La ‘degradación’ de los bloqueos
Guido Romay
¿Bloqueo nacional de caminos por un conflicto político “interno” en el sector campesino del país? ¿Hasta qué extremos pretenden llegar los sectores afines al evismo? ¿Acaso no se dan cuenta de que este tipo de radicalidades restan y mucho el apoyo ciudadano y los votos cuando lleguen las elecciones?
Son interrogantes a propósito del anuncio de bloqueo de carreteras en el país en octubre por parte de una de las facciones de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) que responde o es seguidora del expresidente Evo Morales.
En la historia contemporánea de Bolivia hubo importantes y hasta emblemáticos bloqueos por parte precisamente del sector campesino, como por ejemplo en 1974, contra la dictadura del entonces presidente de facto Hugo Banzer Suárez. “En las carreteras hay muertos amontonados como leña…”, decía un titular del periódico Presencia, al reproducir testimonios de los heridos y reprimidos por la dictadura banzerista.
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Otro bloqueo histórico del sector campesino fue contra el también presidente de facto Alberto Natusch Busch, al asumir la presidencia con golpe de Estado, pero su efímero gobierno no duró ni una semana porque resistieron ese cruento golpe precisamente los campesinos, con un bloqueo general de carreteras que paralizó a todo el país.
Se pueden citar o recordar otros históricos bloqueos de caminos por parte de los campesinos y desde luego también por parte de otros sectores sociales y populares. Lo cierto es que los bloqueos de caminos en Bolivia, en otros tiempos, fortalecieron las luchas sociales y, lo que es más importante, la democracia.
En la actualidad, los bloqueos de caminos y también los de avenidas y calles de las ciudades del país se han desnaturalizado y se han “degradado” de manera ostensible porque casi siempre son medidas que obedecen a consignas “políticas”, que son manipuladas por dirigentes sindicales o por activistas políticos.
Los senadores y diputados, en lugar de estar enguerrillados todo el tiempo con uno u otro motivo, deberían generar iniciativas legislativas y, en este caso, crear una ley antibloqueos, de tal manera que esta medida de presión deje de ocasionar tanto perjuicio al país y, desde luego, a diversos sectores e inclusive al mismo sector campesino, y en otros casos daña, perjudica a sus mismos compañeros de clase, que son los que más sufren porque viven del día a día.
Bolivia necesita hoy más que nunca de dirigentes sindicales y de políticos que en su accionar demuestren creatividad, objetividad e iniciativas que redunden en beneficio de la gente, de su región y de la patria que dicen amar, luchar y trabajar.
(*) Guido Romay R. es periodista, profesor y escritor