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Monday 16 Sep 2024 | Actualizado a 01:26 AM

EEUU y lobbies sionistas: sepultar al MAS-IPSP

/ 26 de mayo de 2024 / 00:22

No es desconocido que en EEUU exista un “lobby sionista”, que no solo tiene el control de los medios hegemónicos, sino también que apoya políticas que fortalecen y amplían la relación Estados Unidos-Israel, utilizando diversas herramientas para favorecer la agenda imperialista y sionista a lo largo del orbe, por ejemplo, en los países de América Latina, en especial aquellos que tienen recursos energéticos de vital importancia para el planeta como litio, petróleo, agua dulce y minerales. Su labor ya ha comenzado: ya existe un gobierno obsecuente (gendarme) en la Argentina, así como Washington ya estableció una base naval en Tierra del Fuego.

El Comité de Asuntos Públicos Estadounidense- israelí, más conocido como la AIPAC (por sus siglas en inglés), organización con más de tres millones de miembros, la mayoría estadounidenses judíos, viene apoyando desde 1950 las campañas políticas que se declaran proisraelíes o intentan derrocar a aquellos que las cuestionan, financiando a líderes de la mayoría y la minoría del Senado y del Congreso.

Este suministro de dinero a los candidatos demócratas como a republicanos viene de las políticas sionistas, producto de las donaciones de grandes empresas, oligopolios transnacionales y de concesiones de millonarios judíos que tienen doble nacionalidad; incluso muchas de las figuras representativas estadunidenses se han financiado de estos desembolsos como Hilary Clinton y el propio Joe Biden.

Resulta evidente que en Estados Unidos nadie puede insultar o criticar al gobierno israelí, por ejemplo, la Cámara Baja de ese país aprobó el 1 de mayo un proyecto de ley contra el antisemitismo para perseguir las protestas universitarias que se levantaron a favor del pueblo palestino: “La Ley de Concientización sobre el Antisemitismo afirma que es antisemita llamar ‘racista’ a Israel o protestar contra el genocidio del pueblo palestino”.

Sin lugar a dudas, es una manera de promover la impunidad de Israel, que desde su creación requirió el robo de tierras coloniales, la limpieza étnica, el apartheid, la expulsión masiva de palestinos de sus tierras; 76 años de una Nakba (catástrofe en árabe) que continúa en la actualidad con el genocidio perpetrado en la Franja de Gaza, que ha llevado a la expulsión de 1,5 millones de palestinos a Rafah, y la muerte al presente de más de 36.000 palestinos, siendo la mayoría niños y mujeres.

Este “lobby sionista” desempeñó un papel geopolítico y estratégico en América Latina en el suministro de ayuda militar y asesoramiento para dar golpes de Estado a los gobiernos que ellos habían llamado totalitarios, como los de Guatemala, Argentina, Colombia, Chile, Bolivia, etc. Como el golpe de Estado al expresidente Evo Morales en 2019, que forzó su renuncia imponiendo un gobierno de facto encabezado por Jeanine Áñez, dando lugar a las masacres cometidas en Sacaba, Senkata y El Pedregal con más de 37 muertos y decenas de heridos.

Los objetivos imperiales junto al lobby sionista están más vigentes en el Estado Plurinacional de Bolivia, no solo con la presencia de la jefa de la misión diplomática de EEUU Debra Hevia, quien por ejemplo en abril entregó un reconocimiento a Amparo Carvajal, quien calló por las masacres de Sacaba y Senkata, sino también por el “foro, taller” realizado entre el 20 y el 24 del mismo mes, en Washington, cuyo derrotero es lograr una “alternativa unitaria” para derrocar a los sectores populares, representados por el MAS-IPSP, utilizando para ello a “líderes” ultraderechistas y fascistas como los que apoyaron el golpe de Estado de 2019, personajes que hoy quieren mostrarse como “nuevos”, cuando han apoyado la inestabilidad democrática y constitucional del Estado Plurinacional en 2019.

Una vez más la injerencia del imperialismo y el sionismo, con su política de la “Doctrina Monroe” y “América para los americanos”, se encuentran reflejadas en la derecha neoliberal, la que dentro de su guión maneja el discurso de desunión entre el jefe del Estado Luis Arce y su antecesor Evo Morales, cuyo complot mediante la guerra híbrida, el lawfare y los falsos positivos quieren pulverizar de un plumazo a la sigla del MAS y la candidatura de Evo para las elecciones de 2025. ¿Acaso el pueblo boliviano permitirá la defenestración de los movimientos sociales, la apropiación del su litio y la instauración de un gobierno títere y sumiso a EEUU?

Sdenka Saavedra Alfaro es escritora, corresponsal internacional de HispanTV.  

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Gaza y la bestialidad imperialista

Ayer fueron Hiroshima y Nagasaki, hoy es Gaza: ¿cuál será el siguiente objetivo?

Sdenka Saavedra Alfaro

/ 19 de agosto de 2024 / 07:07

El 6 y 9 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó los bombardeos atómicos sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki —el arma nuclear Little Boy lanzada sobre Hiroshima y la bomba Fat Man, respectivamente—, que asesinaron a más de 250.000 personas, entre ellas mujeres y niños, debido a la radiación que, en décadas posteriores, sumaron 400.000 decesos más por problemas de salud relacionados con las bombas de acuerdo con la ONU.

Tras 79 años, el gobierno del país estadounidense continúa sin ser juzgado ante la comunidad internacional, mellando el derecho internacional humanitario, sin pedir perdón por todo el daño perpetrado, por la más letal devastación de la historia, pues continúan los efectos secundarios de la contaminación radioactiva en el medioambiente, apareciendo nuevas patologías no solo en el continente asiático, sino en el mundo entero.

Consulte: Nelson Mandela, vivo en la causa palestina

Los efectos devastadores de las invasiones de Estados Unidos en Medio Oriente, como la de Afganistán en 2001, la de Irak en marzo de 2003, que trajeron miles de muertos y refugiados; después su apoyo a las incursiones en Yemen, Siria, el Líbano, continúan dejando muerte y desastres ambientales por las bombas y municiones utilizadas, que siguen provocando contaminación en el aire, el agua, la tierra, trayendo enfermedades congénitas en los niños.

Estados Unidos se ha convertido en el promotor y financiador de los últimos asedios, no solo con el envío de armas a Ucrania, sino también por su continuo apoyo al genocidio que se lleva a cabo en Palestina, ya que desde octubre de 2023 la ayuda supera los $us 8.000 millones, lo que ha causado la muerte de más de 40.000 palestinos, la mayoría niños y mujeres en la Franja de Gaza, convirtiéndose en “un hito nefasto para el mundo”, de acuerdo con la propia ONU.

Washington es el primer proveedor de armas del régimen israelí, ya ha suministrado más de 10.000 toneladas de equipo militar, más de 100 bombas BLU-109 que fueron capaces de penetrar estructuras reforzadas antes de explotar, las mismas que utilizó en Afganistán, Irak y Siria, según The Wall Street Journal (WSJ). Así como recientemente la administración de Biden aprobó la venta a Tel Aviv de un gran paquete de armamento militar por $us 20.000 millones (unos 18.192 millones de euros), incluidos 50 aviones de combate F-15.

Ese es el doble rasero del país del norte, ya que con esas armas se matan niños, pues más de 16.000 infantes palestinos fueron asesinados en la agresión de Israel contra Gaza, mientras que otros 21.000 están desaparecidos. De acuerdo con UNICEF, un promedio de 10 niños por día pierden una o ambas piernas, miles se encuentran heridos, esquivan bombas y balas, huyen por calles llenas de escombros y cadáveres, se ven obligados a dormir al aire libre y carecen de los alimentos básicos y el agua potable que necesitan para sobrevivir.

El Ejército de Israel ha lanzado 18.000 toneladas de explosivos sobre la Franja de Gaza desde el 7 de octubre, lo que equivale a alrededor de 1,5 veces la fuerza explosiva de la bomba lanzada sobre Hiroshima, en Japón, en la Segunda Guerra Mundial, según Salama Marouf, presidente de la Oficina de Medios del Gobierno del enclave.

En ese entendido, el apoyo de Estados Unidos a Israel en armamento no solo está contribuyendo a la destrucción del planeta, sino que está apoyando la aniquilación de la Franja de Gaza, ya que en estos 10 meses de limpieza étnica, 1,9 millones de gazatíes fueron desplazados dentro del territorio hacia refugios abarrotados y tiendas de campaña temporales, donde también son bombardeados.

El horror y el terror son nada para las familias palestinas, agotadas por el continuo desplazamiento, las balas, los misiles, los tanques, sin saber dónde ir, sin agua, sin alimento, sin campamentos seguros, bajo el sonido de las bombas. Es la bestialidad del imperio que no se detiene, ayer fueron Hiroshima y Nagasaki, hoy es Gaza: ¿cuál será el siguiente objetivo?

(*) Sdenka Saavedra Alfaro es escritora, corresponsal de HispanTV

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Nelson Mandela, vivo en la causa palestina

El pueblo palestino ya es victorioso, pues el legado de Nelson Mandela late en cada uno de los combatientes de la resistencia

Sdenka Saavedra Alfaro

/ 22 de julio de 2024 / 07:02

El 18 de julio se cumplieron 106 años del natalicio de Nelson Mandela, catalogado como “Día Internacional” pues sigue siendo el referente de lucha mundial contra la opresión y el racismo. El Premio Nobel de La Paz, el primer presidente negro de la República de Sudáfrica, quien la liberó del sistema racista del apartheid, hoy continúa vivo en todos los que luchan contra el genocidio, la limpieza étnica y el apartheid en Palestina.

Mandela, que en sus 27 años de reclusión se convirtió en el preso político más famoso del mundo, continúa reflejándonos sus enseñanzas a través de su legado.

Consulte: A 65 años del Che en Gaza

El sistema de apartheid en Sudáfrica se implementó en 1948, asegurando que los sudafricanos negros fueran relegados a la parte inferior de la sociedad, tanto social como económicamente, existiendo muchas leyes en su contra. Bajo este régimen, los negros no podían votar, debían vivir en zonas alejadas de los blancos, segregándolos como otro tipo de especie e incluso comparándolos como animales, pues controlaban todo lo que hacían y bajo cualquier pretexto eran arrestados.

El sistema de apartheid del régimen israelí, como entidad colonial, también fue formalmente establecido en 1948, pero antes, cientos de miles de colonos sionistas europeos se habían trasladado a Palestina, comenzando el proceso de desplazamiento violento de los palestinos, ya que la Nakba (catástrofe en árabe) sentó las bases para el Estado de apartheid de Israel que en estos 76 años continúa aplicando sobre la población, que resiste el genocidio más cruel que ha desplazado más de 1.900.000 de palestinos y ha asesinado a más de 39.000, donde más de la mitad son niños y mujeres, desde el 7 de octubre de 2023, cuando se llevó a cabo la Operación Tormenta Al Aqsa en defensa del pueblo palestino.

El apartheid del régimen israelí no solo es comparable con el de Sudáfrica, sino que es mucho peor, pues la limpieza étnica sigue en marcha en Palestina ante los organismos internacionales, que hacen poco o nada para detenerlo, sin embargo, también el apartheid crea las condiciones para la resistencia: a medida que ésta crece, un régimen de apartheid intensificará sus medidas represivas, lo que a su vez aumenta el fervor de la resistencia.

Esta es una de las enseñanzas del apartheid sudafricano que el pueblo palestino está aplicando, pues los movimientos de la resistencia continúan firmes hasta la liberación de la Palestina histórica, desde Yemen, Irán, Siria, Líbano, Irak, países que no claudicarán en su apoyo a los palestinos, ya que comparten la misma cosmovisión, su unión en la resistencia contra el poder del eje hegemónico de los grandes imperios y sus huestes, también los principios como ejemplo del triunfo de la revolución iraní.

Mandela fue inspirado por los palestinos mientras estaba encarcelado, por ello señaló: “Nuestra libertad está incompleta sin a libertad del pueblo palestino”. Casi tres décadas más tarde, exactamente el 29 de diciembre de 2023, Cyril Ramaphosa, el actual presidente de Sudáfrica, recuperó esa cita para explicar por qué su gobierno decidió llevar a Israel ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya, acusándolo de genocidio contra los gazatíes.

Hoy, la alianza entre las luchas de Sudáfrica y Palestina continúa más viva que nunca a través de sus descendientes. Para Zwelivelile Mandela, nieto de Nelson Mandela, las políticas del gobierno israelí hacia la población palestina guardan relación con la Sudáfrica del apartheid, y dijo: “El pueblo de Sudáfrica luchó contra 350 años de colonialismo, pero nos liberamos de la brutalidad de seis décadas de la Sudáfrica del apartheid. Los pueblos de América Latina lucharon contra siglos de ocupación y décadas de imperialismo estadounidense, triunfando finalmente. Su libertad también llegará. El mundo está en shock mientras el Israel del apartheid destruye Gaza y comete atroces crímenes contra la humanidad, contra civiles inocentes cuyo único crimen es ser palestinos que libran una guerra de resistencia contra la ocupación”.

En esa línea, el pueblo palestino ya es victorioso, pues el legado de Nelson Mandela late en cada uno de los combatientes de la resistencia palestina, ya que al igual que él, la paciencia y la resistencia les dará el triunfo sobre su opresor sionista.

(*) Sdenka Saavedra Alfaro es escritora, corresponsal internacional de HispanTV

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A 65 años del Che en Gaza

Hoy al cumplirse 65 años de la visita de Che a la Franja de Gaza, su figura mantiene vigencia en la Resistencia Palestina

/ 18 de junio de 2024 / 07:01

El 14 de junio de 1928, nació en Rosario, Argentina, un hombre que cambió la historia en su resistencia de los pueblos libres del mundo, la cara más visible de la lucha antiimperialista, anticolonialista y antisionista, Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como el Che, referente y símbolo no solo para América Latina, sino también para el mundo, cuya revolución continúa siendo un paradigma de lucha perenne.

La lucha por los derechos de los oprimidos y desposeídos, y la liberación de la dominación de los opresores, fue y sigue siendo la consigna de la gesta heroica del Che, la que lo llevó a traspasar continentes llegando a África, Palestina, Asia y otros países en donde forjó los bastiones de rebelión contra el colonialismo, el capitalismo y el apartheid.

Consulte: La nueva ecuación geopolítica

El 18 de junio de 1959, el Che visitó la Franja de Gaza, siendo un hecho histórico que marcó el inicio del carácter internacional de la causa palestina, señalando una nueva era en las luchas anticoloniales como lo manifestó el historiador palestino Salman Abu Sitta, ya que fue la primera vez que un revolucionario famoso —coronado con el éxito de la revolución cubana el 1 de enero de 1959—  presenció la devastación producida por la Nakba (“catástrofe” en árabe), ocasión en que Naciones Unidas favoreció la creación del Estado de Israel, promoviendo la limpieza étnica de Palestina en manos del proyecto colonial sionista, en donde más de 800.000 palestinos fueron expulsados por la fuerza de sus tierras.

Su viaje fue posible por invitación del entonces presidente de Egipto, Gamal Abdel-Nasser, reconocido mandatario del Movimiento de Países No Alineados, quién invitó al Che a El Cairo y luego al enclave costero, donde recorrió varios campos de refugiados palestinos, entre ellos el campamento de Al-Bureij, presenciando la situación de pobreza y penuria en que se encontraba, y fue ahí donde mencionó la palabra “resistencia” como única forma de liberación.

Hoy al cumplirse 65 años de la visita de Che a la Franja de Gaza, su figura mantiene vigencia en la Resistencia Palestina, que se mantiene de pie en estos 76 años de catástrofe continua, y frente al recrudecimiento del genocidio, la limpieza étnica, perpetrado desde el 7 de octubre, cuando se llevó a cabo la “Tormenta Al Aqsa” en defensa de Palestina.

La imagen del Che sigue viva en los bastiones del Eje de la Resistencia, en estos más de ocho meses que el régimen sionista israelí, junto a EEUU, han llevado a la peor crisis humanitaria a Gaza, a la hambruna, al exterminio, a la inanición, al infierno de los niños por el asedio aéreo, naval y terrestre en Rafah, en Al Nuseirat, donde se encuentran los campos de refugiados, que al presente se han cobrado la vida de casi 38.000 palestinos, y más de la mitad son niños y mujeres.

El Che vive en cada uno de los combatientes del Movimiento de Resistencia Islámica, la Yihad Islámica, Brigadas Al-Qasam, Brigadas Al-Quds, el Frente Popular para la liberación de Palestina, Brigadas de Resistencia Nacional (Fuerzas del mártir Omar Al-Qasim), Brigadas Muyahidin, Brigadas Mártir Abu Ali Mustafa, Brigadas Al-Naser Salah Al-Din.

Así como todos los que luchan por la libertad de Palestina, que son los países que aun siendo bloqueados y censurados seguirán apoyando esta resistencia como son el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica en Irán (CGRI) y el gran movimiento de Fuerza Basij, “La milicia del pueblo”, el movimiento de los Huzíes (Hutíes) y Ansorolá (Partidarios de Dios) en Yemen, el movimiento de Hashed Al-Shaabi y las Fuerzas de Movilización Popular en Irak, y el movimiento de Hezbolá del Líbano.

La lucha del Che traspasó la victoria del Eje de la Resistencia, pues el fracaso de Benjamín Netanyahu no puede borrar la imagen que nos observa desde los muros de la dignidad humana.

(*) Sdenka Saavedra Alfaro es escritora, corresponsal de la cadena iraní HispanTV

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Irán: La nueva ecuación geopolítica

Irán se ha convertido en el paradigma de la dignidad y el valor, aun sabiendo que EEUU podría haber respondido por su gendarme

Sdenka Saavedra Alfaro

/ 26 de abril de 2024 / 07:13

Más allá de la guerra mediática y la iranofobia que dominan el “lobby sionista” e imperialista en Occidente, en su complot a la República que lleva 45 años de resistencia a las sanciones y bloqueos que Washington le impone, el que minimiza, manipula y difama todas las acciones que Irán emprende en aras de su lucha y defensa hacia los países explotados y humillados por el sionismo, como Palestina, que lleva resistiendo 76 años de limpieza étnica, de apartheid, de robo de tierras.

La operación “Verdadera Promesa”, llevada a cabo por Irán el 13 de abril, respuesta en legítimo derecho, según el artículo 51 de la Carta de San Francisco de las Naciones Unidas, tras el ataque israelí a la sección consular de su embajada en Damasco, Siria, donde fueron asesinadas 13 personas, entre ellas siete miembros de la Guardia Revolucionaria Iraní, representa un punto de inflexión en la nueva ecuación geopolítica, ya que demostró al mundo ser un mensaje disuasivo en la estrategia de esta república, que no atacó a civiles, no destruyó hospitales, escuelas ni residencias.

Lea: Pulverización del sistema educativo en Gaza

Solamente derrumbó el “inquebrantable” poderío del sionismo, con sus más de siete misiles hipersónicos, los que no pudieron ser interceptados por el ejército de Israel, demostrando que la seguridad individual y colectiva de Tel Aviv está sujeta a la ayuda de sus aliados y patrocinadores como Estados Unidos, Inglaterra y Francia, los que vetan un cese al fuego del genocidio en la Franja de Gaza, los que se oponen a una declaración condenatoria.

Dentro del contexto de la respuesta de Irán se encuentra la lucha por la defensa del pueblo palestino, que viene resistiendo desde el 7 de octubre, cuando se realizó la “Tormenta Al Aqsa” contra la política de destrucción masiva de Israel en el genocidio perpetrado en el enclave costero que lleva al presente un saldo de más de 34.100 muertos, donde la mitad son niños y mujeres.

La agresión israelí en la Franja de Gaza ha cumplido más de 200 días, y las fuerzas de ocupación continúan matando a los palestinos, desafiando el clamor internacional generalizado para que se ponga fin al exterminio, que ha socavado la base moral y geopolítica de la existencia misma de Israel, ya que el gobierno de Benjamín Netanyahu lo está llevando al fracaso, al infligir a Gaza en el peor desastre humanitario desde la Segunda Guerra Mundial, cultivando una visión racista y arrogante (Yuval Noah Harari).

La Mossad israelí, bajo la capa de Estados Unidos desde hace más de cuatro décadas, ha venido asesinando no solo a líderes de Irán, como el comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, Qasem Soleimani, en 2020, en Bagdad, por órdenes de Trump, sino a sus importantes científicos como Mohsen Fajrizade, exdirector del Centro de Investigación Física, llevando a cabo diferentes sabotajes, complots, ataques al centro de investigación espacial de Irán, los cuales fueron silenciados por los medios hegemónicos.

Se debe reconocer que la respuesta de Irán obedece no solo a sus epifanías de su misma ideología y espiritualidad, sino a su confronte con la cultura materialista, capitalista occidental, pues su política exterior respalda la justa lucha de los desheredados frente a los arrogantes en cualquier lugar del mundo, siendo Irán el enclave del Eje de la Resistencia que aglutina a Yemen, Siria, Irak, el Líbano, los que darán su vida por Palestina.

Sin lugar a dudas, el escenario geopolítico ha cambiado, porque Irán mantiene en pausa su verdadera arma económica: el cierre del Estrecho de Ormuz, que provocaría una crisis global con el alza imparable del petróleo (Alfredo Jalife-Rahme), demostrando así que la nación persa  salvaguarda la lucha y la resistencia contra todo tipo de opresión y tiranía, ya que su defensa es un hito histórico no solo para esta nación sino para la comunidad, que en su mayoría estaban acostumbrados a callar las acciones barbáricas de Tel Aviv.

Irán se ha convertido en el paradigma de la dignidad y el valor, aun sabiendo que EEUU podría haber respondido por su gendarme. Ha tenido el coraje de hacer prevalecer la soberanía no solo de su pueblo, sino de la comunidad internacional, así como el respeto al derecho internacional, siendo clarísimo con la entidad ocupante en Palestina de que tiene los pasos contados si es que comete otro error. Israel ahora lo sabe.

(*) Sdenka Saavedra Alfaro es escritora, corresponsal internacional de HispanTV

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Pulverización del sistema educativo en Gaza

El cese al fuego es el grito de la humanidad por los millones de niños que viven bajo los bombardeos

Sdenka Saavedra Alfaro

/ 1 de abril de 2024 / 06:49

Los conflictos armados, las invasiones y la ambición de poder son la principal causa de deserción escolar y universitaria de niños, adolescentes y jóvenes, de acuerdo con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el cual señala que existen más de 26 millones de niños que viven en zonas de conflicto en 22 países que no pueden ir a la escuela.

Cada día crece la inversión en armamento, superando los más de $us 3 billones en 2023, siendo que la ayuda militar estadounidense a Ucrania rozó los 50.000 millones el pasado año, de acuerdo con el Centro de Estudios Estratégicos en la Escuela de Leyes y de Diplomacia de la Universidad de Tufts. Y en febrero de este año, el Senado de Estados Unidos, aprobó un paquete de ayuda de unos 88.500 millones de euros (o $us 95.340 millones) para Ucrania e Israel.

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Uno de cada cuatro niños no asiste a la escuela en Yemen, Irak, Siria, Afganistán, Libia, los Territorios Palestinos, Sudán y los tres países que acogen a un gran número de refugiados sirios —Jordania, Líbano, Turquía—, además de otros países que se encuentran en zonas de conflictos armados, según la Unesco, datos que nos explican que las invasiones de EEUU, Israel y sus aliados no solo causan efectos desastrosos en la salud de los niños, sino también en la privación de sus derechos, como el de la educación.

El  lobby armamentístico, la hipocresía de EEUU, los países europeos, “la Comunidad Internacional” y otros organismos internacionales están pulverizando a la humanidad; que hacen poco o nada para detener el genocidio y la limpieza étnica contra el pueblo palestino, sobre todo en la Franja de Gaza, donde en estos casi seis meses la entidad ocupante intensificó sus ataques convirtiendo al enclave en un “cementerio abierto” —con ya casi 33.000 muertos—, donde la mayoría son niños y mujeres; con enfermedades, inanición y hambruna en la población, ya que —según la OMS— uno de cada tres niños menores de dos años en el norte de la ciudad sufre de desnutrición aguda.

Este es el plan israelí, expulsar definitivamente a los gazatíes y borrarlos del mapa, su historia y su memoria, devastando museos,  universidades, escuelas, centros culturales, archivos históricos, que en su mayoría son patrimonio de la humanidad, por ejemplo, los más de 300 monumentos arqueológicos e históricos, incluidos santuarios religiosos; en otros términos, el régimen israelí quiere arrasar con todo el entramado material y espiritual que hace posible el funcionamiento de cualquier sistema cultural, educativo de un pueblo.

El derecho internacional humanitario, mediante el cuarto Convenio de Ginebra de 1949 y sus protocolos adicionales de 1977, ofrece protección específica a los niños en los conflictos armados; pero esta protección no está siendo cumplida por el ente ocupante, convirtiéndose en violador de los derechos humanos y responsable de crímenes contra la humanidad, sobre la niñez, la adolescencia y la juventud, así ya ha sido denunciado constantemente por organismos de derechos humanos como Save the Children e incluso por la propia ONU.

Israel no solo privó a los niños, los jóvenes de Gaza, de su derecho a la educación, sino acabó con la vida de más de 13.000 menores en la Franja de Gaza durante la agresión israelí iniciada desde el 7 de octubre, de acuerdo con Unicef. Más de 600.000 alumnos y otros 88.000 universitarios de Gaza se privaron de su derecho a la educación por los continuos bombardeos israelíes; es decir, la destrucción del sistema educativo es uno de los efectos colaterales, ya que el daño al 70% de escuelas y universidades supera los $us 720 millones, según el Fondo Monetario Internacional.

Gaza se ha convertido en laboratorio de armas para Israel, pues se ha dado cuenta que la ocupación es una herramienta de marketing de su industria militar en sí misma, para ello utiliza armas impulsadas por IA en sus sistemas aéreos y navales, así lo señala Antony Loewenstein, autor del libro El laboratorio palestino.

Los niños y los jóvenes en Gaza no tienen al tiempo de su lado, el régimen sionista está agravando el bloqueo a un pueblo que cada día es masacrado, el cese al fuego es el grito de la humanidad por los millones de niños que viven bajo los bombardeos. ¿Acaso no tienen derecho a vivir?

(*) Sdenka Saavedra Alfaro es escritora, corresponsal internacional de HispanTV

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