Naciones Unidas en el Día del Orgullo LGBTI
Casi 50 años después, millones de personas siguen sufriendo violencia debido a su orientación sexual.
Cada 28 de junio, personas de todo el mundo recuerdan los disturbios acontecidos en Stonewall, Nueva York, en 1969, en los que la comunidad de lesbianas, gais, transexuales, transgénero, bisexuales e intersexuales (LGBTI) se manifestó contra los constantes abusos y violencia que sufrían, reivindicando públicamente sus derechos en base a la libertad de orientación sexual e identidad de género.
Hoy, casi 50 años después, millones de personas siguen sufriendo violencia y discriminación debido a su orientación sexual e identidad de género. La homofobia y la transfobia están fuertemente arraigadas en muchas sociedades: hay 72 países que consideran la práctica de la homosexualidad ilegal y ocho países la castigan con la pena de muerte. En Bolivia, siete de cada 10 personas de la comunidad LGBTI han sufrido algún tipo de agresión psicológica o física, y 24 de cada 100 han percibido alguna forma de discriminación.
La vulneración de sus derechos que sufren las personas LGBTI, combinada con la falta de protección jurídica adecuada, incide en que esta comunidad sea víctima de homofobia o transfobia e incluso agresiones en el trabajo, en los centros de salud, en las escuelas y, en algunos casos, sean maltratados por su propia familia.
La población más joven es la que se encuentra en una situación de mayor vulnerabilidad, pues se enfrenta a normas y expectativas de género que acentúan los riesgos y restringen las oportunidades. Las y los adolescentes transexuales, gais y lesbianas, así como otras personas que no se ajustan a las normas dominantes de género están más expuestas al acoso escolar, la violencia, la homofobia y el estigma durante este período de la vida.
Debemos enfatizar los esfuerzos conjuntos que se realizan para erradicar la violencia homofóbica y transfóbica que se ejerce en las escuelas. Las agencias, fondos y programas del Sistema de las Naciones Unidas en Bolivia (SNU) están comprometidas en trabajar por la eliminación de las dinámicas sociales tóxicas que derivan en violencia y discriminación hacia la población con diversa orientación sexual o identidad de género.
A su vez, el país ha avanzado en la última década en el reconocimiento legislativo de las personas LGBTI, Bolivia es uno de los siete países en todo el mundo cuya Constitución prohíbe la discriminación por orientación sexual e identidad de género. En Bolivia, el Decreto Supremo 0189, promulgado el 1 de julio de 2009, declara el 28 de junio de cada año el “Día de los Derechos de la Población con orientación sexual diversa en Bolivia”.
En este marco, nuestra organización observa con preocupación algunos desafíos pendientes: las incongruencias del marco normativo relacionado con la orientación sexual y la identidad de género que reconocen derechos en algunos artículos y/o leyes, pero los ignoran en otros; la falta de una tipificación legal sobre los crímenes de odio y actos de violencia con base en la orientación sexual y la identidad de género; y el vacío legal en el que se encuentra actualmente la población transgénero y transexual tras la aclaración de la sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional sobre el párrafo del artículo 11 de la Ley 807 de Identidad de Género.
Cuando Naciones Unidas decidió acordar un conjunto de objetivos mundiales para poner fin a la pobreza y a las desigualdades hasta 2030, organizaciones de derechos humanos presionaron para que los derechos de las personas LGBTI fueran considerados. En septiembre de 2015, 193 países firmaron y aprobaron la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible con el precepto de que estas metas sean aplicables a todos y todas, en todos los lugares, “sin dejar a nadie atrás”. Nuestra organización es consciente de los desafíos pendientes, pero reconoce el potencial de la Agenda 2030 para avanzar hacia la igualdad de todas las personas.