La A de agradecer
En agosto, lo dijo tantas veces nuestro columnista Édgar Arandia, la tierra se abre para ser alimentada y al mismo tiempo salen bailando todas las energías. Las fuerzas se cruzan, todo se mueve, la transformación es la ley de esta Pachamama de la que venimos todos, sobre la que florecemos a lo largo de nuestras vidas y en la que al final todos reposamos.
Pese a la dura crisis que hoy golpea a los periódicos del mundo, las y los trabajadores de LA RAZÓN y Extra decidimos con alegría y fe, dar gracias a esta gran madre que nos abraza y nos quiere en esta montaña de Auquisamaña.
¿Hay algo que agradecer en medio de esta era digital que puso en jaque a las rotativas del mundo? No tengan la menor duda.
Madre Tierra, te agradecemos estar aquí, trabajando para las personas que quieren leer en papel, que saben de la buena fe y la transparencia de LA RAZÓN y Extra, que conocen de la solidez de un periódico que se palpa con los dedos, que se hace con tiempo y esmero, un periódico de papel que se guarda, que se colecciona o se reutiliza para que no se enfríe la olla con ají de fideo o para limpiar los vidrios de nuestra casa.
Te agradecemos habernos ayudado a aceptar que el periodismo escrito tiene también una piel digital. Gracias por la curiosidad, la humildad y la creatividad para caminar sobre estas nuevas arenas. Gracias por lo que aprendemos cada día. Hemos confeccionado nuevos vestidos para nuestra empresa periodística: que la página digital; que las redes sociales; que nuestros programas LA RAZÓN Radio, Piedra, papel y tinta, Marcas; que los viejos y nuevos suplementos, que nuestros especiales, que nuestro Loro de Oro con su página digital, que nuestro alteño Zorro Antonio del Extra… Te agradecemos, Madre Tierra, estar vivos. Después de una asfixiante crisis de los impresos debido a la irrupción de las nuevas tecnologías, del descenso paulatino de los ingresos publicitarios tanto privados como públicos, del descenso de las ventas de ejemplares, estamos vivos. Después de un ataque interno de propios trabajadores de la empresa que llegaron al punto de hacer un paro ilegal certificado por el propio Ministerio de Trabajo, de sus amenazas al propietario de la empresa en combinación con contados periodistas que disparaban desde afuera, estamos vivos. Después de una guerra sin tregua de medios colegas a través de sus editoriales, noticias, trascendidos, opiniones, queriendo desprestigiar a este medio y a quienes en él trabajamos, estamos vivos. Después de falsas acusaciones contra el presidente del Directorio, Carlos Gill, un proceso sobreseído (del que solo nosotros informamos), después de un abusivo allanamiento a estas instalaciones durante el gobierno de Jeanine Áñez, estamos vivos. Después de una implacable pandemia que nos puso de rodillas con la determinación de la no publicación de nuestras ediciones durante semanas y la consecuente crisis que nos condujo inevitablemente a la desvinculación de casi un centenar de trabajadores, estamos vivos. Después de drásticos recortes en todas nuestras esferas de producción y con un esfuerzo multiplicado por dos, por diez, por mil de las y los trabajadores que seguimos entregando el alma en estas montañas que reciben el calor del sol y rompen el viento, seguimos vivos.
Después de tantas acusaciones de parte de actores políticos, actores mediáticos y colegas periodistas, seguimos aquí, aferrados a nuestros principios, agarrados de nuestros sueños, apoyándonos unos a otros, descosiendo los desacuerdos, bordando esta lucha que nos hace pasar muchas horas diarias en este lugar para llegar a casa a seguir trabajando.
Gracias, montaña de Auquisamaña por tu energía. Es la energía que nos levanta de la cama cada mañana. La energía que nos alimenta para no desaparecer. Energía para hacer periodismo. Queremos ser testigos de un país que se quiere uno, diverso, con igualdad, con equidad, con justicia. Una Bolivia donde quepen todos los mundos, donde quepamos todos nosotros.
¡ Jallalla LA RAZÓN y Extra!
Claudia Benavente es doctora en ciencias sociales y stronguista.