntimamente vinculados). Ya llevamos más de cinco años de superávit fiscal, crecimiento económico ininterrumpido (salvo por una leve desaceleración de casi tres puntos porcentuales en 2009), disminuyó la pobreza, etc. En resumen, un período particularmente largo de bonanza económica, probablemente nunca antes visto en nuestra historia.
Por supuesto, los extraordinarios ingresos por exportaciones de recursos naturales (gas, pero también minerales y soya, e incluso algunas exportaciones ilegales) son responsables de este prolongado período de bonanza. Algunos analistas se lamentan de que esta tendencia profundiza nuestro patrón de inserción primario exportador y no modifica la estructura productiva del país. Pues como sociedad, estamos siguiendo al pie de la letra la recomendación de la canción Si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada. Lo hacemos bien exportando commodities.
En las condiciones actuales, y en las condiciones previsibles, en diez años, ¿qué otra actividad nos puede generar más de $us 4.000 millones en exportaciones y 1.000 millones en inversión? Avisen, por favor. Cierto, tenemos el litio y el Mutún, pero a ellos me referiré más adelante. Se supone que algún momento los buenos precios de nuestras materias primas van a desplomarse; alguna gente está esperando que esto suceda desde que estalló la crisis financiera mundial en los EEUU, en 2008, pero nada pasa hasta ahora (en parte gracias al crecimiento de China e India).
La noticia es que en el largo plazo es posible que se mantengan altos los precios de los hidrocarburos (¡gas, petróleo!), si las tendencias de innovación tecnológica del sector se mantienen y se profundiza el desarrollo de la explotación del gas de esquisto (que sí, también existe en Bolivia), que es carísimo de obtener. Lo noticioso del asunto es que EEUU tiene yacimientos importantes de gas de esquisto, y algunos analistas creen que podría ser autosuficiente (e incluso convertirse en exportador) en hidrocarburos en los próximos 15-20 años, gracias al gas de esquisto (para referencias, ver www.ipsnews.net/2012/01 /shale-gas-turns-the-tables-on-petroleum-powers/; http://internacional.elpais.com/ internacional/2013/01/02/actualidad/1357163929_886470.html).
Si esta tendencia se materializa, el oriente medio puede dejar de ser un problema para EEUU y puede empezar a ser un problema para… China. Ésa sería la primera conclusión. ¿Cómo ordenará China las relaciones con el Medio Oriente y Venezuela, desde un punto de vista cultural muy distinto al de los EEUU? Vaya uno a saber, pero es importante observarlo.
La segunda conclusión es que, siendo el gas de esquisto muy caro y siendo que nuestro gas depende del precio internacional de los hidrocarburos, es de esperar que, al menos en ese rubro, Bolivia goce de un futuro prolongado de buenos precios para las exportaciones, lo que conlleva cierto nivel de estabilidad en la (modesta) prosperidad que hoy vivimos.
Aparte, tenemos el litio y el Mutún. Parece que ya van a arrancar y no terminan de hacerlo. Para ser un período de aprendizaje está bien, tomando en cuenta que somos un país pequeño negociando con grandes transnacionales, que tienen décadas de trayectoria haciendo negocios (¡y practicando las mañas!) en el mundo entero. Pero no podemos perder otros cinco años aprendiendo. Podemos comprar el conocimiento ya hecho (¡y las mañas también!) y arrancar como país la ruta de un poco pretencioso, pero firme cambio de matriz productiva.