Bernardo Guarachi: ‘Estoy orgulloso, he cumplido con Bolivia’
El alpinista cumplió con su sueño y con Bolivia: hizo cumbre en las Siete Cimas del mundo al escalar la semana pasada el Macizo Vinson.
El alpinista boliviano Bernardo Guarachi cumplió con su sueño y con Bolivia: hizo cumbre en las Siete Cimas del mundo al escalar la semana pasada el Macizo Vinson (4.892 metros sobre el nivel del mar) en la Antártida, el último nevado que le faltaba, aunque no fue nada fácil, ya que estuvo por rendirse.
— ¿Cómo fue su experiencia en la Antártida?
— Soy el primer boliviano que ha llegado allá; es un hecho importante porque es lo que se preguntaban los colegas alpinistas: “¿Bolivia acá?, ¿cómo un país tan pobre acá?”, entonces me dije “estoy entre millonarios, no soy millonario, pero he dejado mi huella, la marca boliviana”.
Esto es importante para que Bolivia siga adelante, no solo con el alpinismo sino con muchas otras cosas para aprender siempre a terminar y triunfar.
—¿Qué sintió al llegar a su última de las Siete Cimas?
— Cuando bajé del enorme avión ruso que nos transportó, que es especial, he llegado con mucha emoción. Al bajar di un beso al glaciar, esa es mi marca, mi pie y un beso.
Allá es como si fuera otro planeta porque no hay gente, no hay nada. Vi que no hay nada, ni un bichito, animalito, nada, es un continente blanco y limpio.
— ¿Cómo se siente por ser el primer boliviano en lograr las Siete Cimas del mundo?
— En todo estoy siendo el único y primero en todo: los 8.000 metros, primero; las Siete Cimas del mundo, primero; llegar a la Antártida, primero. Me siento muy contento, soy un hombre importante, nadie ha llegado a todo esto. Estoy orgulloso porque he cumplido con Bolivia.
— Tengo entendido que fue operado antes de su viaje…
— Sí, pero fue raro, porque para inscribirme y pagarme la expedición, fui al médico para que me controle todo. Me confirmaron que estaba totalmente sano, pero antes de partir me puse mal de la vesícula y tuve que operarme de emergencia, eso fue el 22 de noviembre.
Pero en otra clínica me dijeron que no estaba bien operado y a pocos días para partir me deshice de eso porque no podía seguir esperando, tenía que sí o sí ir a la Antártida, porque toda mi plata quién me la iba a devolver.
— ¿Fue complicada la expedición al Macizo Vinson?
— Siempre me pregunté porqué tanta gente dejó a último esta montaña de las Siete Cimas del mundo. Yo lo dejé al final porque era la montaña más pequeña y más fácil de poder lograr, pero al final no fue así, incluso fue más difícil que el Everest (el nevado más alto del planeta) por el tema económico, los papeleos que se hace, los permisos no se pueden obtener fácilmente, tenía que contratar los servicios de una empresa americana para que haga los papeleos, luego fue mi operación. Pero estos obstáculos los vencí.
— ¿Cuál fue el momento más complicado?
— El momento más crítico fue ir del campamento base al campamento alto porque hay que trasladar un montón de equipaje para poder soportar el frío. Mi mochila pesaba más de 30 kilos, la cual tenía que alzarla echado y teníamos que avanzar varios metros, casi nos congelamos.
Faltando 45 minutos para llegar al campamento, un norteamericano y un Sherpa de Nepal llegaron justo cuando estaba por rendirme.
Nos ayudaron, cargaron mi mochila, del canadiense y el canadiense llevó la mochila de la china. Sin mochila igual me costó mucho llegar al campamento. En ese momento estábamos a 70 grados bajo cero, fue terrible.
Al día siguiente descansamos y un día después comenzó una tormenta que nos atrapó cuatro días. Estaba por decir que bajemos porque nadie nos iba a poder ayudar si pasaba algo, pero la china me animó, me dijo: “estamos haciendo Siete Cimas del mundo, es la última, no podemos irnos sin hacer cima”, nos quedamos otro día y ahí cambió el clima, hizo sol.
— ¿Cómo fue el ascenso?
— Desde las 11 de la mañana hasta las 7 de la noche fue el momento de ascender. Fueron 8 horas de subida con pocos descansos porque somos escaladores profesionales.
Ese día estuvo soleado, pero hacía un frío tremendo y por eso estuvimos protegidos con ropa especial y supongo que estuvo 30 grados bajo cero en la cima.
—¿Cómo se financió este viaje?
— Ese fue el punto más problemático para mí. Fueron tres años trabajando y por eso llegué a operarme. Es un peso enorme que tenía el acabar las Siete Cimas, pero decidí amarrarme los pantalones para pagarme yo mismo el viaje y no esperar el respaldo de las empresas. Día y noche he trabajado para pagarme esto.
— ¿Cuánto fue la inversión?
— La expedición cuesta 42.000 dólares, pero tenemos gastos extras, como comprar material, que es carísimo, y casi llegó a 50.000 dólares. Estoy endeudado porque he hecho de todo para trabajar, no solo estuve de guía en agencia, me dediqué también a otras cosas para financiar rápidamente todo esto.
— Ahora que cumplió con las Siete Cimas, ¿Qué objetivos tiene de ahora en adelante?
— Voy a seguir escalando, pero ya no serán compromisos como lo hice hasta ahora por Bolivia, esta vez será más personal, porque me gusta hacerlo sin presiones.
(15/01/2020)