Tiempos de guerreras amazonas
Ahora, más que nunca, esta gran riqueza cultural y natural albergada en la Amazonía afronta diversos retos
Natalia Calderón
El nombre de Amazonía proviene de la legendaria tribu de las amazonas. En la mitología griega, las amazonas fueron una raza de mujeres guerreras que se destacaban por su coraje, orgullo y belleza. Dícese que cuando los conquistadores europeos exploraban la región, se encontraron con mujeres guerreras, recordaron la leyenda y bautizaron el río con el nombre de Amazonas.
Hoy en día la Amazonía alberga el bosque tropical continuo más extenso del mundo, el cual representa el 40% de la extensión de Sudamérica y una gran biodiversidad. Además, es la cuenca fluvial más grande del mundo y contiene el 20% del agua dulce del mundo. En esta región habitan alrededor de 410 pueblos indígenas cuyos territorios abarcan 28% de su superficie y cuenta con áreas protegidas que cubren 23% de la región.
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La Amazonía se encuentra inmersa en una encrucijada debido a las altas tasas de deforestación y degradación que, combinadas, alcanzan ya el 26% de la región, y además un 66% de la Amazonía está sujeto a algún tipo de presión fija o permanente, según datos de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG).
La atención y esperanzas de los próximos días y semanas estarán fijadas en la Cumbre de Presidentes Amazónicos que se celebrará el 8 y 9 de agosto en la ciudad de Belém do Pará en Brasil, para rescatar los principios contenidos en el Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) firmado en 1978, ya que la Amazonía es clave en las estrategias de conservación de la biodiversidad mundial, al mismo tiempo que se combate la pobreza y la desigualdad en la Amazonía y promueve el desarrollo sostenible en la región, considerando el rol fundamental de los pueblos indígenas y comunidades tradicionales para la conservación de la biodiversidad en la zona.
Este evento se constituye en una oportunidad para rescatar un tratado de cooperación que ha estado vigente durante varias décadas, pero que hasta ahora ha fracasado a la hora de abordar estrategias efectivas compartidas entre los países para frenar el deterioro del bosque amazónico y enfrentar juntos desafíos como el cambio climático y la desigualdad.
Nuestra mirada estará puesta en transitar de los discursos y declaraciones a la acción a través de una hoja de ruta conjunta, donde se tomen en cuenta los aportes de la sociedad civil, pues su experiencia en la transformación y la investigación de conflictos sociales y socioambientales en la región amazónica es invaluable en la toma de decisiones. Las organizaciones de la sociedad civil venimos jugando un rol importante en el acompañamiento de procesos locales para la construcción de alternativas viables ante la crisis climática y la pérdida de biodiversidad, por lo que contar con este aporte, así como con la información técnica y científica recabada durante años, contribuirá a la construcción de políticas de impacto y alcance duradero.
Ahora, más que nunca, esta gran riqueza cultural y natural albergada en la Amazonía afronta diversos retos, que requieren atención urgente y se constituyen en un llamado a que actuemos cual Guerreras Amazonas para defender la vida. Estamos convencidos que la cooperación, la visión integral y la acción colectiva son fundamentales para enfrentar los desafíos ambientales, sociales y económicos de la región amazónica, en particular los relacionados con la crisis climática, la pérdida de biodiversidad, la contaminación del agua y el aumento de la desigualdad, la pobreza y el hambre.
(*) Natalia Calderón es directora ejecutiva de la FAN