Monday 29 Apr 2024 | Actualizado a 12:32 PM

Carlos Sordo: ‘Se relegó el impacto de la electricidad en lo productivo y comunitario’

El Gerente de Innovación y Alianzas para el Acceso a la Energía en Practical Action presentó en Bolivia los resultados de estudios de caso realizados en seis países y su importancia para avanzar hacia la inclusión energética y hacia un beneficio integral para la población que no cuenta aún con acceso a electricidad.

/ 19 de junio de 2019 / 00:00

En los últimos 13 años, el porcentaje de la población boliviana con acceso a la energía aumentó en el área urbana de 87 a 99% y en las zonas rurales de 33 a 81%, lo que requirió de importantes inversiones por parte del Gobierno, cuya meta es alcanzar el 100% de cobertura total antes de 2025. Los logros alcanzados hasta el mometo, aunque importantes, parecen no ser suficiente para coadyuvar a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, ya que según Carlos Sordo no se incluyen en el diseño de proyectos de vinculación eléctrica elementos productivos y comunitarios que aseguren la sostenibilidad de estos avances.

— ¿Cuál es la propuesta que tiene Practical Action para optimizar el impacto de los proyectos de acceso a la energía?

— En 2010 le propusimos al Banco Mundial y a Naciones Unidas que el acceso universal y total a la energía solo se podría conseguir incidiendo en la parte productiva y comunitaria, es decir, todos los programas deberían estar diseñados para dar una solución energética adaptada a las comunidades, tanto en lo domiciliario como en lo productivo y lo comunitario, sean centros de educación o de salud. Todo eso tiene que ir de la mano, por una razón muy obvia, porque si —como han hecho algunos países, incluido Bolivia— solo aportamos conexiones domiciliarias no generamos un cambio en la economía doméstica, y el empezar a tener foquitos, una televisión o una nevera en las casas no es, en última instancia, la transformación que necesitamos para conseguir los ODS hasta 2030. Entonces, lo productivo y lo comunitario han sido dejados de lado por los gobiernos —no solo el boliviano— en el diseño de los programas. Lo segundo es una planificación energética integral que tome en cuenta todas las tecnologías que hay en el mercado. Los gobiernos tienden a pensar que la mejor forma de electrificar a las comunidades aisladas, por ejemplo a una que está a la mitad de la Amazonía, es con la red eléctrica y eso es muy complicado y carísimo, siendo que hay otras tecnologías más baratas. Cuando un gobierno subsidia la red para llegar a un pueblo alejado, la mayoría de las veces esa población no tiene demanda eléctrica, con lo cual la red pública no es financieramente sostenible, ya que se acaba manteniendo con un subsidio del Estado. Entonces, lo que proponemos tanto al sistema público como al privado es que la planificación de ese modelo energético se realice mediante una aproximación costo-efectividad, que es básicamente la solución tecnológica al coste más reducido en términos financieros y de tiempo. Eso quiere decir que si la comunidad está muy alejada de la red, quizá lo que haya que utilizar para darle acceso a la electricidad sea un sistema domiciliario solar, que se puede hacer en una semana; o una pequeña red eléctrica que puede ser híbrida (diésel-fotovoltaica) o 100% renovable si la comunidad aislada está muy poblada, y a eso se llama preelectrificación. Luego, cuando la demanda de electricidad suba, se puede pasar de la preelectrificación a la electrificación final con un riesgo para la empresa pública muy inferior en inversión y en deuda. Pero eso nos está costando, no es un mensaje fácil. La conexión a la red eléctrica es la idea más sencilla cuando estás sentado en un ministerio, otra cosa muy diferente es lo que está pasando en el terreno. Y lo que pasa es que el acceso a la energía no solo es el acceso a electricidad para cocción, para calentarse cuando hace frío, también es para las cadenas de valor y eso también hay que planificarlo.

— ¿Este modelo integral qué resultados ya ha mostrado?

— Los resultados son interesantes como mínimo y en algunos casos transformadores. Por ejemplo, en Kenia, unos dos millones de consumidores accedieron a sistemas domiciliarios mediante paneles fotovoltaicos y desde un modelo de mercado, lo que quiere decir que tienen una atención poscompra que les garantiza el servicio si éste se les estropea.

— ¿Y se está realizando este trabajo en Bolivia?

— Bolivia está haciendo cosas. Ayudamos, por ejemplo, a los campesinos a adaptarse al cambio climático a través de varias cadenas de valor y ese acompañamiento a los procesos productivos está impulsando ahora mismo el uso de energía para efectos productivos. Ahora bien, creo que Bolivia está todavía detrás de Perú y que debería aprender de Perú (…). En Perú, el Banco Interamericano de Desarrolo (BID) y el Banco Mundial hicieron un proyecto muy interesante de electrificación por red, pero lo que se encontró es que —como no había efectos productivos diseñados ni apoyo para que el campesinado se adapte a ese servicio— la gente no consumía esa energía para producir, por lo cual la demanda no subía y las eléctricas perdían dinero (…). En Bolivia, el miedo que tenemos es que el BID y el Gobierno boliviano no incluyan este tipo de cosas desde el principio, así que esperamos que ese aprendizaje se pueda reproducir y que no se cometan los mismos errores otra vez (…). Sabemos que en Bolivia se van a instalar aproximadamente 7.000 sistemas fotovoltaicos y nuestro deseo es diseñar conjuntamente con ENDE un sistema de tarifas, de recuperación de fondos, que permita a las tecnologías de acceso a la energía ser estables, eficientes y económicamente sostenibles.

— Por el lado de organizaciones como Practical Action se está implementando este modelo integral de acceso a la energía, ¿cuál es la situación por el frente de los gobiernos?

— Tradicionalmente, electrificar un país venía de la mano de un gobierno y de una deuda, pero lo que hemos visto es que el sector privado ha ido cogiendo las riendas de un modelo de concesiones y de licencias privadas que está lejos de ser perfecto, un modelo principalmente de pequeñas empresas (…). Ahora bien, las empresas requieren, para entrar en zonas de riesgo de inversión, de un apoyo, de subsidios, de reglas y regulaciones que les permitan no pagar, por ejemplo, impuestos por la entrada de baterías o de paneles fotovoltaicos. La generación de mercados y demanda requiere también de un trabajo con las comunidades, porque si no conocen la tecnología no la van a consumir. Además hay que trabajar con las empresas para ver cuáles son sus debilidades financieras y técnicas y llevarlas de la mano para que puedan dialogar con el gobierno y con otros actores.

— ¿El aporte privado será posible en el caso del pequeño mercado boliviano?

— Mi visión es que hay dos modelos de escalabilidad en Bolivia. El primero viene, por supuesto, de la mano del Gobierno y de su enfoque municipalista, con una financiación pública mediante crédito bancario; el segundo viene del modelo de concesión o de licencia privada. Nosotros creemos que los dos tienen que ser complementarios porque donde el Gobierno no llega podrían llegar financiadores privados e incluso actores que vienen de la cooperación al desarrollo y que tienen una visión de mercado. Ese doble modelo, si está bien complementado con reglas y regulaciones que permitan y den por parte del Estado seguridad financiera a la inversión, podría conseguir un escalamiento mucho más rápido que el que cada sector podría alcanzar de manera unilateral. Así que creo que el reto en Bolivia es que los dos sectores se sienten a hablar.

— ¿Ese marco legal que garantiza la inversión del sector privado y las condiciones para la expansión integral de la red están dadas?

— El mercado renovable descentralizado no es un mercado maduro. Eso quiere decir que, aunque la tecnología ya está aprobada y es barata, todavía no hay una demanda ni una capacidad de suministro suficientes. Entonces, para poder gradualmente llegar a un mercado maduro, ese mercado debe ser subsidiado hasta que el modelo sea sostenible y ya no requiera de financiación pública (…). Sin la demanda suficiente, el modelo no es financieramente sostenible, para lo cual hace falta potenciar los efectos productivos, y para potenciar los efectos productivos hace falta un mercado de efectos productivos energéticos que no se ha llevado a cabo todavía en este país.

— Se espera que en el caso boliviano se esté trabajando en esa dirección ya que eso implica crecimiento para las economías aisladas…

— Así es y evitas la migración y la pérdida de campo, distribuyes riqueza y generas producción tecnología y empleo. En España, por ejemplo, los sistemas renovables descentralizados pueden generar 300.000 puestos de trabajo, porque se trata de una economía de micro, pequeñas y medianas empresas; de una economía circular, que genera retorno a nivel local, que te da soberanía energética, que cuida el medio ambiente, que te da resiliencia frente al cambio climático, que debería ser la prioridad número uno para el Gobierno boliviano (…). Así que, a nivel estatal, creo que debe haber no solo una planificación energética sino multiministerial, que entienda los efectos que va a haber por el cambio climático y que defina soluciones, porque un dólar que inviertes hoy en una solución son 10 dólares que te ahorras mañana. Y esto está empezando a pasar. Por ejemplo, en el país, como resultado de un trabajo conjunto para la gestión de riesgos entre el Gobierno, Naciones Unidas y otras organizaciones, el número de afectados (por el calentamiento global) se redujo de 60.000 el año pasado a 10.000 en esta gestión (…). Entonces, hay una serie de articulaciones que hay que hacer y que deben ser hechas desde el ámbito multiministerial. Bolivia puede hacer mucho más de lo que está haciendo ahora.

Perfil

Nombre: Carlos Sordo Olive

Cargo: Gerente de Innovación en Practical Action

Experto en desarrollo energético

Es responsable de crear, reforzar y fortalecer las relaciones innovadoras, influir en las relaciones existentes y asociarse con los actores claves para aumentar el acceso a la energía en los países en los que interviene Practical Action. Antes de estar en la ONG, trabajó en AECID y en Plan Internacional España, logrando exitosas asociaciones público-privadas para la implementación de servicios fuera de la red, como la primera microrred de energía solar domiciliaria de la historia, en Nigeria.

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América Latina envejece, nuevos desafíos para el desarrollo

La región deberá esforzarse para incrementar la productividad

El panorama económico de la región enfrenta retos significativos a medida que cambian las tendencias demográficas con una menor proporción de jóvenes.

Por Pablo Deheza

/ 28 de abril de 2024 / 07:07

Economía

El panorama económico de América Latina enfrenta desafíos significativos a medida que cambian las tendencias demográficas, con una desaceleración del crecimiento poblacional y una menor proporción de jóvenes.

La fuerza laboral de América Latina se incrementó casi un 50% en las dos décadas previas a la pandemia, lo que ayudó a impulsar el crecimiento económico. Ahora las tendencias demográficas están cambiando y esto tendrá consecuencias sobre el crecimiento de la región en los próximos años.

“Esperamos que el crecimiento en América Latina promedie alrededor del 2% anual en los próximos cinco años, un nivel inferior a su ya bajo promedio histórico. Estas proyecciones también son considerablemente más débiles que las de otras economías de mercados emergentes de Europa y Asia, que también se espera que se desaceleren, pero que aun así crezcan un 3% y 6% anual, respectivamente”, señalan los economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gustavo Adler y Rodrigo Valdés, en una reciente nota del organismo.

Los expertos precisan que “esta perspectiva más débil refleja en parte los desafíos de larga data de baja inversión y lento crecimiento de la productividad. El desafío adicional esta vez es que la demografía está cambiando y la fuerza laboral no crecerá tan rápido como antes”.

El crecimiento de la población seguirá desacelerándose, cayendo de alrededor del 1% en las dos décadas anteriores a la pandemia a alrededor del 0,6% anual en los próximos cinco años, indica el reporte del FMI. Esto no es necesariamente una mala noticia, ya que una población en crecimiento no significa automáticamente un aumento del ingreso per cápita, la medida más relevante de bienestar.

Aunque una mayor población significa una mayor fuerza laboral y producción agregada, también significa un mayor número de personas entre las cuales se comparte la producción. Aun así, hacer crecer la economía a través de una población más grande puede ayudar de otras maneras, incluso aumentando los ingresos para pagar los altos niveles de deuda.

Más importante aún, el dividendo demográfico (contar con una población joven) se está desvaneciendo a medida que las personas en la región envejecen y la proporción en edad de trabajar está alcanzando su punto máximo. Esto significa que la parte de la gente capaz de generar ingresos dejará de crecer. Es un cambio importante ya que este porcentaje había estado creciendo hasta ahora, lo que permitió que la fuerza laboral se incrementase un 0,5% anual desde 2000. Por el contrario, ahora el FMI señala que no espera “ningún crecimiento en la proporción de la población en edad de trabajar durante los próximos cinco años, en promedio”.

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PRODUCTIVIDAD. Para mantener en funcionamiento el motor de la fuerza laboral será necesario impulsar la participación de la fuerza laboral. Y se espera que algo de esto suceda, ya que se prevé que la proporción de solicitantes de empleo en edad de trabajar siga aumentando.

La región deberá favorecer el trabajo de las mujeres.
La región deberá favorecer el trabajo de las mujeres.

Pero para que esto se convierta en realidad, “será clave integrar aún más a las mujeres en la fuerza laboral. Su participación sigue siendo baja: solo el 52% de las mujeres en edad de trabajar, en comparación con el 75% de los hombres”, indican Adler y Valdés.

Las políticas pueden ayudar. Acciones como ampliar los programas de cuidado infantil y brindar más capacitación a las mujeres puede apoyar un aumento en la participación femenina. En criterio de los expertos del FMI, se debe garantizar que los impuestos a los hogares no desalienten a los trabajadores secundarios en casa y eliminar los beneficios asimétricos de cuidado infantil y licencia parental entre hombres y mujeres, que en última instancia desalientan la contratación de mujeres o afectan su salario.

La lucha contra la delincuencia, un factor importante detrás de la salida de migrantes en algunas partes de la región, también debería estar en la agenda, dicen los economistas del FMI.

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¿Las compras online son buenas o malas para el planeta?

En los primeros días de las compras en línea se producía montañas irrisorias de cajas, hule de burbujas y otros rellenos

/ 28 de abril de 2024 / 06:55

Opinión

La comodidad de comprar por internet es difícil de superar. Pero consume mucha energía y recursos y puede generar mayores cantidades de desperdicio.

El transporte necesario para las compras en línea emite gases de efecto invernadero. Según algunas estimaciones, cada año se talan 3.000 millones de árboles para producir embalajes de todo tipo, incluido el comercio electrónico. Los centros de datos necesarios para almacenar y recuperar pedidos consumen unas 10 veces más volumen de energía que una vivienda normal y utilizan valiosas aguas subterráneas para su refrigeración.

Suena mal, ¿verdad? Sigue leyendo.

Comprar por internet no siempre es la peor opción. La eficiencia es un factor importante. Piénsalo así: un solo camión que entrega pedidos en varios domicilios puede ser menos perjudicial para el medioambiente que varios compradores que se suban a sus coches para ir a las tiendas. Esto es especialmente cierto si la gente agrupa sus compras en entregas menos frecuentes.

Un estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés), llegó incluso a la conclusión de que las compras por internet podrían ser más sostenibles que las tradicionales en más del 75% de las situaciones planteadas por los investigadores. Esos escenarios imaginaban cosas como una experiencia de compra en línea con envíos totalmente eléctricos y embalaje reducido.

Los minoristas y las empresas de mensajería han intentado que las compras en línea sean más respetuosas con el clima. Algunos han adoptado los vehículos eléctricos.

Amazon.com, por ejemplo, se ha comprometido a tener 100.000 vehículos eléctricos de reparto en uso para 2030, una medida que, afirma, evitará que se liberen a la atmósfera millones de toneladas métricas de carbono que calientan el planeta. UPS tiene aviones para actualizar su flota con vehículos eléctricos, pero esos aviones se toparon con un obstáculo cuando la empresa a la que había contratado para suministrar los nuevos camiones tuvo problemas financieros. FedEx planea convertir toda su flota de recogida y entrega de paquetes en vehículos eléctricos para 2040, con aviones para que la mitad de su flota esté electrificada el año que viene.

Algunas empresas también están experimentando con entregas robotizadas y con drones. Pero hay otros aspectos a tener en cuenta.

El embalaje y los residuos también son importantes. Empresas como Amazon también han comenzado a reducir el embalaje, que en los primeros días de las compras en línea producía montañas irrisorias de cajas, hule de burbujas y otros rellenos para artículos diminutos. Ahora sigue ocurriendo de vez en cuando, incluso con el esfuerzo de reducción. Algunas empresas han comenzado a utilizar más empaques reutilizables, reciclables e incluso biodegradables. Pero millones de kilos de plástico procedentes de envoltorios siguen acabando en ríos, océanos y vertederos.

Así que es complicado. Pero hay una cosa infalible que puedes hacer por el planeta y por tu cuenta bancaria: comprar menos cosas.

La producción y el uso de bienes y servicios domésticos son responsables del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo, según un estudio de 2015. En Estados Unidos, más del 20% de las emisiones se atribuyen directamente al consumo doméstico, según investigadores de la Universidad de Míchigan.

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Muchas de esas lámparas, tostadoras, jerséis y otros artículos son importados y llegan a Estados Unidos en buques de carga o aviones que emiten carbono. Solo la industria naviera es responsable del 3% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

Lo que hay que hacer es intentar comprar al por mayor, comprar despacio y agrupar los pedidos.

Las organizaciones climáticas animan a comprar artículos de segunda mano o a arreglar los productos que se estropearon. Cada vez más empresas ofrecen servicios de reparación, a veces gratuitos. Los videos de YouTube ofrecen guías paso a paso para arreglar una cantidad sorprendente de objetos. Los encuentros locales para reparar ropa o electrodomésticos se están poniendo de moda.

Si vas a comprar cosas por internet, hay muchas maneras de hacer que tus compras sean más sostenibles. Tómate un minuto para mirar las tablas de tallas y leer las opiniones para reducir las devoluciones. Muchos estudios afirman que los compradores online tienen cinco veces más probabilidades de devolver un artículo, lo que significa muchas más emisiones de transporte.

Si vas a pedir varios artículos, intenta agrupar tus pedidos en un solo envío. Muchas empresas te preguntarán si quieres hacerlo; no olvides buscar esa opción. El Despacho de Mejores Negocios, en los Estados Unidos, sugiere comprar al por mayor para reducir el embalaje de los artículos individuales y aprovechar las ventajas de la entrega en lugares de recogida.

Compra despacio. Haz una pausa y piensa si necesitas un artículo. Es fácil que la compra de algo nuevo te provoque un subidón, pero los ecologistas sugieren que obtengas tu dosis de dopamina de algo totalmente distinto: prueba dar un paseo.

Dionne Searcey Periodista de investigación del New York Times

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La economía estadounidense se está complicando

Se alejan las posibilidades de que la Fed baje sus tasas de interés

Los precios para consumidores continúan subiendo en Estados Unidos, pese a los esfuerzos de la Fed en política monetaria.

Por Pablo Deheza

/ 28 de abril de 2024 / 06:45

Moneda

El crecimiento económico en Estados Unidos se desacelera mientras la inflación persiste por encima de las expectativas. Esto mantiene elevadas las tasas de interés en dólares, lo que afecta a los países en desarrollo.

El informe del Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense, dado a conocer el jueves, muestra que la economía estadounidense creció a una tasa anualizada del 1,6% en el primer trimestre de este año. Es una baja considerable frente al 3,4% en el último trimestre de 2023. Dada la intención de la Reserva Federal (Fed) estadounidense de enfriar la economía para hacer que baje el incremento en los precios al consumidor, esto parece una buena noticia, a primera vista. Sin embargo, hay un problema: la inflación no cede.

Los últimos datos del Índice de Precios al Consumidor muestran que la inflación está aumentando, alejándose cada vez más del objetivo del 2% de la Fed.

“Los datos recientes claramente no nos han dado mayor confianza” en que la inflación esté totalmente bajo control”, dijo Jerome Powell, presidente de la Fed. “En cambio, indican que es probable que se necesite más tiempo de lo esperado para lograr esa confianza”, añadió.

La autoridad advirtió que “si persiste una inflación más alta, podemos mantener el nivel actual (de las tasas de interés) durante el tiempo que sea necesario”.

Algunos analistas de la economía estadounidense afirman ahora que la Fed podría recortar sus tasas referenciales solo una o dos veces este año, probablemente a partir de septiembre. Otros sostienen que es posible que el banco central norteamericano no reduzca sus tipos en absoluto en 2024.

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El costo de vida, medido por el índice de Gastos de Consumo Personal (PCE, por su sigla en inglés), aumentó un 2,7% durante el último año en marzo, frente a un aumento anual del 2,5% en febrero, informó el viernes la Oficina de Análisis Económico de EEUU. El repunte, impulsado en gran medida por los aumentos de los precios de los alimentos y la energía, fue ligeramente superior a las expectativas de los expertos, según una encuesta entre economistas realizada por Dow Jones Newswires y el Wall Street Journal.

El Índice de Precios al Consumidor ya mostraba una inflación sobrecalentada a principios de este mes cuando las cifras fueron publicadas por la Oficina de Estadísticas Laborales. Pero la inflación PCE es más importante para la dirección de las tasas de interés porque es un indicador más sensible desde la perspectiva de las autoridades monetarias.

El encarecimiento del dólar afecta la disponibilidad de esta moneda.
El encarecimiento del dólar afecta la disponibilidad de esta moneda.

Kevin Burgett, analista de la firma de pronósticos LH Meyer, dijo que ahora anticipaba solo un recorte de tipos de la Fed este año, probablemente en diciembre, después de haber revisado recientemente su proyección de tres bajas a partir de septiembre.

“Seguimos pensando que la inflación se encamina hacia el 2%, todavía creemos que la Fed se dirige hacia recortes de tasas y todavía esperamos que comiencen a recortar este año. Seguimos viendo pocas posibilidades de que el próximo paso sea un aumento de tasas”, escribió Burgett en una nota. “Pero los riesgos se han desplazado nuevamente hacia menos recortes este año y a un inicio más tardío”.

Las altas tasas de interés de la Fed y el dólar tienen efectos sensibles sobre las economías de los países en vías de desarrollo, como es el caso de la región sudamericana.

Cuando la Reserva Federal aumenta las tasas de interés, los costos de endeudamiento en dólares estadounidenses se vuelven más altos. Esto puede llevar a un aumento en el servicio de la deuda y dificultar la capacidad de estos países para pagar o refinanciar sus préstamos.

Un dólar fuerte desalienta la inversión extranjera directa en los países en desarrollo, ya que las inversiones en esas economías pueden parecer menos rentables cuando se convierten de nuevo a dólares estadounidenses.

Más aún, las tasas más altas en EEUU atraen los capitales de los inversionistas hacia ese país en busca de rendimientos más altos y seguridad relativa. Esto conlleva el flujo de divisas hacia el mercado norteamericano.

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Se gradúa la décima generación de ‘Puedes Creer’

La Fundación Mercantil Santa Cruz logra un nuevo hito con su programa de becas

El acto de graduación en la Universidad Católica Boliviana.

Por Pablo Deheza

/ 28 de abril de 2024 / 06:36

Formación

La Fundación Mercantil Santa Cruz ‘Puedes Creer’ y la Escuela de Producción y Competitividad de la UCB celebraron la graduación de 49 nuevos técnicos universitarios en Gestión y Emprendimiento en la gestión 2024.

La Fundación Mercantil Santa Cruz “Puedes Creer” y la Escuela de Producción y la Competitividad, de la Universidad Católica Boliviana San Pablo (UCB), presentaron a los 49 nuevos graduados de la carrera Técnico Universitario Superior en Gestión y Emprendimiento para la gestión 2024.

Con esta nueva promoción se da cumplimiento al objetivo de este programa bandera de la Fundación Mercantil Santa Cruz “Puedes Creer”, que es dar una oportunidad concreta a jóvenes que tienen gran talento, pero que no cuentan con los recursos económicos para seguir una carrera universitaria de calidad.

Encuentro de jóvenes titulados con apoyo del BMSC.
Encuentro de jóvenes titulados con apoyo del BMSC.

Los 49 graduados (46 mujeres y 3 hombres) recibieron becas completas, por parte de la Fundación, para cursar la carrera de Técnico Universitario Superior en Gestión y Emprendimiento en la UCB, además de un bono mensual para transporte, compra de material de estudio y un seguro médico, para que puedan enfocarse plenamente en sus estudios. Con este apoyo integral a los estudiantes se ha logrado una alta tasa de éxito en el programa, que se evidencia con el elevado número de alumnos graduados.

“Es para nosotros, una inmensa alegría celebrar la graduación de esta nueva promoción del Programa Becas, a través del cual hacemos posible que jóvenes en situación de vulnerabilidad cuenten con capacidades para su independización y autosuficiencia. Felicitamos a los flamantes graduados, que comienzan ahora una nueva etapa en su vida. Este nuevo hito nos impulsa a seguir trabajando con el firme compromiso de apoyar a los jóvenes bolivianos, brindándoles oportunidades de estudio de alto nivel académico, para que puedan mejorar su calidad de vida y con ello, la de sus familias”, dijo Hernán Gonzales, gerente de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) del Banco Mercantil Santa Cruz (BMSC).

Las Escuelas Sociodeportivas son otra iniciativa que apoya la fundación del Banco Mercantil Santa Cruz.
Las Escuelas Sociodeportivas son otra iniciativa que apoya la fundación del Banco Mercantil Santa Cruz.

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El Programa Becas inició hace 13 años, en la ciudad de La Paz, de la mano de la UCB, para brindar acceso a educación superior a jóvenes en situación de vulnerabilidad, con el objetivo de mejorar su calidad de vida y crear en ellos una cultura emprendedora, para que, una vez terminados sus estudios, puedan insertarse exitosamente en el mercado laboral, ya sea desarrollando sus propios negocios o desempeñándose en alguna actividad relacionada con la formación recibida.

A través de un diagnóstico con instituciones claves en este ámbito, se detectó que un alto porcentaje de jóvenes acogidos por ellas no tenían oportunidades para realizar  estudios superiores una vez finalizado su bachillerato; es  así que, por medio del Programa Becas, la Fundación Mercantil Santa Cruz “Puedes Creer” decidió contribuir con la reducción de la pobreza a través de la educación inclusiva, equitativa y de calidad, mejorando la vida de los jóvenes.

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El reto de los biocombustibles

La búsqueda de energías mucho menos contaminantes es global

Un paso importante en la sostenibilidad energética del país es avanzar hacia biocombustibles de segunda generación como el bagazo de la caña de azúcar.

Por DANNY ROCA JIMÉNEZ

/ 28 de abril de 2024 / 06:15

Renovables

Debido a las guerras en el mundo y para cubrir la demanda interna, Bolivia opta no solo por la importación de combustibles, sino también por la producción de biocombustibles.

Los conflictos bélicos en el mundo pueden tener grandes impactos en el precio del barril del petróleo, situación que puede traer beneficios a los productores y exportadores del mismo, pero a la vez complicaciones a los importadores de crudo o de sus productos derivados, como son el diésel y la gasolina. Bolivia no está exenta de la situación, ya que, si bien es un país hidrocarburífero de larga data, produce más gas que petróleo, situación que limita la producción de combustibles como el diésel y la gasolina, y se convierte en importador de combustibles para poder atender la demanda interna, pero no solamente se toma como alternativa la importación de combustibles de origen fósil, sino también ahora se recurre a la producción de biocombustibles, que son combustibles de origen orgánico, entre los cuales tenemos al bioetanol, que se puede mezclar con gasolina; y biodiésel, que se puede mezclar con diésel de origen fósil.

Estos biocombustibles han esperado bastante tiempo para ponerse en acción. Desde los últimos años de la década de 2000, hubo grandes debates sobre su conveniencia, sin embargo, con la Ley 1098, se da pie al uso de la mezcla de aditivos de origen vegetal, y con el gobierno del presidente Luis Arce, se impulsa la habilitación de estos biocombustibles en el mercado, tanto a través de la construcción de las plantas de biodiésel I y II, en Santa Cruz como en La Paz; como también a través del Decreto Supremo 5135 que determina subir el porcentaje de mezcla. Pero estos combustibles no son nuevos para nuestros países vecinos, en el caso del Brasil, la mezcla con etanol data de los años 30 del siglo XX, aunque la masificación del uso y la obligación de incrementos de la mezcla se asientan en los últimos años de la década de los 90; en el caso de Argentina, el uso de biodiésel data del segundo quinquenio del año 2000.

Foto. FREEPIK

La producción de biocombustibles en Bolivia trae consigo efectos importantes para la economía. Podemos comenzar diciendo de que el mismo mitigará la importación de combustibles de origen fósil, situación que generará un alivio en las cuentas estatales por el lado de la subvención, ya que actualmente nuestro país importa gran cantidad de diésel, y también aditivos para la mezcla con gasolina, lo que a su vez implicará menor salida de divisas. Asimismo, la producción local de biocombustibles proveniente de productos orgánicos tiene efectos importantes en el agro, dinamiza el sector agroindustrial soyero y cañero, la obtención de alcohol anhidro y de aceite de soya implica procesos industriales, que generaran empleos importantes para el país. Los biocombustibles se consideran productos menos contaminantes (emanan cantidades de dióxido de carbono que previamente fueron absorbidas por las plantas durante su crecimiento, por tanto, reduce la huella de carbono del sector transporte); y si el mismo es dirigido a la exportación, habrá una contribución a la balanza comercial generando divisas; y, por último, debemos comentar que si bien los combustibles de origen fósil provenientes del petróleo tienen como base un recurso no renovable, los biocombustibles, al tener un origen orgánico, pueden ser considerados como renovables.

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Sin embargo, en el tema ambiental, existe un gran debate, toda vez que la producción tanto de caña como de soya, base para los biocombustibles, bioetanol y biodiésel, podría implicar ampliar la frontera agrícola, deforestar tierras, una tendencia al monocultivo, cambio de tierras forestales a agrícolas, uso de grandes volúmenes de plaguicidas y uso de variedades transgénicas; y se redondea la crítica a que los alimentos podrían ser desviados hacia los motores de los vehículos.

Sin embargo, los biocombustibles no solo tienen como base la caña de azúcar y la soya. En el caso del bioetanol, tenemos también a la remolacha, sorgo dulce, maíz, trigo, yuca, entre otros; respecto al biodiésel, podemos recurrir al girasol, palma africana, jatropha, algas, etc., variedades que se deben tomar en cuenta con el objeto de que no se entre en competencia con la producción de cultivos de alimentos ni uso de la tierra.

La producción de biocombustibles en Bolivia es un paso importante en la sostenibilidad energética del país. Si bien comenzamos con biocombustibles de primera generación (cultivos alimenticios: caña de azúcar, soya), el avanzar hacia una segunda generación (residuos: bagazo de la caña de azúcar, rastrojo de maíz, paja de trigo, grasas animales, aceite de frituras usado) que evite la competencia con la producción destinada a la alimentación se constituye un reto para nuestro país. Por otra parte, la preocupación mundial sobre la contaminación del medioambiente nos induce a buscar energías menos contaminantes basadas en recursos renovables, esta situación implica un proceso de transición –entre los recursos no renovables y renovables–, en el cual no solamente el rol del gas natural es fundamental, sino también ahora el de los biocombustibles.

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