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Wednesday 26 Mar 2025 | Actualizado a 00:20 AM

El hombre de Washington

En sus operaciones clandestinas, la CIA trata de no dejar huellas ni testigos comprometedores

/ 15 de abril de 2024 / 07:02

Un día de febrero de 1924, hablando de México, pero que podría aplicarse a cualquier país latinoamericano, el exsecretario estadounidense Robert Lansing dijo: «México es un país extraordinariamente fácil de dominar porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente. Debemos abandonar la idea de instalar a un ciudadano estadounidense en la presidencia mexicana, ya que eso solo nos llevaría, una vez más, a la guerra. La solución requiere más tiempo: debemos abrir las puertas de nuestras universidades a mexicanos jóvenes y ambiciosos y hacer el esfuerzo por educarlos en el estilo de vida estadounidense, en nuestros valores y en el respeto al liderazgo de los Estados Unidos. México necesitará administradores competentes y, con el tiempo, estos jóvenes llegarán a ocupar puestos importantes y eventualmente tomarán posesión de la presidencia misma, y sin que Estados Unidos tenga que gastar un solo centavo o disparar un solo tiro, harán lo que queramos, y lo harán mejor y más radicalmente de lo que nosotros mismos podríamos haber hecho”.

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La descripción de esos “jóvenes ambiciosos” encaja perfectamente en Daniel Noboa, presidente de Ecuador. No solo porque desde niño se educó en escuelas y universidades estadounidenses, sino porque nació en territorio estadounidense, Miami, hace 36 años. Millonario, hijo y nieto de millonarios y con escasa experiencia política, llegó a la presidencia tras una serie de hechos, un magnicidio incluido que, ahora se ve, no fue producto de accidentes, sino de un manual de operaciones de lo que el ejército de Estados Unidos llama “guerra no convencional”. Una estrategia en la que —para  desestabilizar y dominar a un país— ya no se usan tanques y aviones, sino el caos y el miedo a través de una guerra psicológica, con tecnología cibernética y la intervención de agencias como la CIA y la USAID.

En solo seis años, Ecuador pasó de ser el segundo país más seguro de Latinoamérica a ser el más peligroso del mundo, con “bandas de narcoterroristas”, temor en sus calles y caos en la política. Exactamente como lo planifica el manual de esta guerra. A principios de agosto de 2023, la carrera para la presidencia estaba encabezada por Luisa González, del partido del expresidente Rafael Correa, seguida por otros dos candidatos, Fernando Villavicencio en cuarto lugar y en un lejano sexto sitio, Daniel Noboa. Luego del asesinato de Villavicencio, el 9 de agosto, su cónyuge acusó por radio y televisión a Rafael Correa y a su candidata de ser los autores intelectuales y en las elecciones del 20 de agosto… Noboa brincó del sexto a un segundo lugar. Meses después, ganó en la segunda vuelta.

En sus operaciones clandestinas, la CIA trata de no dejar huellas ni testigos comprometedores. En el asesinato de Villavicencio hay elementos que aún no han sido aclarados: 1) Ya había sido víctima de agresiones y amenazas y por eso tenía guardias y un vehículo blindado. El día del crimen, a plena luz del día, sus custodios no lo rodearon, no usaron el vehículo blindado y lo subieron a una pequeña camioneta que no tenía chofer ni otro guardia que cuidara los flancos. Una vez adentro, le dispararon a la cabeza. 2) Luego de los disparos, un sicario fue herido y, en vez de trasladarlo a un hospital para curarlo y que después declarara, lo llevaron a la Fiscalía, donde murió desangrado. 3) Capturaron a otros siete implicados que, nueve días antes de la segunda vuelta de las elecciones, aparecieron muertos en la cárcel donde estaban recluidos. 4) El teléfono celular de Villavicencio sigue sin aparecer.  

La guerra no convencional estadounidense tiene varios objetivos: el control de un país y de sus recursos naturales, pero también el de una plataforma de operaciones contra otros países. El presidente Noboa solicitó la intervención de Estados Unidos y la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, ya estableció en Ecuador su cuartel regional. De ahí salió la orden de invadir la embajada mexicana y dinamitar de ese modo los intentos de integración. De ahí saldrá el golpe final. ¿Se acuerda que hace unos meses Richardson habló de la urgencia estadounidense de tener el dominio sobre el agua dulce, petróleo, gas, litio y otros recursos del área? Pues esa es la siguiente misión del hombre de Washington que, debiera saber, que así como los usan, los desechan cuando ya no les sirven.

(*) Javier Bustillos Zamorano es periodista

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Los gestores de Musk

Groenlandia será la próxima víctima pues Trump quiere comprarla o anexarla por otros medios

/ 17 de marzo de 2025 / 06:01

Kate Crawford es una investigadora y académica australiana que en 2022 publicó un libro titulado “Atlas de inteligencia artificial: Poder, política y costos planetarios”, en el que sostiene que la IA no es una innovación tecnológica neutral sino una verdadera industria de extracción global, cuyos sistemas dependen de la explotación de los recursos energéticos y minerales del planeta.

Revise: ¡Heil Führer Trump!

Minerales como los 17 que conforman lo que hoy se conoce como tierras raras: Escandio, Itrio, Lantano, Cerio, Praseodimio, Neodimio, Prometio, Samario, Europio, Gadolinio, Terbio, Disprosio, Holmio, Erbio, Tulio, Iterbio, y Lutecio. Crawford dice que estos elementos, junto al litio, constituyen el nuevo petróleo de estos tiempos, el combustible de vital importancia en una industria que va de los teléfonos celulares, hasta las armas más sofisticadas, pasando por los vehículos eléctricos y maquinarias similares. Si no se tiene un control adecuado basado en convenios de beneficio común, su explotación, afirma, impulsará gobiernos antidemocráticos, una mayor desigualdad y enormes daños medioambientales. Pone como ejemplo a la fábrica de vehículos eléctricos de Elon Musk de la cual dice:

“Tesla es el mayor consumidor de baterías de iones de litio (…) se estima que usa más de 28 mil toneladas de hidróxido de litio al año: la mitad del consumo total del planeta. Seguramente, el término Inteligencia Artificial evoca algoritmos, datos y arquitectura de nube; pero nada de eso funcionaría sin los minerales y los recursos que construyen los componentes centrales de la informática. Las baterías recargables de iones de litio son esenciales para los dispositivos móviles…”

China, Rusia, Australia, Myanmar, Brasil, India y Vietnam, son los países con las reservas más altas de tierras raras, pero también Estados Unidos que, a pesar de tener una gran cantidad, depende de China para satisfacer sus demandas, y por eso, convirtió esta necesidad en una cuestión de seguridad nacional y ha impulsado la búsqueda de alternativas de abastecimiento. ¿Y cómo logrará abastecerse? A la mala, a través de la coacción y la violencia, como está por hacer en Ucrania, donde saqueará sus minerales, petróleo y gas en pago del apoyo militar que Estados Unidos le dio en su guerra con Rusia. Un negocio que, según Donald Trump le dará un billón de dólares de ganancia.

Groenlandia será la próxima víctima pues Trump quiere comprarla o anexarla por otros medios. Tiene petróleo, gas, pero sobre todo tierras raras. Y aquí es donde entra Bolivia. Nuestro país también tiene una gran reserva de tierras raras ubicadas principalmente en Cochabamba, Santa Cruz y Potosí completamente vírgenes. Por su incorporación a la asociación de economías emergentes BRICS, que indudablemente es una protección, el gobierno estadounidense se ha contenido de dar un zarpazo como el ucranio. Quiere probar primero a través de las urnas en las elecciones generales de agosto.

Trump y su virtual vicepresidente Elon Musk ya tienen sus fichas en el tablero, sus gestores tienen nombre y apellido: Branko Marinkovic, Jorge Quiroga, Samuel Doria Medina y Luis Fernando Camacho, apoyados por el resto de candidatos del llamado bloque opositor, y dirigidos por el millonario Marcelo Claure.

Marinkovic declinó en favor de Quiroga y Camacho está en la cárcel, así, los dos punteros son Jorge y Samuel, tan parecidos como dos gemelos: ambos sesentones, uno nació en 1960 y el otro en 1958; los dos producto del privilegio, más que del esfuerzo, llegaron a donde están gracias al poder económico y político de sus padres; los dos con estudios en universidades estadounidenses, que, como sabemos, son centros no sólo académicos, sino también de formación ideológica; los dos, hombres de negocios exitosos pero políticos mediocres porque pretenden obtener el voto de los pobres a través de los medios y las redes sociales, sin mancharse los zapatos en trabajo de territorio; creen que con ir a El Alto ya tienen en la bolsa a los campesinos…

Y los dos sin un proyecto de nación, profundamente racistas y unidos sólo por su odio al MAS y su desprecio por lo popular. Pero, sobre todo, los dos pro estadounidenses: los dos quieren que Estados Unidos explote las tierras raras y el litio boliviano. Se cuadran ante Donald Trump, pero admiran a Elon Musk de quien quieren ser sus gerentes.

(*) Javier Bustillos Zamorano es periodista

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¡Heil Führer Trump!

/ 3 de marzo de 2025 / 06:02

En nombre de Dios y la libertad quieren imponer gobiernos rabiosamente racistas, autoritarios y militaristas. Eliminar a los Estados que garantizan salud, educación y bienestar social. Subordinar a los pueblos, a través de la violencia y la tecnología, a su visión ideológica de odio a los inmigrantes, homosexuales, feministas, pobres e indígenas. Envueltos en la bandera anticomunista, pretenden aprovechar las actuales crisis económicas y “el fracaso de las democracias”, para capturar el descontento a través de discursos demagógicos, que los presentarán después como los salvadores de la patria.

¿Le suena a fascismo? Sí, al fascismo de Mussolini de 1922, al de Hitler de 1933 y al de Franco de 1939. Son los neofascistas de la nueva extrema derecha que ya gobiernan cinco países de la Unión Europea, y van por más, agrupados en poderosas organizaciones como Los Patriotas por Europa, Neos y VOX. En Latinoamérica ya extendieron sus tentáculos por medio de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), una organización estadounidense dedicada a diseminar esas ideas en el continente. En Argentina ya tienen a un gerente, pero quieren más. 

Pretenden propiciar aquí el desarrollo y consolidación de plataformas políticas que rompan el sistema de partidos, con el señuelo de “libertad” y la necesidad de un cambio. Que saturen los medios de comunicación con mensajes, no importa si son mentiras, sobre corrupción de políticos, improductividad de las empresas estatales y del fracaso del socialismo. Que posicionen la idea de un campo político dividido entre enemigos de la libertad y sus defensores, los libertarios.

Que machaquen con narrativas de mano dura para cooptar el descontento de las juventudes que no saben, porque no se han informado, del desastre ocasionado por décadas de neoliberalismo. Que traten de seducirlos con obtener dinero fácil, a través de las criptomonedas. Que les propongan: ¿Quieres dejar de ser pobre? Conviértete en un depredador.

La batalla de los neofascistas es a muerte porque, a diferencia de los fascistas del pasado, los de hoy son ultramillonarios que ya se quitaron las máscaras: quieren el poder total para obtener lo que deseen a través de la coerción y la violencia. Para ello, alinearon a sus generales Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg, dueños de las redes de la mentira y las noticias falsas. Si el slogan de los antiguos fue “Dios, patria y familia”, el de los actuales es “Dios, poder y riqueza”. Su nuevo Führer se llama Donald Trump.

Trump es el Adolf Hitler del siglo XXI y, como al alemán, ya se le cuadraron los ultraderechistas europeos y latinoamericanos, unos con la obediencia y la imitación como Javier Milei, y otros como el sudafricano Elon Musk, con el saludo nazi. Nada raro en Musk; lo nazi le viene en la sangre, pues su abuelo fue miembro destacado de un partido fascista canadiense, simpatizante de Hitler. Otro que hizo ese saludo fue Steve Bannon, exasesor de Trump, estafador y experto en creación de noticias falsas, y con ellos, el mexicano Eduardo Verástegui, un exactor metido a político. Los tres saludaron como lo hacían los soldados del Tercer Reich: con el brazo extendido y la palma hacia abajo.

La CPAC fue creada en Estados Unidos en los años 70, como un centro de reunión de conservadores nativos, pero que fue creciendo hasta llevar a la presidencia a Ronald Reagan. Desde los 90 se convirtió en el principal espacio de intercambio mundial de la derecha internacional que periódicamente se reúne para despotricar contra el socialismo, hablar de Dios y de la libertad de empresa. En 2022, por ejemplo, se reunieron en México bajo el slogan “Abajo el Estado, viva Cristo Rey” en el que participaron Trump, Milei, Bannon y otros, junto al boliviano Luis Fernando Camacho que, por estar en la cárcel, sólo envió un texto titulado “resistiendo al socialismo”.

En 2024, este movimiento ultraderechista proclamó como su candidato a la presidencia de Bolivia a Branko Marinkovic, pero por si las moscas, también llamó a sus filas a Jorge Tuto Quiroga, a quien invitó a su última reunión ocurrida en Washington el pasado 22 de febrero, cita, a la que no pudo asistir por problemas de agenda, según sus voceros. ¿Veremos el chocar de sus talones y sus brazos extendidos al paso de su nuevo Führer?

Javier Bustillos Zamorano es periodista.

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Sheinbaum, la cabeza fría

Sheinbaum no le permitió a Trump mezclar los problemas: una cosa es el narcotráfico, otra la migración y otra la economía

/ 17 de febrero de 2025 / 06:01

El domingo 2 de febrero los mexicanos se fueron a dormir tristes, preocupados y con la resignación de que al día siguiente entraría en vigor un 25 por ciento de aranceles en contra de su economía, que un agresivo Donald Trump les había asestado. Pero oh sorpresa, bastó una llamada telefónica de la presidenta de México al magnate para no sólo frenar la amenaza y los insultos, sino poner al descubierto los puntos flacos por donde se puede contraatacar al mandatario estadounidense.

Lea: ¡Un busto para Coco Manto!

Sorprendidos todos, incluidos los integrantes de su gabinete, preguntamos casi al unísono ¿qué pasó? ¿Cómo fue que logró eso? La respuesta de Claudia Sheinbaum en su conferencia de las mañanas fue simple: ante cualquier amenaza o agresión se debe tener la cabeza fría, helada, aunque el corazón se esté incendiando. Con esa cabeza fría habló ese lunes con el siempre caliente Donald Trump, y de a poco, con argumentos sólidos, lo fue enfriando, frío, frío, hasta lograr que Trump le preguntara, casi amable: ¿bueno, y cuánto tiempo quiere suspender los aranceles? Sheimbaum se dio el lujo de bromear: pues para siempre señor presidente. Después de la risa, ella misma puso el plazo: un mes, pasado ese tiempo volverían a hablar.

Donald Trump está acostumbrado a imponerse, en el fondo sigue siendo ese comerciante que primero amenaza e intimida y luego, debilitado su oponente, negocia y obtiene siempre una ventaja. Es su estrategia y la publicita en los libros que escribió. Así, sin ningún decoro diplomático, acusó al gobierno mexicano de ser cómplice del narcotráfico, alentar la migración y abusar económicamente de su país con un déficit comercial; por eso el castigo arancelario.

Científica, acostumbrada a formular conclusiones basadas en la evidencia, Sheinbaum no le permitió a Trump mezclar los problemas: una cosa es el narcotráfico, otra la migración y otra la economía; vamos por partes. Del narcotráfico, le hizo comprender que es un problema no sólo de México, sino bilateral, pues en Estados Unidos es donde hay más consumo y demanda de drogas; donde hay un problema de salud desatendido con 107.888 muertos al año por sobredosis de fentanilo, que no empezó ayer, sino en los 90 cuando la farmacéutica Purdue Pharma inundó ese territorio con el analgésico OxyContin, sabiendo que su principal ingrediente era altamente adictivo; todo en complicidad con las autoridades del ramo.

¿Por qué los cárteles mexicanos son tan letales? Porque Estados Unidos les proporciona las armas ¿Qué hace un lanzacohetes del ejército estadounidense en manos de los narcos? ¿Cómo es que llegan de allá 200 mil armas de alto calibre al año? ¿Quién distribuye las drogas en Estados Unidos? ¿No hay cárteles allá?

De los aranceles, Sheinbaum le documentó que México es el primer socio comercial de Estados Unidos, por encima de China y otros países, y que los más perjudicados serían los consumidores estadounidenses ¿Y el déficit que Estados Unidos tiene con México? le preguntó Trump y Sheimbaum le respondió: pues esas cosas ocurren cuando uno es socio comercial de otro, normal del movimiento económico donde se gana y se pierde.

Así, la mexicana fue desmoronando uno a uno los embates de Trump y se comprometió a enviar 10 mil soldados a su frontera para controlar la migración y conformar grupos bilaterales para atender cada uno de los puntos en conflicto. No obstante ese acuerdo, el siguiente lunes Trump volvió a decretar aranceles, ahora del 25 por ciento al acero, proveniente de cualquier lugar del mundo, los más perjudicados Canadá, Brasil y México que le vende a Estados Unidos el 80 por ciento de su producción. Con la cabeza fría, Sheimbaum recomendó esperar al 12 de marzo, día en que entraría en vigor la nueva amenaza, pero ya envió a su equipo negociador, cargado de argumentos, para que apague ese nuevo fuego. De todos modos, dijo, su gobierno no sólo tiene un plan B, sino un C y hasta un D por si no resultara.

David contra Goliat, dicen de esta batalla, pero prefiero compararla con el estilo de un famoso boxeador mexicano, Julio César Chávez, que en sus peleas nunca perdía el control, aunque sus rivales fueran más fuertes y agresivos. No respondía con la misma violencia, pero golpeaba en zonas específicas, ganchos al hígado y al estómago, rápidos y repetidos. Golpea al cuerpo que la cabeza caerá sola, decía.

(*) Javier Bustillos Zamorano es periodista

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¡Un busto para Coco Manto!

/ 3 de febrero de 2025 / 06:02

Han de disculpar mis dos lectores que por esta vez no me ocupe de Donald Trump y sus fechorías, pero cuando se trata de mis seres queridos tengo la misma debilidad que todos. Les cuento: en Llallagua, lugar de nacimiento de Jorge Mansilla Torres, más querido como Coco Manto, se están recolectando llaves para hacerle un busto. Una iniciativa de Liliana de la Quintana y Pablo Mansilla, que ya juntaron algo, pero no lo suficiente como para fundir el metal necesario para la escultura. Si a usted le sobra una llave, no la tire y contribuya a esta campaña para que nuestro poeta no caiga en el olvido.

Ni en el olvido, ni en el desdén. Porque una vez que ya esté el busto, ¿dónde lo van a poner? Según me contó Pablo —es hijo de Coco— las autoridades de Llallagua se están haciendo los locos, o los amnésicos. ¿Sabrán estos quién es Jorge Mansilla? ¿De su contribución no sólo al proceso de cambio, sino a la patria como periodista y diplomático? ¿De su persecución y exilio? ¿De su vivir a salto de mata de mano de su mujer, Martha Salinas, por oponerse a las dictaduras? ¿Sabrán algo de su obra literaria?

No creo. ¿Saben qué le contestaron a Víctor Hugo Salinas, sobrino de Coco, cuando les pidió que una calle de Llallagua llevara su nombre?… Que todas las calles ya tenían nombre.

¿Qué sigue? ¿Que le prohíban hacer los festivales de poesía que Víctor Hugo organiza cada 23 de abril, en festejo del día de nacimiento del insigne potosino?

Pablo dice que en Llallagua casi no hay estatuas, bustos y otros símbolos en sus plazas y parques y que hay un libro local que lo demuestra. Por ejemplo: en la plaza que está junto a la calle Linares, donde Jorge Mansilla vivió, no hay nada en su centro, un adorno, una fuente, nada. Ahí podría quedar el busto, justo frente a la escuela 1 de Mayo, donde Coco aprendió a leer. ¿Será pedir mucho?

El pasado 24 de enero se cumplieron tres años de la muerte de Jorge Mansilla y le pregunté a Pablo qué fue del libro biográfico que la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia anunció en los periódicos en agosto de 2022. La Fundación lo financiaría y el biógrafo Elías Blanco lo escribiría. ¿Qué paso? Otra odisea.

Pablo me contó que varios funcionarios de la Fundación, entre ellos Luis Oporto y David Aruquipa, fueron a su casa para concretar el asunto; firmaron un convenio por el que la familia entregaría los archivos familiares, tomaron fotos, escanearon documentos y Elías Blanco empezó a entrevistar gente.

Entusiasmada, la familia se dio a la tarea de juntar todo el material que pudieron, no sólo los seis libros de poesía, que contienen sólo un tercio de los mil poemas que escribió, sino también los tres de ensayos, los otros tres de humorismo, las letras de las cantatas y todas sus letras musicalizadas. ¿Y los archivos radiofónicos?, también eso, pero también su obra periodística: Coco fue periodista desde los 16 años, no sólo en las minas, sino también en La Paz y en el exterior; ah, entonces había que ir a Perú y entrevistar a gente que trabajó con él en El Expreso y el Extra de Lima, a México para hablar con los del Excélsior donde escribió unos 12.000 epigramas y una cantidad indeterminada de artículos, y de paso, ir a la UNAM a rescatar un libro con los discursos de cuando fue embajador… a Elías Blanco le sobrevino una repentina enfermedad que requería una operación urgente. Van a disculpar; no voy a poder.

La Fundación les dijo que buscaran otro biógrafo, y así, decidieron que el periodista Julio Peñaloza escribiera el libro. Perfecto, pero había un problema: Peñaloza trabajaba en una dependencia gubernamental y eso le impedía ser contratado. Tuvieron que esperar a que dejara ese trabajo, hasta diciembre de 2023. Pablo dice que la Fundación dijo que no habría problema, que el financiamiento estaba asegurado y que en 2024 se autorizaría el contrato. Pero llegada la fecha, salió con que sólo pagarían la edición, pero no al escritor; que la familia le pague. Total, que la Fundación del Banco Central también se bajó del barco y los dejó a la deriva.

Pero cuando todo se creía perdido, la semana pasada surgió la noticia: Peñaloza le dijo a la familia que Vicepresidencia editará el libro y que, si no ocurre otra cosa, lo tendremos en junio de este año. ¿Será? Como sea, mientras tanto, se reciben llaves.

Javier Bustillos Zamorano es periodista.

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El delincuente de la Casa Blanca

/ 20 de enero de 2025 / 06:03

Delincuente: que delinque o que comete un delito. Convicto: reo a quien legalmente se ha probado su delito, aunque no lo haya confesado. Eso dice el diccionario. Así, el título de este texto no es un calificativo, sino una descripción. Hoy lunes y por primera vez en la historia de ese país, un delincuente convicto que debería estar en la cárcel por el crimen que perpetró, tomará posesión de la presidencia de Estados Unidos sin ser aprehendido, sin pagar multas y con la impunidad que su poder político le da.

En mayo de 2024, después de una investigación de varios años y la confesión de su principal cómplice, su abogado Michael Cohen, Donald Trump fue encontrado culpable de 34 cargos criminales por falsificar documentos para encubrir el pago de 130.000 dólares a una actriz porno con la que tuvo sexo. No se le enjuició por pagar tanto, sino porque ese pago lo metió como “gastos legales” en la contabilidad de una de sus empresas y, de ese modo, pretendió engañar al fisco de su país. El viernes pasado fue obligado a recibir su sentencia, como cualquier criminal. Bueno, no como cualquiera, porque ese delito se castiga con cuatro años de prisión y Trump no será encarcelado por su condición de presidente electo.

Resulta que un día de 2006, Trump conoció en Lake Tahoe a Stephanie Clifford, una actriz que en el mundillo de la pornografía era conocida como Stormy Daniels. Se acostaron porque Donald le prometió invitarla a su programa televisivo El Aprendiz, lo que nunca cumplió. Cinco años después, Stormy decidió contar el encuentro a una revista que le ofreció 15.000 dólares por la historia, lo que fue parado de inmediato por Michael Cohen, que le ofreció mucho más si callaba. Firmaron un contrato de silencio y Cohen le dio los 130.000 dólares. Ahí podría haber acabado el asunto y nadie se hubiera enterado, mucho menos su esposa Melania con la que llevaba un año de casado el día en que se involucró con la actriz. Su hijo Barron tenía 4 meses de nacido…

Pero en su ficha aparecen otros delitos: en enero de 1996, la periodista Jean Carrol estaba en una tienda de Nueva York, cuando fue abordada por Trump quien le dijo que buscaba un regalo para su mujer. Le pidió que se midiera una ropa en un probador, pero una vez adentro, Trump la sometió y la violó. Años después, Carrol decidió denunciar el delito, pero Trump no sólo negó el hecho, sino que la difamó al llamarla estafadora. Tras una investigación y la denuncia de otras mujeres abusadas por el magnate, la justicia estadounidense lo encontró culpable de violación, difamación y otras agravantes, y en mayo de 2023, lo condenó a pagar 88 millones de dólares a su víctima.

Otro: en septiembre de 2023, Trump y sus dos hijos, Donald Jr. y Eric, fueron declarados culpables de fraude financiero, por inflar el valor de sus edificios, hoteles y campos de golf para obtener préstamos bancarios ventajosos y reducir sus impuestos de 2011 a 2021. Por mentir al fisco, a prestamistas y aseguradoras, los condenaron a pagar una multa de 455 millones de dólares.

Otro: el intento de golpe de Estado en 2021, cuando Trump azuzó a sus seguidores a tomar violentamente la sede del Congreso para evitar la certificación de la elección que había perdido frente a Joe Biden. Un asalto en el que hubo cinco muertos. Otro más: se llevó documentos clasificados a su residencia de Mar-a-Lago y allá los retuvo hasta que la justicia lo obligó a devolverlos. Por estos delitos, en 2023 un gran jurado lo acusó de conspiración y obstrucción del proceso electoral, pero con maniobras legaloides, sus abogados lograron frenar los juicios. El juez que llevó los casos, Jack Smith, exigió que se hiciera público el expediente, pero la juez Aileen Cannon, aliada del millonario, frenó también eso. El pasado 10 de enero, el juez Smith renunció a su cargo.

Todos estos crímenes fueron sustentados con pruebas fehacientes, pero la respuesta de Donald Trump siempre fue la misma: negar los hechos, insultar a los jueces y victimizarse. La Constitución estadounidense dice que nadie puede estar por encima de la ley, pero el poderoso empresario demostró que sí, y que aún como delincuente convicto, puede incluso volver a ser presidente.

Javier Bustillos Zamorano es periodista.

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