Los conservadores de Merkel, ante un primer revés en año electoral clave
Los Verdes, con el popular Winfried Kretschmann a la búsqueda de un tercer mandato de presidente regional, amplían su ventaja, con un 35% de intención de voto
Los conservadores alemanes de la canciller Angela Merkel, envueltos en un escándalo financiero y una serie de fracasos en la gestión de la pandemia, temen recibir un voto de castigo en dos elecciones regionales clave el domingo.
A seis meses de las legislativas que permitirán designar a la persona que suceda a Merkel, su Unión Demócrata Cristiana (CDU) perdería en las dos regiones del suroeste, donde unos 11 millones de electores están llamados a renovar sus parlamentos regionales. En la próspera e industrial Baden-Wurtemberg, se espera que los Verdes, desde hace una década en el poder, permanezcan otros cinco años más.
En este «land», que hasta 2011 fue un bastión conservador, la CDU cuenta con un 24% de intención de voto, una caída de cuatro puntos, según el barómetro político de la cadena ZDF.
Los Verdes, con el popular Winfried Kretschmann a la búsqueda de un tercer mandato de presidente regional, amplían su ventaja, con un 35% de intención de voto.
En la vecina Renania-Palatinado, los democristianos llevan mucho tiempo esperando arrebatar la región a los socialdemócratas, que la han gobernado durante tres décadas.
Pero ahora están codo con codo, en torno a un 30% de intención de voto.
A la baja
A nivel nacional, los conservadores también registran una clara caída hasta el 30%, casi tres puntos menos que su resultado en las legislativas de 2019 (32,9%), según un sondeo Insa.
Desde fines de febrero, dos escándalos salpican a la CDU y a su aliado bávaro CSU y ya han provocado la dimisión de dos diputados y la marcha anunciada de un tercero.
«Atravesamos la crisis más grave desde el caso de las cajas negras» de la CDU que precipitó la caída de Helmut Kohl a finales de los años 90, advirtió la vicepresidenta del grupo parlamentario, Gitta Connemann.
El jueves, el diputado Mark Hauptmann anunció su dimisión inmediata, al verse implicado en un caso de corrupción por inserciones publicitarias, sobre todo de Azerbaiyán, en un diario regional que dirige. A Axel Fischer, otro político conservador, se le retiró recientemente su inmunidad, acusado de recibir dinero de este país rico en hidrocarburos.
El otro escándalo que podría causar estragos afecta a los diputados Georg Nüsslein (CSU) y Nikolas Löbel (CDU), sospechosos de recibir comisiones de cientos de miles de euros por mediar entre empresas y las autoridades para la compra de mascarillas.
«Caso de las mascarillas»
Convertido en «el caso de las mascarillas», el escándalo obligó al primero a renunciar a su reelección el 26 de setiembre, mientras que el segundo aseguró que abandona la política.
Para intentar sofocar el incendio, la dirección del grupo parlamentario instó a los legisladores a declarar antes de finales de semana cualquier beneficio económico recibido.
Pero la polémica apareció en el peor momento para los conservadores que deben designar próximamente su candidato a canciller, tras más de 15 años de gobierno de Merkel.
A Armin Laschet, elegido recientemente líder de la CDU, le gustaría encabezar la campaña, pero el presidente de Baviera, Markus Söder, de su aliado CSU, también podría compartir la misma ambición.
Los conservadores han perdido además su imagen de gestores eficaces durante la crisis sanitaria.
El descontento de una población cansada de los sacrificios realizados para luchar contra el COVID-19 ha seguido creciendo, alimentado por la lentitud de la campaña de vacunación. Sólo el 6,7% de la población recibió al menos una dosis de la vacuna ANTICOVID a principios de semana, pese a que 4,3 millones de dosis están almacenadas en los frigoríficos.
La prometida distribución de pruebas de antígenos también parece caótica. Sin embargo, Berlín cuenta con la realización de pruebas masivas para flexibilizar las restricciones e impulsar la actividad económica.
(12/03/2021)