EEUU, la fiera herida
Este fin de mes, oiremos pues su maullido, junto al rugido estertóreo de la fiera herida que ya empieza a dar sus primeros coletazos
Así como cayeron antiguos imperios, el estadounidense se acerca progresivamente a su fin, en un declive imparable que lo hace aún más peligroso, como ese animal herido que al sentirse acorralado ataca con más fiereza. Unos dicen que comenzó después de la Segunda Guerra Mundial, porque no aprovechó el fortalecimiento económico que le había dado una Europa destruida, que se recuperó pronto, hasta quitarle el monopolio de las bombas atómicas. Otros dicen que se debe a sus fallas y debilidades internas, agravadas por el crecimiento de otras potencias como China.
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El diagnóstico más reciente (abril de 2024) lo dio un grupo de académicos de la Rand Corporation en una investigación titulada Declive relativo de la posición de Estados Unidos, al que tuvo acceso el periodista David Ignatius del diario The Washington Post. El análisis, solicitado por el propio Pentágono, dice que “su posición competitiva se ve amenazada, desde dentro, por la ralentización del crecimiento de la productividad, el envejecimiento de la población, un sistema político polarizado y un entorno informativo cada vez más corrupto. Desde fuera, por el creciente desafío directo de China y la menor deferencia hacia el poder de Estados Unidos por parte de docenas de países en desarrollo”.
La decadencia, añade, también se debe “a la adicción al lujo, a la incapacidad de seguir el ritmo de las demandas tecnológicas, una burocracia osificada, pérdida de virtudes cívicas, sobrecarga militar, élites interesadas y beligerantes, y prácticas medioambientales insostenibles”. Sobre su economía, cita las advertencias del Fondo Monetario Internacional sobre el elevado nivel de deuda y gasto públicos «que están contribuyendo al recalentamiento de la economía, lo que dificulta a la Reserva Federal la tarea de derrotar a la inflación». Y concluye: “Cuando las grandes potencias han perdido una posición de preeminencia o liderazgo debido a factores internos, rara vez han invertido esta tendencia”.
En otra investigación, de 2019, llamada Ascenso y declive de Estados Unidos en la hegemonía mundial, Alejandro Dabata y Paulo Lealb, de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, confirman que la supremacía estadounidense está en un franco período de declinación, «lo que implica una transformación profunda que probablemente genere el fin de su hegemonía y se transite a un mundo multipolar». De China, dicen que se ha convertido en el primer productor de manufacturas del mundo con la mayor participación en el Producto Interno Bruto mundial. Que hoy es el mayor exportador, con niveles muy altos de innovación y de generación de conocimiento.
“Al igual que EEUU lideraba al mundo desde inicios del siglo XX, China lo hace desde inicios del siglo actual, lo cual parece ser una tendencia irrefrenable”, dice el análisis. Y concluyen con esta advertencia: “EEUU ha pretendido mantener su hegemonía basándose en la intimidación militar y económica… existe una posibilidad de que realice actos de provocación contra China para generar una Tercera Guerra Mundial que fortalezca su hegemonía”.
Precisamente esto, un acto de intimidación, veremos en los próximos días, cuando en el mar argentino arranquen los ejercicios militares denominados Southern Seas (Mares del Sur) 2024, promovidos por el Comando Sur del ejército estadounidense y en el que participarán soldados de Reino Unido, Países Bajos, Argentina, Canadá, Colombia, Perú, Chile, Ecuador, Uruguay y Paraguay. Pasado mañana, llegará a esas aguas uno de los más poderosos portaaviones norteamericanos, el USS George Washington, de propulsión nuclear, que tiene un largo de más de 330 metros y un ancho de 76, que posee avanzados sistemas de radar, una capacidad para albergar a 3.200 tripulantes y a 90 aviones y helicópteros.
Llegará junto a otros dos buques, el destructor cazamisiles USS Porter y el petrolero de reabastecimiento Lenthall, que según informes del Pentágono serán recibidos «con honores especiales» por el presidente Javier Milei. Una demostración de fuerza que emociona al mandatario argentino, que quiere convertir a su país en socio global de la organización guerrerista OTAN. Este fin de mes, oiremos pues su maullido, junto al rugido estertóreo de la fiera herida que ya empieza a dar sus primeros coletazos.
(*) Javier Bustillos Zamorano es periodista