Control de comercios
Ejercer un mayor control sobre los negocios en El Alto será más difícil de lo esperado
Con el objetivo de ejercer mayor control sobre los negocios establecidos en El Alto, el gobierno municipal de esa ciudad comenzó a fines de septiembre un programa de renovación de las licencias de funcionamiento. Sin embargo, a un mes de iniciado el proceso, de los 27.000 registrados sólo 300 recabaron la nueva licencia. El proceso será más difícil de lo esperado.
En efecto, en las últimas cuatro semanas, la Dirección de Recaudaciones y Políticas Tributarias de esa alcaldía emitió 1.000 documentos nuevos: 300 renovaciones (es decir, de negocios ya establecidos que tenían licencias perpetuas), y 700 nuevos, referidos a establecimientos que ingresan al mercado. Antes de este cambio, la Alcaldía entregaba licencias de funcionamiento con un carácter perpetuo, es decir que los propietarios de los negocios, una vez obtenido el permiso, no tenían la obligación de renovarlo.
Lo peor de todo es que estas licencias, por sus características, eran fáciles de reproducir, por lo que se desconoce la cantidad de comercios de toda clase que exhiben el permiso de funcionamiento, mas no es posible saber a ciencia cierta si fue entregado por la municipalidad o no. Ahora, explicó el Director de Recaudaciones de la municipalidad alteña, por una parte las licencias de funcionamiento tienen una validez de dos años, al cabo de los cuales deben ser renovadas, lo que implica una nueva revisión de las condiciones del negocio; por otra, la Alcaldía incluyó en ellas sistemas de seguridad impresos en el documento, tales como un holograma con un código único, microtextos que sólo son visibles con una lupa o lente especial, dos sellos secos y otros.
La Alcaldía espera que hasta fin de año, concretamente hasta el 27 de diciembre, cuando finaliza el plazo para la renovación, el cambio de permisos de perpetuos a eventuales alcance al 60% de los negocios, es decir a unos 16.000. Pero al ritmo en que se realiza este proceso, 300 en cuatro semanas, lo más probable es que a fin de año se llegue sólo a menos de una quinta parte del total.
La situación hasta ahora ha estado caracterizada por un casi completo desorden, pues en la medida en que las licencias eras perpetuas, los propietarios no necesitaban comunicar al Gobierno Municipal los cambios que hacían, incluyendo el cambio de rubro y de dirección, ni cuando el negocio cerraba, lo que significa que el actual registro no es completamente confiable.
Previsiblemente, la Alcaldía alteña tendrá que imponer un régimen de multas y sanciones, y considerando la respuesta de los propietarios al reempadronamiento actual, es previsible que cualquier intento de sancionar a los morosos provocará airadas reacciones y protestas. Sin embargo, es deseable que éstas no frustren el proceso, pues este tipo de registros es imprescindible en cualquier ciudad, mucho más en una de las tres ciudades más pobladas del país.