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Wednesday 15 May 2024 | Actualizado a 16:07 PM

Las bondades de las políticas públicas (I)

Es sabido que las políticas rara vez o muy poco frecuentemente se extinguen por completo

Jorge Lizárraga

/ 22 de septiembre de 2023 / 09:54

Hablar de administración pública o gestión pública puede conllevar a discusiones que no tendrían ningún sentido, sino más bien complejizar conceptos, aun si bien son diferentes al mismo tiempo son muy útiles para lograr resultados de políticas públicas.

Lo que pretendemos en este artículo es simplemente dar a conocer nuestra percepción respecto a la administración pública en Bolivia, definida como aquel conjunto de organismos estatales que prestan servicios a los habitantes y realizan las funciones administrativas del Estado, y cómo ésta se relaciona con la gestión pública, “acción capaz de influir en una situación dada”, definida como el conjunto de procesos y acciones mediante los cuales las entidades tienden al logro de sus fines, objetivos y metas, a través de la gestión de recursos y programas, y cómo o en qué medida ambos conceptos confluyen en la realización de políticas públicas coherentes y propias de un modelo preestablecido que puedan beneficiar a la mayoría de los bolivianos.

Hoy por hoy, el mundo atraviesa no solo una crisis financiera y sus consecuencias merced a un sinnúmero de variables y razones, sino también atraviesa una crisis energética, climática, alimenticia y crisis de políticas macroeconómicas, producto del modelo consumista y extractivista que ha desatado conmoción mundial, haciendo cada vez más ricos a pocos y más pobres a muchos, y estas inconsistencias solo podrán ser resueltas en la medida de la generación de ideas acordes a un modelo económico-político definido y, por supuesto, la colaboración y entendimiento de la comunidad internacional sobre la aceptación de estas crisis mundiales que afectan por poco a todos los habitantes del planeta, que sean entendidas en su verdadera dimensión y así recién plantear políticas públicas beneficiosas y acordes a nuestras necesidades.

Ahora bien, hablar de política pública no quiere decir hablar de política en sí misma, dado que son entidades diferentes, pero que se influyen de manera recíproca. Tanto la política como las políticas públicas tienen que ver con el poder social, sin embargo, la política es un concepto amplio, relativo al poder en general, mientras que las políticas públicas corresponden a soluciones específicas sobre cómo manejar los asuntos públicos y cómo su formulación y aprobación puedan responder a solucionar problemas o dificultades sociales principalmente.

Mientras más política sin políticas públicas, más demagogia se genera y menos resultados de gestión pública se concretan; una política pública procura cursos de acción y flujos de información veraz y oportuna con un objetivo político definido, los que son desarrollados por el sector público y frecuentemente bien acompañados con la participación de las organizaciones sociales y el sector privado, o al menos así debiera ser.

Las políticas públicas tienen por lo general las siguientes características enunciativas no limitativas, pero de alto grado de aceptación: fundamentación amplia y no solo específica sobre cuál es la idea y a dónde vamos con la ejecución de dicha idea; estimación de costos y alternativas de financiamiento; factores para una evaluación de costo beneficio social; críticas probables sobre lo que se pretende; oportunidad política y claridad de objetivos e indicadores (costo unitario, economía, eficacia, eficiencia), además del grado de compromiso político real y programático.

Ahora bien, es sabido que las políticas rara vez o muy poco frecuentemente se extinguen por completo; por lo general, solo cambian o se combinan con otras, aun sea por reforma constitucional y lo sabemos, las políticas siguen un curso natural salvo su modificación estructural y aun así no se extinguen por completo y todo dependerá de la programación y planificación desarrollada, por lo cual no hace un hombre a las políticas públicas, sino las ideologías o visión política hacen realidad a las políticas públicas planteadas.

(*) Jorge Lizárraga es abogado

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La IA y sus bemoles

Jorge Lizárraga

/ 15 de marzo de 2024 / 09:48

Este artículo nace a raíz de lo que todos los días apreciamos en los medios, la vida real y los comentarios de todo el mundo, y aunque todavía no se ha desarrollado a su máximo potencial, la inteligencia artificial (IA) está cambiando el rumbo de la vida humana, la toma de decisiones e incluso la confianza que debe existir frente a los desafíos que se presentan cotidianamente, y sin darnos cuenta está absorbiendo la mente humana y sus pensamientos, ideas y construcciones mentales, dejándose a un lado al humano y acrecentándose la confianza en robots y no en las personas.

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Sin duda, nadie desconoce los avances en esta área de la informática y la tecnología, y lo que se puede lograr a partir de ello, no obstante, existen respuestas que ni la misma IA puede resolver, como: ¿será niña o niño? ¿cuál es el secreto de la vida eterna? ¿cómo ganar una guerra? ¿cómo se pueden curar enfermedades como el sida, el cáncer o encefalopatías? ¿Dios existe?… para responder ello es necesario explorar, investigar, leer y reconocer que unos pueden estar en lo cierto y otros, ni cerca de resolver acertijos. Sin embargo, frente a las decisiones y los debates que surgen, los mismos poco a poco no son resueltos por los humanos, a pesar de ser problemas sensibles de la vida humana, por lo que ¿un robot podrá algún día reemplazarnos a ese nivel?

Debemos destacar que no es lo mismo una búsqueda en internet sobre información que uno requiere versus preguntar a la IA cómo resolver un problema sobre la base de información con la que uno no cuenta, y lamentablemente mucha gente se deja llevar por lo que la IA dice, pero no valora el esfuerzo humano aun con sus deficiencias, y juzga más acertado inclinarse por la respuesta remota.

Sin duda, muchos aspectos serán resueltos por la IA y la tomaremos como última determinación sin dudar de su criterio, empero, cuando queramos aplicar su determinación es probable que nos surjan otras dudas e inquietudes para su aplicación, y ahí el nudo gordiano: ¿nosotros o la máquina?

Sabemos que existen muchas ventajas a partir del uso de la IA, como en materia agraria, médica, control aduanero, ciencia y tecnología, innovaciones de todo tipo (militar, seguridad nacional), elimina el error humano y reduce el riesgo, y otras muy ventajosas para el Estado, empresarios y cualquier persona (para lo bueno y lo malo); sin embargo, cuando aplicamos esta IA para tratar trabajos requeridos e inmediatos donde se exige iniciativa, creatividad, conocimiento del área a explorar o explotar, tesis planteadas o investigaciones de cualquier índole, creo que debemos tener mucho cuidado porque ello no solo obligará a los jóvenes e incluso profesionales a no pensar, sino buscar la vía fácil para aprobar o responder a una inquietud, incluso plagiando trabajos; no obstante, quizá el resultado o la calificación sea de aprobación, pero el aprendizaje real y el nivel de creatividad ninguno, y éticamente reprobados.

Si bien nadie duda de las bondades de la IA, los bemoles frente a las iniciativas humanas demostrarán, tarde o temprano, que unos están hechos para ser parte de la vida humana en un futuro no muy lejano y los otros deberán acostumbrarse a vivir con el primero y tratar de no someterse al mismo, por lo que es necesario decir que “Dios y la humanidad iluminen a los iluminados”.

(*) Jorge Lizárraga es abogado

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Fallo envenenado

El fallo emitido si bien no es del todo malo, es un fallo envenenado

Jorge Lizárraga

/ 5 de febrero de 2024 / 09:38

En pasadas horas, la Corte Internacional de Justicia emitió su fallo inapelable (de acuerdo al art. 60 del Estatuto de la CIJ), referida a la denuncia planteada por Sud África contra Israel por vulneración al derecho internacional relativo a la masacre de palestinos en territorio ocupado israelí, exigiendo a Israel “tomar todas las medidas a su alcance para prevenir la comisión de un genocidio” y “adoptar medidas inmediatas y efectivas” para permitir el acceso de asistencia humanitaria, aunque evitó pedir un “alto el fuego” como medida cautelar.

Es importante manifestar que, si bien el alcance del fallo no es menos importante, lo cierto es que el reclamo para adoptar medidas necesarias para evitar un genocidio, supone a medias «una victoria decisiva para el Estado de derecho internacional» y esto por el precedente que se genera a partir del mismo para cualquier otra masacre indiscriminada que pueda suceder en cualquier otro punto del planeta tierra.

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Si bien podría decirse que la decisión del Tribunal marca «un hito importante en la búsqueda de justicia para el pueblo palestino», lo cierto es que no cesa las arremetidas israelíes, continúan los bombardeos y los palestinos como si fueran parias del mundo deben ir a recoger insumos, vituallas y lo que fuera para seguir habitando donde desde hace mucho habitan, con la incertidumbre de saber si lo que la Corte determinó que «las acciones de Israel en Gaza son plausiblemente genocidas», pudieran algún día generar expectativas de arreglo a nivel internacional.

Ahora bien, si bien es cierto con este fallo «terceros Estados son ahora conscientes de la existencia de un grave riesgo de genocidio contra el pueblo palestino en Gaza» también es evidente que «deben actuar de forma independiente e inmediata para prevenir el genocidio por parte de Israel y garantizar que ellos mismos no violen la Convención sobre el Genocidio, incluso ayudando o colaborando en la comisión de genocidio».

Esto conlleva que necesariamente impone a todos los Estados la obligación de dejar de financiar y facilitar las acciones militares de Israel, que son plausiblemente genocidas, será que, ¿los Estados Unidos y Gran Bretaña cumplirán?

Otro aspecto que está pasando desapercibido por la comunidad internacional es el incumplimiento por parte de Israel a la carta de las NNUU que entre otros en su capítulo XI Declaración relativa a territorios No Autónomos artículo 73 señala que: “Los Miembros de las NNUU que tengan o asuman la responsabilidad de administrar territorios cuyos pueblos no hayan alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio, reconocen el principio de que los intereses de los habitantes de esos territorios están por encima de todo, aceptan como un encargo sagrado la obligación de promover en todo lo posible, dentro del sistema de paz y de seguridad internacionales el bienestar de los habitantes de esos territorios, y asimismo se obligan: a) asegurar, el debido respeto a la cultura de los pueblos respectivos…, y su protección contra todo abuso; b) Desarrollar el gobierno propio, … y a ayudarlos en el desenvolvimiento progresivo de sus libres instituciones políticas…c) promover la paz y la seguridad internacionales; y d) promover medidas constructivas de desarrollo, estimular la investigación, y cooperar unos con otros ….; y e) transmitir regularmente al Secretario General, a título informativo… la información estadística y de cualquier otra naturaleza técnica que verse sobre las condiciones económicas, sociales y educativas de los territorios por los cuales son respectivamente responsables…”.

De igual manera el Artículo 74 señala que “Los Miembros de las Naciones Unidas convienen igualmente en que su política con respecto a los territorios a que se refiere este Capítulo .. deberá fundarse en el principio general de la buena vecindad, teniendo debidamente en cuenta los intereses y el bienestar del resto del mundo en cuestiones de carácter social, económico y comercial”.

Finalmente, no olvidemos que paralelamente a este conflicto, tenemos amenazas a la paz mundial con la intromisión de Estados en territorios del oriente próximo y oriente medio que podría generar un mayor número de bajas civiles y que lo único que genera es, engordar solo las arcas de los grandes emporios armamentísticos y políticos de bajo nivel de conciencia social (Yemen, Irán, Irak, Libia, Líbano, Siria, etc) por lo que el fallo emitido si bien no es del todo malo, es un fallo envenenado.

(*) Jorge Lizárraga es abogado

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Crímenes de lesa humanidad: no todos son aliados

Los Acuerdos de Oslo de 1993 preveían que la Autoridad Palestina se convirtiera en un Estado

Jorge Lizárraga

/ 8 de enero de 2024 / 10:29

La actual escalada bélica entre las fuerzas israelíes y milicias palestinas recuerda a la comunidad internacional lo lejos que está un posible acuerdo de paz definitivo que ponga fin a este conflicto, uno de los más antiguos y sangrientos de Oriente Próximo y peor aún luego de conocerse el 2 de enero de 2024, la muerte del número dos de Hamás, en un bombardeo con un dron israelí contra una oficina del grupo a las afueras de Beirut, donde además fallecieron cinco personas, sin hasta la fecha atribuirse Israel este atentado.

Recordemos que la guerra ha regresado a Oriente Próximo tras el ataque contra Israel lanzado desde Gaza por Hamás el 7 de octubre de 2023. La ofensiva sin precedentes de la organización islamista, con cohetes e incursiones de milicianos. dejó más de mil muertos en el país hebreo, no obstante, la respuesta del gobierno de Benjamín Netanyahu fue la de declarar el estado de guerra e iniciar un contraataque sobre la Franja de Gaza, que se ha cobrado ya miles de muertos, hoy en día sin piedad, tal y como fuera un crimen de lesa humanidad y sin la intención de dar una ralentización.

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No es raro que no solo personalidades del mundo artístico (cine, música, letras, y otros) se hayan pronunciado sobre esta escalada de ofensiva sin razón, como tampoco fue o es extraño que incluso Estados se pronuncien exigiendo no solo un stop al ataque, sino el cumplimiento de resoluciones de las Naciones Unidas por más de 30 años; aun así y como una vez mas lo demuestra el derecho internacional y la comunidad internacional, “el pertenecer al Consejo de Seguridad” da privilegios y prerrogativas que hacen de que poco a poco los Estados creen organismos paralelos, protegiéndose uno con otros contra otros, lastimosamente.

La conocida y acertada solución al conflicto parece apuntar, desde finales de los años 40, a la creación y reconocimiento de dos Estados, lo cual supone la creación de un Estado palestino y otro israelí, coexistiendo en paz y de forma independiente. Desde 1947, la opción de los dos Estados está presente en el plan de Naciones Unidas para la partición de Palestina, al igual que la idea de que Jerusalén pasara a ser una tercera entidad bajo control internacional, sin embargo, en el siglo XXI el pasado parece ser eso, ni mucho menos un intento de acercamiento.

Los Acuerdos de Oslo de 1993, firmados por Isaac Rabín y Yaser Arafat en la Casa Blanca, preveían que la Autoridad Palestina se convirtiera en un Estado. Este proyecto no se llegó a concretar y fue en 2003 cuando la hoja de ruta elaborada por el Cuarteto —que actuaba como mediador y estaba formado por Estados Unidos, Rusia, la UE y la ONU— planteó que el Estado palestino se instaurara en 2005.

La intención era que la creación del Estado palestino diera garantías de seguridad a Israel y le ayudara a retener una mayoría demográfica judía —permitiendo que el país siguiera siendo judío y democrático— y otorgaría un Estado independiente a los palestinos. Los desacuerdos entre palestinos e israelíes y los continuos brotes de violencia han impedido que estos planes se hayan hecho realidad.

Hoy en día, Israel incluso ha considerado ridículo un informe de la ONU sobre la violación de derechos en Cisjordania, calificándolo como «ridículo». «Bastante ridículo», dijo Tal Heinrich, portavoz de la oficina del primer ministro de Israel, en rueda de prensa en Jerusalén hace un par de semanas atrás.

El primer ministro de Irak, Mohamed Shia al Sudani, agradeció el pasado año al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, su «valentía» por su posición ante el conflicto entre Israel y Hamás, al pedir a las autoridades israelíes que respeten el derecho internacional para evitar el sufrimiento a la población de Gaza; al mismo tiempo que ya son varios los jefes de Estado en todo el mundo que condenan frontalmente la arremetida israelí contra palestinos, sin saber las consecuencias de su posicionamiento, Estados como Turquía, Libia, Irán, Irak, Siria, Colombia, Brasil, Bolivia, Venezuela, Corea del Norte y otros, indican que no todos son aliados de los crímenes de lesa humanidad.

(*) Jorge Lizárraga es abogado

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Para proteger al Estado, su modelo e instituciones

En más de una oportunidad se dijo que una de las grandes falencias del país es la falta de atracción de inversiones

Jorge Lizárraga

/ 8 de diciembre de 2023 / 09:57

A fines de noviembre, escuché detenidamente las intervenciones de tres profesionales de un altísimo nivel y conocimiento de la economía y la realidad social bolivianas, promovidas por Nueva Economía. Estos panelistas o expositores fueron Enrique García, Juan Antonio Morales y Hugo Molina.

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Destacando cada una de las intervenciones y su solvencia en las observaciones y sugerencias sobre el futuro del desarrollo, y coincidiendo todos en tres asuntos neurálgicos para el país, cito: a) la necesidad de crear políticas de largo plazo a través de un pacto político idóneo, desinteresado y pensando en nuestra Bolivia; b) el potenciamiento de nuestras relaciones con los inversionistas extranjeros y privados, dado las características y limitaciones económicas, competitivas y productivas en nuestro aparato productivo; y c) la necesidad de la instauración de una verdadera institucionalidad y el respeto al Estado de derecho en nuestro país, con los que si bien coincido también es preciso opinar y decir:

— Las políticas a largo plazo, a partir de 2009 hubo y existe una continuidad de los planes, programas y políticas públicas orientadas a defender y proteger un modelo que no solo es parte de una ideología política, sino de la constitucionalidad nacional, y por tal estas políticas, si bien se ven frenadas o potenciadas según el sector, la materia y las intenciones políticas, hoy adolecen de un resquebrajamiento interno por el distanciamiento del partido político gobernante de los últimos 15 años y por ello sufriendo una desaceleración o frenado inesperado sobre la continuidad de esas políticas de largo plazo, por lo cual se hace absolutamente necesario para las elecciones de 2025 un pacto político previo de respeto a los resultados y que la continuidad de políticas sea un hecho.

— En más de una oportunidad se dijo que una de las grandes falencias del país es la falta de atracción de inversiones, la Constitución restringe su participación y disminuye su importancia dedicándole mayor protagonismo al Estado, con el aditivo de la aprobación de leyes sobre empresas, inversiones y demandas de arbitraje internacional que lo hacen nada atractivo. Cuando de inversión se trata, no solo de por medio está la decisión del Estado anfitrión, sino de los acuerdos internacionales sobre inversiones y las estructuras jurídicas garantistas a dicha inversión, ausencia plena en el país que muy pocas expectativas genera para la atracción de inversiones, y lo peor es que nuestras proyecciones o estimaciones sobre la base de un negocio no generan a la fecha impacto en la empleabilidad, competitividad y productividad, siendo un asunto clave que debe discutirse.

— Otro aspecto ineludiblemente complicado y sensible en el país es el debilitamiento de sus instituciones y por ello la falta de institucionalidad, sobre todo en el Órgano Judicial, que de por sí genera duda sobre los manejos o administración del poder.

Aparte de estos tres aspectos relevantes también se habló de la problemática de la educación en el país, la brecha campo-ciudad, la salud, la descentralización, los equilibrios monetarios y fiscales y, por supuesto, la tecnología ligada a la inteligencia artificial, todos merecen una atención debida y un tratamiento especial que, como los tres aspectos antes referidos, se constituyen también en elementos transcendentales para proteger al Estado, su modelo y sus instituciones.

Finalmente, los datos económicos relevantes que se encuentran en la Asamblea Legislativa anuncian para 2024: 585 entidades del sector público, 55% del presupuesto nacional dirigido a salud y educación; y 30% para la Policía, las FFAA, universidades y ETA, una inversión pública de $us 4.270 millones para los sectores productivo, infraestructuras, social y multisectorial; unas políticas sociales de shock que atienden a los más necesitados; una subvención necesaria pero quizá inadecuada, aunque pensada para favorecer a todos y otros elementos que nos dicen que si bien no estamos tan mal como otros países, tampoco estamos tan bien como quisiéramos, por lo cual llega el momento de consolidar el modelo y unir fuerzas, ideas y luchar como un todo para todos, para “vivir bien”.

(*) Jorge Lizárraga es abogado

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Prudencia y diplomacia, claves en este momento

Es un asunto aberrante que Naciones Unidas haya resuelto dicha división de Palestina en dos territorios

Jorge Lizárraga

/ 25 de octubre de 2023 / 09:23

Cuando se habla de confrontaciones bélicas, o se anuncia o confirma muerte de civiles, o se perpetran ataques desmedidos, es un claro indicador dentro el plano internacional de que nada bueno sucede y nada peor es poco que suceda.

En este ultimo tiempo, la comunidad internacional ha repudiado la intervención militar rusa a territorio ucraniano, imponiendo sanciones económicas, comerciales, no solo al Estado ruso sino a su población, o al menos a acaudalados personajes.

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Debido a esta intervención, la comunidad internacional ha acelerado de manera impensable procesos de cambio de matriz energética y/o fomentado la transición energética del carbón, el petróleo y el gas a energías verdes, baterías de sodio, hidrógeno verde; o promover la industrialización del litio, tratando de bajar el precio del barril de petróleo, e incluso desautorizar la representación deportiva rusa en campeonatos mundiales, y otras determinaciones como aprobar en Europa ayudas en forma de créditos a los miembros en calidad de subsidios para enfrentar la crisis alimentaria.

Posterior a ello, el dragón asiático arremetió contra la comunidad internacional y comenzó una escalada planificada y silenciosa, una arremetida en costas de Taiwán sin ataque alguno, solo presencia militar, posterior a una infortunada visita de la expresidenta del Senado estadounidense Nancy Pelosi.

Luego, Corea del Norte e Irán comenzaron a amenazar a la comunidad internacional dadas las sanciones aplicadas en su contra; al primero por promover y ensayar armamento bélico de gran alcance, y al segundo, por presumiblemente colaborar al frente ruso con drones militares.

Los conflictos bélicos en África también incidieron en que el contexto internacional no sea de los mejores en los últimos 30 años, empeorando su situación social, política y económica dadas las arremetidas contra colonizadores de la última década, angurrias de poder o desestabilización política, como los casos de Etiopía, Yemen, Congo, y la arremetida islamista en la zona del Sahel Burkina Faso, Mali y Níger parece no haber acabado.

Al margen de esto, ahora se suscita un conflicto de mayor envergadura, de mayor cuidado y de un alto grado de conflicto mundial, dado de que ya no se trata de poder geopolítico por amenaza de intervención, de poder económico o perpetuación en el poder, sino de un tema de territorio que unos reclaman como suyo históricamente, el asentamiento de unos contra otros, y lo peor es el desplazamiento inhumano, y peor aún, todo se constituye en un conflicto de carácter religioso, por tanto, de cuidado mundial por las consecuencias y efectos fundamentalistas.

Entrar en el terreno de manifestar posición sobre quién ostenta un derecho originario sobre territorios ocupados es un aspecto irrelevante porque mucho se ha escrito y relatado al respecto, incluso diría que es un asunto aberrante que Naciones Unidas, dos años luego de su creación, haya resuelto dicha división de Palestina en dos territorios; por tanto, los causantes de este conflicto al final deberán corregirlo o enmendar el error perpetrado, y veremos cómo lo hacen.

El asunto de fondo es que la ayuda humanitaria se hace esperar. Estados Unidos se aferra a la defensa de Israel; los gobiernos ruso y chino observan hasta dónde llegaran las decisiones internacionales; los países árabes están expectantes sobre el resultado del destierro o el desplazamiento de palestinos; Irán, a punto de entrar en escenario. Por ello, los únicos capaces de definir lo que pueda llegar a ocurrir a nivel mundial son los europeos (pero como bloque), lo cual agudiza la posible solución; no obstante, hay que recordar que si apoyan a uno contradicen a otros: si respaldan a Palestina estarían apoyando a Rusia y su entorno geopolítico, y si lo hacen a Israel, estarían respaldando a Estados Unidos, pero dejando desprotegidos a los árabes, aspecto que, como mencionamos, puede ser el detonante para conflictuar aún más el planeta.

Desde un punto de vista de política internacional, mantener viva la resistencia palestina es un deber, denunciar lo atropellos israelíes es una obligación, como reconocer que el ataque sorpresivo y abusivo de Hamás fue absolutamente desproporcional. Lo fundamental en esto es manejar el asunto israelí-palestino con la mayor prudencia y diplomacia internacional en estos momentos, porque como lo mencionamos es un conflicto del cual quizá se puede esperar lo peor.

(*) Jorge Lizárraga es abogado

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