Fallo envenenado
El fallo emitido si bien no es del todo malo, es un fallo envenenado
Jorge Lizárraga
En pasadas horas, la Corte Internacional de Justicia emitió su fallo inapelable (de acuerdo al art. 60 del Estatuto de la CIJ), referida a la denuncia planteada por Sud África contra Israel por vulneración al derecho internacional relativo a la masacre de palestinos en territorio ocupado israelí, exigiendo a Israel “tomar todas las medidas a su alcance para prevenir la comisión de un genocidio” y “adoptar medidas inmediatas y efectivas” para permitir el acceso de asistencia humanitaria, aunque evitó pedir un “alto el fuego” como medida cautelar.
Es importante manifestar que, si bien el alcance del fallo no es menos importante, lo cierto es que el reclamo para adoptar medidas necesarias para evitar un genocidio, supone a medias «una victoria decisiva para el Estado de derecho internacional» y esto por el precedente que se genera a partir del mismo para cualquier otra masacre indiscriminada que pueda suceder en cualquier otro punto del planeta tierra.
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Si bien podría decirse que la decisión del Tribunal marca «un hito importante en la búsqueda de justicia para el pueblo palestino», lo cierto es que no cesa las arremetidas israelíes, continúan los bombardeos y los palestinos como si fueran parias del mundo deben ir a recoger insumos, vituallas y lo que fuera para seguir habitando donde desde hace mucho habitan, con la incertidumbre de saber si lo que la Corte determinó que «las acciones de Israel en Gaza son plausiblemente genocidas», pudieran algún día generar expectativas de arreglo a nivel internacional.
Ahora bien, si bien es cierto con este fallo «terceros Estados son ahora conscientes de la existencia de un grave riesgo de genocidio contra el pueblo palestino en Gaza» también es evidente que «deben actuar de forma independiente e inmediata para prevenir el genocidio por parte de Israel y garantizar que ellos mismos no violen la Convención sobre el Genocidio, incluso ayudando o colaborando en la comisión de genocidio».
Esto conlleva que necesariamente impone a todos los Estados la obligación de dejar de financiar y facilitar las acciones militares de Israel, que son plausiblemente genocidas, será que, ¿los Estados Unidos y Gran Bretaña cumplirán?
Otro aspecto que está pasando desapercibido por la comunidad internacional es el incumplimiento por parte de Israel a la carta de las NNUU que entre otros en su capítulo XI Declaración relativa a territorios No Autónomos artículo 73 señala que: “Los Miembros de las NNUU que tengan o asuman la responsabilidad de administrar territorios cuyos pueblos no hayan alcanzado todavía la plenitud del gobierno propio, reconocen el principio de que los intereses de los habitantes de esos territorios están por encima de todo, aceptan como un encargo sagrado la obligación de promover en todo lo posible, dentro del sistema de paz y de seguridad internacionales el bienestar de los habitantes de esos territorios, y asimismo se obligan: a) asegurar, el debido respeto a la cultura de los pueblos respectivos…, y su protección contra todo abuso; b) Desarrollar el gobierno propio, … y a ayudarlos en el desenvolvimiento progresivo de sus libres instituciones políticas…c) promover la paz y la seguridad internacionales; y d) promover medidas constructivas de desarrollo, estimular la investigación, y cooperar unos con otros ….; y e) transmitir regularmente al Secretario General, a título informativo… la información estadística y de cualquier otra naturaleza técnica que verse sobre las condiciones económicas, sociales y educativas de los territorios por los cuales son respectivamente responsables…”.
De igual manera el Artículo 74 señala que “Los Miembros de las Naciones Unidas convienen igualmente en que su política con respecto a los territorios a que se refiere este Capítulo .. deberá fundarse en el principio general de la buena vecindad, teniendo debidamente en cuenta los intereses y el bienestar del resto del mundo en cuestiones de carácter social, económico y comercial”.
Finalmente, no olvidemos que paralelamente a este conflicto, tenemos amenazas a la paz mundial con la intromisión de Estados en territorios del oriente próximo y oriente medio que podría generar un mayor número de bajas civiles y que lo único que genera es, engordar solo las arcas de los grandes emporios armamentísticos y políticos de bajo nivel de conciencia social (Yemen, Irán, Irak, Libia, Líbano, Siria, etc) por lo que el fallo emitido si bien no es del todo malo, es un fallo envenenado.
(*) Jorge Lizárraga es abogado