Felicidades, Santa Cruz: presente y futuro del país
Imagen: gobierno autónomo municipal de santa cruz de la sierra
La historia de la Santa Cruz contemporánea
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Aniversario. Santa Cruz se constituye en la vanguardia empresarial de Bolivia.
Salutación
La historia de la Santa Cruz contemporánea, aquella que emerge luego de la Guerra del Chaco, tiene una vertiginosidad impresionante. En siete décadas pasó de ser una región postergada a liderar la economía del país.
En el 213 aniversario del grito libertario cruceño del 24 de septiembre de 1810, no hay duda que Santa Cruz y el país tienen mucho que festejar. El departamento más poblado de Bolivia, donde vienen a construir su porvenir conciudadanos de todos los rincones patrios, constituye el espacio donde está concentrado el aparato productivo más grande de la nación.
Corresponde celebrar y afirmar sonoramente: ¡Viva Santa Cruz! Que el futuro que se va construyendo desde esta pujante región permita mejores días para todas las bolivianas y bolivianos. Lo que ha logrado el esfuerzo conjunto en este departamento en las últimas siete décadas es algo realmente impresionante, bajo cualquier estándar. Es, con justa razón, un motivo de orgullo para el país en su conjunto.
Recordemos un poco, para ver la magnitud del camino recorrido. El historiador Victorino Rivero Egüez da cuenta de que, allá por 1850, Santa Cruz de la Sierra, la ciudad capital, contaba con alrededor de 10.000 habitantes y que “su aspecto era triste. Todos los caminos son malos. Además de los que unen la capital con los pueblos del Cercado, que todos son transitables con carretas, existen tres que conducen a las provincias y éstos son los peores y únicamente de herradura”.
Esta situación de postergación y de ser considerada una región remota se mantuvo hasta la llegada del auge de la goma. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la actividad siringuera en el norte amazónico boliviano permitió que muchas casas comerciales se instalen en Santa Cruz de la Sierra. Ese es el primer momento de acumulación de capital en la historia del oriente del país. Sin embargo, esto llegó a durar apenas un par de décadas. Luego, la situación continuó siendo básicamente la misma.
En 1892 se inauguró el ferrocarril entre Antofagasta y Oruro. Esto tuvo consecuencias devastadoras para la economía cruceña, porque el azúcar que era producida en el departamento se vio desplazada por la que comenzó a llegar desde Chile y Perú. Como consecuencia, se disparó la pobreza y la población se vio obligada a migrar.
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La Guerra del Chaco, que se libró en buena medida en territorio cruceño, fue un momento de inflexión en la historia nacional. Uno fue el país que llegó a la contienda y otro el que salió de la misma.
La generación del Chaco, comenzando por Germán Busch, dio inicio a un largo, difícil y traumático proceso de modernización, que dura hasta nuestros días. La Revolución Nacional de 1952, parida entre boleros de caballería y la búsqueda de conformación de la nación boliviana, encontró su resultado más importante y perdurable en la denominada “marcha al oriente”. Una vez inaugurada la carretera entre Santa Cruz y Cochabamba en el año 1954 comenzó una dinámica económica y social muy acelerada.
El departamento tenía una población de 244.658 personas según el Censo de 1950. Actualmente bordea los 3 millones y medio. La ciudad capital del departamento contaba con 40.000 habitantes. Al presente, siete décadas después, el área metropolitana supera los 2 millones. El sociólogo francés Jean Pierre Lavaud apunta que el PIB cruceño “se cuadriplica desde 1952 hasta 1964, subiendo desde $us 10 millones anuales a $us 40 millones (2,6 % de PIB a 9,1 %)”. Hoy Santa Cruz aporta con un 34% al PIB nacional y concentra al 28,5% de la población boliviana, según los datos del INE.