Problema del transporte
Los transportistas tienen la peligrosa tendencia de imponer sus puntos de vista con la fuerza
La agenda noticiosa de la semana que termina ha estado nuevamente dominada por el tema de las demandas de los choferes del transporte público y las medidas, habitualmente violentas, que emplean para llamar la atención de las autoridades y la población. La Paz y Cochabamba tuvieron los mayores conflictos, pero Oruro y Tarija también amenazan con seguir ese camino.
En todos los casos, los conflictos y las movilizaciones fueron en demanda de incremento a las tarifas. En Cochabamba los conductores exigen que los pasajes se incrementen de Bs 1,70 a 2; en La Paz, los choferes de trufi quieren una nueva tarifa par tramos “extralargos” de Bs 3,50; en Oruro, poco a poco se comenzó a imponer el cobro de Bs 1,40 en minibús y Bs 1,20 en micro; y en Tarija la directiva del transporte federado pidió a las autoridades municipales revisar las tarifas y hacer un nuevo estudio de costos.
La situación fue más tensa en Cochabamba, donde los transportistas realizaron un paro entre el lunes y jueves, cuando su dirigencia firmó un acuerdo con la máxima dirigente de la Federación Departamental de Comerciantes Minoristas y Vivanderos, al margen de las autoridades locales y departamentales, quienes rechazaron el arreglo, mientras las juntas vecinales anunciaron que impedirán que se cobre una nueva tarifa.
En La Paz, entre el martes y miércoles los conductores de trufis brindaron un servicio irregular y organizaron movilizaciones en toda la ciudad para presionar a la Alcaldía, que impuso multas a quienes cobraban más de lo autorizado, generando situaciones de violencia. El Comandante del Organismo Operativo de Tránsito informó que dos conductores del transporte público fueron aprehendidos en los operativos, luego de que efectivos policiales estuvieron a punto de ser atropellados. En Oruro, si bien no hubo movilizaciones, sí se desbordó la violencia cuando un grupo de choferes propinó una golpiza a un usuario que reclamó por el incremento arbitrario en los pasajes. Hay reportes de heridos también en Cochabamba y La Paz, lo que demuestra una vez más que el gremio del transporte tiene una peligrosa tendencia a imponer sus puntos de vista mediante
el uso de la fuerza.
Días atrás, en esta misma sección, señalamos los problemas estructurales del transporte en Bolivia, recordando que si bien se trata de un servicio público, es brindado exclusivamente por operadores privados (situación que comenzará a cambiar con la puesta en funcionamiento de los buses municipales y del teleférico, en La Paz) y que urge replantear todo el concepto, ya que en las actuales condiciones es poco lo que puede mejorar. Estamos, pues, en puertas de un nuevo tiempo de conflictividad que sólo será evitado si las autoridades de los ámbitos nacional, departamental y local, en todo el país, encuentran soluciones viables. Es un asunto urgente.