La Plaza y la Manzana Uno: Corazón estratégico cruceño
Imagen: Rodrigo Urzagasti
Imagen: Rodrigo Urzagasti
Una investigación analiza el Centro Histórico de Santa Cruz desde la arquitectura y los estudios sociales en miras al futuro
Las ciudades se han convertido en el escenario del desarrollo de la humanidad en el siglo XXI. Como espacio de manifestación del desarrollo tecnológico y de adaptación a las condiciones geográficas específicas de cada enclave, las ciudades son el reflejo tangible más antiguo y complejo del desarrollo de las diferentes culturas, que además encierra las condiciones intangibles que marcan la identidad de las diferentes sociedades. El investigar los centros históricos se ha convertido en una necesidad para comprender la relación de las ciudades con el desarrollo de la cultura específica, su entorno y las estructuras productivas y de poder que marcaron la estructuración social y constituyen el punto de partida de la construcción de su identidad a lo largo de la historia.
En tiempos en los que la globalización amenaza con ir borrando las diferencias que caracterizaron a los diferentes pueblos y regiones, volcar la mirada hacia lo específico, el espacio propio cotidiano, para rescatarlo de la invisibilidad que el afán de progreso, entendido por la búsqueda la aplicación de la tecnología a todos los aspectos de la vida cotidiana, es un imperativo para poder preservar la identidad local. Los resultados que presenta el libro La Plaza y la Manzana Uno: Un espacio estratégico del Centro Histórico cruceño (Plural editores, 2023) tiene una sobrada pertinencia por abordar un espacio con alta importancia, no solo por la centralidad inicial del desarrollo urbano de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, sino por los lugares que comprende, con un alto nivel de ocupación del espacio público, concentración de actividades y hasta una alta carga simbólica para la población.
Esta investigación —coordinada por el arquitecto Ernesto César Urzagasti y la socióloga Annabelle Elisa Saldías, con Carol Andrea Chávez, Yancarla Villca y Sergio Andrés Cardozo como investigadores junior— es abordada desde una introducción que define el punto de partida no solo real, sino también teórico para facilitar al lector la comprensión del problema de manera directa y sintética. Así, resulta bastante fácil continuar con el hilo conductor de la investigación que inicialmente aborda una perspectiva histórica, dándole al tiempo la importancia como variable dentro del desarrollo urbano contemporáneo. El recuento de las experiencias de intervención más relevantes, que hace el equipo en el primer capítulo, marcando los hitos importantes que significaron cambios importantes dentro del espacio urbano y las tendencias de la población que lo habita, refleja un diagnóstico activo donde cada lector podrá tomar posiciones personales como punto de partida.
Luego continúa con una descripción de los elementos físico-espaciales que a pesar de pretender marcar una serie de tipologías que definen el “cuerpo” del objeto de estudio, terminan siendo abordadas desde la concepción teórica de la riqueza del paisaje, marcando hechos físicos desde su relevancia funcional y simbólica, por lo que el repaso de los manzanos conformados por edificaciones con características propias que conforman sectores, calles que se comportan como sendas y límites, esquinas que se conforman como hitos y los espacios públicos que se comportan como nodos, termina siendo no solo un relevamiento físico-funcional, sino que permite ir construyendo los imaginarios que tiene la población para un conocimiento más profundo del espacio de estudio.
El tercer capítulo se dedica al reconocimiento del “alma” del espacio de estudio. A través de las múltiples actividades que se encuentran: sociales, económicas, artísticas y culturales, se van revelando los protagonistas del lugar. Los diferentes grupos que se encuentran, que conviven y que luchan por su espacio dentro de la estructura física espacial y las construcciones simbólicas heredadas que van siendo alteradas con nuevas lógicas y nuevas necesidades.
Con una imparcialidad científica se completa el cuarto capítulo con las propuestas de revitalización que se barajan en la actualidad para el centro histórico de la ciudad. Se puede analizar un recuento de diferentes “espíritus” que los diferentes grupos leen para el futuro del espacio de todos. Se revisan posturas de grupos de poder, académicos, ideológicos, gremiales, etc. que terminan encontrándose en posturas comunes, antes que diferencias irreconciliables. Por lo que se permite al lector abrirse a posibilidades que parecieran impensables en la práctica.
Esta investigación es un reconocimiento profundo de los elementos que conforman lo que llamamos Centro Histórico de nuestra ciudad. La presente investigación no termina con pretenciosas conclusiones que hagan que las personas tomen posiciones sobre lo que se debiera o no hacer en el Centro Histórico, sino termina con una serie de reflexiones que buscan plantear diferentes alternativas a los puntos más conflictivos de las diferentes propuestas analizadas. La metodología clara de la investigación que se abre a hechos objetivos de manera efectiva, sin dejar de lado las construcciones subjetivas que son propias de las construcciones culturales que marcan la esencia de las ciudades, hacen que ofrezca un valor para el abordaje del problema, no solo a especialistas o iniciados en el análisis de la ciudad, sino a toda persona que se abra a conocer el hecho urbano de manera integral. La presente investigación tiene un alto valor pedagógico por la accesibilidad del abordaje, que en ningún momento llega a ser simplista, sino que introduce al lector a un alto contenido teórico y fundamentación técnica en todos los aspectos del objeto de estudio.
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*El libro ‘La Plaza y la Manzana Uno: Un espacio estratégico del Centro Histórico cruceño’ está a la venta en La Paz y Cochabamba en librerías Plural, En Santa Cruz se encuentra en la Librería Ateneo y en la Carrera de Sociología de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM), Facultad de Humanidades (2do piso), Módulos Nuevos, Av. Busch entre segundo y tercer anillo.
Texto: Jimmy César Toledo
Fotos: Rodrigo Urzagasti