Mecapaca avaló construir en área deslizada; dueños ignoraron alertas
La zona es inestable y su suelo es arcilloso. Concejal reafirma que pertenece a la jurisdicción de la Alcaldía vecina, sin embargo, hasta ayer no había enviado ayuda
La Alcaldía de Mecapaca, que reclama jurisdicción sobre Jupapina, autorizó la construcción de inmuebles de hasta 4 plantas en el área que entre el sábado y domingo se deslizó, ocasionando el derrumbe de 5 casas y graves daños estructurales a otras 5. La responsabilidad edil fue reconocida ayer por el presidente del Concejo del gobierno municipal vecino, Wálter Flores.
Jupapina Bajo es, según la municipalidad paceña, un área “de muy alto riesgo” de deslizamiento, debido a que el suelo arcilloso está cruzado de cárcavas, por lo que la edificación está prohibida.
“Tenían permiso de Mecapaca para construir; ese sector es de nuestro municipio, que va hasta Amor de Dios (cerca de La Florida)”, recalcó ayer el presidente del Concejo mecapaqueño, quien agregó que “está siendo avasallado por los paceños”. En las 10 viviendas afectadas vivían 12 familias. Hubo propietarios que confesaron que tributaban a la alcaldía vecina “porque el trámite es más corto” y el monto es menor que en la de La Paz.
Observador. Pese al reclamo sobre la jurisdicción, la Alcaldía de Mecapaca aún analizaba la tarde de ayer enviar maquinaria y personal para socorrer a los damnificados, aunque la municipalidad de La Paz auxilió desde que se supo del hecho. De los 12 grupos familiares perjudicados —23 personas—, nueve son propietarios, dos vivían en alquiler y uno tenía un contrato anticrético.
Entre la noche del sábado y la madrugada del domingo se desprendieron 7.500 metros cúbicos de tierra, que afectaron a una decena de viviendas. Tres vehículos quedaron aplastados. Flores admitió que desconocía el número de viviendas y moradores perjudicados. “Vamos a hacer una inspección”.
El alcalde mecapaqueño, Enrique de la Cruz, tenía también previsto realizar una visita la jornada del lunes 28 de febrero. Sin embargo, la única maquinaria y personal que este medio observó en el sector era del gobierno local de La Paz.
A las 23.30 del sábado 27 de febrero, Ramiro Espejo, uno de los afectados, saltó de su cama debido al estruendo de un inmueble de cuatro pisos que se vino abajo. Unos minutos después, estallaron puertas y ventanas de su vivienda; la calle se partió en dos debido a una grieta de al menos cuatro metros de profundidad.
“El camino de seis metros de ancho creció a 12 metros y junto a mis hijos escapamos por senderos, tratando de rescatar lo poco que podíamos”, rememoró. El domingo, al menos unos 300 funcionarios de esta municipalidad ayudaron a los damnificados a rescatar sus muebles y enseres, formando cadenas humanas.
Espejo confirmó que el único apoyo que recibieron vino de la Alcaldía de La Paz y añadió que hoy por la mañana los afectados se reunirán con Revilla. Una vecina, quien pidió no ser identificada ya que teme que La Paz les deje de prestar asistencia, sostuvo que hace 20 años pocas viviendas se erguían en Jupapina Bajo, una de ellas era la casa Sol y Campo, sitio recreacional a 300 metros del río La Paz.
Después, la urbanización trajo consigo la apertura de calles y edificaciones de hasta cuatro pisos. Pero un viejo problema resurgió el sábado. “Ya hubo un deslizamiento en el lugar hace décadas”, confirmó el alcalde Luis Revilla en rueda de prensa, con datos de la Secretaría Municipal de Gestión Integral de Riesgos (SMGIR).
Advertencias. Debido al conflicto de límites entre La Paz y Mecapaca, había vecinos que optaron por tributar a esa municipalidad. “El pago de impuestos en Mecapaca es más barato, y rápido sale el trámite”, dijo una ciudadana, quien no quiso ser identificada. “Otros cancelaban sus impuestos incluso a las dos alcaldías”, precisó otro poblador.
“Estamos indagando eso”, apuntó escuetamente el burgomaestre paceño. La búsqueda de información comenzó ayer, porque entre los afectados por el deslizamiento hay quienes tributaban en Mecapaca, tras no obtener en La Paz los permisos para poder construir.
“No estaban autorizados, y varias veces se les notificó de aquello. Hay viviendas desde hace años y desde su construcción se les dijo que no podían hacerlo: primero, porque no tienen autorización, y segundo, porque es un área de riesgo”, sostuvo Revilla.
Jupapina se halla a unos 40 minutos del centro paceño. Es un valle situado a 2.000 metros sobre el nivel del mar. Allí, el paisaje se matiza entre árboles, casas grandes y pequeñas construcciones erigidas sobre un suelo inestable y arcilloso. De las edificaciones salen largos tubos que transportan aguas residuales y que desembocan en la tierra.
“Estamos todavía evaluando, pero esto que pasó es por el alcantarillado (inexistente). Solo hay tuberías, no hay redes de alcantarillado, además había pozos ciegos (sépticos)” que erosionan a diario el suelo, informó David Mollinedo, director de Atención de Emergencias de la SMGIR.
Las cañerías que vio el periodista de La Razón no estaban canalizadas al río La Paz, situado a unos 600 metros de precarias construcciones. “Aquí no había tantas casas hace 20 años, pero ahora ha crecido muchísimo”, manifestó una vecina.
Si bien el inmueble del complejo recreacional Sol y Luna no se desplomó, los daños son grandes. La iglesia quedó con al menos 30% de sus cimientos al aire. “Esta casa es de mi cuñado, que no está aquí, la dio en alquiler”, contó otro poblador mientras tomaba fotos del inmueble. En el centro recreacional no había ningún encargado.
Revilla señaló que las cinco construcciones que aún están en pie deben ser demolidas, debido a que ya no son habitables. A unos 100 metros del lugar del desastre hay un complejo habitacional de seis departamentos y otras edificaciones.
“Como estamos solamente a unas cuadras del río La Paz, esto (el sector deslizado) se puede venir abajo. Si es que no construyen un defensivo, de aquí a 10 años va a ser igual o peor”, advirtió la mañana del lunes un morador de Jupapina Bajo, quien se presentó como ingeniero y dijo apellidar Suárez.
60 m de vía en Ovejuyo, dañada por corrimiento
Al menos 60 metros de un camino en Ovejuyo fueron afectados por un deslizamiento. Maquinaria del Gobierno Municipal de La Paz trabajaba ayer para rehabilitar el paso. Por otra parte, una casa colonial estaba a punto de desplomarse en la final de la calle Comercio, en la sede de gobierno.
“El problema surgió a la altura de la calle 63 de Chasquipampa, en el sector Lacacollo Arenal; la vía servía para pasar un río”, explicó ayer David Mollinedo, director de Atención de Emergencias del Servicio Municipal de Gestión Integral de Riesgos (SMGIR).
Vladimir Toro, director de esa secretaría, añadió que el daño asentó (hundió) un camino de esa zona usado para cruzar el afluente. “No hubo ningún daño a ninguna casa o algo parecido”. Personal edil atendió el caso el lunes por la mañana y se espera que hoy pueda ser rehabilitado el acceso. Esa vía también permitía el ingreso a Chasquipampa.
Centro. Por otro lado, una construcción patrimonial que se encuentra en la calle Comercio, esquina Bueno, está a punto de colapsar, informaron en la Alcaldía. Sin embargo, los propietarios no solicitaron ayuda de la SMGIR.
En la Dirección de Patrimonio Cultural y Natural de la municipalidad indicaron que no tenían conocimiento del peligro que corre esa construcción. Una de las estratagemas de los dueños de casas patrimoniales es no avisar del riesgo, con el fin de que las casonas se desplomen y puedan construir o vender el predio.