Bolivianos residentes en el Reino Unido destacan el dolor que causó la muerte de Isabel II en ese país
La conmoción generalizada, la figura de la Reina idealizada ya como un mito y las dudas que hay sobre su sucesor, Carlos III, son comentarios coincidentes entre los testimonios bolivianos residentes en Londres consultados por La Razón.
Miles de ciudadanos se acercaron al Palacio de Buckingham a rendir honores a la Reina
Imagen: Palacio de Buckingham
El fallecimiento de la reina Isabel II, sin duda, ha generado reacciones en el Mundo entero. Los bolivianos que viven en el Reino Unido lo viven y lo cuentan desde muy cerca.
La conmoción generalizada, la figura de la Reina idealizada ya como un mito y las dudas que hay sobre su sucesor, Carlos III, son comentarios coincidentes entre los testimonios bolivianos residentes en Londres consultados por La Razón.
“Uno como latinoamericano capaz que no reacciona igual, pero mi novio es inglés y la mayoría de las personas con las que trabajo, también. Entonces, es impresionante la tristeza, el dolor y el respeto que tienen a la Reina”, explica Yessica Morales, una cruceña residente desde hace 20 años en Londres y que ya tiene la nacionalidad británica.
“Yo salí de trabajar a las 5 de la tarde (el jueves cuando falleció la Reina) y era impresionante ver a la gente yendo al Palacio de Buckingham, vestidos de negro”, describe Yessica.
Nadia Marancenbaum, ejecutiva boliviana de una transnacional en la capital británica, coincida con Yessica. “En mi oficina teníamos programada una fiesta de gala anual que hacemos y fue suspendida. Vi derramar lágrimas. Incluso mi jefa, que es una mujer muy fuerte, estaba triste”, resume. “Personalmente no estoy de acuerdo con la monarquía, pero es increíble como todo mundo expresa su dolor por la muerte de la Reina”, añade.
Asimismo, Alcibiades Morón, un periodista nacido en Vallegrande, que reside desde hace 16 años en la capital británica, considera impresionante el dolor que ha causado la muerte de la soberana, pese a que por la edad era algo que se esperaba. “Hace poco se celebraron sus 70 años de reinado y fue una gran fiesta. Se declararon feriados y se hicieron grandes celebraciones. Yo calculo que la participación en los funerales va a ser el doble o el triple”, predice.
En la misma línea, Víctor Alarcón, otro cruceño residente en Londres desde 2006, lo define como un “estado de shock”. “Existe una crisis emocional generalizada. Ella era un símbolo de Estado, también de una sociedad antigua. Sin duda, vivimos un momento histórico”, analiza.
Para Nadia Marancenbaum, la reina Isabel marcó una época. “Ella aplicó cambios en la monarquía que se pueden considerar feministas. Les dio un rol más importante a las mujeres y hasta cambió las leyes para que sus descendientes mujeres puedan tener los mismos derechos que los hombres”, argumenta.
“Quiso cambiar las reglas. Fue el primer miembro de la familia real en enlistarse para ir a la guerra. Fue una mujer inquebrantable. Fue querida y criticada, pero deja un legado de una mujer fuerte. A diferencia de otras monarquías, fue muy determinante en los temas políticos, por ejemplo”, remarca.
Estas apreciaciones coincidentes sobre el protagonismo de Isabel II, llevan a poner los focos en su sucesor, el ahora rey Carlos III
“Definitivamente, Carlos no es su madre”, resume Víctor Alarcón. Con esa frase se refiere, entre otras cosas, que el esposo de Camilla, no es tan popular como su madre, no genera la confianza que generó ella y además deberá vivir siempre con el recuerdo de su primera esposa, Lady Diana, vivo en la memoria del pueblo.
“Ahora se está discutiendo sobre la sucesión de su hijo Carlos. No es muy popular debido a los problemas que tuvo y el recuerdo de Diana sigue fresco en la memoria de la gente”, señala Yessica Morales.
“No tiene el mismo alcance espíritu de lucha ni la llegada a la gente a Isabel. La reina era mucho más sensible a los temas de la gente. Iba a los países de la mancomunidad, de los que era jefe de Estado y estaba al tanto de sus problemáticas. Eso me parece que va a cambiar”, opina.
“Carlos genera dudas”, reflexiona Nadia. “El legado de su madre es muy fuerte”.