El premio ofrecido a Bolívar
La Federación, que este año asumió el control total a través de una nueva estructura del fútbol nacional, de buena fe y sin buscarle tres pies al gato está obligada a cumplir.
Bolívar le reclama a la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) un premio económico que la desaparecida Liga le prometió en caso de que en 2017 ganara los dos torneos —Apertura y Clausura—, como ocurrió.
Honrar esa deuda no tendría por qué estar en duda como dio a entender la FBF. Los 12 clubes ligueros de entonces aprobaron el premio y lo refrendaron en la propia convocatoria. La Federación, que este año asumió el control total a través de una nueva estructura del fútbol nacional, de buena fe y sin buscarle tres pies al gato está obligada a cumplir.
Otra cosa es cómo fue concebido el acuerdo. Efectivamente hay que retroceder y establecer responsabilidades. Mínimo debería ser conformada una comisión para hurgar toda la documentación, si la hay, hasta detectar cuál fue el cimiento para ofrecer una remuneración económica que luego no se cumplió.
A simple vista hay señales de que, en realidad, se trató de una irresponsabilidad de los gobernantes de la Liga de entonces y de los propios clubes, ello basado en que en el manejo administrativo no existía un presupuesto ni fondos suficientes como para garantizar ese pago, porque de haber sido una propuesta bien respaldada no tendría por qué haberse incumplido el pago.
En la Liga hubo cosas torcidas sobre todo en el último tiempo, la dirigieron incluso personas que no cumplían los requisitos mínimos y, a pesar de las denuncias en su contra, fueron sus mismos miembros —los clubes— los que se hicieron los de la vista gorda y dejaron pasar un montón de anormalidades.
Bolívar hace lo correcto al reclamar su premio, aunque debió haberlo hecho con la misma insistencia que lo hace ahora ni bien se consolidó bicampeón, porque lo que correspondía era que recibiera el cheque junto con el trofeo que con tanta pompa le entregó aquella dirigencia.