Voces

Saturday 23 Sep 2023 | Actualizado a 19:00 PM

Registro biométrico

El registro biométrico de los militantes políticos permitiría evitar varios problemas recurrentes.

/ 24 de octubre de 2017 / 04:24

La democracia y sus prácticas institucionales deben modernizarse, ora porque la composición de la población votante cambia, ora porque el contexto institucional se transforma o, finalmente, porque la tecnología posibilita nuevos y mejores sistemas de registro y control. Por ejemplo, el Tribunal Supremo Electoral boliviano propone un registro biométrico de militantes.

La iniciativa del TSE busca en principio dejar de depender de los libros manuscritos que cada partido político o agrupación ciudadana deben hacer llenar con sus militantes a fin de demostrar que están listos para terciar en una elección. Dependiendo si la votación será nacional, departamental o local, el número de registros con sus respectivas firmas es diferente, no así el requisito de que esas personas no tengan militancia en otra tienda política.

Según explica el vocal Antonio Costas, probablemente la persona más autorizada en este ámbito, no solo se trata de hitos “en el fortalecimiento de la democracia en el país”, sino que la introducción de la tecnología redundará en un mejor manejo del tiempo y, sobre todo, permitirá controlar que una persona no aparezca como militante de varios partidos a la vez.

A su vez, el vicepresidente del TSE, José Luis Exeni, añade que el uso de un registro biométrico permitirá evitar en el futuro dos problemas recurrentes en este tipo de procesos: el uso de datos falsos y la inscripción de personas sin que éstas sepan que su nombre aparece en el registro. Como evidencia de que estos problemas son más frecuentes de lo que se admite, la autoridad señala que hay un caso de una agrupación política que tiene hasta 90% de registros falsos, razón por la cual el caso está en manos del Ministerio Público.

Asimismo, el uso de registros biométricos, indica el vocal Costas, servirá para sustentar iniciativas ciudadanas de revocatorio, referéndum o cualquier otro proceso que demande la recolección de firmas de la ciudadanía. Es este el punto que inspira la desconfianza de dos portavoces políticos.

Por un lado, Jaime Paz Zamora, expresidente y ahora propulsor del renacimiento de su sigla, el MIR, piensa que este registro de militantes permitiría al Gobierno identificar, perseguir y castigar a quienes militen en opciones diferentes a la oficialista. Por otra parte, José Luis Bedregal, asambleísta departamental y portavoz de Sol.Bo, cree que el Gobierno podría usar esos registros para fraguar adhesiones a un nuevo referéndum sobre la Constitución. Es evidente que ambos olvidan que el TSE es un poder del Estado y no un apéndice del Ejecutivo, y que sus sospechas implican un gran desprecio por el trabajo del Órgano Electoral.

Por ahora es todavía una propuesta que implica reformar la Ley del Régimen Electoral. Sin embargo, a simple vista se nota que la iniciativa puede tener muchos beneficios a la hora de administrar los procesos electorales y toda su complejidad.

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La sentenciada

/ 23 de septiembre de 2023 / 00:38

Las imágenes de la mujer de la pintura roja son las que mejor resumen la brutalidad y la violencia política que se practicó en el golpe-gobierno de facto que mantuvo en la presidencia del Estado a Jeanine Áñez entre el 12 de noviembre de 2019 y el 7 de noviembre de 2020. La mujer de la pintura roja se llama Patricia Arce, hoy senadora del MAS por el departamento de Cochabamba, y en aquel tiempo, hace ya casi cuatro años, alcaldesa de Vinto a la que los paramilitares de la Resistencia Juvenil Cochala expusieron ante las impasibles cámaras y micrófonos de los medios de comunicación de la derecha que parecían experimentar una indescriptible y morbosa satisfacción: Había que sentarles la mano a los masistas de mierda que querían eternizarse en el poder.

La imagen de Patricia Arce, bañada en pintura de la cabeza a los pies, arrodillada y conminada a pedir perdón, la presionaron al extremo de decir que si su pueblo se lo pedía renunciaría a su cargo de alcaldesa. El registro rojo sangre de Arce grafica y simboliza el odio acumulado contra quienes osaron irrumpir (2006) en los dominios del hasta entonces inexpugnable poder k´ara de la excluyente democracia boliviana. Milena Soto, la mujer más visible de esta Resistencia cochabambina —a la que la propietaria de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, Amparo Carvajal, calificó como “una resistencia necesaria”— agredió a patadas a Patricia, mientras esta lloraba desesperada y clamaba vanamente para que cesara tan abominable humillación.

Patricia Arce la agredida, Milena Soto la agresora y Amparo Carvajal, la monja que bendecía la persecución sañuda contra masistas que osaban ondear wiphalas en los últimos momentos en que el derrocamiento de Evo Morales era irreversible, configuran episodios de estas mujeres de diferentes talantes, y a ellas hay que sumar a Jeanine Áñez, la presidenta de facto; a Karen Longaric, la canciller, una loba con piel de cordero y a Roxana Lizárraga, la ministra de Comunicación que decidió hacer una visita guiada para periodistas en el afán de mostrar los aposentos y las sábanas del apartamento presidencial situado en el último piso de la Casa Grande del Pueblo que ha sustituido al viejo Palacio Quemado de la plaza Murillo.

A Jeanine la guiaba su ministro de Gobierno, Arturo Murillo, un delincuente disfrazado de político hoy sentenciado en los Estados Unidos por un negociado de compra de artefactos para reprimir a los revoltosos que no admitían la manera en que se había sacado a Evo del gobierno. A Longaric no hubo necesidad de guiarla para atropellar a médicos cubanos que prestaban servicios sociales de salud en Bolivia, expulsándolos del país, o para reconocer al impresentable Juan Guaidó, autoproclamado presidente encargado de Venezuela, o para violar la Convención de Viena negando salvoconductos a los asilados en la Embajada de México, altos personeros del gobierno defenestrado. A Lizárraga tampoco hubo necesidad de darle instrucciones para amedrentar a periodistas argentinos que llegaron a La Paz para cubrir informativamente la convulsión que experimentaba nuestro país, a quienes tachó de sediciosos (¿?).

Patricia Arce es el símbolo femenino de las mujeres bolivianas perseguidas, discriminadas y agredidas. Amparo Carvajal, Milena Soto, Jeanine Áñez, Karen Longaric y Roxana Lizárraga han inscrito sus nombres como partícipes y responsables de la interrupción de la democracia, consumada el 12 de noviembre de 2019. Arce y las humildes y luchadoras mujeres del MAS-IPSP son las víctimas mientras que las otras, fieles representantes de la Bolivia racista y violenta son, cada una en grados distintos de responsabilidades, las victimadoras, las que en su incontenible odio terminaron desnudándose como una potente expresión de la miseria humana.

Con todo este contexto, con las argumentaciones jurídico legales esgrimidas durante 15 meses (marzo 2021-junio 2022), Jeanine Áñez es hoy la principal sentenciada en el caso Golpe de Estado II y las tropelías cometidas bajo su mando como las masacres de Senkata, Sacaba-Huayllani y El Pedregal son parte de otro proceso en curso denominado Golpe de Estado I. Áñez está pagando sus delitos al haber sido condenada por resoluciones contrarias a la Constitución y a las leyes y por incumplimiento de deberes, mientras que Longaric y Lizárraga residen en Alemania y Estados Unidos, huidas luego de su infausto paso por un gobierno nefasto y al que la corporación de opinadores se niega a evaluar, consciente de que defender esa “transición” es imposible por la carencia de argumentos: Son odiadores, pero no tienen con qué.

Áñez fue presentadora de televisión, esposa de un alcalde de Trinidad y de un colombiano al que se sindicó de vinculaciones con el narcotráfico, y sus comienzos políticos hay que examinarlos en su militancia en Podemos de Tuto Quiroga, el delfín del dictador Banzer. No es casual, por lo tanto, que la inspiración ideológica del golpe de 2019 haya sido el banzerismo.

Julio Peñaloza Bretel es periodista.

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Desatando los demonios

/ 23 de septiembre de 2023 / 00:34

El conflicto político está contaminando nuevamente y de una manera aún más peligrosa el proceso constitucional de renovación de las autoridades del Poder Judicial. El riesgo es la consolidación de un suprapoder en ese ámbito, que busque preservar sus propios intereses a cambio de prestar favores políticos e intervenir incluso en procesos cruciales de la democracia como son los que garantizan elecciones libres y competitivas.

La crisis del sistema judicial ya es un dato en el funcionamiento del Estado boliviano, fenómeno ya casi crónico que no podemos resolver desde hace décadas. La mayoría de los ciudadanos vamos aprendiendo a vivir en ese mundo disfuncional, pero, lo preocupante es que esa enfermedad sigue mutando a formas cada vez más riesgosas para la gobernabilidad del país.

Hay consenso en que la elección por voto de magistrados del Poder Judicial no ha mejorado en nada la situación. De igual modo, desde hace décadas observamos injerencias del poder político en la Justicia y la instrumentalización de decisiones judiciales en favor de intereses particulares.

El desorden político que se produjo desde 2019 parece haber complicado aún más la situación en la medida que los operadores judiciales descubrieron las delicias de una autonomía parcial y vieron cómo eran imprescindibles para los políticos de todo signo empeñados en destruirse con cualquier instrumento. Como en otros ámbitos, el debilitamiento del poder gubernamental y de los partidos favorecieron el potenciamiento de las corporaciones de todo tipo.

Es decir, los tratos entre políticos y operadores judiciales se volvieron más horizontales, el juego se complejizó, con poderes judiciales que pueden instrumentalizar en su favor los bajos deseos y miedos de los políticos. Y así llegamos a este momento, con una elección de altas autoridades del Poder Judicial bloqueada por una pantomima de movimientos de moros y cristianos que parecen conducir a una prórroga de las actuales autoridades del sector a cambio de quién sabe que compromisos inconfesables. A lo que se agrega una oleada de judicialización de todo tipo de decisiones y conflictos políticos de la que ya uno va perdiendo el hilo.

El problema es que ese jueguito no está aislado y está afectando incluso segmentos críticos del sistema democrático. Está, por ejemplo, interfiriendo cada vez más en la estabilidad del Órgano Electoral y en las garantías para que los futuros comicios se realicen en condiciones razonables. Por tanto, sus impactos y costos políticos se van acrecentando.

A ratos da la impresión que a los que andan en esos menesteres se les está pasando la mano, están exacerbando la incertidumbre, debilitando aún más una gobernabilidad que debe lidiar con un tiempo de insatisfacción social, desconfianzas en todas las instituciones y de dudas sobre la economía y ad portas de un proceso electoral que se pinta como el más competitivo desde hace décadas.

Todo eso puede acabar mal, un ejemplo reciente de ello es cómo los excesos en la intromisión política y judicial en el proceso electoral guatemalteco están derivando en una compleja crisis y en una descomposición acelerada del esquema de poder que esas intervenciones buscaban justamente preservar. Al final, la gente no es tonta, en todo hay un límite y toda acción tiene costos, particularmente las arbitrariedades de los que se creen todopoderosos.

Escenario no tan alejado de nuestra realidad, basta recordar que detrás de la convulsión de 2019 estaba nomás la molestia de muchos ciudadanos con un poder percibido como abusivo y al que había que ponerle límites. Factor psicosocial que tuvo una contribución significativa a las dinámicas de conflicto que vivió el país en ese horrible año. Y eso en un contexto económico y social mucho más estable que el actual. Estamos pues advertidos antes de que algún ocurrente decida terminar de abrir la caja de Pandora judicial que posiblemente libere a todos los demonios, los cuales puede que terminen incluso de comerse a los imprudentes brujos que los dejaron escapar, en una de esas vueltas del destino que tanto nos sorprenden. Al tiempo.

Armando Ortuño Yáñez es investigador social.

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Teoría del impulso maníaco de Musk

/ 23 de septiembre de 2023 / 00:28

Algunos historiadores y psicólogos se han maravillado al ver cómo muchas de las figuras más importantes de la historia perdieron a uno de sus padres a una edad temprana, ya sea por muerte o por abandono, desde George Washington y Thomas Jefferson hasta Bill Clinton y Barack Obama. Estos son los que un psicólogo denominó “huérfanos eminentes”.

Es fácil poner a Elon Musk en esa categoría. Tuvo una infancia miserable en Sudáfrica marcada por el abuso verbal y físico de un padre que repetidamente le decía que no valía nada, según la nueva biografía de Musk escrita por Walter Isaacson. No tenía amigos y vivía en un mundo en el que o acosabas o eras acosado. Un trasfondo como ese podría crear una sensación de inseguridad existencial, que podría inducir en algunos una vida de dudas o en otros una ambición maníaca de demostrar que están equivocados: ganarse amor, importancia y seguridad.

Pero el relato de Isaacson sugiere que este no es el único, ni siquiera el principal, impulso detrás de la extrema ambición de Musk. En medio de esa infancia sombría, Musk se sumergió en la ciencia ficción, los juegos de computadora y los cómics y, en cierto sentido, nunca los abandonó. En ese mundo, Musk parece haber quedado atrapado por una historia tan fervientemente como una persona religiosa está atrapada por un libro sagrado.

Creo que la mayoría de nosotros contamos una historia sobre nuestras vidas y luego vivimos dentro de esa historia. No puedes saber quién eres a menos que sepas cómo contar una historia coherente sobre ti mismo. Podrás saber qué hacer a continuación solo si sabes de qué historia eres parte. La historia que Musk llegó a contar es una de las más antiguas de nuestra civilización: un héroe masculino de reputación incierta emerge de un lugar oscuro para salvar a un pueblo condenado mediante actos de audacia. Es la historia de Moisés, Jesús, Superman, los westerns de John Wayne, Luke Skywalker, Harry Potter y el Señor de los Anillos.

«Mientras otros empresarios luchaban por desarrollar una visión del mundo, él desarrolló una visión cósmica», escribe Isaacson. Según Isaacson, la autoconcepción de Musk es que está creando empresas para salvar a la humanidad. SpaceX pretende hacer de los humanos una especie multiplanetaria, para que podamos escapar a Marte si algo apocalíptico sucede en la Tierra. La misión de Tesla es llevar a la humanidad más allá de una economía de hidrocarburos hacia un futuro sostenible. Su nueva empresa xAI está ahí para ayudar a evitar que la inteligencia artificial se apodere del mundo. Neuralink, que incorpora tecnología en el cerebro de las personas, está ahí para ayudar a los ciegos a ver y a los paralíticos a caminar. No hay nada más salvador que eso. A veces, la historia que Musk cuenta sobre sí mismo parece tan grandiosa que entra en el ámbito del mito épico. Una persona así no ve el mundo que vemos el resto de nosotros, sino su propio mundo mítico, y está tratando de reclutar personas para su propia realidad. A veces en la vida la imaginación es tan importante como la inteligencia. El aparente apego de Musk al mito del héroe parece hacerlo intrépido y también con frecuencia una especie de monstruo. La mente mítica es una mente involucrada en sí misma, que nunca puede considerar a otras personas como tan importantes como el héroe/yo. De hecho, el libro de Musk de Isaacson trata sobre una serie de misiones épicas y es lo suficientemente complejo como para ser simultáneamente héroe y villano.

David Brooks es columnista de The New York Times.

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Mi Apolo querido está herido

/ 23 de septiembre de 2023 / 00:22

Soy apoleña de corazón. Me casé con un apoleño. Mi abuelo David Delgado fue fundador de la comunidad de Santa Rosa, y mi abuelo Severo Portillo —benemérito de la Guerra del Chaco— y mi padre Sixto Portillo —una respetada autoridad local— fundaron San Vicente, Santiago y Pata, localidades ubicadas a varias horas de Apolo, capital de la provincia Franz Tamayo.

Mis abuelos adquirieron terrenos en Santa Rosa, Piliapu, San José, Santiago, San Vicente, Amantala, Charobamba y se dedicaron a la agricultura. En esta región, las tierras eran tan fértiles y producían arroz, caña de azúcar, café, quina, cítricos, incienso, copal, yuca, plátano, entre otros. Sin embargo, la falta de acceso hacía que la producción se echara a perder. En aquellos tiempos, los caminos eran de herradura y se debía caminar dos y tres días para llegar hasta Apolo. Más de medio siglo después, la situación sigue igual: rutas de tierra de difícil acceso, accidentados, lo que generó la histórica postergación de las comunidades del norte de La Paz.

Antes, el puente colgante de Amantala dinamizaba el comercio fronterizo con Perú, desde Apolo hasta Pelechuco, donde llegaba mercadería de Puno y Juliaca. Por el río transitaba la carga en mulas, caballos y camélidos. Una de las ferias más grandes se realizaba el 2 de agosto en Santa Cruz del Valle Ameno. Cuando tenía siete años el puente se cayó. El intercambio disminuyó y ninguna de las autoridades se interesó en reconstruirlo.

La historia del oro en Apolo no es tan nueva. La zona de Paranganí era una parada obligatoria para los exhaustos viajeros que requerían remojar sus pies en el río. Contaban mis abuelos que en esa zona, conocida como Motosolo, ya se había descubierto el mineral desde tiempos antiguos.

Con los años, estas tierras fueron invadidas por colonizadores altiplánicos (promovidos por el gobierno) y por extranjeros japoneses y brasileños. A pesar de que la zona fue declarada como reserva forestal por sus riquezas naturales, la presencia del Estado es casi nula. Los colonizadores comenzaron a plantar coca en lugar de los otros alimentos. Actualmente, la agricultura representa el 75% de la actividad productiva; el cultivo de la coca, el segundo más importante (11,1%) después del café (24,1%). Le sigue la ganadería (11%), el plátano (10%) y el maíz, con 9% (BDP, 2020).

Pero el potencial productivo de Apolo es mayor. No se han hecho suficientes exploraciones en hidrocarburos que podrían convertir a la región en un polo de desarrollo. Apolo también es rico por su reserva forestal, que está siendo saqueada de forma ilegal. Esta zona está en el ingreso al Parque Madidi, uno de los más biodiversos del país, lo que puede fomentar el turismo y la economía.

A pesar de sus riquezas, y de todo el potencial económico que tiene, Apolo está sumergido en una profunda pobreza y postergación por la falta de vías de acceso. El índice de necesidades básicas insatisfechas es de 0,7 y se encuentra entre los más bajos del departamento de La Paz. No hay un hospital de segundo nivel. La situación en las comunidades más alejadas es más dramática: no hay una farmacia, menos una posta sanitaria, falta alumbrado público, agua potable, saneamiento básico, riego para el agro, tiendas y escuelas. Las necesidades de salir adelante hicieron que muchos apoleños nos veamos obligados a dejar nuestra región.

Hoy la minería ilegal está invadiendo territorios indígenas, saqueando nuestras riquezas, contaminando los ríos en los que solía bañarme cuando era niña. Está afectando un municipio que era tranquilo, y lo está convirtiendo en uno peligroso, porque ha traído la delincuencia y la violencia. Como apoleña, expreso el sentimiento de indignación de mis hermanos, ante la vista y paciencia de las autoridades locales, departamentales y nacionales. Ojalá que la vida volviera a ser como lo era en antaño. Apolo es un pueblo olvidado por las autoridades, pero no por sus hijos que la vieron crecer.

Hortencia Portillo Delgado es trabajadora social.

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Xi Jinping recibe a Bashar al Asad y anuncian colaboración estratégica China-Siria

Asad, en el poder desde el año 2000, realizó su primer viaje oficial a China en casi dos décadas

Xi Jinping y Bashar al Asad reunidos en Hangzhou, China

Por AFP

/ 22 de septiembre de 2023 / 13:35

El presidente de China, Xi Jinping, y el de Siria, Bashar al Asad, acordaron este viernes «una colaboración estratégica» entre sus países, un espaldarazo para el régimen sirio debilitado internacionalmente y que busca fondos para la reconstrucción.  

Asad, en el poder desde el año 2000, realizó su primer viaje oficial a China en casi dos décadas.

Su objetivo es doble: buscar apoyo financiero para reconstruir su país, devastado por un sangriento conflicto desde 2011, y seguir rehabilitando la imagen internacional de su régimen, aislado durante un tiempo y acusado de atrocidades durante la guerra.

Xi recibió a Asad este viernes en la ciudad china de Hangzhou (este), donde el sirio asistirá el sábado a la apertura de los Juegos Asiáticos, según la prensa estatal.

Lea también: Presidente sirio visita China en busca de fondos para reconstruir su país

Colaboración estratégica

«Hoy anunciaremos conjuntamente el establecimiento de la asociación estratégica China-Siria. Que será un importante hito en la historia de nuestras relaciones bilaterales», dijo Xi a Asad, según el canal estatal chino CCTV.

«Ante una situación internacional llena de inestabilidad e incertidumbre, China quiere seguir trabajando con Siria». Eso añadió Xi, quien aseveró que «la amistad entre ambos países se ha fortalecido con el tiempo».

China es uno de los pocos países fuera de Oriente Medio que el presidente Asad visita desde que comenzó la guerra civil siria en 2011, transformada luego en un conflicto regional.

La guerra mató a más de medio millón de personas, obligó a desplazarse a millones y destruyó buena parte de las infraestructuras. Así como la industria local, incluyendo el sector petrolero.  

El poder sirio está además sometido a sanciones internacionales.

(22/09/2023)

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