Escalador del mundo
Entrevista con Philippe Ribiere, que a pesar de sufrir una discapacidad genética es referente en la escalada mundial por su ejemplo de vida.
Su ascenso en la roca es distinto al de los demás. El francés Philippe Ribiere sufre una mutación genética parecida al síndrome de Rubinstein-Taybi, que se caracteriza por los pulgares y dedos de los pies gruesos, baja estatura, rasgos faciales particulares y grados variables de inhabilidad intelectual. “Mi discapacidad se ha convertido en una ventaja cuando decidí aceptarla”, responde a la entrevista desde algún lugar del mundo, pues no está más de dos días en una población debido a que enseña escalada y brinda conferencias para contar su historia.
Philippe nació en isla Martinica el 12 de marzo de 1977 aquejado por aquel mal, motivo por el que sus padres naturales lo abandonaron en un hospicio. “Durante mis primeros cuatro años (hasta que fue adoptado) estaba entre el hospital y el orfanato debido a las múltiples cirugías para tratar de corregir mi discapacidad, que me ayudara a tener movilidad de manos y pies”, cuenta. Ahora es prácticamente una estrella de la escalada, una especie de Mick Jagger que forma parte del equipo Petzl, la empresa francesa que produce material para deportes de aventura.
El escalador se toma fotografías con dos admiradoras en Chalkupunku.
BLOQUEando es un grupo boliviano de escaladores que desde hace una década organiza salidas anuales al Valle de Chalkupunku (en el departamento de Oruro), donde practican boulder, una modalidad de escalada que consiste en subir bloques de roca o pequeñas paredes, que no pueden exceder los ocho metros de alto, sin ayuda de cuerdas o arneses. En 2015 surgió la idea de convocar a un personaje de este deporte para que compartiera con los bolivianos. Para fortuna de ellos, Petzl estaba en plena gira por Sudamérica, la que incluía a Philippe.
Él no suele responder cuando le consultan sobre su padecimiento. “No quiero hablar de discapacidad, ya que se mezcla con compasión. No me gusta eso. Ésta es la última cosa que puede necesitar una persona con discapacidad: la compasión. No quiero que la gente me recuerde por ello. (Si prefieres), se puede ver la discapacidad como un arte inexplicable”, traduce la entrevista Marie Pissoort, ciudadana francesa que radica en La Paz.
Un póster de la película ‘Wild On’, que fue estrenada en 2010 y refleja la vida del deportista con discapacidad.
“Simplemente digo que la escalada se ha acercado a mí”, asegura. Animado por sus padres adoptivos a que se dedicara a practicar algún deporte, Philippe se decantó por el ciclismo, pero el responsable del club al que asistió le respondió que no tenía la intención de “perder su tiempo con una desventaja”. Ese comentario ocasionó que llorara durante el regreso a casa. Una semana después de esa triste escena decidió optar por la escalada, por ser diferente a los otros deportes. No fue sino al segundo año que se apasionó por esta actividad. “Es una historia de amor y odio que ha durado 23 años”, comenta el iniciador de la paraescalada, quien prácticamente vive en una furgoneta y, gracias a Petzl, puede dedicarse las 24 horas a la escalada deportiva, en especial el boulder.
Daniel Aramayo, fundador y organizador del BLOQUEando, revela que Philippe no averigua las características del país que va a visitar. Por ello, a las tres de la mañana de finales de octubre de 2015, cuando este referente mundial pisaba El Alto, a los pocos minutos sintió mareos. Creía que se debía al viaje, pero no se daba cuenta de que se encontraba a 4.000 msnm.
En el BLOQUEando 2015, Philippe demuestra sus aptitudes en el boulder, con la ayuda de una colchoneta y unos compañeros de viaje.
Con todo ello, el francés se acostumbró en poco tiempo y recorrió el camino de asfalto y tierra que lleva a Chalkupunku. Para los más de 180 asistentes al BLOQUEando fue una experiencia increíble compartir con un famoso durante tres días. “La escalada permite mezclar al más débil con el más fuerte. Es imposible comparar el ascenso de una persona grande con una más pequeña. El ser humano siempre está buscando elementos de comparación, que para mí no son importantes. Entonces, ¿a quién le interesa? La clave es encontrar el equilibrio en una pasión”, reflexiona. Apenas tiene movilidad en las manos para agarrar una taza, pero cuando está con las rocas se transforma en uno de los mejores escaladores del mundo. “Mucho de virtud y algo de defecto, la tozudez ante la vida lo ha llevado a donde se encuentra hoy”, comenta Daniel, quien reservó para Philippe uno de los mejores hoteles, pero que al final durmió en su casa.
El escalador confesó que si hubiera sabido que había tanta roca en Bolivia, de seguro se habría quedado al menos tres meses, pero debía volver a viajar, “porque considero que somos seres humanos que deben desplazarse, sabiendo que somos granos de arena en el universo”.
Sesión de fotos en un estudio para la producción del filme que muestra las debilidades y fortalezas del francés.
Su historia posibilitó que filmaran una película sobre su vida, que también lo animó a que fuese a un hospital para hacerse análisis genéticos, que descubrieron que en realidad no tiene el síndrome de Rubinstein-Taybi, sino algún tipo de mutación que está por ser confirmado.
“No me considero un modelo. Aprendo a vivir con el mundo. Doy testimonio, transmito mi pasión por la vida y la escalada me ha abierto las puertas. Al contrario, si los demás creen que soy un modelo, estoy muerto, porque todas mis palabras serían mentira. Sería egoísta pensar que soy un modelo”, concluye Philippe la charla en cuanto puede conectarse a la red internet, ya que solo se queda dos días en un lugar, por lo que puede ser considerado el escalador del mundo.