El liderazgo en el MAS, una de las primeras deudas
La sola distinción entre evistas y masistas es polémica. Aún no se sabe qué alcance tendrá el debate de hecho lanzado por el Vicepresidente. El punto está en qué finalmente se entenderá por dicha distinción y qué realmente plantea para cada quien.
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Distinguir el evismo del masismo, como propuso el vicepresidente Álvaro García la anterior semana, también es plantear una de las mayores deudas del partido de gobierno: la promoción de liderazgos; el tema es cómo cada quien toma el asunto; cuánto de grave o problemático es a los ojos de la militancia o los “líderes de opinión” dentro del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Para el senador de Santa Cruz por el MAS, Carlos Romero, en el partido de gobierno es inocultable la dependencia de éste con respecto al presidente Evo Morales, lo que ciertamente impide el surgimiento de nuevos liderazgos. “Hay una dependencia del liderazgo de Evo Morales, y eso no le da (al MAS) la suficiente dinámica en la conformación de liderazgos”.
Ahora, esto se explica en gran medida por la naturaleza misma del MAS, como el partido nacional que articula a “un conjunto de organizaciones sociales, de sindicatos, de entidades gremiales”, lo que, visto desde otro lado, también es una ventaja, porque “lo hace flexible (al partido) desde el punto de vista táctico e ideológico, porque le permite hacer converger una visión de país de izquierda nacional con una visión de país indianista; flexible porque le permite articular a diferentes clases sociales y nacionalidades en torno a un proyecto de construcción de un Estado plurinacional”.
Pero el problema es, no deja de señalar Romero, que ese mismo “carácter corporativo” del MAS (de ser el “partido de los movimientos sociales”), también tiende a la dispersión o a la fragmentación, contra lo que el único remedio que funciona es nomás el liderazgo del Mandatario.
“Al mismo tiempo, la sumatoria de sindicatos sobrecorporativiza las visiones, y subalterniza muchas veces la perspectiva estratégica con la demanda gremial corporativa coyuntural; tal vez esta es una debilidad que se traduce en el surgimiento de fracciones internas, muchas veces heterogéneas, que solamente son resueltas con el liderazgo cohesionador de Evo Morales. Tan legítimo es el Presidente que es el único que puede unificar, más cuando éste es un país de una alta fragmentación (…). El MAS depende de Evo Morales”.
Para el senador, en estricto sentido, la referida falta de liderazgos no se debe a una falta de democracia interna: “No hay problemas de democracia interna en el MAS, porque tiene sus niveles de deliberación, de selección, de construcción de representación”. Desde otro lado, Romero no deja de insistir en que este es un tema urgente, porque el manejo de la cuestión de los liderazgos tiene sus efectos bien concretos en la marcha de la gestión pública, por ejemplo.
“Un partido que quiera consolidarse tiene que generar y promover liderazgos, apoyarlos, encaminarlos; no tiene que cercenarlos, y ese es el mayor desafío del MAS, porque cuando se cercenan liderazgos, cuando se los combate por mezquindades, luego eso tiene un efecto boomerang: muchas veces se tiene alcaldes elegidos por el voto de la gente, pero es por el voto hacia el masismo o el evismo, y no es por el mérito y liderazgo del propio alcalde; eso se traduce en gestiones débiles, ingobernabilidad, en falsas perspectivas en la gestión pública”.
Pero el senador va más allá en lo relativo a la falta de liderazgos en el MAS: la promoción y el, si vale, cultivo de liderazgos es el antídoto contra uno de los males más antiguos de los procesos revolucionarios: el “culto a la personalidad”: “El marxismo decía que uno de los principios fundamentales de cualquier revolución es evitar el culto a la personalidad; es un presupuesto de todo proceso revolucionario. Porque en el momento en que se genera este culto, se sustituye las tareas revolucionarias colectivas por una excesiva dependencia en torno a un liderazgo excluyente. Por eso, para cumplir las tareas sociales, que requieren muchos liderazgos, un partido político, más aún si se proclama revolucionario y socialista, tiene que promover liderazgos y cuadros”.
“¿El MAS no tiene este problema del culto a la personalidad?”, se indagó. “En la medida en que el MAS depende de Evo Morales obviamente depende del caudillismo; el MAS, en última instancia, depende de Evo Morales”, fue la respuesta del senador cruceño.
ESTRUCTURA. Para el diputado de La Paz por el MAS, Manuel Canelas, la diferenciación entre el evismo y el masismo “claramente tiene que ver con ciertas debilidades en la estructura del partido y en la formación de otros líderes, en este caso más anclados al territorio y con más capacidad de responder a demandas locales”.
La falta de líderes locales adscritos al MAS también es un efecto, apunta Canelas, del desarrollo del proceso autonómico: “las autoridades locales que cada vez están más consolidadas en el imaginario boliviano, en el marco de un proceso autonómico; votas por un alcalde por motivos y con criterios diferentes que por los que votas por un Presidente”.
Ahora, el tema de los liderazgos también hay que ponerlo en contexto histórico, sugiere Canelas. Antes que pensar en un futuro sustituto del mandatario Morales, más útil es ver cómo son los actuales liderazgos que están surgiendo y actuando en el escenario político y social.
“Claro que es un reto mayor pensar en la Bolivia neo y con el MAS a diez años de gobierno, cuáles pueden ser las características de ese liderazgo que en un futuro suceda al Presidente; pero hoy (más adecuado) es saber qué liderazgos nuevos se están construyendo en las organizaciones sociales, éstas que también han cambiado en diez años”.
No es la misma la construcción de un liderazgo, por ejemplo, apunta Canelas, en la CSUTCB (Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia) cuando ésta era parte de un proyecto contrahegemónico, que la CSUTCB hoy “con cuadros jóvenes, ya formados en una situación de país bien diferente”.
A fin de cuentas, apela: “Mejor ahora aterrizar en cuáles son las características de los liderazgos hoy de las organizaciones sociales y luego pensar lo mismo a nivel nacional”.
El “dilema” “MAS igual partido de los movimientos sociales” que se debe construir partido, para Canelas es más bien un desafío. “Lo bueno es que es un desafío si quieres más interesante, cuando uno dice que falta un partido, por supuesto que no estás pensando en la forma partido del siglo XIX; cada forma de partido debe estar de adecuado con la cultura política del lugar. No es lo mismo el PT (Partido de los Trabajadores de Brasil) y el MAS boliviano”, destaca. El tema es, afirma: “¿Qué estructura es necesaria para mejorar el funcionamiento del MAS; yo no creo que haya un modelo ni aquí ni en ningún lugar”.
En cuanto a si la diferencia evismo y masismo planteada por el vicepresidente Álvaro García no significa el inicio de un proceso de renovación del MAS, el diputado Canelas considera que la actual aún es una “fase de reflexión, de diagnóstico, de ver sin ningún tipo de dramatismo qué cosas no han salido bien, qué tiene que modificarse”; para lo que viene, ésta claro que sería un error hablar de “plazos o metodologías muy cerradas”.