Una promesa cumplida: Obras selectas de Claudia Eid Asbún
Imagen: Jorge Perico, Oswado Lima, Hallanda Andretto
Imagen: Jorge Perico, Oswado Lima, Hallanda Andretto
El tomo reùne 9 piezas de la dramaturga escritas entre 2005 y 2022, además un estudio introductorio de Katy Bustillos
Hace ya más de un año, el 17 de marzo del 2023, se presentó el Proyecto Intersecciones compuesto por un equipo potente liderado por Katy Bustillos y compuesto por Toto Torres, Ramiro Mendoza y mi persona, Camilo Gil Ostria. El año fue largo e Intersecciones, aunque silenciosamente, hizo mucho en dos campos de acción: el editorial y el de formación para la investigación. En el primer campo, publicó obras en folletos sueltos, tras una convocatoria abierta. Estos giraron por España, México, Perú, Chile, Argentina y el interior del país. En el segundo campo organizó talleres coordinando con la Carrera de Literatura, la Escuela de Espectadores y el FITAZ. Estos talleres dieron pautas sobre investigación y pensamiento alrededor del cuerpo, las artes escénicas y la dramaturgia.
Sin embargo, una promesa que hicimos allá, ese 17 de marzo, necesitaba mucho más tiempo para cumplirse: la publicación de libros de dramaturgia nacional que iniciaría con un volumen dedicado a la obra de la dramaturga radicada en Cochabamba, Claudia Eid Asbún. Esa promesa por fin, un año y dos meses después, se puede hacer realidad y es que esta necesitaba tiempo para hacerse bien en honor a la autora y su obra, ambas complejas y de una relevancia innegable en nuestro panorama.
Sobre la autora
Y es que la autora no es cualquiera: empezar con ella no es una arbitrariedad. Si no la conoces es porque no has estado muy pendiente del mundo del teatro, pues ella inició en 1996 su carrera teatral y pasó por manos de grandes de nuestro teatro (Francisquini, Aramburo…) y también, tras ganar una beca de la Casa de las Américas, pasó talleres de dramaturgia en los que se formó con Sanchis Sinisterra, Rafael Spregelburd, Emilio García Wehbi, Juan Mayorga, Arístides Vargas… Hoy todos ellos son referentes de la dramaturgia en español. En sus respectivos países, todos ellos alabados y publicados: ¡qué mal se trata a los dramaturgos en Bolivia!
Entre nuestros autores hoy es difícil encontrar un trabajo más consistente que el de Eid. Con seriedad, digo, pues a pesar de que a uno pueda o no gustarle el cierto tono “feminista” con que Eid encara el arte, es evidente que en muchas de sus obras logra un ritmo, una estética, un lenguaje que rebasa o problematiza cualquier moral: sobrepasa el feminismo, el biografismo, los géneros establecidos y por establecerse.
Mujer de ñeq’e, funda el 2005 su propia compañía de teatro independiente en Cochabamba: El Masticadero. Su nombre lo dice todo, un espacio para masticar: a la sociedad, a los discursos que nos rodean, a las ideas que tenemos sobre el teatro y la dramaturgia. También mastica a una infinidad de dramaturgos que ella ha leído muy bien (como Shakespeare, común denominador de varios de sus trabajos). Así, con cierto tono incierto, amoral, ella transforma todo lo que desea con su mirada lúcida y particular: a veces, habrá que decirlo, para convertirlo en escupitajo. Formada como comunicadora social y con cierto camino en los campos del periodismo, su teatro se nutre de la vida real para poner en crisis lo que damos por natural: así con cada obra nos invita a una fiesta, a un banquete, y también a una protesta (a veces no tan pacífica) y en ella nos regodeamos ante el deseo de una sociedad diferente.
Sobre la edición
La edición tampoco es una cosa cualquiera: está especialmente diseñada tanto para el público no especializado como para los lectores académicos. El tomo lleva como antesala un estudio introductorio de la mano de Katy Bustillos, dramaturga y estudiosa del teatro nacional que pinta un panorama desde 1991 y posiciona a Eid en él como una voz potente. Y es que el volumen consta de nueve obras que nos muestran las permanencias y transformaciones de Eid entre 2005 a 2022. Entre ellas, que siempre unen crítica ácida con comedia, con movimientos lúdicos e invenciones formales, se pueden leer algunas que quizás al atento lector ya le suenan como: Desaparecidos, La partida de Petra, Princesas (especialmente transcrita por la autora para esta colección, pues la obra original carecía de texto), Elefante, La casa…
Todas ellas evidencian ante el lector que está ante una de las dramaturgas que se volvió referente de muchas otras escrituras posteriores (la de la propia Bustillos, por ejemplo). Ya que Eid es una de las primeras en introducir, dentro de una estructura dramatúrgica, el campo calculado, medido, de la improvisación a partir de premisas fijas; es decir, acerca al teatro lo que el arte contemporáneo ha llamado performance.
Es por ello que la edición, que estuvo a mi cargo, no podía quedarse con una simple corrección de erratas y signos de puntuación: se han tratado de anotar a pie de página los intertextos que la autora retoma de la sociedad o de la literatura, como se han editado de manera colaborativa los textos aclarando acotaciones y didascalias. Todo ello hace que esta cuidadosa edición sea quizás una de las pocas (sino es que es la primera) ediciones especializadas y anotadas en teatro contemporáneo. Esperemos, la primera de una colección que solo podrá sostenerse con el apoyo del público.
El objetivo
En el siglo XX era usual que los críticos bolivianos afirmen que la literatura de nuestro país era inexistente o de nula calidad. La misma afirmación se repite con los críticos de teatro boliviano. Más allá de su buena o mala voluntad hacia este arte nuestro, creo que habría que justificarlos diciendo que, aunque quizás el teatro es el género que más se escribe en el país, es el que sin duda alguna menos se publica. Y al ser un fenómeno efímero, tenían cierta razón esos críticos que al no haber visto obras y al no haber sido publicadas, quizás, jamás se enteraron de su existencia.
En este sentido, esta selección de obras (que planea repetirse con otros autores de nuestra dramaturgia nacional) busca eliminar ese justificativo para el público especializado y no especializado. Decir, desde ahora, que no tenemos teatro o que la totalidad del mismo es de mala calidad, debería ser un comentario descartado como se descartan los comentarios desubicados de algunos familiares en la mesa navideña… ¡Feliz publicación la nuestra entonces y feliz la obra de Claudia Eid que pasa hoy a la eternidad!
Sobre el evento
En el marco del Fitaz, el día viernes 17 de mayo, en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez, después de la obra Príncipe, dirigida por la propia Claudia Eid y protagonizada por Ariel Hurtado, se presentará el libro oficialmente. La obra tendrá lugar a las 19.30, y generará ya un ambiente de teatro crítico y festivo, pues para muestra valga un botón, que el espectador quedará mudo y reirá incómodo ante la potencia ácida de ese personaje, basado en el Hamlet de Shakespeare, que dice: “Soy la bestia inválida, a un costado del camino, la bestia que vio pasar guerreros que no cuestionan entregar su vida por tener patria”.
Tras ver la obra, entonces, nos iremos al salón de honor a brindar por la ocasión y, por supuesto, pedirle autógrafos a esta grande dramaturga. No es necesario, pero, esperar tanto para apoyarnos: desde el lunes 8 de abril se habilitó su preventa, que tendrá un costo de 80 bolivianos, que permiten al comprador ahorrarse el 20% del total (después de ese 17 de mayo el libro costará 100) y ayudar al Proyecto a sostenerse. Compras y consultas al 73731524.
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Texto: Camilo Gil Ostria
Fotos: Jorge Perico, Oswado Lima, Hallanda Andretto, Douglas Rodrigo Rada y Ulises Cabrera