Blackburn, goles al estilo stronguista
No brilla por su habilidad o ductilidad, pero es un atacante al estilo añejo de los atigrados: oportunista, aparece cuando tiene que hacerlo y cuando menos se espera, pivotea y define.
Está donde debe estar para un goleador, impone físico, es decidido en el remate, cabeceador, un atacante de área. El delantero panameño Rolando Blackburn llegó y de inmediato mostró el perfil de un goleador de esos, al estilo de The Strongest, como un “tanque” que rompe defensas a plan de fuerza y goles.
El Toro, como es apodado, cumple a la perfección con el rol de un verdadero refuerzo en el plantel; marca diferencia con relación a quienes ya estaban y con seis tantos en apenas tres compromisos (en uno no fue tomado en cuenta) se convierte en goleador de su equipo en el torneo Clausura del fútbol profesional boliviano.
No brilla por su habilidad o ductilidad, pero es un atacante al estilo añejo de los atigrados: oportunista, aparece cuando tiene que hacerlo y cuando menos se espera, pivotea, define, un verdadero “toro” difícil de controlar.
Ese perfil de juego y de goleador de Blackburn hace retrotraer a los atigrados a otros goleadores que tuvo el equipo con ese estilo, quienes aportaron y fueron campeones.
Uno de ellos fue el recordado Jorge Carlos Latini, un argentino que parecía un “pánzer” alemán, campeón de la Liga en 1977. Muchos años después emergió Rubén Darío Gigena, con similar estilo en el área, quien aportó con muchos goles para la conquista del bicampeonato de 2003.
“Contento por cómo me va en Bolivia, agradecido con Dios y con mis compañeros, porque desde el primer día que llegué siempre me apoyaron. Espero seguir así, anotando y, lo más importante, que el equipo siga sumando de a tres. Yo creo que falta mucho recorrido todavía y pienso que podemos aportar mucho más”, sostiene el centrodelantero panameño.
- El panameño posa junto al busto de Raúl ‘Chupa’ Riveros. Foto: Rafael Sempértegui
Consultado sobre sus características de goleador, similares a las de históricos delanteros que tuvo el club, el ariete dice: “Como delantero siempre tengo que estar ahí para hacer goles, pero esto no es para la consagración de uno solo, sino de todo el equipo”.
El atacante tiene una predisposición de obrero, no se considera figura, sino un miembro más del equipo. “Nuestra filosofía en el equipo es que aquí todos somos importantes, nadie es más valioso que los demás. Somos un grupo y una familia que juntos tenemos que salir adelante”.
Destaca la sencillez y profesionalismo de los jugadores mayores del plantel como del capitán Pablo Escobar y del golero Daniel Vaca, entre otros. “Si ellos trabajan con mucho profesionalismo, seriedad y son stronguistas de verdad, eso nos obliga a los que venimos desde atrás a tener esa misma entrega”.
El delantero quiere ir paso a paso, no quiere todavía hablar de título, aunque ése es el objetivo final que se han trazado los gualdinegros. “El anterior torneo lo perdieron siendo los mejores, por eso ahora veo mucha motivación y ganas de tener la copa para nosotros”, afirma.
Asume con serenidad el hecho de que por poco quedó fuera del Mundial de Rusia con el seleccionador colombiano Hernán Darío Gómez.
“Sí, estuve muy cerca, muy cerca de ir, pero por decisiones técnicas no ocurrió, pero igual estoy muy motivado para seguir trabajando y pensar en que puedo ir al Mundial que viene”.
El jugador considera que tiene serias posibilidades de volver a la selección panameña, aunque eso dependerá de cómo rinda en The Strongest y por eso su deseo es seguir por el buen camino de los goles y de los triunfos.
“Sueño, sueño con un Mundial, pero falta mucho todavía para el que viene. Ahora estoy muy enfocado en el club, que es donde primero tengo que hacer bien las cosas”, agrega el atacante, que está ilusionado con jugar la Copa Libertadores y celebrar más goles en Bolivia.