Monday 27 Nov 2023 | Actualizado a 12:05 PM

El huracán Messi sacude Miami

Jorge Barraza, columnista de La Razón

/ 6 de agosto de 2023 / 19:23

“Cinco de los quince artículos más leídos son de deportes, y cuatro de ellos sobre Messi”, contaba sorprendido Andre Fernández, editor de El Nuevo Herald y The Miami Herald, los diarios hermanos de la península de la Florida.

El debut de Messi con su cinematográfico gol de tiro libre en el minuto 94 batió todos los registros de audiencia: lo palpitaron 12,5 millones de personas. El partido de fútbol más visto en la historia de Estados Unidos. Conste que Messi está encapsulado: por primera vez la Major League Soccer no va por TV abierta a través de los gigantes CBS, ABC o NBC, Univisión o Telemundo ni por las cadenas internacionales de deportes como ESPN, Fox Sports, DirecTV. Apple hizo una apuesta fuerte: pagó 2.500 millones y se quedó con los derechos de transmisión, quien quiera ver los juegos debe abonarse al canal del coloso tecnológico.

Esto, obviamente, resta espectadores. Por una señal abierta aquel número tal vez se hubiese triplicado. En Apple corre el champán: desde el desembarco de Messi, cientos de miles de nuevos suscriptores pagan los 8 dólares mensuales para tener acceso a la magia de Lionel. Y no son sólo de Estados Unidos, hay de todo el mundo.

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El miércoles, cuando el Inter Miami saltó al césped a enfrentar al Orlando City, la cuenta de Instagram del club de David Beckham superaba los 13 millones de seguidores. Hasta la noticia de la llegada de Messi apenas sobrepasaba el millón. El Inter histórico, el de Milán, con 115 años de tradición y 44 títulos, entre ellos 19 Scudettos y 3 Champions, con esfuerzo logró rebasar el pico de los 10 millones de adherentes.

Adidas, el proveedor oficial de la MLS que ha asociado a Messi en las ganancias por la venta de sus camisetas, se vio desbordado y no alcanzó a abastecer la messimanía. Lanzó 825.000 prendas y se agotaron en un suspiro. Y eso que la blusa oficial cuesta 190 dólares. Pero ya están las máquinas echando humo en las fábricas de Vietnam, Noruega, Italia y Ohio para, en octubre, volcar sobre el mercado estadounidense e internacional varios millones de casacas con el 10, lo mismo que sucedía en el Barcelona y en el Paris Saint Germain, aunque esta vez en un club nuevito, ignoto hasta hace un mes y que va último en las posiciones.

“Las entradas para ver al Inter Miami antes de Messi costaban 15 dólares e incluían un hot dog. Luego las bajaron a 5 dólares. Ahora, las más económicas salen 168 dólares. Hay que considerar que esta es una región de entretenimiento y el abanico de ofertas es impresionante, pero igual el boom desatado por Messi superó todo lo imaginable. Leo es una máquina de generar dinero”. Lo cuenta Luis Sánchez Espinar, peruano con treinta años de residencia en Miami, periodista del diario Las Americas. “Jamás pensé que iba a vivir esto, tengo la ilusión de un chico. Acá éramos siempre 8 reporteros en el palco de prensa, en los últimos tres juegos vinieron cientos”, completa.

Anoche jugaron Dallas FC e Inter Miami en Texas. Las entradas salieron a la venta el viernes y se agotaron ¡en 18 minutos…! Nunca había pasado. Pero quien se frota las manos es el Chicago Fire, que recibirá al equipo rosa y negro el 4 de octubre. Lo comentó Paul Tenorio en The Athletic: “El club de Chicago, de pobre actuación en la liga, juntó 7 millones en ventanilla en sus 16 juegos como local. Pero ya vendió las 61.500 entradas del Soldier Field para cuando venga Messi y recaudaron diez millones de dólares”.

“Las grandes ganancias con Messi no están en la taquilla, en el estacionamiento o en la venta de camisetas y comida en el estadio”, afirmó Tom Mulroy, exfutbolista y actual ejecutivo, quien enfrentó a Pelé cuando O Rei transformó este deporte en Estados Unidos, al llegar al Cosmos de Nueva York a mediados de los ‘70. “Los mayores ingresos están en las redes sociales con un público global”, agregó Mulroy. Y dio un ejemplo: el video clip del gol de Messi de tiro libre en la última jugada del partido en que el Inter Miami venció 2-1 al Cruz Azul, el 21 de julio pasado, fue visto por 140 millones de personas.

La diferencia de la Era Messi con las anteriores, las de Pelé, Beckenbauer, Cruyff, Henry, Beckham, Ibrahimovic y tantos otros es que a aquellos les llevó años, el de Rosario generó una revolución jamás vista en apenas 48 días, los que mediaron entre su anuncio en París de que iba a Miami y el día del 4 a 0 al Atlanta United, cuando hizo dos goles. Un terremoto express.

Hay que subrayar que es la primera vez que arriba al fútbol norteamericano un campeón del mundo vigente. Y con su fútbol vigente. Pese a sus 36 años, el genio está fresco de piernas y de mente. Messi se consagró en Catar hace ocho meses, viene de hacer una muy buena temporada en Francia (elegido mejor extranjero de la liga, con 21 goles y 20 asistencias). Y con un agregado importante: el 30 de octubre podría recibir su octavo Balón de Oro. Sería el primer futbolista en lograrlo mientras actúa en el fútbol estadounidense.

Vuelve Tom “Soccer” Mulroy, leyenda absoluta del yanquifútbol, hoy con 66 años: “La llegada de Pelé permitió que el fútbol entrara en el país, porque antes de él estaba reducido a las comunidades de inmigrantes. La contratación de Messi es el paso siguiente y final para llevarnos a la luna. Pelé era las raíces, Messi es la TV, la tecnología. Es como si se completara el círculo”.

Messi provocó una revolución en la MLS que no lograron Zlatan Ibrahimovic, Didier Drogba, Kaká, Thierry Henry ni Pelé, escribió el periodista neoyorquino Gabriel Debenedetti en nymag.com “Todos ellos aportaron, pero esta vez es diferente. La llegada de Lionel Messi a Miami ya es algo completamente nuevo.

Esta vez, los deportes en Estados Unidos han cambiado, la superestrella más grande del mundo y el héroe de la Copa Mundial más reciente aterrizó no solo en busca de un desenlace fácil en su carrera, sino que hay un nuevo paradigma, como quedó demostrado en su gol del debut, un impresionante tiro libre ganador que se sintió casi escrito. Es capaz de una brillantez que surge de la nada… Beckham no tenía eso, tampoco Rooney”. Messi le dio la razón: en sólo dos partidos y fracción de otro marcó 5 goles, dio una asistencia y mandó un tiro al palo. Brutal. El Inter Miami, habituado a las derrotas, hilvanó tres victorias al hilo.

¿Por qué erupcionó este volcán de euforia en una afición fría como la de Estados Unidos, donde el fútbol es el quinto deporte…? Naturalmente, Messi es una leyenda en activo, el hombre de los goles de Van Gogh, las jugadas de Da Vinci y los pases de Miguel Ángel, pero más allá del juego, y a diferencia de todos sus colegas, Leo tiene una conexión única con los niños y las mujeres. Los pequeños lo ven como un auténtico superhéroe, el bueno que vencerá a los malos.

Lo aman. Cuando estos niños crezcan y tengan 25 ó 30 años la popularidad de Messi trepará hasta límites inimaginables. A su vez, el segmento femenino lo mira con ternura acaso por ser familiero, por tener la misma mujer desde los 13 años cuando vivían enfrente, en Rosario, por su semblante amable y nunca una palabra hostil. El perfil del fan messiánico no es sólo el clásico varón futbolero adulto, sino un universo mucho más amplio.

«Es un pájaro, es un avión…» No, es Messi.

(06/08/2023)

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Campeón de punta a punta

Jorge Barraza, columnista de La Razón

/ 27 de noviembre de 2023 / 02:15

Pasa el tiempo, desfilan generaciones y el Tigre sigue rugiendo. Parece que lo tienen cercado, que cae y lo cazan, pero se rehace y da el zarpazo matador.

Ayer, cientos de miles de familias bolivianas, excitadas, nerviosas de los nervios que da la euforia exhumaron del placard la camiseta, la bufanda, la bandera y el gorro para salir a las calles, a las plazas a mostrar su alegría, su orgullo. A tocar bocina en las avenidas. Están de fiesta, cuelgan las banderas oro y negro de las ventanas para exhibir su filiación.

El fútbol es un hecho cultural muy profundo en nuestros pueblos. No mejora el sueldo ni la calidad de vida, pero impacta tan positivamente en el ánimo de millones… Es la máquina de dar felicidad. Y cuando se logra el título sobrevienen inmediatamente cinco minutos en que los ojos brillan y la memoria nos pasa la película de la vida junto al club amado.

El cariño a los colores, la primera vez en la cancha con papá o el tío, aquel clásico que ganamos sobre la hora y después nos fuimos a celebrar con los amigos, las cargadas al rival de siempre, la hazaña de cuando íbamos perdiendo 3 a 0 y ganamos 4 a 3… El fútbol se mama desde niño y va traspasando la piel hasta anidarse en el corazón. De ahí no sale más.

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¡Strongest campeón…! Siete años y diez campeonatos le demandó sumar más gloria, pero la insistencia y la ansiedad son las que definen la grandeza de un club. Reincidir y reincidir en el intento hasta coronar de nuevo. Así son los grandes. Siempre vuelven. Y ya era hora.

Es muy difícil ser campeón, y el Tigre celebra su título número 41. Desde el amateurismo al profesionalismo, desde el campeonato paceño hasta el nacional, siempre campeón. Cuarenta y una estrellas, un mérito excepcional. “Hay discusiones sobre ese número”, dicen algunos colegas. Oswaldo Calatayud las sepulta a partir de sus investigaciones: “Estos 41 títulos no son inventados ni son torneos de invierno o amistosos -asegura Oswaldo, director de la Biblioteca Stronguista-.

Son títulos oficiales que han sido organizados, administrados y premiados en su momento por las asociaciones respectivas y hay fotos, textos y libros que lo atestiguan, hubo celebraciones, están los trofeos”.

Hay que saber ser campeón. Strongest supo. Tomó la punta en la primera fecha y no la soltó más hasta dar la vuelta olímpica. En las primera diez fechas, con Ismael Rescalvo en el banco, fue invicto con 8 triunfos y 2 empates. Hizo una considerable fortuna de puntos y luego, ya con Biaggio, Formosinho y Cabanillas, vivió de los ahorros. Impresentable Formosinho, deslizó que quería irse a la semana de llegar. Bien Cabanillas, logró la adhesión del plantel en la recta final del campeonato y mantuvo la moral en alto. Quedará en el recuerdo estadístico que cuatro entrenadores dirigieron al campeón.

Fue un equipo, el Tigre, sustentado en dos grandes figuras, Billy Viscarra en el arco y Quique Triverio en ataque. Las columnas que sostuvieron esta corona. Viscarra paró el viento, salvó goles con reflejos de superhéroe en tantos partidos en que el equipo flaqueó atrás.

Un arquero ganapartidos. Triverio marcó 22 goles, la mayoría, decisivos. Uno de los mejores fichajes de este milenio. Impecable profesional, fuerte, de excelente remate con ambas piernas y de buen cabezazo, se arregló con cualquier pelota que andaba suelta. Una injusticia su expulsión ante Vaca Díez, que le impidió estar en la final y festejar de pantalones cortos. El que más hizo por el título.

El ránkin de méritos. 1) Triverio, 2) Viscarra, 3) Quiroga, 4) Ortega, 5) Sotomayor. Álvaro Quiroga fue el termómetro del medio, de buen quite y pase seguro a favor de una pegada virtuosa. El colombiano Michael Ortega es la luz de este equipo, Sotomayor una confirmación.

Dos líneas para Héctor Montes. Es el presidente campeón. Cuando la Federación y 14 clubes intentaron descabelladamente anular el campeonato por la existencia de una “vasta red de corrupción” de la que nunca se supo nada, Montes impuso su criterio contra todos para que se reanudara. Sin esa gestión no había vuelta olímpica. 

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Atacar genera felicidad

Jorge Barraza, columnista de La Razón

/ 19 de noviembre de 2023 / 21:44


Cosa seria, Uruguay, cosa linda Colombia… Y cosa hermosa el juego de ataque. Cuando los equipos se agreden futbolísticamente el público ríe, se exalta, se emociona, se abraza.

El fútbol es una máquina de dar felicidad… pero si se ataca. Uruguay históricamente ha sido difícil, por su estructura mental defensiva, la dureza de su tropa y la entrega, el compromiso con la camiseta.

Con Marcelo Bielsa le ha agregado el condimento que lo convierte en un plato imperdible: ataca, propone, se atreve.

Los resultadistas, los ultradefensivos (que hay decenas de millones, aunque parezca insólito) miran con recelo a Bielsa, viene a subvertir el orden, a patear el tablero ideológico. Y les roba feligreses, porque muchos hinchas uruguayos que adoraban ver defender a la Celeste, resistir heroicamente empates en cero, se dan vuelta ante esta mágica revelación de que se puede, sí se puede salir a ganarle a Brasil. Y ganarle. Se puede ir a buscar la victoria contra Argentina en Buenos Aires. Y encontrarla.

Entonces pasa esto, que hoy Uruguay es uno de los países más felices del mundo porque tiene una selección magnífica y, simplemente, sale a ganar los partidos, que es lo que le pide el aficionado a su equipo desde 1848, más o menos cuando se inventó formalmente este deporte. El martes, cuando Uruguay vuelva a jugar —esta vez con Bolivia— la ansiedad del país entero hasta las 20,30 será casi inaguantable. Eso genera el fútbol de ataque. En Uruguay el fútbol es un hecho cultural, los tres millones cuatrocientos mil están involucrados. Y eufóricos: Uruguay ataca. Y gusta. Y gana.

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Hay un entusiasmo adicional: el estratega rosarino armó un plantel joven, que le puede durar a Uruguay para encarar exitosamente los próximos dos ciclos mundialistas.

Los técnicos uruguayos, tan apegados a jugar a la retranca, se molestaron cuando la asociación contrató a Bielsa, una suerte de Anticristo: ofensivo, extranjero y encima argentino, algo intolerable. El Chengue Morales, con sinceridad brutal, cerró la grieta: “Bielsa nos tapó la boca a todos”. Ya nadie habla de Suárez y Cavani. ¿Para qué cambiar los violines si suenan tan bien…?

Uruguay venció por primera vez en su historia, en seguidilla, a Brasil y a Argentina, tercero y primero del Ránking Mundial. Y les ganó jugando, yendo hacia adelante. Lo verdaderamente impresionante fue cómo derrotó al campeón del mundo en La Bombonera (un escenario que nunca tuvo buena conexión con la Selección Argentina). Le cerró todos los caminos ofensivos, lo asfixió en la recuperación de la pelota, le cortó los circuitos de juego y luego lo lastimó en ataque. A un equipo que venía dando festivales, que había ganado todos los partidos sin siquiera recibir un gol. El 2-0 en verdad debió ser más amplio por superioridad y volumen de juego.

«Yo les voy a decir lo que es para mí el fútbol, muchachos: atacar mucho y luego recuperarla con la ilusión de volver a atacar”. El credo de Bielsa ante sus jugadores. Se cumplió. Tal fue la demostración física, anímica y futbolística charrúa que su gente se ilusiona ya con el Mundial 2026. No para clasificar, para ganarlo.

Uruguay, el rey de la defensa, es líder de goleo en la Eliminatoria. Quién diría…. Lo asombroso es lo rápido que ha logrado Bielsa esparcir su semilla entre el plantel. Un punto sustancial en la relación entre el guía y sus subordinados es concitar admiración. Los jugadores uruguayos están encantados con Bielsa, lo admiran. Así, el soldado va a la guerra confiado y redobla el fervor.

Cinco mil cuatrocientos kilómetros más arriba de Buenos Aires, en Barranquilla, también el juego de ataque generó un alud de alegría a toda una nación. La Colombia de Néstor Lorenzo (así comenzará a identificarse desde ahora), puso nocáut a Brasil, le ganó por primera vez en una Eliminatoria. Y dándole vuelta el resultado, algo que puede acontecer cada treinta años tratándose del pentacampeón mundial. El entrenador muestra los dientes simplemente con dar la alineación, es un mensaje que le envía a sus jugadores. En ese acto, el futbolista advierte la intención del jefe. Y Colombia anunciaba a James y Carrascal, dos 10, a Luis Díaz, de quien no hace falta decir nada, a Borré, que no es goleador pero tiene técnica, a un centrocampista de buen pie como Kevin Castaño, a Matheus Uribe, volante de ida y vuelta que pisa el área y no es negado con la bola, a Deiver Machado, una topadora subiendo por su carril. Es decir, siete elementos que saben jugar y con inclinación natural para ir hacia adelante. Y un comandante que baja una línea clara: jugar en campo rival y buscar dañar al adversario.

¿Defender…? Desde luego, el que defiende mal en fútbol, o no defiende, pierde seguro. Pero el objetivo prioritario es ganar, y para ello hay que atacar. Lorenzo lleva 21 partidos al hilo sin derrotas: 8 de su antiguo paso por el Melgar de Arequipa y 13 con la Selección Colombia. Si un DT no tiene una alta capacidad no logra esos números. Y cuidado: no se puede argumentar que Lorenzo dispone de “una generación de oro”. Sí una dotación de buenos jugadores con un pedazo de crack como Lucho Díaz, a quien una noche se le abrió el cielo y le vino todo junto. Al margen de la clase, hay jugadores queribles y hay también aborrecibles. ¡Cómo alegra cuando le salen buenas a Lucho…! Es la postal de la humildad. Y no hay marketing para la humildad, es algo que brota, no se imposta.

Aparte, el once brasileño era una invitación a atacarlo. Dos laterales pobres (Emerson y Renán Lodi), dos medios de contención sin lustre (Bruno Guimaraes y André) y una serie de nombres normales, sin los monstruos de otras épocas. Lo único realmente peligroso era el ataque, con Vinicius, Rodrygo y Martinelli. Pero, bueno, es Brasil, de algo hay que cuidarse siempre. Era la oportunidad de dar el golpe, Lorenzo lo entendió y lo transmitió a sus jugadores.

Porque es el técnico el que transmite la mentalidad a los jugadores, nunca al revés. Conste, como agregado, que ese Uruguay que sometió a la Argentina causando un auténtico impacto internacional pudo haber caído, y hasta por goleada, ante esta Colombia que no tiene ninguna enemistad con el gol pese a jugar sin goleador y sin 9, dado que Borré no es 9. Llega al gol por funcionamiento, por armonía colectiva y por afán ofensivo.

Una prueba menos rimbombante, pero igualmente gráfica, de que la felicidad es atacar la dio Bolivia en el debut de su nuevo técnico Antonio Carlos Zago. Con apenas unos pocos entrenamientos, el brasileño paró un equipo más vertical, pero sobre todo eligió gente de mayor vocación de ataque.

Llamó a los dos Vaca, Henry, un rellenito al que se acusa de indisciplinado entre otras cosas, pero que es hábil y tiene uno contra uno, encara, va al frente, y Ramiro, un 10 fino, talentoso, con pase entre líneas y de excelente remate. Ambos marcaron los goles para salir del último puesto y hundir en él a Perú.

En la antípoda de lo que pregonamos, Perú contrató a Juan Reynoso, un orientador de corte especulativo, y marcó un récord negativo: es la primera vez en 69 años de Eliminatorias que un equipo no anota gol en los cinco primeros partidos. Insoportable para los hinchas peruanos. Y en Ecuador todavía no saben si el catalán Sánchez Bas es defensivo, ofensivo o qué.

Lo más importante de una selección es acertar con el técnico. Está demostrado. Uruguay y Colombia acertaron un pleno.

(19/11/2023)

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Primero hay que saber sufrir

Jorge Barraza, columnista de La Razón

/ 15 de noviembre de 2023 / 21:45

¿Puede Colombia tumbar a Brasil…? ¿Saldrá por fin Perú a buscar el triunfo ante Bolivia…? ¿Rodará la cabeza de Juan Reynoso…? ¿Seguirá subiendo Venezuela en su escalera hacia el cielo…? ¿Encontrará Ecuador la línea de juego que reclaman sus hinchas…? ¿Podrá Argentina regalar otro festival de fútbol ante el duro Uruguay…? ¿Resistirá Eduardo Berizzo en Chile tras estos dos partidos…? Son algunos de los interrogantes que empezarán a develarse desde la tarde de hoy.

Con esta fecha doble se completará un tercio de la Eliminatoria, o sea 6 partidos sobre 18. Se estima que para clasificar directo habrá que sumar entre 23 y 24 puntos. Y el que logre alcanzar aunque sea el repechaje, deberá reunir 20.

De manera que, para estar mínimamente tranquilos, en cada tercio se deben obtener alrededor de 7 puntos. Y si no se los gana en este primer tramo, recuperarlos en el segundo o en el tercero.

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Esto puede fluctuar dependiendo de cómo les vaya a Argentina y Brasil. Al resto le conviene que los dos grandes ganen todos los partidos posibles, para restar puntos a sus rivales directos. Ejemplo: Perú y Bolivia ya perdieron con ambos, necesitan que los otros competidores también caigan. En el premundial anterior ante Argentina y Brasil arrasaron, terminaron invictos.

Esto hace que los de abajo deban sumar menos puntos para alcanzar un cupo. Pero este arranque es distinto: en apenas cuatro partidos Brasil ya perdió uno y empató otro. Se presume que no será la misma topadora de la vez anterior. 

A propósito de Brasil, acometerá dos duelos bravos, como son con Colombia (afuera) y Argentina (adentro) sin Neymar, Casemiro, Danilo, Richarlison y Gabriel Jesús, este en el primer juego. No es poco. No obstante, pese a sus lesionados, Brasil presentará un ataque temible, de habilidad y gol: Raphinha, Rodrygo, Vinicius y Gabriel Martinelli.

Brasil no corre nunca peligro de quedar afuera, y menos con 6 plazas y media, pero puede no ser feliz en esta Eliminatoria. Su técnico, Fernando Diniz, encontró la consagración con Fluminense en la Copa Libertadores, sin embargo, en la selección le cuesta más.

“Él necesita tiempo de trabajo para imponer su filosofía de juego y en la Verdeamarilla no lo tiene”, dice Marco Condez, analista de Globoesporte. En principio, Diniz está como interino en Brasil hasta junio, cuando debería arribar Carlo Ancelotti, pero ahora se duda de la llegada del italiano, que tiene otras dos ofertas de Europa.

Seis cambios hará el treinador en relación al clásico que perdió con Uruguay. En Brasil los medios le piden que sea valiente y haga debutar a Endrick, el garoto de Palmeiras de 17 años que pinta para supercrack mundial. “Diniz, tenga coraje para tirar a Endrick en campo contra Colombia. No va a tener a Gabriel Jesús para ese primer juego.

Tira al menino. Él es un búfalo”, pidió el comentarista Roger Flores, de SporTV en alusión a la clase, pero sobre todo a la descomunal potencia del chico que ya fue transferido al Real Madrid.

Con cuatro puntos, Chile no está tan mal, pero todos los cañones siguen apuntándole a Eduardo Berizzo. La caída por goleada en Venezuela todavía duele. Le exigen un triunfo sobre Paraguay en casa y un resultado digno ante Ecuador en Quito.

“Si no logra una cantidad de puntos o una actuación convincente, su permanencia va a ser muy complicada”, analizó Juan Cristóbal Guarello, periodista de prestigio en Santiago.

El fútbol chileno no produce jugadores de calidad actualmente y sus clubes están entre los tres peores a nivel sudamericano, pero las dos Copa América ganadas en 2015 y 2016 subieron la vara de las exigencias. Es un caso parecido al de México: las expectativas son más altas que la potencialidad. Y eso ejerce una presión asfixiante para todos los técnicos.

El Comercio, de Lima, publica una encuesta tremendamente demostrativa: el 69% de los peruanos no cree en la clasificación de Perú al Mundial 2026. Y tiene el diagnóstico: el 76% opina que Juan Reynoso debe dejar el cargo ya. Y eso lo dice tras haberse jugado apenas cuatro encuentros.

Dos cosas están claras: 1) más allá de los magros resultados, el fútbol cauteloso de Reynoso no representa el gusto de los hinchas peruanos; 2) si Perú no termina este primer tercio de competencia con al menos 5 puntos en la tabla ya será muy difícil revertir el rumbo. Por último, el 77% de los consultados anhela el regreso de Ricardo Gareca a la dirección técnica, sin embargo, eso parece imposible con la actual administración de la Federación Peruana.

Perú es el único de los diez contendientes que no ha marcado ningún gol en cuatro cotejos. Reynoso ha convocado diez atacantes para los choques con Bolivia y Venezuela: Paolo Guerrero, Lapadula, Carrillo, Polo, Grimaldo, Bryan Reyna, Zanelatto, Édison Flores, Ormeño y Matías Succar. La pregunta es ¿para qué diez si después se utiliza uno…? Al menos en La Paz lo más factible es que salga uno sólo en punta.

Perú está 26° en el Ranking Mundial, Bolivia es el 85°. La Verde está en el peor momento de su historia, última, sin una sola figura y la altura ya no asusta: ha perdido los últimos cuatro partidos en La Paz. Y encima, una pálida: al anunciar su retiro de la selección tras estos dos compromisos, Marcelo Martins generó mucha tristeza en el resto del plantel. Pero todo ese combo puede obrar como efecto rebote. Con Zago empieza de cero y es capaz de hacer daño.

“Tenemos el mejor doble 9 del mundo: Luis Suárez y Darwin Núñez”, dicen emocionados en Uruguay. Hay felicidad por el retorno de Suárez a la Celeste. Lucho está pisando los 37, pero atraviesa un momento estelar en Brasil: viene de hacerle tres goles como visitante al puntero Botafogo. Todavía tiene el colmillo afilado. Su mente es para embalsamarla y estudiarla, muy similar a la de Chilavert. También hay satisfacción con el trabajo de Marcelo Bielsa. Igual, tendrá un primer compromiso exigente ante Argentina.

“¿Sabés cuál es la clave para que siga Leo…? Ganar la Copa América del año que viene. Si la ganamos, yo creo que podrá estirar un poquito más la cosa. Si no ganábamos el Mundial de Catar, él se iba. Pero lo logró y quiere disfrutar”.

La hipótesis de Nicolás Tagliafico sobre qué debería pasar para que Messi continúe jugando en la Selección Argentina. “Si vamos a Estados Unidos y ganamos la Copa América, va a tener ganas de seguir… Hay que tratar de estirar el mayor tiempo posible esta racha, esta manera de jugar y este período de disfrute que vivimos en la selección. Si conseguimos la Copa América, estoy convencido de que será un anzuelo para lograr la continuidad de Leo”. Argentina, con todo su plantel a disposición de Scaloni, tendrá dos clásicos en cinco días: primero Uruguay en La Bombonera, luego Brasil en Maracaná.

El fuerte de Ecuador son sus jugadores, no el planteamiento del catalán Félix Sánchez. De hecho, el público se expresa duramente en los foros: “No jugamos a nada”. Hay que ver cómo responde ante Venezuela, un equipo pleno de buenos futbolistas y con un técnico que está siendo la revelación: Fernando Batista. Ecuador sufrirá las bajas de Pervis Estupiñán, excepcional lateral izquierdo, y del goleador Enner Valencia. Mucha gente dice “mejor que no juegue Enner, es un desastre”. La pregunta es: si no mete los goles Enner, ¿quién…?

(15/11/2023)

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La tercera edad copa la Eliminatoria

Jorge Barraza, columnista de La Razón

/ 12 de noviembre de 2023 / 23:35

Un manto de asombro parece cubrir la Eliminatoria: Germán Cano, el letal goleador de la Libertadores, no tiene selección. ¡Qué desperdicio…! ¡Qué injusticia…!

Cuando todas las federaciones escarban en Europa buscando algún descendiente de sudamericanos que juegue bien a la pelota, Cano no tiene cabida en Argentina, donde nació y se formó, ni en Colombia, donde jugó cinco años y podría ser nacionalizado.

A la Albiceleste no le sobran delanteros, pero Lionel Scaloni tiene cubierta la grilla con Lautaro Martínez y Julián Álvarez. Curiosamente, a Argentina rezuma funcionamiento y le falta gol. Juega para 5 a 0 y gana por un gol, máximo dos, y eso porque está Messi (36 años largos), que desde hace diecinueve años viene maquillando deficiencias en todos lados donde juega.

Lautaro es la máxima estrella del fútbol italiano, capitán y goleador en Inter, sin embargo está negado en la Selección, por eso perdió el puesto con Julián. Y este es un joven en permanente evolución, es siete puntos y medio en todo, pero golea poco.

Es cierto, Cano está a días de celebrar también sus 36, pero la mayoría de las selecciones tiene gente grande en el área. No obstante, pese a su veteranía luce un estado de forma notable.

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¿No merece disputar una Copa América aunque sea…? Scaloni no muestra el mínimo interés y Colombia menos. Si Cano tuviese un tatarabuelo paraguayo o chileno ya estaría vistiendo algunas de esas camisetas. Usufructúan al máximo el recurso de las nacionalizaciones. De modo que Cano mira las selecciones por televisión.

Otro caso es Luis Suárez, que sí volverá a vestir de Celeste ante Argentina el jueves próximo y ante Bolivia el martes 21. Marcelo Bielsa no tuvo en cuenta al mejor futbolista uruguayo de la historia en los cuatro encuentros iniciales y se generó una polémica nacional, pero, a dos meses de cumplir 37, Lucho continúa su amistad con el gol en Gremio de Porto Alegre.

El jueves le hizo un triplete a Botafogo, el puntero del campeonato brasileño, en Río de Janeiro. Está vigentísimo y su mente, lo más impresionante de Luis Suárez, sigue ambiciosa, voraz. Siempre recordamos la anécdota de Luis González, técnico de las inferiores de Nacional, que lo fichó a los 14 años “Jugábamos los clásicos con Peñarol y nos reíamos al costado de la cancha viendo cómo arrasaba a los cuatro de la defensa rival.

Ya era mentalmente un fenómeno”. Cuando Suárez debutó en Primera, algunos de sus hoy compañeros de selección andaban con pañales todavía.

En Perú volvería el italiano Gianluca Lapadula, Después de cinco meses y medio de parate por una operación de tobillo, el turinés de casi 34 abriles reapareció, marcó el gol de la victoria del Cagliari en el 2-1 al Udinese y está listo para jugar frente a Bolivia, resta ver si el enigmático técnico Juan Reynoso lo convoca.

El otro romperredes incaico es Paolo Guerrero, que apagará 40 velitas el 1° de enero. “Si no saca cuatro de los seis puntos ante Bolivia y Venezuela, lo despiden a Reynoso”, dice el periodismo peruano. El presidente de la Federación lo desmintió, pero los resultados deciden, como es lógico, pues esta es una actividad en la que se participa para ganar. Y aún cuando consiguiera esos cuatro puntos, quedaría muy desacomodada para Perú la posibilidad de clasificación. Sumaría 5 puntos sobre 18 posibles. Al cabo de esta doble jornada se habrá consumido el 33% de la clasificatoria. Si Perú obtiene los mismos resultados en los dos tercios que faltan haría 15 puntos. No se clasifica con eso. Si lo cesan, Reynoso podría ser el tercer entrenador eyectado en esta carrera mundialista.

Todos dan como hecho que le ganan a Bolivia. Pero Bolivia puede enterrar a más de uno. Bolivia estrena técnico, el brasileño Antonio Carlos Zago. Dirigió 15 equipos y ganó un título, Zago: campeón boliviano 2022 con el Bolívar. Por este antecedente lo contrataron, por conocer el fútbol nacional. Como futbolista era un zaguero de clase, campeón de la Libertadores con el São Paulo de Telé Santana, como técnico… un misterio.

No hay una figura en Bolivia. Zago acaba de convocar a Jair Reinoso, delantero colombiano de largos 38 años, con una extrañísima carrera labrada en Argentina, China, Colombia y, especialmente, en Bolivia. Un trotamundos. Reinoso, cuentan, era chofer en Miami de Marcelo Claure. El empresario lo vio jugar en un partidito de amigos y lo llevó a probar al Bolívar, allí empezó. Es el décimo mayor anotador del fútbol nacional con 166 goles.

Reinoso acompañará en el ataque a Marcelo Martins, el cañonero histórico de la Verde, de 36 años. Entre los dos suman 74 inviernos.

Óscar “Tacuara” Cardozo, rozando ya los 41, vuelve a la Selección Paraguaya, llamado por Daniel Garnero, quien lo tuvo hasta hace dos meses en Libertad. Tacuara vuelve porque Paraguay es otro que no está peleado con el gol, está en juicio. Tiene un antecedente pesado: fue quien falló el penal frente a España en los cuartos de final del Mundial 2010. Iban 0 a 0, pateó mal y se lo paró Casillas. La Roja estaba jugando feo aquella tarde y, si Cardozo convertía, tal vez hoy España no era campeón del mundo.

Alexis Sánchez, goleador récord de la Selección Chilena con 51 impactos, cumple 35 años el próximo 19 de diciembre. Sigue siendo la estrella top de La Roja de todos junto a Arturo Vidal (36). Continúa encabezando el ataque, Alexis.

El inglés Brereton, un tanque, está con las ruedas pinchadas. Pasó del Blackburn Rovers al Villarreal español, pero no ha convertido todavía en 11 presentaciones y ahora hace banco en un equipo que ha echado dos técnicos en 12 partidos. Una vez más deberán llevar la bandera Alexis y Vidal, los de siempre. Eduardo Berizzo, el DT, sigue en la mira después de la estrepitosa caída por 3 a 0 ante Venezuela.

La Vinotinto, sensación de este Premundial, tratará de voltear a Ecuador y Perú. Su máxima luminaria es Salomón Rondón, a quien le coincide un número: tiene 41 años y lleva 41 goles internacionales. Luce como un pibe, es providencial en el ataque de River.

Néstor Lorenzo ha apostado por la renovación en Colombia. No tanto en edad como en nombres. Pero amenaza convocar de nuevo a Falcao García (38 años en breve) por dos goles marcados al Atlético Lugones, un equipo semiamateur de la 6ta. División de España.

Ecuador, cuyo entrenador español Félix Sánchez también está en entredicho, tiene como única carta de gol a su legendario Enner Valencia, el moreno de lozanos 34 años. Y juega sólo adelante porque no ha aparecido otro atacante de nivel para acompañarlo. Este es el panorama de nuestra Eliminatoria. Es cierto que actualmente los futbolistas han prolongado su carrera gracias a los cuidados, a una mejor actitud profesional, al mayor conocimiento médico y de preparación. También es verdad que el gol no ha tenido renovación. O muy escasa.

La selección más fresca en promedio etario es, por mucho, la de Uruguay. Bielsa ha armado un plantel como para que dure dos Eliminatorias. No obstante, ha tenido que llamar a Suárez.

(12/11/2023)

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Parabens, es campeón el mejor

Jorge Barraza, columnista de La Razón

/ 5 de noviembre de 2023 / 16:58

La renovada (pero desfigurada) Copa Libertadores está en las mejores manos. Fluminense es un magnífico campeón, y más que eso, inobjetable por el lado que se mire: siempre intentó jugar al fútbol, siempre propuso, es el que más ganó, el de más goles, el de mejores espectáculos… No hay costados oscuros, no tuvo arbitrajes benévolos (mucho menos en la final).

Es de aquellos que los resultadistas, los ultratácticos y defensivistas consideran “un equipo zonzo” porque busca el partido y lo busca a partir del buen trato de pelota. Por fin un campeón que no gana por “copero” ni por “inteligente” sino por buenos modos.

Justamente el único momento en que puso en peligro su coronación fue en la última parte del duelo final, cuando se refugió atrás cuidando el 2-1 a favor y Boca se le echó encima con centros que pudieron determinar un hipotético -e injusto- empate. Pero también en ese campo supo defender su ventaja.

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Hubiese sido completamente inmerecido que Boca alcanzase la igualdad y así llegar a los penales, donde históricamente es favorito, en el caso actual por su arquero Sergio Romero, fantástico en el arte de tapar remates desde los doce pasos.

De haberse impuesto por esta vía, Boca hubiese sido el campeón de los récords negativos: el de menos triunfos en la historia para torneos de 12 o más partidos (apenas 4) y el único que no logró ninguna victoria en los 7 choques de la fase eliminatoria. Un caso insólito.

El hecho de avanzar de fases sin jugar bien, sin otros méritos que aguantar los partidos y mostrar temple en las tandas de penales agigantó la leyenda de la mística boquense, de su garra, del peso de la camiseta, de que puede ganar aún sin tener nada. Eso llevó a Río alrededor de 100.000 fieles que hicieron cualquier esfuerzo por acompañar los colores, aún sabiendo, tres cuartas partes de ellos, que no conseguirían entrada, sólo para apoyar desde fuera del estadio. Es seguramente la mayor movilización de una hinchada para un partido de fútbol. El legendario “Boca es Boca”, aforismo que alude a una fuerza sobrenatural para los propios y a admiración para los ajenos, funcionó como nunca. Siendo superior futbolísticamente, Fluminense lo respetó a ultranza.

El goleador de Fluminense es Cano -la estrella del torneo- con 13 goles, el de Boca es Advíncula, un marcador derecho, con 4. Ahí queda en cierto modo resumido lo que es cada uno. Ocho triunfos Flu, 4 Boca, 24 goles el Tricolor, 13 el auriazul. Son antípodas. Pero por aquello del respeto a la camiseta de Boca, un sondeo previo en Twitter dio un resultado exiguo en favor del Flu: 58,9% a 41,1%.

En un primer tiempo chato, Fluminense se fue ganando por un gol espectacular. Brillante pared entre Keno y el colombiano Arias, centro atrás de Keno y derechazo mortal de Cano a la red. Su gol número 13 en 12 partidos. Notable lo del delantero argentino, ya ídolo del club brasileño. Definiendo, Germán Cano es profesor honoris causa. En el área hace todo de primera. Posee un remate perfecto, le entra de lleno a la pelota, pero, por encima de todo, no la para, no demora nada, y eso sorprende a los arqueros. Pese a sus 36 años luce un estado de forma notable y merecería el premio de un llamado de Scaloni a la Selección Argentina, quizás para la Copa América del año próximo.

Cuando nada lo hacía presagiar, Boca alcanzó el empate mediante el bravo y fuerte lateral derecho peruano Luis Advíncula. Recibió el balón por su punta, se vino hacia el medio, todos los volantes cariocas miraron, miraron, lo siguieron mirando… y Advíncula se animó: zurdazo cruzado y rasante al segundo palo. Pecado doble de los defensas locales: 17 minutos antes Advíncula había hecho exactamente la misma jugada, calcada, y su tiro había dado en la parte exterior de la red. Fluminense se distrajo, no presionó y le empataron un partido que ganaba con autoridad. Pero, ya en tiempo extra, apareció John Kennedy, un garoto de 21 años, para darle la mayor conquista a Flu en sus 121 años de vida. Una combinación por aire entre Diego Barbosa y Keno, éste la bajó de cabeza para Kennedy y el 9, como venía a la carrera, la empalmó con el alma y fusiló a Chiquito Romero. Lo ejecutó. Gol extraordinario para cerrar la campaña cumbre de un club que fue pionero del exquisito futebol brasileiro. Nunca había podido levantar la Libertadores, lo hizo a lo grande.

Fernando Diniz, su entrenador, es al mismo tiempo -interinamente- técnico de la Selección Brasileña. Esto puede darle el cargo definitivo en la Verdeamarilla, pues hay serias dudas de Carlo Ancelotti llegue en junio a hacerse cargo de la Seleção. Diniz es el magnífico arquitecto de un conjunto armónico que desafía todas las teorías atléticas: está minado de veteranos: el arquero Fabio de 43 años, su caudillo y zaguero centro Felipe Melo de 40, los dos laterales, Samuel Xavier y Marcelo, de 33 y 35 respectivamente, Keno y Ganso de 34, el goleador Cano de casi 36, David Braz, volante de 36… Con ellos armó el mejor equipo de América.

Boca también contrató un ilustre de 36, Édinson Cavani, autor de 370 goles en Europa. Era la estrella boquense. “La verdad que para mí es el partido de mi vida, por todo lo que implica jugar este partido, por dónde lo vamos a jugar, por el momento de mi carrera también”, había dicho el día anterior. Sin embargo, su aporte fue casi nulo y muy criticado, en la final y en los juegos anteriores, dando razón a Marcelo Bielsa de no haberlo convocado a la Selección Uruguaya, por lo cual le cayeron duro al rosarino.

Wilmar Roldán es el mejor árbitro de Sudamérica, posiblemente del mundo. Sabe de reglamento y de sentido común. Esta vez no brilló. Fue demasiado indulgente con Boca, con sus reciedumbres (pudo o debió haber expulsado a Valentini por un cabezazo en la cara a Paulo Henrique Ganso). Dio cuatro minutos adicionales en el segundo suplementario… Pareció que le daba siempre una última bala a Boca. De característica meridianamente imparcial, se desdibujó en Maracaná.

Y ya que escribimos ese nombre, una objeción: sabiendo que entran 8 equipos brasileños en la competencia, la Conmebol designa nuevamente como sede única de la final a Río de Janeiro. Es altísimamente posible que un club brasileño alcance la instancia definitoria, con lo cual la neutralidad del cotejo desaparece. Fluminense juega de local allí en Maracaná. Pese a la multitud que llevó Boca, no deja de ser una ventaja para el dueño de casa.

La conquista de Flu redondea cinco títulos seguidos de clubes brasileños, contando dos de Flamengo y dos de Palmeiras, lo que ratifica su rotundo dominio en materia de clubes, basado, sobre todo, en la potencia de su fútbol, aunque también en una cuestión presupuestaria. Si contamos los últimos catorce torneos, los del país del Carnaval han ganado diez. Impresionante. Y si no hay algún cambio sustancial en el fútbol y en las economías de Sudamérica, seguirá así. Sólo Boca y River pueden darles batalla. El año próximo, según parece, el estadio de River sería designado para la definición, lo cual representaría un estímulo para los equipos argentinos.

El viejo aristócrata de Laranjeiras que atraía a sus encuentros a la alta sociedad de Río en los albores del fútbol se fue haciendo transversal y se metió en la piel del pueblo. Se hizo clásico del Fla. Le faltaba el título de grandeza definitivo, ahora lo tiene. ¡Parabens, Fluminense…!

(05/11/2023)

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