El discurso del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ante el Congreso de Estados Unidos fue elocuente, emotivo e inteligente al identificar los problemas del posible acuerdo nuclear con Irán. Sin embargo, al describir una posible alternativa a este acuerdo entró a la tierra de Nunca Jamás, dibujando un escenario totalmente alejado de la realidad. A su vez, el Congreso se unió a su viaje de fantasía y aplaudió con entusiasmo, mientras el orador alargaba su discurso saltando de una demanda inalcanzable a otra.

Netanyahu declaró que Washington debería rechazar el acuerdo actual, exigir que Teherán desmantele casi por completo su programa nuclear y se comprometa a no reanudarlo nunca más. Según el Primer Ministro israelí, conocido como Bibi, tanto los chinos como los rusos y los europeos van a apoyar entusiastas su propuesta, reforzar las sanciones e incrementar la presión a Irán, que llevaría más temprano que tarde a este país a capitular. “todos los sueños se convierten en realidad si los deseas con el corazón”, dijo Peter Pan.

De hecho disponemos de algunos eventos históricos que pueden informarnos acerca del rumbo más probable a tomar. Entre 2003 y 2005, bajo la conducción de otro presidente práctico, Mohammad Khatami, la República de Irán negoció en su momento con tres potencias de la Unión Europea un posible acuerdo para ubicar el programa nuclear de Irán bajo las debidas restricciones e inspecciones. El jefe negociador nuclear de la época era el señor Hassan Rouhani, actualmente presidente de Irán.

Irán propuso limitar sus centrifugadoras a niveles muy bajos, mantener sus niveles de enriquecimiento muy por debajo de aquellos que pudieran ser utilizados para armamento atómico y transformar su uranio enriquecido existente en combustible (que no podía ser utilizado con propósitos militares). Peter Jenkins, el representante británico ante la Organización Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés: International Atomic Energy Agency), dijo más tarde a la agencia de noticias Inter Press Service: “Todos nos hemos sentido impresionados por la propuesta”. Sin embargo las negociaciones colapsaron debido a que la administración Bush, actuando a través del Gobierno del Reino Unido, vetó la propuesta. Era seguro, explicó Jenkins, que si Occidente podía “asustar” a los iraníes,” éstos se iban a rendir”.

¿Cuál fue el resultado? ¿Regresó Irán a la mesa de negociaciones y capituló? No, el país resistió las sanciones, vetó cualquier tipo de inspecciones y expandió de forma masiva su infraestructura nuclear. El país pasó de 164 centrifugadoras a 19.000, acumuló más de 17.000 libras de gas uranio enriquecido y comenzó a construir un reactor de agua pesada en la planta de Arak, que podría haber sido utilizado para la producción de plutonio para armamento.

El politólogo estadounidense de la Universidad de Harvard Graham Allison, uno de los expertos más destacados del país en temas nucleares, señaló que “insistiendo en demandas maximalistas y rechazando acuerdos potenciales, el primero de los cuales hubiera limitado el potencial de Irán a 164 centrifugadoras, hemos sido testigos del avance de Irán de estar a diez años de producir una bomba atómica a apenas meses de alcanzar tal objetivo”.

Si el acuerdo que está siendo ahora negociado falla, el escenario más probable es una repetición del pasado: Irán expandirá su programa nuclear. Si las otras grandes potencias creyeran que la oferta de Irán es seria, pero que la intransigencia de Estados Unidos e Israel impidieron el éxito de un acuerdo, se manifestarán reticentes a imponerle nuevas sanciones a Irán, y es sabido que las sanciones comienzan a perder fuerza con el tiempo. Netanyahu teme que, con este acuerdo, Irán pueda probablemente comenzar nuevamente algunos puntos de sus programas nucleares, de aquí a los próximos diez años. Pero sin el acuerdo, en diez años Irán probablemente tendrá 50.000 centrifugadoras, masivas reservas acumuladas de uranio altamente enriquecido, nuevas plantas, miles de científicos y técnicos nucleares experimentados y un reactor de agua pesada en pleno funcionamiento capaz de producir plutonio. Llegado el momento… ¿qué hará Bibi?

La teoría de que Irán va a cambiar bajo continua presión no toma en cuenta ciertos factores básicos. Irán es un país orgulloso y nacionalista. Ha sobrevivido 36 años de sanciones occidentales con precios del petróleo bajos y altos. Resistió una guerra de ocho años con Irak en la cual perdió medio millón de hombres aproximadamente. El programa nuclear es popular, incluso entre los líderes del Movimiento Verde prodemocrático.

Como señala Allison, Irán ya tiene la capacidad de construir un programa de armas nucleares y lo obtuvo en 2008 cuando dominó la habilidad de producir centrifugadoras y uranio enriquecido. Sin embargo, el país persa aún no ha construido armamento atómico. Desde hace aproximadamente 25 años que Netanyahu sostiene que Irán está a punto de producir un arma nuclear. En 1996 (19 años atrás) se dirigió al Congreso estadounidense y dio prácticamente el mismo argumento que repitió la semana pasada. Hace diez años que argumenta reiterativamente que Irán se encuentra a un año de construir una bomba nuclear.

Entonces, ¿por qué se ha demostrado que las predicciones de Bibi durante 25 años son erróneas? Una pequeña parte se debe a un sabotaje occidental e israelí que impidió el progreso de Irán. Sin embargo, incluso las afirmaciones más exageradas de las agencias de Inteligencia no consideran un retraso de más de unos pocos años. La gran parte consiste probablemente en que Irán siempre ha reconocido que si construyera una bomba atómica, tendría que enfrentar grandes consecuencias internacionales. En otras palabras, los mullahs han calculado (correctamente) que los beneficios de entrar en guerra no valen la pena su costo. La clave para cualquier acuerdo con Irán es mantener los costos altos de una posible irrupción en guerra y los beneficios bajos. Éste es el camino más realista para evitar que Irán se convierta en un Estado con armas nucleares, no sueños de Peter Pan.