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Saturday 15 Feb 2025 | Actualizado a 06:46 AM

La lección de AMLO

Andrés Manuel se irá a su casa en donde solo quiere vivir en paz, dijo. Que no lo busque nadie, ni para pedirle consejo, advirtió

Javier Bustillos Zamorano

/ 19 de febrero de 2024 / 10:03

Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es un político carismático y del tipo popular que tiene un liderazgo basado en lealtades. El afecto que le tienen sus seguidores es proporcional al odio de sus detractores. Los que lo odian, lo odian a muerte y los que lo quieren, estarían dispuestos a todo por él.

El actual presidente de México nació en un pueblo de Tabasco rodeado de agua y pantanos, al que solo se llegaba en lancha. Desde niño conoció la pobreza, aunque nunca se dio cuenta, pues sus amigos, hijos de lancheros, pescadores, campesinos e indígenas chontales, vivían como él.

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En 1973 se fue a estudiar Ciencias Políticas y Sociales en la UNAM, donde tuvo como maestros a exiliados bolivianos, chilenos y argentinos que dieron sustento a sus convicciones y fortaleza a la hora de enfrentar al régimen autoritario y antidemocrático mexicano, al que Mario Vargas Llosa calificó en los años 90 como “la dictadura perfecta”.

Fue candidato a la presidencia en tres ocasiones, 2006, 2012 y 2018. En la primera elección le hicieron un fraude, científicamente comprobado, y en la segunda perdió porque el gobierno de entonces gastó cientos de millones de pesos en la compra de votos. La tercera fue la vencida, y con un nuevo partido, Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ganó con el 53,19% de los votos.

El lema del gobierno de AMLO es “por el bien de todos, primero los pobres”, porque después de 40 años de neoliberalismo, más de 60 millones de mexicanos habían caído en la pobreza, en un país desmantelado, corrupto y sometido a una oligarquía depredadora que evidenció los extremos: hasta hace poco, el hombre más rico del mundo era el mexicano Carlos Slim, con una fortuna de $us 100.000 millones, según Bloomberg.

A la cabeza de un movimiento transformador, López Obrador obligó a los empresarios a pagar impuestos, estableció una política de austeridad, limpió de corruptos el aparato público y encarceló a millonarios que habían estafado al Estado. Con el dinero recuperado instauró apoyos económicos a campesinos, jóvenes, discapacitados y ancianos. Con los bienes confiscados, creó el “Instituto para devolver al pueblo lo robado”, de donde salen otro tipo de ayudas. Saneó la economía mexicana sin préstamos, sin subir impuestos, sin devaluaciones y subió casi al triple el salario mínimo.

En octubre de este año dejará la presidencia con un 73% de aprobación y conservando, según Morning Consult, el segundo lugar como líder mundial más popular, después de Narendra Modi de la India. En cada lugar al que va, la gente le pide que extienda su mandato: “seis años más” le gritan y él tiene que calmarlos, también a gritos, diciéndoles que su ciclo acabará, que no hay imprescindibles, que nadie es más importante que el proyecto político; que su afán no es el poder, que no cree en la reelección y en los líderes únicos e irremplazables. Que el movimiento transformador de México debe continuar sin él.

En 2019, firmó un documento ante notario público en el que se comprometió a no buscar la reelección. «… no quiero que le pongan mi nombre a ninguna calle, a ningún parque, que no me hagan ningún monumento, que no le pongan mi nombre a ningún ejido, a ninguna colonia, a nada… tengo palabra, lo más importante en mi vida es mi honestidad; no soy un ambicioso vulgar… uno de los principales errores de los dirigentes es no saber retirarse a tiempo… Un buen dirigente tiene que ser autocrítico y tener capacidad para rectificar. No se puede caer en la autocomplacencia… cuando se acepta el error, es imprescindible ofrecer disculpas y rectificar, con humildad”, ha dicho y ha escrito en sus libros.

Andrés Manuel se irá a su casa en donde solo quiere vivir en paz, dijo. Que no lo busque nadie, ni para pedirle consejo, advirtió. Quizás ahí, por fin, tenga la calma necesaria para disfrutar esa canción de Silvio Rodríguez que tanto le gusta y que pareciera estar dedicada a esos dirigentes que han perdido el rumbo. La que se titula Ese hombre, que en su último párrafo dice: “Ese hombre que por hechos o por dichos es amado tanto/ Ese hombre que por dichos o por hechos es alabado tanto/ Se cuide de sí/ Se cuide de él solo/ Porque hay un placer perverso en creer merecerlo todo/ Se cuide de sí/ Se cuide de él solo/ Porque el mismo don que lo levantó puede ahogarlo en lodo”.

(*) Javier Bustillos Zamorano es periodista

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¡Un busto para Coco Manto!

/ 3 de febrero de 2025 / 06:02

Han de disculpar mis dos lectores que por esta vez no me ocupe de Donald Trump y sus fechorías, pero cuando se trata de mis seres queridos tengo la misma debilidad que todos. Les cuento: en Llallagua, lugar de nacimiento de Jorge Mansilla Torres, más querido como Coco Manto, se están recolectando llaves para hacerle un busto. Una iniciativa de Liliana de la Quintana y Pablo Mansilla, que ya juntaron algo, pero no lo suficiente como para fundir el metal necesario para la escultura. Si a usted le sobra una llave, no la tire y contribuya a esta campaña para que nuestro poeta no caiga en el olvido.

Ni en el olvido, ni en el desdén. Porque una vez que ya esté el busto, ¿dónde lo van a poner? Según me contó Pablo —es hijo de Coco— las autoridades de Llallagua se están haciendo los locos, o los amnésicos. ¿Sabrán estos quién es Jorge Mansilla? ¿De su contribución no sólo al proceso de cambio, sino a la patria como periodista y diplomático? ¿De su persecución y exilio? ¿De su vivir a salto de mata de mano de su mujer, Martha Salinas, por oponerse a las dictaduras? ¿Sabrán algo de su obra literaria?

No creo. ¿Saben qué le contestaron a Víctor Hugo Salinas, sobrino de Coco, cuando les pidió que una calle de Llallagua llevara su nombre?… Que todas las calles ya tenían nombre.

¿Qué sigue? ¿Que le prohíban hacer los festivales de poesía que Víctor Hugo organiza cada 23 de abril, en festejo del día de nacimiento del insigne potosino?

Pablo dice que en Llallagua casi no hay estatuas, bustos y otros símbolos en sus plazas y parques y que hay un libro local que lo demuestra. Por ejemplo: en la plaza que está junto a la calle Linares, donde Jorge Mansilla vivió, no hay nada en su centro, un adorno, una fuente, nada. Ahí podría quedar el busto, justo frente a la escuela 1 de Mayo, donde Coco aprendió a leer. ¿Será pedir mucho?

El pasado 24 de enero se cumplieron tres años de la muerte de Jorge Mansilla y le pregunté a Pablo qué fue del libro biográfico que la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia anunció en los periódicos en agosto de 2022. La Fundación lo financiaría y el biógrafo Elías Blanco lo escribiría. ¿Qué paso? Otra odisea.

Pablo me contó que varios funcionarios de la Fundación, entre ellos Luis Oporto y David Aruquipa, fueron a su casa para concretar el asunto; firmaron un convenio por el que la familia entregaría los archivos familiares, tomaron fotos, escanearon documentos y Elías Blanco empezó a entrevistar gente.

Entusiasmada, la familia se dio a la tarea de juntar todo el material que pudieron, no sólo los seis libros de poesía, que contienen sólo un tercio de los mil poemas que escribió, sino también los tres de ensayos, los otros tres de humorismo, las letras de las cantatas y todas sus letras musicalizadas. ¿Y los archivos radiofónicos?, también eso, pero también su obra periodística: Coco fue periodista desde los 16 años, no sólo en las minas, sino también en La Paz y en el exterior; ah, entonces había que ir a Perú y entrevistar a gente que trabajó con él en El Expreso y el Extra de Lima, a México para hablar con los del Excélsior donde escribió unos 12.000 epigramas y una cantidad indeterminada de artículos, y de paso, ir a la UNAM a rescatar un libro con los discursos de cuando fue embajador… a Elías Blanco le sobrevino una repentina enfermedad que requería una operación urgente. Van a disculpar; no voy a poder.

La Fundación les dijo que buscaran otro biógrafo, y así, decidieron que el periodista Julio Peñaloza escribiera el libro. Perfecto, pero había un problema: Peñaloza trabajaba en una dependencia gubernamental y eso le impedía ser contratado. Tuvieron que esperar a que dejara ese trabajo, hasta diciembre de 2023. Pablo dice que la Fundación dijo que no habría problema, que el financiamiento estaba asegurado y que en 2024 se autorizaría el contrato. Pero llegada la fecha, salió con que sólo pagarían la edición, pero no al escritor; que la familia le pague. Total, que la Fundación del Banco Central también se bajó del barco y los dejó a la deriva.

Pero cuando todo se creía perdido, la semana pasada surgió la noticia: Peñaloza le dijo a la familia que Vicepresidencia editará el libro y que, si no ocurre otra cosa, lo tendremos en junio de este año. ¿Será? Como sea, mientras tanto, se reciben llaves.

Javier Bustillos Zamorano es periodista.

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El delincuente de la Casa Blanca

/ 20 de enero de 2025 / 06:03

Delincuente: que delinque o que comete un delito. Convicto: reo a quien legalmente se ha probado su delito, aunque no lo haya confesado. Eso dice el diccionario. Así, el título de este texto no es un calificativo, sino una descripción. Hoy lunes y por primera vez en la historia de ese país, un delincuente convicto que debería estar en la cárcel por el crimen que perpetró, tomará posesión de la presidencia de Estados Unidos sin ser aprehendido, sin pagar multas y con la impunidad que su poder político le da.

En mayo de 2024, después de una investigación de varios años y la confesión de su principal cómplice, su abogado Michael Cohen, Donald Trump fue encontrado culpable de 34 cargos criminales por falsificar documentos para encubrir el pago de 130.000 dólares a una actriz porno con la que tuvo sexo. No se le enjuició por pagar tanto, sino porque ese pago lo metió como “gastos legales” en la contabilidad de una de sus empresas y, de ese modo, pretendió engañar al fisco de su país. El viernes pasado fue obligado a recibir su sentencia, como cualquier criminal. Bueno, no como cualquiera, porque ese delito se castiga con cuatro años de prisión y Trump no será encarcelado por su condición de presidente electo.

Resulta que un día de 2006, Trump conoció en Lake Tahoe a Stephanie Clifford, una actriz que en el mundillo de la pornografía era conocida como Stormy Daniels. Se acostaron porque Donald le prometió invitarla a su programa televisivo El Aprendiz, lo que nunca cumplió. Cinco años después, Stormy decidió contar el encuentro a una revista que le ofreció 15.000 dólares por la historia, lo que fue parado de inmediato por Michael Cohen, que le ofreció mucho más si callaba. Firmaron un contrato de silencio y Cohen le dio los 130.000 dólares. Ahí podría haber acabado el asunto y nadie se hubiera enterado, mucho menos su esposa Melania con la que llevaba un año de casado el día en que se involucró con la actriz. Su hijo Barron tenía 4 meses de nacido…

Pero en su ficha aparecen otros delitos: en enero de 1996, la periodista Jean Carrol estaba en una tienda de Nueva York, cuando fue abordada por Trump quien le dijo que buscaba un regalo para su mujer. Le pidió que se midiera una ropa en un probador, pero una vez adentro, Trump la sometió y la violó. Años después, Carrol decidió denunciar el delito, pero Trump no sólo negó el hecho, sino que la difamó al llamarla estafadora. Tras una investigación y la denuncia de otras mujeres abusadas por el magnate, la justicia estadounidense lo encontró culpable de violación, difamación y otras agravantes, y en mayo de 2023, lo condenó a pagar 88 millones de dólares a su víctima.

Otro: en septiembre de 2023, Trump y sus dos hijos, Donald Jr. y Eric, fueron declarados culpables de fraude financiero, por inflar el valor de sus edificios, hoteles y campos de golf para obtener préstamos bancarios ventajosos y reducir sus impuestos de 2011 a 2021. Por mentir al fisco, a prestamistas y aseguradoras, los condenaron a pagar una multa de 455 millones de dólares.

Otro: el intento de golpe de Estado en 2021, cuando Trump azuzó a sus seguidores a tomar violentamente la sede del Congreso para evitar la certificación de la elección que había perdido frente a Joe Biden. Un asalto en el que hubo cinco muertos. Otro más: se llevó documentos clasificados a su residencia de Mar-a-Lago y allá los retuvo hasta que la justicia lo obligó a devolverlos. Por estos delitos, en 2023 un gran jurado lo acusó de conspiración y obstrucción del proceso electoral, pero con maniobras legaloides, sus abogados lograron frenar los juicios. El juez que llevó los casos, Jack Smith, exigió que se hiciera público el expediente, pero la juez Aileen Cannon, aliada del millonario, frenó también eso. El pasado 10 de enero, el juez Smith renunció a su cargo.

Todos estos crímenes fueron sustentados con pruebas fehacientes, pero la respuesta de Donald Trump siempre fue la misma: negar los hechos, insultar a los jueces y victimizarse. La Constitución estadounidense dice que nadie puede estar por encima de la ley, pero el poderoso empresario demostró que sí, y que aún como delincuente convicto, puede incluso volver a ser presidente.

Javier Bustillos Zamorano es periodista.

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Los halcones de Trump

/ 5 de enero de 2025 / 22:46

En zoología el halcón es un ave depredadora de pico y garras fuertes que descuartiza a sus presas antes de engullirlas. En política, es un individuo que arregla los problemas no con diálogo, sino con agresiones, chantajes, guerra y políticas intervencionistas. Agentes de los que se rodeará el próximo presidente estadounidense Donald Trump, para imponer a través de la violencia los intereses de su nación.

Ya no serán las balandronadas de su primera gestión en 2017, cuando llegó a la presidencia casi por casualidad y juntó un gabinete improvisado y a las prisas. Ahora es distinto: quiere comprar Groenlandia, retomar el Canal de Panamá, someter a México, anexar a Canadá, controlar el litio, petróleo, aguas dulces y otros recursos de América Latina; debilitar a China y Rusia…

Recuperar la hegemonía a través de la brutalidad, único recurso que le queda a la potencia en decadencia. Y para conseguirlo nominó ya a sus mejores halcones en puestos estratégicos de su gabinete. He aquí los más peligrosos: Marco Rubio, senador de origen cubano, promotor de acciones duras e intervencionistas contra Cuba, Venezuela, Nicaragua, México, Colombia, China y Rusia; defensor a ultranza de Israel. Su historia oficial dice que es un político exitoso, hijo de exiliados cubanos echados por Fidel Castro, pero una investigación de The Washington Post, demostró que Rubio mintió, pues sus padres habían salido de Cuba tres años antes de la revolución. Sobre su fortuna, el Post dice que pudo haber sido producto del narcotráfico, pues de joven vivió bajo la protección de su cuñado, Orlando Cicilia, un narcotraficante encarcelado y liberado cuando Rubio ya era un político poderoso. Será secretario de Estado.

Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional. Reconocida antiinmigrante que buscará enviar al ejército a las fronteras con México y Canadá. Tres de sus alfiles se encargarán de someter al gobierno mexicano: Tom Homan, como jefe fronterizo, Stepen Miller como subjefe de gabinete y Ronald Douglas Johnson, exboina verde, exagente de la CIA y experto en operaciones sucias en El Salvador, Afganistán e Irak, que será el embajador de Trump en México.

Michael Waltz, asesor de Seguridad Nacional. Exboina verde, experto en acciones contraterroristas en guerras no convencionales. Considera a los cárteles del narcotráfico mexicanos como grupos terroristas; pedirá que sean bombardeados desde territorio estadounidense. También ve como terroristas a China, Rusia e Irán.

Elise Stefanik, embajadora de Estados Unidos en la ONU. No cree en la diplomacia, proclive al uso de la fuerza militar contra Rusia y China. Acepta que Estados Unidos dejó de ser potencia económica, pero buscará que siga siendo la principal potencia bélica del mundo. Defensora incondicional de Israel en su guerra contra Palestina. Tendrá a su mano derecha, Mike Huckabee, como embajador estadounidense en Israel. Ambos creen que lo de Israel es “una guerra justa”.

Peter Brian Hegseth, secretario de Defensa. Exoficial de la Guardia Nacional del Ejército, combatiente en las guerras de Afganistán e Irak y operador militar en la Bahía de Guantánamo, Cuba. Como militar y presentador televisivo, ha hecho campaña para que el ejército reciba más presupuesto con el fin de convertirlo en el más letal del planeta. En Sudamérica tendrá como brazo ejecutor al vicealmirante Alvin Holsey, nuevo jefe del Comando Sur, que ya adelantó planes de su gobierno para debilitar la presencia china y rusa en la región.

Mauricio Claver-Carone, enviado especial del Departamento de Estado para América Latina. Cubano estadounidense, miembro del Consejo Nacional de Seguridad y expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo que, según Trump, “meterá en orden a Latinoamérica”.

Y con ellos, Elon Musk, jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Dueño de la red X, Tesla y otras empresas, el hombre más rico del mundo, con gran poder político que le permite despreciar la ley impunemente. The New York Times dice que su empresa de cohetes Space X ya impone el calendario de lanzamiento de satélites de la NASA y que el Departamento de Defensa depende de Musk para poner en órbita sus satélites. En julio de 2020 reconoció haber respaldado el golpe de Estado de 2019 en Bolivia, y ante el reclamo, advirtió: “¡Daremos un golpe a quien nos dé la gana, acéptenlo!”.

Javier Bustillos Zamorano es periodista.

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No bebo, estoy jurado

/ 23 de diciembre de 2024 / 06:00

Según la Organización Mundial de la Salud, el consumo de alcohol causa anualmente 3 millones de muertes en todo el mundo. Tres veces más dañina que la cocaína y el tabaco, según estudios científicos, en México como en Bolivia, es la droga lícita de mayor consumo y la que más tragedias ocasiona en las familias y en la sociedad por su incidencia directa en padecimientos mortales como accidentes cerebrovasculares y cánceres en hígado, colon, recto, mama, faringe y laringe. Una enfermedad progresiva y mortal contra la que han luchado infructuosamente organizaciones como Alcohólicos Anónimos, clínicas antialcohólicas y sitios de desintoxicación.

Pero en México tienen una forma exclusiva de enfrentar esta adicción. Y créame que, por increíble que parezca, es una de las más efectivas. Se trata del juramento ante la Virgen de Guadalupe. Un juramento que hace el enfermo de no consumir alcohol por un determinado tiempo. Puede ser un año, cinco o 10. Es un compromiso formal de la persona con la Virgen, que según Gisela Von Wobeser, investigadora emérita de la UNAM, es la de más culto en México. Aquí pueden dejar de ser católicos, pero jamás de ser guadalupanos.

Es un ritual añejo, pero poco conocido por el estigma que conlleva padecer esta enfermedad. Casi secretamente, todos los martes y jueves, decenas de personas hacen fila para entrar a una capilla conocida como la de los juramentos, que está ubicada a un costado de la antigua basílica, detrás de unos árboles que la ocultan. Allá llegan no sólo alcohólicos, sino también drogadictos, ladrones y hasta personas que quieren dejar de ser infieles, todos empujados por su fe en la Virgen, y con ellos, entré un día al sitio.

Es una sala parecida a un teatro: al frente, un púlpito con micrófono, una mesa, una cruz de madera y una estatua de San Judas Tadeo. Arriba, un gran cuadro de la Virgen de Guadalupe al lado de una pantalla de unas 50 pulgadas, que ese día transmitía un documental sobre adicciones. Abajo, unas 80 o 100 sillas, todas ocupadas. Terminado el documental, nos dieron a cada uno una estampa con la imagen de la Virgen de Guadalupe y entró un sacerdote que, sin más preámbulo, nos hizo rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Yo pecador.

Luego nos preguntó: ¿Todos los presentes son católicos?, Sí, contestamos; ¡Más fuerte!, ¡Siiiiiii! ¿Quiénes fueron a misa el domingo? Levanten la mano (miré a mi alrededor y vi a dos mujeres que levantaron tímidamente las manos). Esto pareció enfurecerlo, porque nos regañó durante 10 minutos: nos dijo que éramos unos simuladores, viciosos, mentirosos; una carga para nuestras familias y farsantes que nos acordábamos de la Virgen sólo cuando teníamos una necesidad.

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Ante un absoluto silencio, nos ordenó después leer en voz alta lo que venía escrito en la parte de atrás de las estampas. Debíamos escribir nuestros nombres, firmas y el tiempo del juramento en los espacios en blanco. La estampa se titula “Testimonio de mi Juramento” y en resumen dice: “Dios mío, hoy he venido a esta tu casa, para hacer solemnemente mi Juramento…consciente de lo que hago, mediante este Juramento, prometo firmemente ante ti Dios todopoderoso y ante mi tierna madre Santa María de Guadalupe, no ingerir bebidas embriagantes, no drogarme, no fumar, no robar, no reñir, no maldecir, no ser infiel durante el tiempo de…”

Hecho esto, el sacerdote continuó:

—¡Levanten las estampas y repitan después de mí: juro ante dios todopoderoso!

—¡¡Juro ante dios todopoderoso!!

—¡Y ante nuestra santa madre, Virgen de Guadalupe!

—¡¡Y ante nuestra santa madre, Virgen de Guadalupe!!

—¡Cumplir fielmente mi juramento!

—¡¡Cumplir fielmente mi juramento!!

—¡Si no lo hiciere!

—¡¡Si no lo hiciere!!

—¡Caiga sobre mí su castigo!

—¡¡Caiga sobre mí su castigo!!

Luego, tomó su hisopo, lo sumergió en un recipiente con agua, nos la echo en nuestras cabezas, nos despidió y salimos con nuestras estampas en la mano.

Erich Fromm dice en su libro Psicoanálisis y religión que hay dos tipos de fe: la irracional que es la aceptación de algo que la autoridad o mayoría da como verdadero, y la racional que deriva de una convicción y pensamiento propio. Sea como sea, dice que la fe es una de las condiciones de la existencia humana.  Así, cuando un mexicano le diga que no bebe porque está jurado, no insista porque no cederá.

Javier Bustillos Zamorano es periodista.

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Con las alas rotas (II)

/ 9 de diciembre de 2024 / 06:03

Ningunear, coloquialmente, significa ignorar o anular la presencia de otra persona; despreciarla y convertirla en nada. Un acto absolutamente voluntario de alguien en contra de otro. En su ensayo “Máscaras Mexicanas” (1950) Octavio Paz dice que “el ninguneo es una operación que consiste en hacer de Alguien, Ninguno”. Operación que el poeta habría ejecutado, junto a otros, contra su esposa la escritora Elena Garro.

Patricia Rosas Lopátegui, biógrafa de Garro, dice que Elena fue víctima del machismo de Octavio Paz por su insumisión, libre albedrío e independencia de criterio: mientras el poeta, cuidadoso de su carrera literaria, evitaba confrontarse con el gobierno, su mujer lo desafiaba. Mientras Paz se aliaba con los poderosos para consolidar su carrera diplomática, Garro buscaba a los más pobres para defenderlos. Y por eso, precisamente, fue expulsada no sólo de la vida del poeta, sino de México a mediados de los años 50, por órdenes de un presidente, como les conté en la primera entrega de este texto.

Elena Garro y su hija Laura Helena fueron enviadas por Octavio Paz a Francia, donde vivieron precariamente durante varios años, mientras el poeta trabajaba en una secretaría de la embajada mexicana en India y disfrutaba su nueva relación con la pintora Bona Tibertelli. Venganza, o no, Elena hizo lo mismo con el escritor argentino Adolfo Bioy Cáceres. Rota la relación, acordaron divorciarse en 1959.

Una mañana, la escritora se enteró por los periódicos franceses, de que en su país los campesinos con los que había ganado juicios para la devolución de tierras, estaban siendo asesinados. Sin pensarlo dos veces, decidió dejar todo y regresó con su hija a México no obstante la advertencia de Paz y otros intelectuales.

Y se encontró con un país convulsionado: eran mediados de los sesenta y en México no sólo los campesinos eran reprimidos, sino también dirigentes obreros y estudiantes. Garro retomó su activismo y se unió a marchas, mítines y huelgas contra el gobierno del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, que tenía a Octavio Paz como su embajador en India.

Ocurrió entonces la masacre de estudiantes en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968. Elena Garro fue acusada por el gobierno de instigar la rebelión estudiantil, acusación a la que se unieron escritores, periodistas y otros en venganza por las denuncias que Garro había hecho en su contra, en un memorable artículo titulado “El complot de los cobardes”. Al final, Elena y su hija salieron huyendo de México y en India Octavio Paz renunció a la embajada en protesta por la matanza.

Sin embargo, años después, el poeta hizo las paces con el gobierno y apoyó acríticamente a los subsecuentes; publicó sus mejores ensayos, sus más célebres poemas y en 1990 le otorgaron el Nobel de Literatura.

Garro y su hija Helena deambularon durante 24 años en Madrid, Francia y Suiza. Dormían en albergues y pedían limosna en las calles, porque los 300 dólares mensuales que les enviaba el poeta no les alcanzaban. Garro fue enfermando y Helena cayó presa del alcohol y los barbitúricos. En ese estado, regresaron a México en 1993 a vivir en un pequeño departamento que después llenaron con 37 gatos que recogieron de las calles. Quienes las visitaban, decían que el hedor de los orines y excremento llegaba hasta la calle. Sentada en un viejo sillón, Elena Garro se alimentaba de café, coca cola y cigarros, lúcida y brillante la mente, pero con el cuerpo empequeñecido pegado al de su hija que padecía de delirios y lapsos de ausencia cada vez más frecuentes.

Octavio Paz y Elena Garro murieron en 1998, primero él de cáncer de huesos y cuatro meses después ella de cáncer de pulmón. Helena, la hija de ambos, sufrió un derrame cerebral que le impidió hablar y la postró en una silla de ruedas. Recluida en un asilo, murió el 30 de marzo de 2014, luego de una diarrea y vómitos que no pararon hasta acabar con ella.

De los tres, sólo la obra literaria de Octavio Paz es la más conocida y difundida. De Elena Garro sólo se mencionan dos o tres de las 10 novelas que escribió. De sus obras de teatro y sus trabajos periodísticos, nada. Laura Helena escribió dos novelas, poesía y cuento que, también, cayeron en el olvido…

¿Puede el ninguneo lograr eso? La biógrafa de Elena Garro repregunta: ¿Puede volar un ave con las alas quebradas?

Javier Bustillos Zamorano es periodista.

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